Reales Guardias de Corps

De Caballipedia
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Unidad de caballería española creada en 1704 y disuelta en 1823.

Felipe V

Nada más acceder al trono, Felipe V de Borbón reorganizó las tropas de la Guardia Real a semejanza del modelo francés. No solo se copian su organización y ordenanzas, sino que incluso se compran uniformes y armas al país vecino. Para empezar, se descartan las viejas Guardia de la Cuchilla y Guardia de la Lancilla, escasas y poco operativas. Se planean las nuevas como una cantera para los futuros oficiales de los regimientos de caballería y dragones, tras cumplir 8 años de servicios al monarca. Su selección, siguiendo el modelo francés, se hace entre los jóvenes mejor dotados físicamente y estaba supervisada personalmente por el rey. Debían estar siempre en primera línea de combate y dispuestas al máximo sacrificio, lo que contribuiría a elevar la moral del resto del Ejército.

Aunque los objetivos están claros, el proceso de creación de la nueva Guardia Real no lo fue tanto, sobre todo al principio, de ahí que se crearan una serie de unidades que posteriormente acabarían siendo reagrupadas y/o integrándose en la escala general.

El 8 de abril de 1702 viaja el rey a Italia acompañado de los Archeros y Alabarderos de la vieja guardia. A causa de la última conspiración de Nápoles y en prevención de una nueva, se forma allí el Regimiento de Caballería Guardias de Italia, con 10 compañías a 50 hombres, levantadas por los principales señores napolitanos. El mando recae en Gaetano Coppola, príncipe de Montefalcone. En mayo del año siguiente pasa a España, pero tras la rendición de Barcelona se disuelve oficialmente, incorporándose los supervivientes a la compañía italiana de las Reales Guardias de Corps, cuyo mando recae en Francesco Gaetano de Aragona.

Durante el viaje a Italia, Luis XIV se encarga de organizarle a su nieto una compañía de mosqueteros flamencos, a semejanza de la que le servía a él. La componían 100 hombres distinguidos, mandados por Conrad Albert de Ursel, barón de Wezemaal. Serían disueltos al año siguiente, integrándose sus miembros en la compañía flamenca de los RRGGCC, que pasaría a mandar el segundo capitán de los mosqueteros, el marqués de Lede. Es probable que también se incorporasen a dicha compañía los Archeros de la Cuchilla, por su origen borgoñón.

El 17 de octubre de 1702 y por consejo de la reina, decide Felipe V disolver la compañía alemana de alabarderos y crear en su lugar una nueva unidad de caballería de la guardia, que se llamó Regimiento del Rey. Se entrega el mando del mismo don Francisco de Agurto y Salcedo, I marqués de Gaztañaga. Como murió ese mismo año en Barcelona cuando acudía al encuentro del rey, el 30 de enero de 1793 el mando honorífico pasa al cardenal primado de España Luis Manuel Fernández de Portocarrero, ostentando el efectivo el teniente coronel José de Salazar, hasta entonces general de la caballería de Cataluña. El 21 de junio de 1704 se disuelve el regimiento y su personal pasa a formar las dos compañías españolas de los RRGGCC.

Finalmente en 1704 se crea la primera unidad de la Guardia Real que estaría destinada a tener continuidad en los reinados siguientes. Se trata de las Reales Guardias de Corps. Una comisión formada por Ana María de la Tremoille, Princesa de Orsini[1] (dama de confianza de la Reina), Juan de Orry (funcionario francés recomendado como intendente por Luis XIV) y el Cardenal d’Estrées (embajador de Francia) decidió la forma definitiva que debía tener la Guardia Real. Se adoptó la orgánica francesa, esto es cuatro compañías a 200 hombres cada una. El decreto de constitución de las Guardias de Corps fue firmado por el Rey el 12 de junio, en el Campo Real de Casteldavide, durante la campaña de Portugal. En dicho decreto se ordena además la disolución de todas las Tropas de la Casa Real anteriores, excepto los alabarderos. Ese mismo día fueron firmados los nombramientos de Capitanes de las cuatro compañías, que debían ser siempre Capitanes Generales y Grandes de España:

  • Primera: Félix de Córdoba, Duque de Sessa, Condestable de Castilla
  • Segunda: Ginés de Castro, Conde de Lemos, Virrey de Cerdeña
  • Tercera: Albert Elfrid Werner, conde de Tilly, Capitán General
  • Cuarta: Restaino Santelmo, Duque de Populi, Príncipe de Pettorano, Teniente General de la caballería napolitana y Maestro de Campo General del Reino

Para hacernos una idea del prestigio que suponía servir en las Guardias, citaremos excepcionalmente los Tenientes de cada una de ellas:

  • 11: Teniente General Joseph de Salazar
  • 12: Mariscal Gaspar Gómez de Espinosa, Conde de Ribaucourt
  • 21: Duque de Osuna
  • 22: Conde de San Esteban de Gormaz
  • 31: Teniente General Jean François Nicolás de Bette, Marqués de Lede
  • 32: Brigadier Alexander Maximilien François de Croix, Marqués de Heuchin
  • 41: Sargento General de Batalla Francesco Gaetano de Aragona
  • 42: Brigadier Ottaviano de Medici, Duque de Sarno

Como ya hemos visto, las dos primeras compañías (españolas) provenían del Regimiento del Rey que se reformó y la tercera (flamenca) de los Mosqueteros, aumentados en cien nobles flamencos más (probablemente los Archeros de Borgoña, que también se disolvían). Para formar la cuarta Compañía (Italiana) se encomienda al Duque di Populi la recluta de 200 Cadetes escogidos entre los mejores de la nobleza napolitana y otros 50 entre la siciliana. De esta forma se pensaba dar cabida en la Guardia Real a todas las nacionalidades europeas que formaban parte de la Corona. Sin embargo solo 42 cadetes acompañaron al Duque hasta Barcelona para levantar el sitio de la ciudad, junto a 160 reclutas del Regimiento de Caballería Guardias de Italia. Tras la capitulación de la plaza, los 107 supervivientes fueron embarcados hacia Almería y desde allí trasladados a Madrid para constituir la Compañía Italiana de las RRGGCC.

El 22 de febrero de 1706 se expide una Real Ordenanza sobre prerrogativas, servicio, disciplina y mando de las compañías de las Guardias de Corps. De entre sus artículos destacan varios que indican la importancia concedida al Capitán que se encontrase de servicio. Debe situarse siempre tan cerca de la real persona que entre ambos no quede espacio para nadie más, incluso en misas, comedias y audiencias públicas. En caso de audiencias secretas, se situará en una puerta lo suficientemente alejada pero sin perderlo nunca de vista. Con ello zanjaba el monarca una disputa habida con un grupo de Grandes de España, que afirmaban sentirse agraviados por tener que sentarse por detrás del Capitán de la Guardia que se encontraba de servicio (concretamente el conde de Tilly) en una misa celebrada en la Capilla Real. Dicho acto motivó de hecho el primer relevo de mandos en la Guardia, siendo ascendidos para mandar las compañías Españolas Iñigo de la Cruz Manrique de Lara, conde de Aguilar y Francisco de Paula Téllez Girón, VI duque de Osuna.

El 5 de octubre de 1706 entra el Rey en Madrid y las Guardias se alojan provisionalmente en los cuarteles de Santa Bárbara y de los Afligidos.

El 6 de mayo de 1707 la Guardia de la Lancilla, heredera de los antiguos estradiotes que entraron al servicio de Fernando el Católico en 1507, se reforman junto a la compañía española de alabarderos y a la vieja guardia de alabarderos (inválidos), ambas de infantería, en la nueva Compañía de Reales Guardias Alabarderos. Desaparece por tanto, tras 200 años de servicios continuados, como cuerpo montado. Como la nueva compañía solo había de tener 100 plazas, se licencia al resto aunque permitiéndole conservar sus haberes íntegros así como sus “casas de aposento”.

El 12 de febrero de 1708 un Real Decreto establece la siguiente distribución para las compañías:

  • Primera: Valdemoro
  • Segunda: Pinto
  • Tercera: Getafe
  • Cuarta: Leganés
  • La de servicio se mantiene en los Afligidos

Una curiosa adición de 10 de julio de 1710 a las Ordenanzas sobre el Servicio en Campaña y en la Corte establece que “el Capitán de Cuartel de las Guardias dará todas las noches a la Reina el Santo que de mí hubiere recibido” sin embargo prohíbe que se dé tanto al Príncipe de Asturias e Infantes como a sus Guardias respectivos.

Según un documento fechado en 1714 sobre el reparto de las fuerzas de caballería durante el último año de la guerra, las Guardias de Corps se repartían de la siguiente forma:

  • 300 en la Corte
  • 100 en Getafe
  • 200 en Valencia
  • 200 en Aragón

Como puede verse, lejos de permanecer en sus cuarteles, este Cuerpo tomó parte activa en el conflicto como una unidad más de caballería. Antes de que acabara el mismo volvió a producirse el relevo en el mando de la Primera Compañía al pasar el conde de Aguilar a mandar el Ejército y ser sustituido por Mariano Pacheco, conde de San Esteban de Gormaz.

El 5 de febrero de 1716, como consecuencia del final de la guerra y de la reforma subsiguiente, se suprimen la compañía flamenca y la segunda de las españolas:

  • Se suprime un ayudante.
  • El comisario pasa a serlo simultáneamente de las guardias de infantería.
  • Aparece el empleo de ujier de salas en la plana mayor del cuerpo.
  • En cada compañía se suprime una de las vacantes de teniente.
  • Los subtenientes y alféreces pierden el mando de las brigadas y pasan a la plana mayor de la compañía pero reducidos a uno de cada empleo.
  • Se duplica el número de exentos, que pasan también a la plana.
  • Los brigadieres pasan a ostentar el mando de cada brigada.
  • Se crean en cada brigada cinco vacantes para cadetes.
  • Desaparecen los guardas de la manga.
  • El número de guardias se reduce a 45.

Con el personal restante se crean además 2 brigadas a pie compuestas por:

  • 1 brigadier
  • 1 sub-brigadier
  • 5 cadetes
  • 45 guardias

El 9 de junio de 1720 se disuelven las brigadas de a pie de la compañía italiana y vuelve a crearse la compañía flamenca, bajo el mando del Duque de Bournonville Caprés. El real decreto establece que no se toque la plantilla de la compañía española para no dejar reformados a sus brigadieres y sub-brigadieres, pero que sus vacantes no se amorticen desde ahora hasta alcanzar las 200 plazas. En su lugar se irá engrosando la recién creada hasta que alcance esta cifra. Ese mismo año el ahora Marqués de Aguilar ostenta de nuevo el mando de la Primera Compañía Española.

Una Real Cédula de 4 de julio de 1720 concede a los Cadetes y Guardias de Corps con más de ocho años de servicio, preferencia para ostentar capitanías y tenencias respectivamente en las unidades de caballería y Dragones.

En 1727 aparece en una Resolución sobre raciones de paja y cebada para las Guardias de Corps, el nuevo empleo de Garzón, situado inmediatamente detrás del Sub-Brigadier.

El 5 de enero de 1723 se dispone el traslado de todas las compañías al nuevo Acuartelamiento del Conde-Duque, que aún se encontraba a medio construir por Pedro de Ribera. Por sus servicios a la Corona durante veintiocho años, es nombrado Alcalde del mismo Juan Fernández.

En 1730 el Duque de Pópuli cede el mando de la Compañía Italiana al duque de Atri, quien lo ostenta hasta su retiro por enfermedad nueve años más tarde. Es sustituido por el Príncipe de Masserano, mientras que la española se encuentra desde 1736 al mando del Marqués de Bedmar.

Una contrata de vestuario fechada en 1741 apunta a que hubo un aumento de la plantilla de las 3 compañías hasta alcanzar la cifra de 300 hombres, si bien no existe documentación oficial al respecto.

El 17 de marzo de 1743 el Rey autoriza a que las compañías italiana y flamenca puedan completarse con españoles, debido a la falta de personal de esas nacionalidades.

Fernando VI

En 1748 año se rebaja al grado de Teniente Coronel del Ejército a los Exentos y Ayudantes de las Guardias. Por una Real Orden de 18 de noviembre de ese año, podemos conocer el nombre de los capitanes de las compañías italiana y flamenca, a la sazón, el Príncipe de Masserano y el Duque de Bournonville. El de la Española debía serlo, al menos entre 1749-1750 el Duque de Huéscar, pero se ignora quién le precedió, sucediendo en el puesto al Marqués de Bedmar, si es que se verificó tal relevo.

Al año siguiente el Marqués de Villadarias pasa a ocupar la vacante de Sargento Mayor, sustituyéndole como Ayudante General D. Antonio Barradas. También se complementa la Orden de 1743, en el sentido de que a partir de ahora todas las vacantes que se produzcan en las compañías italiana y flamenca se cubrirán exclusivamente con personal español.

En 1750 se ordena que en las audiencias públicas dadas por el Rey, estén presentes el Sargento Mayor, el Oficial de Guardia y el Exento. Este mismo año se suprimen los nombres de las compañías, que pasan a ser conocidas únicamente por su número de orden. Todos los aspirantes a Guardias de Corps deben presentar al Sargento Mayor, amén de otra documentación, un certificado de no tener causas civiles o criminales. Finalmente, en diciembre de este año se ordena la creación de una Academia de Matemáticas para el personal del Cuerpo, a la que podrían también asistir los Oficiales de los Batallones de Guardias de infantería. Como Profesor de esta asignatura se designa al Capitán de ingenieros D. Pedro de Padilla. La primera promoción estuvo compuesta por 8 Cadetes y 86 Guardias, lo que supone un porcentaje elevado de voluntarios.

En 1751 ordena S.M. que ningún Capitán pueda otorgar licencia para Cadetes ni Guardias sin su consentimiento previo, lo que da idea del férreo control que el monarca quería ejercer sobre este Cuerpo, pese a ser de tan alto rango sus Oficiales.

Igualmente, en 1754 se ordena que para contraer matrimonio todo el personal de las Guardias debe solicitarlo previamente al monarca. La Real Resolución de 2 de agosto de este año establece además las condiciones que deben reunir los aspirantes a Guardias, lo que se conocía como “Obtener Bandolera”:

  • Tener entre dieciocho y treinta años de edad
  • Medir dos varas y dos dedos de altura (1, 70 m)
  • Tener buena apariencia, de complexión robusta y sin accidente habitual
  • Ser cristiano viejo, limpio de sangre, sin oficio vil ni mecánico en su familia, prefiriéndose a los nobles e hidalgos

Y aportar los siguientes documentos para demostrar lo anterior:

  • Para justificar lo anterior deberán aportar fe de Bautismo, la de su padre y madre y la de matrimonio de estos. Todas ellas en papel sellado compulsado por tres escribanos.
  • Informe de limpieza de sangre y legitimidad, redactado por el Justicia de su lugar de origen y de su residencia en la que deben declarar el Procurador Síndico General y los testigos suficientes.
  • Testimonio redactado por el Escribano del Ayuntamiento de las rentas y privilegios de padres y abuelos.
  • Justificante de no tener causas pendientes con la Justicia
  • Fe de soltería.
  • Justificante de hidalguía en tercera generación como mínimo
  • Justificante de poseer derechos ciudadanos con anterioridad a la abolición de los fueros.
  • Justificante de ser hijo o nieto de Oficial.

En 1755 se devuelve el grado de Coronel a los exentos y ayudantes. Ese año se destinan a la Academia de Matemáticas a dos nuevos ingenieros, D. Carlos Cabrera y D. Baltasar Rigaud como profesores de Ciencias y Dibujo respectivamente.

Carlos III

El 18 de enero de 1760, un mes después de llegar el nuevo rey a Madrid, se promulga la Real Ordenanza para el Gobierno, Régimen y Disciplina del Real Cuerpo de Guardias de Corps. Entre los artículos que modifican las anteriores Ordenanzas destacan algunos curiosos.

El artículo 12 se refiere a la preferencia del Capitán de las Guardias respecto a los Jefes de la Casa Real. Así en la cámara privada del Monarca tendrá preferencia el Gentilhombre, mientras que en el exterior de la misma corresponderá a aquél. En caso de salir el Rey en su coche, la preferencia para ocupar respectivamente el pescante y ambos estribos corresponderá primero al Caballerizo Mayor, después al Mayordomo Mayor, en tercer lugar al Sumiller de Corps y finalmente al Capitán de Guardias.

El 50 declara que los Oficiales y Exentos de los RRGGCC serán los encargados deprender a los personajes distinguidos.

El 66 ordena que todos los aspirantes a Guardias hayan de serle presentados al Rey, y en caso de ser admitidos, un Brigadier lo llevará ante el Sargento Mayor, quien tras asentarlo en su Libro de Registro, le expedirá un “billete” para que le reciban en la Brigada de destino.

El 67 nos muestra por primera vez los juramentos que han de formular los aspirantes para entrar en el Cuerpo, tras prestar seis meses de servicios observando buena conducta:

  • ¿Juráis a Dios y una Cruz ser fieles y leales servidores al Rey nuestro Señor?
  • ¿Juráis a Dios y una Cruz de no comer pan ni tomar sueldo de otro Rey?
  • Al “Sí juro” sigue: Si así lo hicieseis, Dios os ayude; y si no, os lo demande

El 72 prohíbe a los Oficiales y Brigadieres la admisión de ningún Guardia que no presente el “billete” de admisión emitido por el Sargento Mayor. Dicho “billete” será luego entregado al Comisario para que lo asiente en la Lista de Revista, pasando a percibir su sueldo desde ese preciso día.

El 73 dice que el último día de cada mes acudirá el Furriel Mayor a la Tesorería Real para reclamar el haber de todo el personal, que entregará posteriormente a los Furrieles de las respectivas compañías.

Los artículos 74 al 79 tratan de las obligaciones del Ayudante de Compañía:

  • Pasar revistas frecuentes a individuos, armas y caballos
  • Conocer por su nombre a todo el personal de su unidad
  • Mandar hacer y revistar las tiendas de campaña
  • Formar en Batalla a las Guardias para la revista real

El capítulo dedicado a las marchas y servicios insiste en las medidas de seguridad que ha de adoptar el Cuerpo durante los traslados de la Real Persona. En síntesis viene a ordenar al Aposentador Mayor que instale al Sargento Mayor, Capitanes y Ayudante General en las tiendas colindantes a la suya, y a continuación al resto de Oficiales. El deseo de que estas Ordenanzas perduraran en el tiempo, lleva al Monarca a incluir incluso un artículo dedicado a las salidas de la Reina, aun cuando ya había enviudado. Se refiere a que el Exento responsable de su seguridad debe alojarse lo más cercano posible a ella, siendo únicamente desplazado por la Camarera y el Mayordomo Mayor. Como tardó veinte años en poder llevarse a efecto, se aplicó mientras al resto de la familia real.

En la página 169 de la Ordenanza de 1768 se detallan los grados concedidos al personal de las Guardias de Corps:

  • Los Capitanes, Sargento Mayor, Tenientes, Subtenientes, Alféreces, Ayudante General, Exentos y Ayudante de Compañía tienen el grado de Coronel vivo de caballería.
  • Los Brigadieres tienen el grado de Teniente Coronel de caballería.
  • Los Sub-Brigadieres, el Furriel Mayor del Cuerpo y los Alcaides de sus Cuarteles tienen el grado de Capitán.
  • Los Cadetes el de Teniente
  • Los Portaestandartes el de Subteniente
  • Los Portaestandartes el de Cadete

Las divisas que deben ostentar son las siguientes:

  • Los Oficiales que tengan grado de Teniente General ostentarán dos órdenes de bordados en las vueltas de la casaca, interpolados con los galones distintivos de las Guardias.
  • Los que gocen del grado de Mariscal de Campo o de Brigadier, un orden de bordados intercalado.
  • Los Exentos, como Coroneles Vivos, tres galones de cinco hilos intercalados. En caso de estar de servicio llevarán además un bastón con puño de oro y fuera de él, otro negro y blanco.
  • Los Brigadieres llevan los mismos tres galones, pero a continuación del único que ostentan en sus casacas. Además los mismos bastones que los anteriores.
  • Los Sub-Brigadieres llevan los dos alamares señalados a los Capitanes del Ejército a continuación del galón de las Guardias que ostentan en sus casacas.
  • A los Cadetes no les impone más divisa que sus cordones característicos.
  • Igualmente los Portaestandartes se distinguen por los flecos de la bandolera.

A los Cadetes y Portaestandartes que pasasen al Cuerpo de Inválidos se les concede el grado y sueldo de Capitán de caballería. A los Guardias se les concede el grado de Teniente si habían servido diez años y un sueldo de 155 reales en la plaza o 110 fuera de ella. Si lo habían hecho solo ocho obtienen el de Alférez y 115 o 90 reales respectivamente. Para tiempos de servicio inferiores no se concede grado, pero sí un sueldo de 75 reales.

En la misma Ordenanza se aumentan los sueldos de Brigadieres y Sub-Brigadieres un 50% respecto de los de 1704, pero se mantienen los del resto. Las franquicias quedan limitadas a los mandos con mando en Tropa. Las raciones de pan y cebada, por su parte, oscilan desde las doce del Sargento Mayor y los Capitanes hasta una para los Capellanes y Cirujanos. Además se entrega al Capitán de Cuartel mil escudos de vellón al mes para alimentar a los Oficiales y Cadetes de la Guardia de Palacio.

Cuando salían de Madrid, recibían las siguientes ayudas:

  • Cadetes: una paga extra de 120 reales de vellón, una ración de pan diaria para él y media para su criado, así como media ración de cebada y paja para la caballeriza de su bagaje.[2]
  • Trompetas y Guardias: 60 reales, una ración de pan y un cuarto para el criado, así como un cuarto de cebada y paja para el bagaje.
  • Capellanes, Cirujanos y Herradores: una ración de paja y cebada.
  • Los miembros del Juzgado (Asesor, Fiscal, Escribano y Alguacil), al igual que el Armero, el Alcaide y los Furrieles no tenían raciones de Campaña, de donde se deducen que no acompañaban al Cuerpo en sus desplazamientos.

En campaña recibían las siguientes raciones de pan diarias:

  • Sargento Mayor y Capitanes: doce
  • Capitanes, Tenientes, Subtenientes, Alféreces y Portaestandartes: cinco
  • Exentos y Ayudantes: cuatro
  • Brigadieres, Sub-Brigadieres, Capellanes y Cirujanos: dos
  • Cadetes: una y media
  • Guardias, Timbaleros y Trompetas: una y cuarto

Carlos IV

Una declaración de 14 de marzo de 1789 concede el privilegio de entrada a Palacio a las mujeres y viudas de los capitanes de las Guardias de Corps.

Al año siguiente, a petición de los interesados, concede el rey el grado de capitán de caballería a los cadetes y portaestandartes[3]. En la misma orden concede grado de teniente a todos los guardias que hubiesen cumplido doce años de servicio en el cuerpo y el de alférez al resto. Como consecuencia, desde esta orden todos los guardias tienen que solicitar al monarca licencia de matrimonio, al igual que el resto de oficiales del Ejército.

En una Real Declaración de 14 de marzo de 1791 concede el rey la graduación de teniente general a los capitanes y sargento mayor, de mariscal de campo a los primeros tenientes y ayudantes generales y la de brigadieres a los segundos tenientes y alféreces. El 24 de junio de ese mismo año se establecen nuevos sueldos para todos los empleos desde segundo teniente a guardia (Colón 1793, apéndice a la 1ª edición):

EMPLEO 1769 1791
2º Teniente 2.250 2.500
Alférez 2.000 2.250
Exento 1.820 2.000
Brigadier 685 800
Sub-brigadier 515 700
Cadetes 300 400
Portaestandarte 300 400
Guardia 150 300

En las nuevas ordenanzas promulgadas en 1792 se aprecia la influencia del nuevo sargento Mayor, Manuel Godoy:

  • Se vuelven a incluir las cualidades que deben poseer los guardias, tratado que había desaparecido inexplicablemente de las ordenanzas de 1769 aunque existían en las de 1754.
  • Se rebaja la edad mínima de ingreso de 18 17 años y la máxima de 30 a 24.
  • La estatura es la misma, 1,70, si bien ahora se expresa en 5 pies y 3 pulgadas de París, en lugar de en 2 varas y 2 dedos de Castilla.
  • Los extranjeros que deseen ingresar tienen que presentar traducidos los documentos que justifiquen su nobleza, la de sus padres y abuelos.
  • Los hijos y hermanos del cuerpo, así como los de las Órdenes militares ingresarán sin más certificación que su fe de bautismo y soltería, siempre que no tenga pendientes procedimientos judiciales.
  • Como consecuencia de la búsqueda de protagonismo de Godoy, los aspirantes aceptados por el capitán de alguna de las compañías, debe pasar primero por la casa del sargento mayor antes de presentarse al rey, volviendo después a ella para ser inscrito en el Libro de Asientos.
  • Las brigadas pasan a estar mandadas por los exentos.
  • Los oficiales subalternos hacen servicios de cuartel de cuatro meses, acorde con los que venían realizando los capitanes. En el primer turno entra el primer teniente de la compañía española, el segundo de la italiana y el alférez de la flamenca, y así sucesivamente.

En relación a los grados, esta ordenanza racionaliza la anterior, que concedía grados generalmente inferiores a los ostentados por el personal que alcanzaba los diversos empleos de las guardias:

  • Capitanes y Sargento Mayor: teniente general
  • Ayudantes generales y primeros tenientes: mariscal de campo
  • Segundos tenientes y alféreces: brigadier
  • Exentos y ayudantes de compañía: coronel
  • Brigadieres: teniente coronel
  • Sub-brigadieres, cadetes y portaestandartes: capitán
  • Guardias con más de 12 años de servicio: teniente
  • Resto: alférez

Los nuevos sueldos y franquicias que señala esta ordenanza son los siguientes:

PLANA MAYOR SUELDO FRANQ. COMPAÑÍAS (3) SUELDO FRANQ.
1 Sargento Mayor 5.000 700 1 Capitán 5.000 700
2 Ayudantes Generales 3.000 500 1 Primer Teniente 3.000 300
1 Comisario 2.000 90 1 Segundo Teniente 2.500 150
1 Secretario 700 60 1 Alférez 2.260 120
1 Furriel Mayor 700 60 8 Exentos 2.000 90
1 Alcaide de cuartel 700 60 1 Ayudante 2.000 90
3 Capellanes 700   4 Brigadieres 800 60
1 Archivero 500   4 Sub-brigadieres 700 60
1 Sub-alcaide 365   18 Cadetes 400 24
1 Fiscal 300   2 Garzones 400 30
1 Primer picador 360   2 Portaestandartes 400 24
1 Segundo picador 240   1 Cirujano 375 20
1 Carcelero 210   1 Timbalero 360 18
1 Mozo de sala 210   4 Trompetas 360 18
1 Escribano 200   180 Guardias 300 20
1 Alguacil 150   1 Herrador 150  
1 Armero 150   1 Sillero 150  
TOTAL 19.885 1.470 TOTAL 102.335 7.310

Lo que arroja un total para todo el cuerpo de 335.574 reales de vellón al mes, más otros 10.000 que se entregaban al capitán de cuartel para alimentar a los oficiales de servicio y 60 reales adicionales por cada uno de los 207 caballos que tenía cada compañía.

Se recogen ahora también las obligaciones del garzón, del que tenía que permanecer uno continuamente en palacio a las órdenes del capitán de cuartel, alternando por semanas:

  • Confeccionar las listas de oficiales y guardias que entraban de servicio
  • Llevar y traer las órdenes, hacerlas firmar las órdenes por quien corresponda y transmitirlas por escrito a las partidas
  • Pasar revista del armamento, vestuario y monturas
  • Recibir el santo y entregarlo por escrito al ayudante de semana

Finalmente, se amplía también la Real Declaración de 1789 a las mujeres de los sargentos mayores.

Desde 1800, ante la queja expuesta al rey por el marqués de Branciforte, sobre los abusos cometidos por los aspirantes a ingresar en el cuerpo, exige a los corregidores y justicias de sus lugares de origen, que envíen al sargento mayor un informe reservado que acredite su verdadera nobleza. Tres años después se modifica esta orden para que sean recibidos por los respectivos capitanes de compañía.

El 20 de julio de 1807[4], a propuesta del Serenísimo Señor Príncipe Generalísimo Almirante, el cuerpo vuelve al pie de tres compañías, pero sin denominación alguna sobre su origen, pues en adelante se procura que todos sus miembros fuesen nacionales. Al sobrante le fue concedido el retiro o bien fue distribuido entre otros regimientos del Ejército. Las divisas que se dieron a las nuevas compañías fueron unas bandoleras de cuadradetes rojos, morados y celestes.

El 20 de marzo de 1808, dos días después de que el rey exonerase a Godoy de sus cargos de Generalísimo y Almirante, el Cuerpo retomaba las ordenanzas de 1769, quedando anuladas las de 1792 que eran obras del valido[5].

Durante todo el reinado de Carlos IV los RRGGCC permanecen alojados en el Cuartel del Conde-Duque de Madrid, en los pabellones anexos al Palacio de San Ildefonso y en el Cuartel erróneamente llamado de las Guardias Valonas de Aranjuez, donde estuvo acuartelado en tiempos recientes el Regimiento de caballería Pavía.

Fernando VII

El 29 de abril la Junta presidida por el infante D. Antonio ordena al capitán de cuartel que envíe el cuerpo a Guadalajara, dejando en Madrid el destacamento necesario para el servicio de palacio y escolta de la familia real. Precisamente el 2 de mayo, muy temprano, partió el primer contingente (149 hombres), por lo que no participó en el levantamiento popular. Cuando estalla la guerra, la mayoría de los guardias deserta para no tener que servir a José Bonaparte. Aunque Murat prefería verlos lejos de Madrid por la fuerza que representaban y porque necesitaba todas las provisiones, especialmente de cebada, para sus tropas, el día 8 reclama su vuelta, así como del contingente que había acompañado a Fernando VII a Vitoria y Bayona en abril, y del que no se tenían noticias. En realidad se habían quedado en Valladolid, formando parte del ejército del general Cuesta (112 hombres).

El resto recibe órdenes de unirse al ejército de Moncey, pero no debieron incorporarse, pues el 8 de junio ordena Murat al sargento mayor, marqués de Ruchena, un estadillo con expresión de las ausencias, recibiendo una respuesta evasiva cuatro días después. Exasperado Murat le ordena formar un destacamento para que reciba en Burgos a José Bonaparte y lo escolte hasta Madrid, pero Ruchena se excusa diciendo que todos sus oficiales están enfermos. Otro destacamento de 24 guardias al mando de Pedro Torres huye hasta Villalpando, incorporándose al ejército nacional justo después de la acción de Cabezón. En esta batalla, participa un escuadrón del cuerpo, formado por 1 teniente, 6 exentos, 2 cadetes, 3 brigadieres y 185 guardias. Las bajas y deserciones posteriores fueron suplidas por los recién llegados, participando el escuadrón en Rioseco con los mismos efectivos.

Tras la batalla de Bailén, José I huye de Madrid y el escuadrón regresa a sus cuarteles, para salir a campaña a las órdenes de Castaños en octubre. El conde de Villariezo recibe el mando por parte de la Junta y envía misivas a todos los jefes de los ejércitos para que le remitan un estadillo de los guardias que sirven a sus órdenes. En Madrid permanece el duque del Parque con escasos efectivos y la misión de remontar a los que vuelvan y enviarlos a reunirse con el escuadrón de Villariezo, todo ello bajo las narices del propio Napoleón que llega el 2 de diciembre a Chamartín al mando de su Grande Armée.

El 28 de abril de 1809 aprueba finalmente la Junta la propuesta de Villariezo que tiene ya bajo su mando 29 oficiales, 262 hombres y 255 caballos y se comienza la leva para completar las tres compañías. En noviembre la fuerza del escuadrón es ya de 338 hombres y 227 caballos, de los que solo están disponibles para el servicio en el ejército 114 hombres y caballos. El conde de Castelflorido reclama que se le abonen los grados de oficial correspondiente a todos los guardias, pero la Junta lo rechaza argumentando que la unidad es demasiado costosa en comparación con otros regimientos del arma.

En 1811 las Guardias de Corps y las Guardias Españolas y Valonas dependen del 4º Ejército, que defendía la Isla del León.

En 1812 la fuerza efectiva es de 348 hombres y 62 caballos, de los que 58 y 54 respectivamente se encuentran en campaña y el resto de guarnición en Cádiz. Un decreto de las Cortes de Cádiz ordena que hagan la guardia interior del edificio de sesiones junto a los alabarderos, mientras las guardias de infantería lo hacen en el exterior, de forma similar a como lo hacían en palacio.

Por el decreto de 25 de mayo de 1813 se reorganizan los Guardias de Corps, a 2 escuadrones de 3 brigadas con los siguientes sueldos:

EMPLEO REALES
1 Capitán comandante 7.500
1 Sargento Mayor 2º Jefe 5.000
2 Comandantes de escuadrón 5.000
2 Ayudantes 4.000
12 Exentos 24.000
12 Brigadieres 9.600
12 Sub-Brigadieres 8.400
48 Cadetes 19.200
2 Garzones 800
1 Secretario 350
2 Capellanes 1.400
2 Cirujanos 750
1 Picador 360
1 Domador 240
2 Armeros 300
2 Mariscales 300
2 Silleros 300
1 Asesor 600
1 Fiscal 300
1 Escribano 200
1 Timbalero 360
1 Trompeta Mayor 360
6 Trompetas 2.160
288 Guardias 86.400
TOTAL MENSUAL 181.599

El 1 de julio de 1814 el rey otorga un nuevo reglamento para el Cuerpo:

  • Se denomina en lo sucesivo Reales Guardias de la Persona del Rey.
  • Se articula en tres escuadrones y plana mayor
  • Suprime el empleo de sargento mayor y en su lugar crea 2 ayudantes generales.
  • El capitán propondrá al rey todos los empleos
  • El secretario lo será de todas las tropas de la Casa Real
  • Los aspirantes a ingresar en el cuerpo habrán de presentarse uniformados y bien montados a su costa
  • Se crea una Academia para asegurar que sus integrantes se distingan por su honor, conducta, exactitud en el servicio, amor a la sagrada persona del rey y disciplina.
  • Se mantiene el mismo uniforme con la divisa o cuadrete de la banderola de color encarnado
  • Se mantienen los sueldos y gratificaciones establecidas por el reglamento de 1792.
  • En tanto no se redacten nuevas ordenanzas, habrá de regirse por las de 1792 y 1769.

El 17 de julio se establecen nuevos sueldos, franquicias y raciones, aunque son los mismos de 1792, con la salvedad de que a cada comandante de escuadrón se les asignan 3.000 reales y al personal del juzgado dos raciones diarias a cada uno.

El 19 de mayo de 1815 se concede al duque de Alagón su petición de que se entregue al cuerpo y no al Hospital General tanto los 8 reales diarios de manutención como las ¾ partes del sueldo de todo el personal enfermo, que en adelante serán atendidos en la enfermería del cuerpo.

Por RO de 24 de julio de 1819 se retrasa la edad mínima para entrar en el cuerpo desde los 18 a los 20 años, para evitar las muertes por tisis a la que se exponían siendo tan jóvenes (ello según dictamen de los médicos de turno).

Los relevos de todos los Oficiales del Cuerpo están bien documentados, a lo largo de su primer siglo de vida, siendo los cargos superiores los siguientes:

  • SGM.: Duque de Atri (1746), IV Marqués de Villadarias (1749), Marqués de Ruchena (1776), Manuel Godoy (1792), Marqués de la Ruchena (1799), Marqués de Branciforte (1800), Vacante (1805), Marqués de la Ruchena (1808), Vacante (1809), Pedro José Gámez (1811), hasta la desaparición del cargo (1813)
  • Española: Duque de Baños (desde 1753), Duque de Arcos (1768), Manuel Pacheco (1782), Marqués de Albudeyte (1795), Marqués de Valparaíso (1803)
  • Italiana: I Príncipe de Masserano (desde 1740), Príncipe de la Riccia (1780), Marqués de Oyra (1790), Marqués de Branciforte (1792), Duque de Lancaster (1800), Vacante (1802), Duque de Sedaví (1803), Conde de Villariezo (1807)
  • Flamenca: Duque de Bournonville (desde 1720), Conde de Bournonville (1770), II Príncipe de Masserano (1785), Duque del Parque (1807)
  • Americana: Conde de Villariezo (1799-1807)

Durante la guerra los jefes de escuadrón fueron:

  • 1º: Vacante (1808), Francisco Villena (1813)
  • 2º: Conde de Villariezo (1808), Conde de Castelflorido (1809), Antonio Arteaga (1813)
  • 3º: Duque del Parque (1808), Francisco Arteaga (1813)

Durante el reinado de Fernando VII, los mandos del cuerpo y escuadrones fueron:

  • Cuerpo: Duque de Alagón (1813-1821), Marqués de Villadarias (1823), marqués de Valparaíso (1824), duque de Alagón (1832)
  • 1º: Francisco Villena (1813), Joaquín Soravilla (1816-1821), Francisco Fernández (1825)
  • 2º: Antonio Arteaga (1813), Francisco Fernández (1819-1821), Antonio Ortega (1825), Tomás Jiménez (1829), Francisco Cayllet (1831), Manuel Novales (1833)
  • 3º: Francisco Arteaga (1813-1821), Antonio Barreiro (1825), Juan Talero (1826), Antonio Urramendi (1833)
  • 4º: José Lasala (1814), Antonio Ortega (1819-1821), Juan Godoy (1825), José Manuel de la Brena (1831), Bernardo Ibiricu (1833)

Carlos III

Por la ordenanza de 1760, los Reales Guardias de Corps recuperan la plantilla de 1720, es decir, 200 plazas por compañía, aunque lo que pretendían los capitanes, en escrito dirigido a S.M. era volver a los 300, como en 1741. En dicha petición puede comprobarse que los tres jefes siguen siendo los citados en el reinado anterior. También que las compañías recuperan sus tradicionales denominaciones: española, italiana y flamenca. Como consecuencia de este aumento, la plantilla queda como sigue:

CADA COMPAÑÍA PLAZAS PLANA MAYOR PLAZAS
Capitán 1 Sargento mayor 1
Teniente 1 Ayudante general 1
Subteniente 1 Comisario 1
Alférez 1 Armero 1
Ayudante 1 Alcaide de cuartel 1
Exento 8 Asesor 1
Timbalero 1 Escribano 1
Portaestandarte 2 Alguacil 1
Brigadier 4 Furriel mayor 1
Sub-brigadier 4 Furriel 3
Cadete 18 Capellán 3
Garzón 2 Cirujano 3
Trompeta 4 Mariscal (herrador) 3
Guardia 180 Sillero 3
Subtotal 228 Subtotal 24
3 COMPAÑÍAS 684 TOTAL CUERPO 708

Cada brigada tiene, en realidad, la plantilla aproximada de una compañía del Ejército, de ahí que en el estado militar de 1761[6] se afirme que la caballería de la Guardia Real ascendía a una fuerza de 6 escuadrones (3 de los Reales Guardias de Corps y otros 3 de la Brigada de Carabineros Reales).

También en 1768 se promulga la Real Ordenanza para el gobierno, régimen y disciplina del Real Cuerpo de Guardias de Corps. La plantilla se ve ligeramente modificada en los siguientes puntos:

Carlos IV

Cuando comienza el reinado en diciembre de 1788, las Reales Guardias de Corps mantienen la siguiente plantilla:

CADA COMPAÑÍA PLAZAS PLANA MAYOR PLAZAS
Capitán 1 Sargento mayor 1
Teniente 1 Ayudante general 1
Segundo teniente 1 Comisario 1
Alférez 1 Furriel mayor 1
Ayudante 1 Armero 1
Exento 8 [[Alcaide de cuartel 1
Timbalero 1 Teniente de [[alcaide 1
Portaestandarte 2 Asesor 1
Furriel 1 Escribano 1
Capellán 1 Fiscal 1
Cirujano 1 Alguacil 1
[[Mariscal ([[herrador) 1
Sillero 1
Brigadier 4
Sub-brigadier 4
Cadete[7] 20
Trompeta 4
Guardia 180
Subtotal 233 Subtotal 11
3 COMPAÑÍAS 699 TOTAL CUERPO 710

Por real decreto de 13 de febrero de 1791 vuelve a crearse el empleo de segundo ayudante general.

El 12 de marzo de 1792 se publica una nueva ordenanza para el cuerpo. El rey se nombra a sí mismo coronel, cargo inexistente hasta la fecha. El sargento mayor, a la sazón Godoy, recibe nuevas atribuciones muy superiores a las anteriores, asumiendo el mando de armas y jurisdicción que antes correspondía al capitán de cuartel. Se crean también nuevos empleos en la plana mayor:

Por RD expedido en Aranjuez el 6 de abril de 1793 se crea una cuarta compañía de guardias, integrada por súbditos americanos, que se antepone en prelación a las dos extranjeras y se distingue por una divisa morada.

En 1795 planea Godoy una reestructuración de las Reales Guardias de Corps que, como otras muchas del periodo de valimiento del duque de Alcudia, no llegan a buen término y acaban siendo derogadas por su ineficacia, suponiendo un continuo trastorno para la organización del cuerpo. En cualquier caso, se recogen a continuación los cambios fundamentales:

El sargento mayor adquiere las mismas prerrogativas que los inspectores de las armas, debiendo ser desde ahora grande de España o capitán general.

La plantilla del cuerpo queda como sigue (entre paréntesis los grados a los que se rebajan ciertos empleos):

CADA COMPAÑÍA PLAZAS PLANA MAYOR PLAZAS
Capitán 1 Coronel (el rey) 0
Teniente (brigadier]]) 1 Sargento mayor 1
Alférez (exento) 1 Ayudante general 1
Ayudante (exento) 1 Armero 1
Exento (coronel) 6 Asesor 1
Brigadier 2 Escribano 1
Sub-brigadier 2 Fiscal 1
Cadete 14 Alguacil 1
Garzón 1 Carcelero 1
Portaestandarte 1 Mozo de salas 1
Timbalero 1 Capellán 2
Trompeta 2 Sacristán 1
Furriel 1 Cirujano 2
Mariscal 1
Sillero 1
Picador 1
Domador 1
Guardia 180
Subtotal 218 Subtotal 14
4 COMPAÑÍAS 872 TOTAL CUERPO 886

En 1797 año se incorpora al cuerpo la Brigada de Artillería Volante, como resultado del éxito que había tenido el ensayo de la artillería montada en apoyo de la caballería, realizado en Buenos Aires por Vicente Maturana. Dicha brigada consta de:

En 1798 se restablecen las graduaciones que señalaban las ordenanzas de 1792 y se incrementa cada compañía en:

Los cadetes vuelven a ser 18 y los guardias 180 por compañía, de ellos 20 supernumerarios sin sueldo.

En abril de 1803 se disuelve la Brigada de Artillería Volante.

El 20 de julio de 1807[8], las Reales Guardias de Corps vuelven al pie de 3 compañías, procurándose en adelante que todos sus miembros sean nacionales, por lo que se suprime el nombre de las mismas.

José I

El 25 de mayo de 1813 las Cortes elaboran un decreto por el que se reorganizan las Reales Guardias de Corps, que quedan con 2 escuadrones a 3 brigadas con la siguiente plantilla:

CADA BRIGADA PLAZAS PLANA MAYOR PLAZAS
Exento, 1º jefe (capitán) 1 Capitán comandante 1
Exento, 2º jefe (teniente) 1 Sargento mayor]] 2º jefe 1
Brigadier, 3º jefe (alférez) 1 Comandante de escuadrón 2
Brigadier (sargento primero) 1 Ayudante 2
Sub-brigadier (sargento segundo) 2 Garzón 2
Cadete de 1ª (cabo primero) 4 Secretario 1
Cadete (cabo segundo) 4 Capellán 2
Trompeta 1 Cirujano 2
Guardia (soldado) 48 Picador 1
Domador 1
Armero 2
Mariscal 2
Sillero 2
Trompeta mayor 1
Timbalero 1
Asesor 1
Fiscal 1
Escribano 1
Subtotal 63 Subtotal 26
6 BRIGADAS 378 TOTAL DEL CUERPO 404

Fernando VII

El 1 de julio de 1814 decide S.M. cambiar el nombre a los Reales Guardias de Corps por Reales Guardias de la Persona del Rey y les añade un tercer escuadrón. La nueva plantilla es la siguiente:

CADA ESCUADRÓN PLAZAS PLANA MAYOR PLAZAS
Comandante (brigadier) 1 Capitán Comandante 1
Ayudante 1 Capitán supernumerario 2º Jefe 1
Exento 6 Ayudante general 2
brigadier 6 Comisario 1
Sub-brigadier 6 Secretario de la inspección 1
Cadete 22 furriel general 1
Garzón 2 Alcaide 1
Portaestandarte 1 Capellán 3
Trompeta 4 Cirujano 3
Guardia 150 Archivero 1
Mozo de sala 1
Picador de 1ª 1
Picador de 2ª 2
Armero 3
Mariscal 3
Sillero 3
Timbalero 1
Trompeta de orden 3
Asesor del juzgado 1
Fiscal 1
Escribano 1
Alguacil 1
Subtotal 199 Subtotal 36
3 ESCUADRONES 597 TOTAL CUERPO 633

El 3 de mayo de 1815 manda el rey que se aumente otro escuadrón, con objeto de adecuar el cuerpo en lo posible a un regimiento de caballería de línea. Cada escuadrón consta de 2 brigadas y se le establece la siguiente plantilla:

CADA ESCUADRÓN PLAZAS PLANA MAYOR PLAZAS
Comandante 1 Capitán Comandante 1
Ayudante 1 Capitán supernumerario 2º Jefe 1
Exento 4 Ayudante general 2
brigadier 4 Comisario 1
Sub-brigadier 4 Secretario de la inspección 1
Cadete 16 furriel general 1
Garzón 2 Alcaide 1
Portaestandarte 1 Capellán 3
Trompeta de órdenes 1 Cirujano 3
Trompeta 4 Archivero 1
Guardia 132 Mozo de sala 1
Carcelero 1
Director del picadero 1
Picador 4
Domador 2
Armero 2
Sillero 3
Músico Mayor 1
Timbalero 1
Redoblante 1
Asesor del juzgado 1
Fiscal 1
Escribano 1
Alguacil 1
Subtotal 170 Subtotal 36
4 ESCUADRONES 680 TOTAL CUERPO 716

El aumento de la plantilla supone un importante aumento del gasto contra el tesoro, por lo que el 10 de marzo de 1816 se decide repartir 58 individuos entre los regimientos de caballería de acuerdo con la siguiente tabla, obtenida de la revista realizada el 8 de octubre por el entonces inspector general interino de caballería, Diego Ballesteros[9]:

REGIMIENTOS DE LÍNEA PLAZAS DRAGONES Y LIGEROS PLAZAS
Rey 3 Rey 3
Príncipe 3 Reina 3
Infante 2 Almansa 2
Farnesio 2 Pavía 2
Borbón 2 Villaviciosa 2
Alcántara 2 Numancia 3
España 2 Lusitania 2
Algarve 2 Madrid 2
Calatrava 2 Bailén 3
Santiago 2 Españoles 2
Montesa 2 Guadalajara 2
Voluntarios 2
Costa de Granada 2
Castilla 2
Extremadura 2
TOTAL 32 TOTAL 26

El 28 de octubre de 1816 los 4 escuadrones se dividen en 2 de granaderos y 2 de caballería ligera y se les aumenta la plantilla en 1 exento. Además, se crea una brigada de flanqueadores, montada, armada y uniformada como los cazadores y con la siguiente plantilla:

A comienzos de 1818 el mando de la brigada de flanqueadores pasa un comandante, designándose para el puesto a José Pacheco. El 3 de septiembre de ese año el duque de Alagón propone la supresión de una plaza de guardia en cada escuadrón para sufragar la creación de la academia prevista en 1814 y que aún no se había constituido. Finalmente el rey decide que solo se supriman 2 plazas en todo el cuerpo.

Tras el levantamiento de Riego y el manifiesto del 12 de marzo, se suprime el empleo de comandante, pasando el mando del cuerpo al capitán de escuadrón que se encontrase de cuartel, durante los 4 meses de su servicio[10]. Se restablece, en cambio, el empleo de sargento mayor, nombrándose para el puesto al mariscal Pedro José de Gámez. Se intenta también disminuir el número de efectivos del cuerpo, prohibiendo la entrada de nuevos miembros, amortizando las vacantes y facilitando el pase a la caballería del Ejército a aquellos que lo deseen. Sin embargo, la jura de la Constitución por parte del rey da lugar a enfrentamientos en el seno del cuerpo, alguno de los cuales se salda con víctimas mortales (Berazaluce 1979).

Los sucesos van empeorando hasta que el 5 de febrero de 1821 los guardias se enfrentan al pueblo y la Milicia Nacional al grito de "Viva el rey y muera la Constitución". Cinco días después el capitán general de Madrid da orden de desarmar al Real Cuerpo, lo que se verifica el día 12, según indica el siguiente estadillo de armas confiscadas, firmado por un tal Pablo de la Serna[11]:

BRIGADA CARABINAS BAYONETAS PISTOLAS (PAR) ESPADA / SABLE
Primera 21 21 23 22
Segunda 29 28 28 24
Tercera 30 25 30 28
Cuarta 38 37 35 32
Quinta 37 37 40 34
Sexta 37 34 39 31
Séptima 37 35 45 33
Octava 40 40 36 31
Flanqueadores 72 0 60 63
TOTAL 341 257 336 298

En la revista de 5 de abril de 1821 se advierte una seria disminución de efectivos, contando el cuerpo con 561 plazas presentes, 4 como presentes y 24 ausentes, además de 409 caballos. El 28 de ese mismo mes el rey sanciona un decreto de las Cortes por el que se extinguen los "Reales Guardias de Corps", si bien nadie había derogado la disposición de 1 de julio de 1814 por la que se le había cambiado el nombre. Todos aquellos que no se encuentran encausados por rebelión, son integrados en unidades tanto de caballería como de otras armas, en función de sus méritos y circunstancias. Entre tanto se les pasaporta para sus pueblos respectivos, lo que crea cierta confusión, al ser muchos de ellos hijos de militar y haber nacido en los mismos por accidente.

Aunque en el decreto de 29 de junio de 1822 se prevé la creación de sendos regimientos de infantería y caballería, esto no se lleva a Cabo. Por tal motivo, cuando el rey es obligado a huir hacia Cádiz durante la invasión francesa, tiene que ser escoltado por el Regimiento de Caballería Almansa.

El 16 de junio de 1823, instalada en Madrid la Regencia absolutista, se declaran nulos todos los decretos del gobierno constitucional desde el 7 de marzo de 1820, por "haber sido arrancados a la fuerza al rey nuestro señor". El marqués de Villadarias procede a formar de nuevo el Real Cuerpo, pese a que no hay muchos guardias disponibles y a que su cuartel se encuentra ocupado por las tropas francesas. El 12 de septiembre hay ya formado un escuadrón, que se envía a remontarse a Sevilla, con vistas a escoltar al monarca desde Cádiz a Madrid. Sin embargo, cuando este llega a la capital hispalense a comienzos de octubre, el rey no se fía de la fidelidad de estos hombres y ordena su relevo por tropas francesas, en tanto no se certifique su lealtad. Esta purificación se prolonga hasta 1831, bien porque los individuos a los que se les requieren informes de conducta no los entregan o bien porque no encuentran a nadie que los avale.


Referencias

  1. Nombre castellanizado en España como Princesa de los Ursinos
  2. La ración de pan era de libra y media; la de cebada de celemín y medio; la de paja de media arroba.
  3. SHM. Biblioteca Reales Órdenes y Decretos, Tomo 127, año 1790.
  4. AGMS. Sec. 2ª Div. 10 Leg. 151.
  5. SHM. Ms 1-1809, folio 391.
  6. Biblioteca del Palacio Real, arch.3, cajón 19, n.º 215.
  7. De los 20 cadetes de las RRGGCC, 2 plazas corresponden a garzones.
  8. AGMS. Sec. 2ª Div. 10 Leg. 151.
  9. AGMS Sec. 2ª, Div. 10, Leg. 152.
  10. AGMS Sec. 2ª, Div. 10, Leg. 152.
  11. Como puede apreciarse, incluye los datos correspondientes a la 2ª brigada que fueron omitidos por error en la tabla incluida en El Ejército de los Borbones Tomo 5.2, pág. 303, que le sirvió de fuente.