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Revisión del 16:45 16 mar 2017
Sumario
Situación inicial
Cuando Fernando V de Trastámara es reconocido como rey de Castilla por la concordia de Segovia de 1475, la hueste real estaba constituida por:
- La Guardia Real;
- La caballería del acostamiento;
- Las mesnadas feudales;
- Las órdenes militares;
- Las milicias concejiles.
Guardia Real
Desde época inmemorial los reyes castellanos se habían hecho acompañar por una Guardia Real de caballería compuesta por hijosdalgo, cuyos puestos solían ser hereditarios. En época de Sancho IV esta guardia estaba compuesta por 12 caballeros, cifra que se duplicó durante la minoría de Alfonso XI.
Cuando murió Enrique III, había en activo 3 compañías a 100 lanzas. Álvaro de Luna, valido de Juan II, elevó esta cifra a 1.000 durante el enfrentamiento con Fernando de Antequera y los infantes de Aragón. Ante las protestas de las Cortes por el desmesurado coste que suponían, los redujo a los 300 originales tras el tratado de Majano de 1430. Durante la guerra de Sucesión Castellana (1475-1479) volvió a incrementarse su número hasta los 3.600 caballeros.
Caballería feudal
Las mesnadas feudales eran aportadas por los nobles y prelados cuando así se les requería y satisfacía a sus propios intereses.
Cada mesnada constaba de un número variable de banderas o compañías, y estas de un centenar de lanzas fornidas, unidad mínima de empleo compuesta por:
- Un caballero u hombre de armas, armado con una amplia panoplia: armadura de punta en blanco, yelmo cerrado, escudo, lanzón de ristre, montante, puñal, mangual y/o hacha. Montaba a la brida sobre un corcel de batalla.
- Un paje responsable de la impedimenta del caballero y de su palafrén "de dobladura", que servía para no cansar al corcel en los desplazamientos.
- Un escudero que, lejos de ser el portador del escudo, era un joven procedente de la baja nobleza que aprendía la carrera de las armas de la mano de su señor hasta obtener su predio. Se armaba con cota de mallas, celada abierta, lanza, espada y adarga. Montaba a la jineta sobre un semental más ligero y veloz que el corcel de su señor.
- Varios arqueros y/o ballesteros montados sobre otros tantos capones. El arco tenía mayor alcance y cadencia; la ballesta tenía mayor poder de penetración a distancias cortas, pero era muy lenta de recargar, especialmente a caballo.
Todos ellos eran profesionales de la guerra (bellatores) y podían combatir tanto a pie como a caballo, en cuyo caso presentaban un frente compacto denominado batalla, de donde proviene el término batallón.
Estos caballeros no solo constituían el único núcleo profesional y permanente de los ejércitos, sino también la elite social, pues monopolizaban todos los señoríos (castellanía, baronía, condado, marquesado, ducado), relacionados entre sí por vínculos vasalláticos. En caso de conflicto, cada señor feudal llamaba a las armas a todos sus vasallos quienes, en caso de infidelidad, perdían sus predios.
A partir del siglo XIV, las guerras civiles y las epidemias diezmaron esta aristocracia guerrera y permitieron a los monarcas concentrar el poder y las tierras. En adelante, los títulos nobiliarios se concederían a una nueva elite cuyo poder no residía en la fuerza militar sino en la económica, y que abandonaría sus castillos para servir en la corte, dondequiera que esta se ubicase. El pueblo llano apenas advirtió este cambio, pues siguió sometido a servidumbre hasta la Revolución francesa.
Caballería de vasallos
Era sufragada por el monarca y reclutada entre sus propios vasallos que, por tanto, no podían rehuir el servicio o perderían sus predios y privilegios.
Órdenes militares
En la reconquista hispana participaron activamente las órdenes militares creadas en Tierra Santa durante la primera cruzada (Malta, Sepulcro, Temple), con la excepción de la Teutónica que, tras la pérdida de Acre, colaboró con la Livonia en la expansión prusiana por el espacio eslavo.
Estas órdenes sirvieron de ejemplo a otras creadas en León (Alcántara), Castilla (Calatrava, Santiago), Aragón (San Jorge) y Portugal (Avis). Estaban compuestas por monjes guerreros, aunando así el ideario caballeresco y las virtudes cristianas. Además de defender la frontera frente a los musulmanes, emprendieron numerosas razzias por propia iniciativa y colaboraron en todas las campañas emprendidas por la monarquía, destacando su participación en la batalla de las Navas de Tolosa.
Algunas órdenes (Merced) combinaban sus actividades militares con las caritativas, como el cuidado de pobres y enfermos o la redención de cautivos, mientras que otras (Trinitaria) solo se dedicaban a estas tareas y renunciaban a tomar las armas. En el primer caso, los monjes-guerreros podían ser auxiliados por monjas comendadoras adscritas a la orden.
Instigado por Felipe IV de Francia, el papa Clemente V decretó la excomunión de los templarios mediante la bula Vox clamantis del 22 de marzo de 1312. Sus miembros fueron condenados a muerte sin juicio previo, pero en los diversos reinos ibéricos fueron declarados inocentes. En Portugal el rey respetó sus bienes, y les permitió transformarse en la Orden de Cristo. En Aragón la Orden del Temple fue disuelta, pero sus bienes pasaron a la nueva de Santa María de Montesa, que más tarde absorbería a la de San Jorge. En Castilla sus encomiendas se repartieron entre las órdenes restantes, que vieron así incrementado notablemente su patrimonio.
Tras la pérdida de Tierra Santa en 1291, la orden de San Juan se trasladó primero a Chipre y luego a Rodas.
ORDEN | ORIGEN | INICIO | FIN | DESTINO |
---|---|---|---|---|
Orden del Santo Sepulcro | Naciones | 1098 | >> | |
Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén | 1113 | >> | ||
Orden del Temple | 1118 | 1317 | Disuelta | |
Orden de San Julián del Pereiro | Leoneses | 1156 | 1218 | Orden de Alcántara |
Orden de Calatrava | Castellanos | 1158 | >> | |
Orden de Avis | Portugueses | 1166 | 1249 | Desmilitarizada |
Orden de Santiago | Castellanos | 1170 | >> | |
Orden de San Jorge de Alfama | Aragoneses | 1201 | 1400 | Orden de Montesa |
Orden de Alcántara | Leoneses | 1218 | >> | |
Orden de la Merced | Aragoneses | 1327 | Desmilitarizada | |
Orden de Santa María de Montesa | 1317 | 1400 | Orden de Montesa | |
Orden de Montesa | 1400 | >> |
Castilla: Plantilla:Leyenda Plantilla:Leyenda Plantilla:Leyenda Plantilla:Leyenda Aragón: Plantilla:Leyenda Portugal: Plantilla:Leyenda Plantilla:Leyenda Plantilla:Leyenda Plantilla:Leyenda 10px Residencia del gran maestre |
Milicias concejiles
Tras la desaparición de las legiones romanas no existía en toda Europa infantería digna de tal nombre, reclutándose en caso de necesidad a peones campesinos o villanos (laboratores), mal armados (partesana o arco y un cuchillo) y peor protegidos (capacete, pavés), pero este extremo se eludía al máximo porque a una agricultura de subsistencia le resultaba muy gravoso mantener a personal no productivo. Una vez concluida la campaña, volvían a sus actividades económicas al servicio de los eclesiásticos (oratores) y caballeros.
Siglo XV
1476
En 1476 se crea la Santa Hermandad que, pese a su concepción medieval, constituye el primer embrión del ejército metropolitano que Fernando V aspira a organizar de forma permanente. No obstante, los limitados resultados bélicos que obtiene esta milicia concejil le hacen desistir de esta idea, debiendo reemplazarla por Guardas de Castilla, compuestas por caballeros veteranos de la guerra de Granada.
1493
En 1493 las Guardas de Castilla contaban con 25 compañías de caballería pesada a 75 hombres de armas y 25 de lanzas jinetas.
1498
En 1498 se disolvió la Santa Hermandad, nada más regresar de Nápoles su primer y único contingente expedicionario.
Contrariamente a lo que muchos opinan, el éxito español durante esta campaña se debió más a la combinación de la maniobra naval dirigida por Garcerán de Requesens y a la epidemia de peste que diezmó al Ejército francés que a la actuación de los 2.000 peones españoles, que solo tuvieron un papel decisivo durante el asedio de Atella. Pese a ello, este primer ejército de Italia otorgó a Gonzalo Fernández de Córdoba el título de Gran Capitán y posteriormente el Papa Alejandro VI le concedería el título de duque de Santángelo por expulsar al corsario vizcaíno Menaldo Guerra de la fortaleza de Ostia.
La conquista de las islas Canarias había comenzado en 1402, pero durante una primera fase se limitó a la iniciativa particular de Jean de Bethencourt y sus sucesores. La conquista de realengo comenzó con la encomienda a Juan Rejón en 1478, pudiendo considerarse esta la fecha fundacional del ejército de África, pues a partir de entonces la presencia militar española en el archipiélago será ininterrumpida. La expansión norteafricana comenzó con la conquista de Melilla por Pedro de Estopiñán, capitán del ducado de Medina Sidonia.
En la siguiente tabla se expone la evolución de los primeros ejércitos del Imperio español que combatieron en el viejo continente. Los desplegados en ultramar se estudian de forma diacrónica en el artículo Ejército de ultramar:
EJÉRCITO | PRIMER JEFE | INICIO | FINAL | GUARNICIÓN |
---|---|---|---|---|
Guardia Real | Inmemorial | >> | Corte | |
Ejército metropolitano | Alonso de Quintanilla | 1476 | >> | Castilla |
Fernando V de Tastámara | 1482 | 1492 | Granada | |
Ejército de África | Juan Rejón | 1478 | 1496 | Canarias |
Pedro de Estopiñán | 1497 | >> | Melilla | |
Ejército de Italia | Gran Capitán | 1494 | >> | Nápoles |
Siglo XVI
El ataque otomano a la plaza veneciana de Modón impulsó a Fernando V de Trastámara a reclutar un nuevo contingente de 8.000 jinetes y peones que, al mando del Gran Capitán para participar en la expedición a Cefalonia en 1500. Rendida la isla, al año siguiente regresó a Nápoles para asegurar el dominio del territorio asignado a España en el tratado secreto de Chambord-Granada. Contaba solo con 3.600 peones, que tuvieron que ser reforzados desde España a finales de año. En la ordenanza de 1503, promulgada el 26 de septiembre, el rey asume por primera vez el mando supremo de todo el ejército sin interferencias de la nobleza ni los concejos. Durante la segunda guerra de Nápoles, y más concretamente en la leva de 1503, se arma por primera vez a los peones con una pica copiada a los suizos. En el estado de fuerzas de ese año se les designa por primera vez como "ynfantería". Además, disminuye progresivamente el número de ballesteros en beneficio de los espingarderos. Estos últimos eran una aportación genuinamente española, gracias a la introducción en al Ándalus de la pólvora china. La novedosa combinación de ambas armas con la incipiente artillería, la caballería pesada y el apoyo logístico proporcionado por la Armada permitiría al Gran Capitán derrotar a los franceses en la Ceriñola y en Garellano, asegurándole a España el control del sur de Italia durante doscientos años.
Finalizada la campaña, el Gran Capitán quedó como primer virrey de Nápoles y la mayor parte del ejército de Italia regresó a la península Ibérica para disolverse, a fin de ahorrarle a la corona el importe de la soldada[1] y a las villas el alojamiento, el sustento y los desmanes de la tropa. Para la conquista de Orán de 1509 se reunió en Málaga y Cartagena un nuevo contingente de 11.252 infantes que se puso al mando de Pedro Navarro. Una vez tomada la plaza hicieron lo propio con las de Bugía y Trípoli, tras lo cual se desmovilizó la mayor parte de la fuerza, como era habitual. No obstante, los asientos reflejan los pagos periódicos a un contingente permanente de 3.000 infantes, articulado en 16 compañías de 150 hombres y otras 7 de 100. Esta fuerza participó en la guerra de la Liga de Cambrai, desplegando primero en Emilia (1511) y después en Toscana (1512) al mando de Ramón Cardona. En 1513 pasó al Véneto con el V marqués de Pescara.
Paralelamente, Fernando V de Trastámara organizó en 1512 un nuevo ejército metropolitano que puso bajo el mando del II duque de Alba para emprender la conquista de Navarra. Estaba compuesto por las Guardas de Castilla (2.500 lanzas), 12.000 infantes y 20 piezas de artillería. Una vez anexionado el reino a Castilla, este segundo ejército se desmovilizó con la excepción de las guarniciones de determinadas plazas fuertes como Pamplona y Fuenterrabía.
EJÉRCITO | JEFE | INICIO | FINAL | GUARNICIÓN |
---|---|---|---|---|
Ejército metropolitano | II duque de Alba | 1503 | 1504 | Rosellón |
1512 | 1513 | Navarra | ||
1513 | >> | Castilla | ||
Ejército de África | Pedro Navarro | 1509 | >> | Orán, Bugía, Trípoli |
Ejército de Italia | Gran Capitán | 1500 | 1502 | Cefalonia |
1502 | 1509 | Nápoles | ||
Ramón Cardona | 1511 | 1512 | Emilia | |
1512 | 1513 | Toscana | ||
V marqués de Pescara | 1513 | 1516 | Véneto | |
1516 | >> | Nápoles | ||
Ejército de ultramar | Alonso de Ojeda | 1501 | >> | Venezuela |
Juan Ponce de León | 1508 | >> | Puerto Rico | |
Diego de Nicuesa | 1508 | >> | Panamá | |
Diego Velázquez | 1511 | >> | Cuba | |
Juan Ponce de León | 1513 | >> | Florida |
Referencias
Notas
- ↑ La guerra había costado 400 millones de maravedíes
Bibliografía
- Albi de la Cuesta, Julio et al. La Guardia Real en su historia. Fundación Wellington. 2004.
- Clonard, Serafín María de Sotto Langton, conde de. Historia Orgánica de las armas de infantería y caballería españolas. D. B. González.
- Tomo II: Reyes Católicos. 1851.
- Giménez González, Manuel. El Ejército y la Armada. Almena, 1864 (reed.).
- Martínez Ruiz, Enrique: Los soldados del rey. Los ejércitos de la Monarquía Hispánica (1480-1700). Actas, 2008.
- O'Donnell, Hugo (coord.). Historia Militar de España. Laberinto.
- Tomo II: "Edad Media". 2012.
- Tomo III: "Edad Moderna", V2: "El escenario europeo". 2013.
- Silvela Miláns del Bosch, Juan et al.
- La caballería en la historia militar. Academia de Caballería, 1979.
- La caballería española: un eco de clarines. Tabapress, 1992.
- Sotto Montes, Joaquín de. Síntesis histórica de la caballería Española. Escelier. 1969.
Webgrafía
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