Brigada de Carabineros Reales

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Unidad de caballería española, creada en 1732 y disuelta en 1823.

Escudo Carabineros Reales

Felipe V

Aunque el decreto de formación data de 29 de agosto de 1730, no se hizo efectiva hasta el 7 de marzo de 1732. En el preámbulo se justifica su creación por el escaso rendimiento que se obtenía en campaña de las compañías de carabineros de los regimientos de línea y que, a su vez, se habían creado en 1721 al reunir los tres carabineros que existían en cada compañía.

Su primera guarnición fue la castellanía de Amposta, y su primer jefe Eustaquio, duque de Vieuville. Sería sucedido por:

  • 1737: Marqués de Villadarias
  • 1739: Antonio de Zayas y Guzmán
  • 1742: Duque de Atrisco
  • 1745: Duque de Montemar
  • 1750: Duque de Baños
  • 1753: Duque de Huéscar
  • 1770: Vacante; el mando recae en los tenientes coroneles:
    • 1770: Fernando Andreani
    • 1782: Gerónimo Caballero
    • 1787 Francisco Zayas
  • 1789: Francisco de Zayas
  • 1793: Antonio de Córdoba y Heredia
  • 1801: José Iturriagaray
  • 1808: Conde de Miranda
  • 1810: Vacante
  • 1812: Manuel Freyre
  • 1823: D. Juan Espinosa de los Monteros

Durante todo este tiempo permaneció de guarnición en La Mancha, repartida entre Almagro y Manzanares. Participó en las siguientes campañas:

  • Guerra de Sucesión Polaca (1733-1736)
  • Guerra de Sucesión Austriaca (1741-1745)
  • Guerra de Portugal (1762)

La Brigada de Carabineros contó desde el principio con privilegios similares a las tropas de la Casa Real. Por ejemplo, en 1732 se estableció que su jefe ostentará el empleo de brigadier; el segundo, de coronel; el sargento mayor, de teniente coronel con mando de escuadrón; y los ayudantes, de capitán. A los sargentos se les otorgó el sueldo de alférez de caballería, y a los carabineros el de sargento. Cuatro años después se concedió, además, el grado de teniente coronel a los capitanes de la Brigada, y el de capitán de caballería a los tenientes.

El 4 de enero de 1742 se le concedió oficialmente el título de tropas de la Casa Real. El 23 de ese mismo mes se dispuso que tanto los Carabineros como los Granaderos Reales hicieran los mismos saludos y toques que los que realizaban los Reales Guardias de Corps. El 24 de abril del mismo año se ordena que el comisario de las Guardias lo fuese también de los Carabineros.

Fernando VI

Una Real Orden de 22 de julio de 1748 concedió a los ayudantes de la Brigada que hubieran sido promovidos al empleo de capitán, la antigüedad en el primer empleo, por estar reputados dichos ayudantes como capitanes de carabineros.

Otra de 19 de noviembre mostraba cómo se había ido imponiendo en todos los cuerpos el grado de distinción de carabinero, muchos de los cuales pasaban posteriormente a la Brigada si tenían reconocida nobleza y buena presencia. La de 1 de diciembre permitía conocer que el nuevo vestuario se había recibido el 1 de octubre y que tenía una duración de 40 meses.

Por RO de 11 de enero de 1749 se redujo su plantilla, debiendo pasar los 240 carabineros sobrantes al Regimiento Dragones de Mérida. La Brigada quedó con 3 escuadrones a 4 compañías, con un total de 372 carabineros, sin contar oficiales ni trompetas, distribuidos según la siguiente plantilla:

CADA COMPAÑÍA PLAZAS PLANA MAYOR PLAZAS
Capitán 1 Primer comandante (con cía.) 0
Teniente 1 Segundo comandante (con cía.) 0
Alférez 1 Sargento mayor 1
Sargento 1 Ayudante 1
Cabo 3 Capellán 1
Carabinero 27 Cirujano 1
Timbalero 1
Sillero 1
Mariscal 1
Trompeta 6
Subtotal 34 Subtotal 13
12 COMPAÑÍAS 408 TOTAL BRIGADA 421

Es probable que, pese a esa reducción, no pudiera completarse la plantilla, porque el 20 de noviembre de ese mismo año ordenó el rey sacar un carabinero de cada uno de los 12 regimientos más antiguos.


Por Real Orden de 3 de marzo de 1751 se declaró el grado de teniente de caballería a un carabinero distinguido y dos sargentos que habían pasado a desempeñar el empleo de alférez portaestandarte de tres compañías de la Brigada. Otra de 31 de julio señaló la preferencia para ocupar puestos de portaestandarte en la Brigada a los alféreces de los regimientos de caballería que reunieran ciertos méritos. Para portar las enseñas de estos cuerpos se prefería a los sargentos y carabineros de distinción de la Brigada, de donde se deduce el grado de privilegio que tenía esta dentro del arma.

El 16 de febrero de 1753 se concedió el grado de teniente coronel de caballería al ayudante mayor de la Brigada, con la misma antigüedad que disfrutaba en dicho empleo. Por la de 3 de mayo se establecieron los grados y sueldos de alférez y sargento de caballería a los sargentos y carabineros de la Brigada que, tras prestar ocho años de servicio en la misma, pasasen a la situación de inválido. Por el contrario, en la de 15 de diciembre se derogó la orden de 10 de agosto de 1740 por la que se consideraba inherente el ascenso a brigadier de los coroneles que mandasen la Brigada.

El 25 de octubre de 1754 se ordenó que los regimientos de dragones contribuyeran en igual medida que los de caballería al mantenimiento de las plantillas de la Brigada, permitiendo en compensación a sus oficiales a optar a los empleos vacantes en la misma.

Los toques que usaban los trompetas y timbales en cuartel y campaña eran los mismos de los Reales Guardias de Corps y del resto de la caballería. Sin embargo, no recibían el mismo trato que estos respecto al alojamiento, pues solo recibían un jergón, dos sábanas, una manta y un travesero.

Carlos III

El 11 de enero de 1761 se concedió el grado de coronel al sargento mayor y a los tres capitanes más antiguos de la Brigada[1].

En 1763 se especificó que los portaestandartes se nombrasen entre los sargentos de la Brigada a propuesta de su comandante, teniendo el grado de alférez de caballería. Por el Reglamento de 24 de mayo de 1763 se restableció el antiguo pie de la Brigada (4 escuadrones a 3 compañías) y se aumentó la plantilla en 240 plazas, además de 4 de portaestandarte en la plana mayor y 1 cabo más por compañía. Dicho aumento se sacó por igual entre los regimientos de caballería y dragones, y supuso a las arcas del Estado la friolera de 722.898 reales. Quedaban, por tanto, 684 efectivos en total, incluidos los oficiales, distribuidos de la siguiente forma:

CADA COMPAÑÍA PLAZAS PLANA MAYOR PLAZAS
Capitán 1 Primer comandante (con cía.) 0
Teniente 1 Segundo comandante (con cía.) 0
Alférez 1 Sargento mayor 1
Sargento 2 Ayudante 2
Cabo 4 Portaestandarte 4
Trompeta 1 Capellán 1
Carabinero 46 Cirujano 1
Timbalero 1
Sillero 1
Mariscal 1
Subtotal 56 Subtotal 12
12 COMPAÑÍAS 672 TOTAL BRIGADA 684

En la Ordenanza de 1770 se especificaba que en toda la Brigada no podría haber más de doce carabineros de distinción, que serían empleados en el mismo turno que el resto en todo servicio de armas, pero estando exentos del servicio de caballería, cuadra o aguada. Estos carabineros se alojaban en el cuartel a continuación de los alféreces y en campaña instalaban sus tiendas entre las de los oficiales subalternos. Usaban el mismo uniforme que el resto, pero si no estaban de servicio portaban espadín en lugar de la espada. Tenían, además, la obligación de estudiar las ordenanzas, aritmética, geometría y fortificación para llegar a ser buenos oficiales.

La misma ordenanza concedía a la Brigada un fuero especial, debiendo someterse a un consejo de guerra a aquellos carabineros que incumpliesen las ordenanzas. Por otro lado, el comandante en jefe tenía potestad para enviar a presidio al autor de ciertos delitos, sin mediar consejo de guerra. En compensación estaban exentos de la pena de baqueta. Algunas penas resultaban curiosas:

  • Los que se embriagasen eran destinados durante diez años a los presidios de África.
  • Los que se empeñasen en contraer matrimonio sin obtener la licencia requerida, eran condenados a los regimientos fijos de América durante ocho años.
  • La blasfemia se castigaba con la expulsión del cuerpo.
  • El quedarse dormido de centinela, con licencia infame y servicio durante tres años en obras públicas.
  • El centinela que se sentase o fumase, con quince días de guardia de caballeriza a ocho horas por día.
  • El maltrato de las provisiones de cualquier paisano, con un mes de prisión además de la reparación del daño, o bien con tres años si la retención necesaria para satisfacer la deuda superase los cuatro meses.
  • La deserción, con diez años en los presidios de Orán o Ceuta si se acogiese a iglesia, o de por vida a Puerto Rico en caso contrario.

El 23 de diciembre de 1777 se concedió a los capitanes de caballería y dragones propuestos para mandar compañía en la Brigada, el grado de teniente coronel. Doce años después se les concedió el de coronel, mientras que los tenientes y alféreces conseguían el empleo superior, respectivamente.

Por la RO de 20 de septiembre de 1782 se crearon 2 plazas de segundos ayudantes, una de armero y otra de piquero, suprimiéndose los 4 portaestandartes. Desde entonces se nombrarían para tal efecto en tiempo de paz a los individuos graduados que hubiesen prestado servicio durante 35 años, y en guerra a los alféreces.

El 17 de agosto de 1787 se confirmó la Brigada como cuerpo de la Casa Real, gozando de los mismos privilegios y exenciones concedidas al resto.

Carlos IV

Comenzó el reinado con un total de 684 hombres, repartidos entre 4 escuadrones a 3 compañías y la siguiente composición:

CADA COMPAÑÍA PLAZAS PLANA MAYOR PLAZAS
Capitán 1 Primer comandante (con cía.) 0
Teniente 1 Segundo comandante (con cía.) 0
Alférez 1 Sargento mayor 1
Sargento 2 Ayudante mayor 2
Cabo 4 Ayudante segundo 2
Trompeta 1 Capellán 1
Carabinero 46 Cirujano 1
Timbalero 1
Mariscal 1
Sillero 1
Armero 1
Picador 1
Subtotal 56 Subtotal 12
12 COMPAÑÍAS 672 TOTAL BRIGADA 684

En 1793 toda la Brigada fue destinada a Cataluña para intervenir la guerra de la Primera Coalición.

El 23 de mayo de 1796 ordenó el rey que se aumente el prest a los sargentos, cabos y carabineros en un real de vellón diario, se deroga la prohibición de casamientos aunque pidiendo licencia al comandante y se reduce el tiempo para el goce de los cuatro premios de constancia que pasan de los 15-20-25-35 años a los 12-16-20-30.

En 1797 la Brigada pasó al Campo de Gibraltar, para guarnecer la costa amenazada de invasión.

En 1801 dos escuadrones participaron en la guerra de las Naranjas, tomando parte en el sitio de Yelves y en la toma de Villaviciosa.

Por RO de 23 de julio de 1802 la Brigada adoptó el mismo pie que el resto de la caballería cuatro escuadrones a dos compañías. Además se le incorporaron los dos escuadrones de la Guardia de Godoy (uno de cazadores y otro de húsares), aunque conservando separadas sus planas mayores y su habilitación. Sin embargo, a requerimiento del comandante de la Brigada, se dio marcha atrás y se mantuvo la plantilla anterior, con la simple adición de los dos escuadrones ligeros.

El 1º de enero de 1804 se aumentó el sueldo a los oficiales y el prest a los sargentos y cabos:

EMPLEO EQUIVALENCIA SUELDO
Primer Comandante Brigadier 6.000[2]
Segundo comandante Coronel 5.171
Sargento mayor Coronel 2.805
Ayudante mayor Coronel 1.463
Ayudante segundo Teniente coronel 1.179
Capitán Coronel 1.463[3]
Teniente Capitán 1.010
Alférez Teniente 844
Capellán   400
Cirujano   400
Timbalero   240
Mariscal   240
Sillero   240
Armero    
Picador    
Sargento   216
Cabo   156
Trompeta   240
Carabinero   90

El 8 de julio de 1805 se integraron definitivamente los dos escuadrones semiindependientes de la Guardia de Godoy, compartiendo desde entonces los mismos fondos, plana mayor, grados, preeminencias, etc. Se mantuvieron, sin embargo, los dos pies diferentes: tres compañías en los escuadrones de línea y dos en los ligeros.

El 22 de enero de 1806 se rebajó del servicio de cuartel a los individuos graduados de oficial, excepto del cuidado de sus caballos. El servicio de armas no se vio afectado.

Fernando VII

En julio de 1808 desertó la cuarta parte de la Brigada, con el capitán José Azlor a la cabeza y uno de los estandartes. Desde Ocaña se dirigieron a Extremadura, posiblemente a Badajoz, donde se pusieron a las órdenes de la Junta Suprema como Escuadrón de Carabineros Reales de Extremadura. El mando recayó en el brigadier Gregorio Laguna, que había sido teniente coronel del Regimiento Carabineros de María Luisa.

El 19 de julio de 1808 otra fracción participó en la persecución de Dupont a su salida de Andújar. El 25 de diciembre de 1808 participaron en la acción de Tarancón 150 carabineros, que fueron arrollados por 800 jinetes franceses, aunque no está comprobado que fueran restos de la Brigada.

En enero de 1809 el escuadrón extremeño se había desligado ya completamente de la Brigada y estaba mandado por Miguel de March[4]. Su plantilla era ahora de 4 compañías a 43 hombres (incluidos los oficiales) y una plana mayor reducida a dos ayudantes. Por esas mismas fechas llegaron a Extremadura otros 19 carabineros huidos, y la Junta Suprema, desde Sevilla, ordenó que se incorporasen al Regimiento de Caballería Sagunto, que estaba en Fuente de Cantos (Badajoz).

En febrero el conde de Miranda solicitó los 242 hombres que le faltaban, pero dadas las circunstancias de la guerra y lo incompletas que estaban todas las unidades, solo se le concedieron 121 procedentes de los cuerpos que estaban en La Carolina y Santa Cruz de Mudela a las órdenes del conde de Cartaojal. Los caballos los proporcionó la propia Brigada de la remonta que poseía en Jaén. Dicho conde había hecho cesión de su sueldo de comandante de la Brigada al comienzo del conflicto, pues era hombre rico pero, al ocupar los franceses sus tierras en marzo de 1809, tuvo que pedir a la Junta que se le volviese a pagar.

La saca solo tuvo éxito en Sevilla, pues la enviada a Castilla la Mancha fue rehusada por el mariscal Francisco Venegas, argumentando que necesitaba a todos sus hombres por la proximidad del enemigo. Finalmente, el conde de Miranda presentó en julio un estado de fuerza al secretario de Guerra, en el que la Brigada tenía 402 hombres y 385 caballos, de los que solo quedaban en campaña 196 y 195 respectivamente, por encontrarse los demás repartidos entre la remonta, las bajas y las sacas. Para completar el tercer escuadrón se realizó una leva en Extremadura, pero el cuarto nunca llegó a completarse.

En octubre de 1810 los efectivos de la Brigada ascendían a 67 hombres en la Isla del León, 80 en el Ejército de la Izquierda, 270 en el del Centro y 2 en el Campo de Gibraltar, faltándole 247 para el completo.

En los años siguientes no mejoró la situación, presentando en Lorca a enero de 1811 un total de 349 hombres y 297 caballos, y en junio de 1812, ya en Mula, 278 hombres y 110 caballos. En julio de este último año se cubrió por fin la comandancia, que recayó en el general de caballería Manuel Freyre.

En el Estado Militar de 1815 aparece ya a la Brigada recompuesta tras la guerra y articulada en 4 escuadrones, aunque sin indicar el número de plazas, bajo el mando del infante don Carlos, hermano del rey, como su coronel, empleo este que no había existido antes en la unidad.

En el Decreto de Organización del Ejército de 1 de noviembre de 1820 se adjudicaron a la Brigada 793 plazas y se le señalaron los mismos servicios que al resto de unidades del arma, sin más haberes ni gratificaciones que las que devengare en revista.

El Estado Militar de 1821 mostraba que el primer escuadrón se había hecho de granaderos y los otros tres de coraceros, sin que se tenga constancia del decreto que lo estipulaba. En cualquier caso es dudoso que se llevase a efecto, ya que el 26 de mayo de 1822 el Gobierno liberal ordenó la disolución de la Brigada. Todo el personal de tropa y los oficiales subalternos fueron destinados a los regimientos del arma.

Sin embargo, por decreto de 18 de julio de 1823 la regencia absolutista encargó al coronel Juan Espinosa de los Monteros su reorganización. Al año siguiente, sus componentes se integraron definitivamente en la nueva División de Caballería de la Guardia Real.

Referencias

Notas

  1. SHM. Cil. Gen. Doc. Nº 4-2-8-1, rollo 41.
  2. Dato aproximado, en realidad es el sueldo que le corresponda como oficial general más una gratificación de 3.000 reales.
  3. Los dos más antiguos cobraban 1.570 reales
  4. Poco después debió dejar el mando por la política, pues aparecía en la Guía Patriótica de las Españas de 1811 como diputado a Cortes por Extremadura.

Bibliografía

  • Albi de la Cuesta, Julio et al. La Guardia Real en su historia. Fundación Wellington. 2004.
  • Giménez González, Manuel. El Ejército y la Armada. Ministerio de Defensa, 1862/1982.
  • Gómez Ruiz, Manuel y Vicente Alonso Juanola. El Ejército de los Borbones. Ministerio de Defensa.
    • Tomo I: "Felipe V y Luis I". 1989.
    • Tomo II: "Fernando VI y Carlos III". 1991.
    • Tomo IV: "Carlos IV". 1995.
    • Tomo V (3 vol.): Fernando VII. 1999-2002.
  • Martínez de Merlo, Jesús y Juan Álvarez Abeillhé. La heráldica y la orgánica de los reales ejércitos. Ministerio de Defensa. 2015.
  • Silvela Miláns del Bosch, Juan et al.
    • La caballería en la historia militar. Academia de Caballería, 1979.
    • La caballería española: un eco de clarines. Tabapress, 1992.
  • Sotto Montes, Joaquín de. Síntesis histórica de la caballería Española. Escelier. 1969.