GCEE-2016-016

De Caballipedia
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Organización inicial

1516

Cuando se produjo el primer contraataque navarro en 1516, el virrey Cristóbal de Villalba reclutó un nuevo contingente de 800 caballeros y 2.500 infantes para su defensa.

En 1516 el Ejército combinado franco-veneciano sitia Brescia, donde resiste una guarnición imperial de la que forman parte algunas compañías españolas. La falta de pagas hace que parte de estas se pasen al bando enemigo, donde ya hay 8 compañías de mercenarios españoles.

Desde allí, los venecianos ponen sitio a Verona, también guarnecida por el Ejército imperial y donde se repiten las deserciones. Desde Nápoles comienzan a llegar aventureros españoles en busca de fortuna. El 12 de noviembre se acuerda la paz de Bruselas, se paga a los españoles y estos regresan a Nápoles.

1517

Deseando el duque de Urbino recuperar su estado, usurpado por Lorenzo de Medici con el apoyo del papa León X, vio la oportunidad que representaba esta soldadesca veterana y decidió atraerlos con promesas de oro, consiguiendo reunir una tropa de 5.000 infantes al mando de Maldonado.

Inmediatamente, la diplomacia vaticana consiguió que Carlos I, aún en Bruselas, ordenase a los españoles que pasasen al servicio del papa, pero aquellos se negaron. El pontífice recurre entonces a reclutar a 800 soldados españoles que residen en Roma, que serán reforzados desde Nápoles con otros 1.000 infantes y 200 lanzas.

Cuando comienzan las hostilidades, 6 compañías españolas al servicio de los Medici se pasan al duque de Urbino. En mayo, se descubre que Maldonado intenta traicionar al duque, y es ajusticiado por los propios españoles, tras lo que se negocia la retirada de estos a Nápoles previo pago por sus servicios.

1518

Una vez restablecida temporalmente la paz en España e Italia, el virrey de Sicilia, Hugo de Moncada, intentó tomar Argel en 1518, pero una tormenta provocó el naufragio de la mayor parte de la flota y la muerte de 4.000 soldados españoles.

1520

En abril de 1520 Hugo de Moncada comandó una nueva expedición contra Yerba para desalojar a los corsarios berberiscos que asolaban Sicilia y el levante español. Componían su ejército:

  • 670 hombres de armas:
    • Diego de Mendoza: 60;
    • Pedro López de Padilla: 50;
    • Diego de Rocaseca: 100;
    • Juan de Ribera: 100;
    • Luis de Velasco: 100;
    • Juan de Velasco: 50;
    • Pedro Zapata: 50;
    • Adelantado de Galicia: 50;
    • Francés de Beamonte: 60;
    • Diego Hurtado de Mendoza: 50.
  • 320 caballos ligeros:
    • Pedro Osorio: 60;
    • Alonso de silva: 60;
    • Comendador Ribera: 60;
    • Conde Fernando de Andrade: 40;
    • Condestable de Navarra: 50;
    • Federico de Ugua: 60;
    • Marqués de los Vélez: 60 (ballesteros y escopeteros);
    • Fernando de Bobadilla: 60 (ídem.).
  • 6.400 infantes:
    • 5.600 piqueros;
    • 800 escopeteros;
  • Un número indeterminado de aventureros.

Al término de la empresa, las Guardas regresaron a Cartagena el 2 de julio. La infantería fue desmovilizada, salvo 800 soldados que fueron trasladados a Nápoles en pésimas condiciones, desde donde muchos partieron a Roma para servir como mercenarios. Para evitar desórdenes, el papa accedió a contratarlos durante un año, lo que produjo un efecto llamada y desembocó en un nuevo conflicto. El propio marqués de Pescara debió acudir a Roma para excusarse en nombre del rey de España por el comportamiento de sus súbditos. Al final, el archiduque de Austria adelantó el dinero necesario para pagarles.

Durante la rebelión de las comunidades, el ejército real solo pudo contar con un contingente de 2.000 infantes al mando del condestable de Castilla y otro de 1.000 infantes aportado por el virrey de Navarra. Las Guardas de Castilla se dividieron a partes iguales entre ambos bandos.

Primera guerra italiana

1521

En 1521 se produjo un tercer y último intento secesionista por parte de los navarros con ayuda francesa. Para frustrarlo, se entregó a Antonio de Fonseca el mando de 8.000 infantes.

El papa y el emperador se coaligan contra el rey de Francia, por tener ocupadas Parma y Plasencia. El emperador nombra capitán general a Próspero Colonna y el papa al marqués de Mantua. Se trasladan por tierra a Lombardía con un campo (ejército) de 6.000 italianos, 2.600 guardias vaticanos y 500 caballos ligeros.

El 1 de agosto llegan a Parma, defendida por el señor de Lescu y Fadrico Bozzolo de la casa Gonzaga. Llega el marqués de Pescara (antes Aterno) comandando 1.500 españoles reclutados en Nápoles y Roma, otros 1.000 que habían desembarcado en el puerto de Piombino y los hombres de armas, cuyos capitanes eran:

  • Fernando Alarcón (comisario general).
  • Marqués del Vasto;
  • Pietro Cardona, conde de Collesano (Golisano);
  • Antonio de Leyva;

Otros 1.500 españoles habían partido hacia Génova en las galeras de Jerónimo Adorno. Cuando llegan no pueden tomarla y se unen al resto. Pocos días después llega el coronel Jorge de Frundsberg con 4.000 lansquenetes alemanes y 2.000 grisones a Mantua, donde les espera el marqués de Pescara con 2.000 infantes españoles, 300 hombres de armas y 300 caballos ligeros, para evitar la injerencia veneciana. El 29 de agosto hay una nueva escaramuza en Parma.

El 8 de septiembre se toma del barrio de Ponte, pero el otro lado del río resiste y recibe refuerzos del general francés Lautrec, hermano de Lescun: 4.000 infantes, 8.000 esguízaros, 5.000 gascones, 6.000 aventureros, 1.000 hombres de armas, 1.000 caballos ligeros. Se les une Teodoro Tribulzi, milanés al servicio de Venecia con 8.000 italianos, 500 hombres de armas y 1.000 caballos ligeros. Viendo Próspero que no puede tomar Parma, el 12 de septiembre levanta el campo y se encamina a tomar Milán. Lautrec avanza hasta Parma y saca a Lescun con todos los franceses y se dirige a defender Milán, dejando a los italianos con Fadrico Bozoli.

Llega el cardenal de Sión con 12.000 suizos para reforzar el ejército papal. El maestre de campo Juan de Urbina cruza el río Adda en barca con 30 escopeteros y toma un palacio en Babar[1]. Cuando llega en su ayuda Giovanni de Médici con caballería ligera, los franceses se retiran a Milán. Pescara toma 500 escopeteros y va a Betyno, uno de los bastiones de la ciudad, guardado por los venecianos de Tribulzi, que es herido y capturado. Lautrec se retira a Como, después a Lecco y finalmente a Cremona con Lescun.

El 22 de noviembre Próspero toma finalmente Milán. Después envía a Pescara y Urbina a Como con 1.000 infantes, 50 lanzas y 50 jinetes. Allí se rinde Vendome, pero los españoles la saquean.

1522

Próspero envía a Adorno a Alemania a reclutar 4.000 lansquenetes, regresando con el duque Francisco Sforza de Milán. Lautrec recluta 22.000 suizos, que suma a los 8.000 suizos y 5.000 gascones, 6.000 aventureros, 1.200 lanzas y 2.000 jinetes que ya tenía, además de 8.000 infantes, 500 lanzas y 1.000 jinetes de Venecia. Con ese ejército pone cerco a Milán. Próspero deja Pavía al marqués de Mantua con 4.000 italianos, 300 lanzas y 100 jinetes, y retorna a Milán con 4.000 españoles, 9.000 alemanes, 2.000 italianos, 600 lanzas y 1.000 jinetes.

Marco Antonio Colonna y Camilo Tribulzi intentan espiar las murallas para Lautrec, pero son sorprendidos por un artillero español que los mata. Próspero llora a su traidor hermano en el Duomo.

Lescun llega a Génova con refuerzos y es enviado a tomar Novara, defendida por el conde Felipe Torniel. Tras eso se une a Lautrec en el cerco de Pavía, que es reforzada por tres banderas españolas: comendador Cervera, Felipe Cervellón y Santa Cruz (arcabuces).

El 7 de abril Próspero sale de Milán para defender Pavía, produciéndose una gran escaramuza donde mueren muchos franceses y se les arrebata tres estandartes. Giovanni de Médici se pasa al bando francés y traba combate singular con Juanote de la Rosa, que queda muy malherido. Viéndose rodeado, Lautrec se retira a Milán con su ejército, en el que aparece el español renegado Pedro Navarro.

El 27 de abril tiene lugar la batalla de Bicoca. Próspero embosca a Lautrec con su ejército, siendo sus jefes: Pescara, duque de Tratto, duque de Termenes, marqués de Civita de Sant Angelo, conde de Collesano, Antonio de Leyva, Jorge Frundsberg y el comisario Fernando de Alarcón (que tiene que dar su consentimiento). Antes de que comience la batalla, llega al campo el duque de Milán con 6.000 infantes y 400 jinetes, que saquean el bagaje español y se vuelven a la ciudad.

Los españoles destrozan el cuadro suizo, que se da a la fuga perdiendo 5.000 hombres, además de otros 7.000 de otras naciones. Los venecianos también reciben gran daño de las tres banderas, 300 lanzas y 200 jinetes españoles. Y lo mismo le ocurre a Vendome, que había atacado la retaguardia con sus gascones, pero es recibido por Leyva y Collesano, muriendo este por una saeta.

Lautrec se retira a Monza, donde licencia a sus hombres excepto una guarnición para Lodi. De allí son desalojados por Pescara. Lautrec pasa entonces a Vicenza y deja la defensa de Cremona a Lescun. Próspero la rinde y pone después sitio a Génova, defendida por Pedro Navarro, quien sería capturado por Juan de Urbina. Este había servido a sus órdenes como soldado durante las campañas del Gran Capitán. De allí parte el ejército a Saluzzo, en el Piamonte, donde el ejército francés prefiere retirarse a combatir.

Próspero pasa revista a su ejército el día de Santiago en Saluzzo, siendo la primera que pasa Cerezeda[2]. Después parten a Lombardía, donde Próspero manda tres banderas a tomar el domo de Ossola, en la frontera suiza, otras seis van con Pescara a Iseo, frontera con los grisones. Tras rendir su castillo, Próspero se retira con su ejército a invernar a Milán y Pescara viaja a España para ser recibido por el emperador.

1523

Cuando Próspero aloja a su ejército en el ducado de Saboya, el rey de Francia decreta una movilización general para desalojarlo. El duque Carlos de Borbón, condestable de Francia, se pasa al bando imperial. Carlos recluta 12.000 alemanes con los que invade Borgoña. Renato de Saboya ocupa las tierras de Borbón, y el almirante de Francia, Guillermo Bonnivet, marcha al Piamonte.

Carlos pacta una liga con el papa y las señorías de Florencia, Venecia, Génova, Siena y Luca para defender Italia de los franceses. Próspero recluta 6.000 alemanes y 5.000 italianos. Leyva deja tres banderas en Alessandria y se desplaza a Asti con la mayor parte de la infantería y la caballería. Desde allí cerca Valenza del Po, donde se ha levantado Galeazo Virago en favor de los franceses. El alcaide de Milán, Massaron, rinde el castillo a Próspero el 25 de julio, quien lo entrega al duque de Milán. El almirante de Francia entra en el Piamonte con 30.000 franceses, 1.000 lanzas, 2.000 jinetes y 2.000 ballesteros a caballo, reuniendo a todos los partidarios que tenía en esa región. Próspero ordena a Leyva que se repliegue de Asti a Alessandria, enviando a su guarnición de 2.000 italianos a Cremona, al mando de Francisco Salomón.

Antonio Leyva deja a la compañía de Francisco Villaturriel de guardia en un puente junto al puerto de la Stradella. De allí pasan a puerto Falcón, un paso del Tesino entre Vigevano y Abbiategrasso, donde los atacan los franceses (bautismo de fuego de Cerezeda). Llega en su defensa Giovanni de Médici (que había vuelto al bando imperial) con 100 jinetes y 100 arcabuceros. Próspero los refuerza con tres banderas italianas.

El 14 de septiembre envía Próspero a Antonio de Leyva a Pavía con 8 banderas de infantería, 3 estandartes de jinetes y 2 de lanzas españoles, más el conde Felipe Torniel con una coronelía de infantería y dos compañías de jinetes italianos. Pero se enfrascan unos contra otros y, finalmente, los italianos abandonan Pavía.

El 17 de septiembre llega el ejército francés a las puertas de Milán. El almirante envía a su lugarteniente, Pierre Bayard con 8.000 infantes y 10 cañones a tomar Lodi, defendida por el marqués de Mantua con 500 infantes italianos y 500 jinetes. Viéndose en inferioridad, abandona la ciudad y se reúne con el duque de Urbino.

Bayard pone sitio a Cremona, donde su guarnición había sido reforzada por los italianos salidos de Pavía. Una tormenta que dura cuatro días les deja sin vituallas, por lo que levanta el cerco y regresa a Milán, cercada por el almirante. Próspero ordena a Mantua que entre en Pavía y desde allí hostigue las columnas de avituallamiento francesas.

Llega de Nápoles Fernando de Alarcón para aconsejar a Próspero en ausencia de Pescara. Inmediatamente traba una escaramuza contra los franceses para reconocer sus fuerzas. Otra noche, Juan de Urbina organiza una encamisada con 600 españoles. Pocos días después, Alarcón manda al capitán Martín Sancho capturar a dos nobles franceses, pero muere en la escaramuza y es relevado por su alférez Cristóbal Arias.

El almirante contrata a una espía, que traba amistad con Morgante de Parma, cabo de la coronelía de Médici que tenía a su custodia una de las puertas de la ciudad. Este intenta la colaboración de Giovanni de Ferrara, cabo de la coronelía de Stefano Colonna, que montaba guardia a la entrada adyacente. Pero este cabo se lo cuenta a su coronel y este a Médici, que ordena pasar por las picas a Ferrara y a sus cómplices.

A finales de noviembre, el almirante se entera de que el virrey de Nápoles se aproxima con refuerzos, por lo que decide levantar el cerco a Milán. Alarcón sale en su persecución con 500 jinetes, 300 lanzas, 1.000 infantes españoles y 1.000 alemanes. Refugiado en Abbiategrasso, envía a Renzo de Ciere a tomar Arona, que resiste un mes. Entonces llega el virrey, Carlos de Lannoy, y le obliga a retirarse. Lleva consigo 6 banderas españolas, 4.000 italianos, 4 cañones y la caballería del reino[3]. En nochebuena arriban a Pavía y a finales de año a Milán.

1524

En 1524, el Ejército Metropolitano consigue recuperar Fuentarrabía. No obstante, el emperador decide renunciar a la Navarra tramontana (Ultrapuertos), debido a su difícil defensa.

El 1 de enero muere Próspero, que sería enterrado junto a su hermano en Fondi (Nápoles) cuando el ejército regresó de la campaña. El propio Lannoy se hace cargo del mando.

El 10 de enero regresa Pescara y algunos días después el duque de Borbón. Leyva sale de Pavía, donde deja al duque de Tratto, hijo del virrey, con su infantería italiana.

Lannoy pasa revista al ejército, tras lo que aparta 3.000 españoles, 2.000 alemanes, 200 lanzas y 500 jinetes para combatir al almirante, junto a Pescara, Alarcón y Urbina. El resto queda de guarnición en Milán con Borbón, Leyva y Médici.

El 26 de marzo toman Robecco y Mortara. El almirante abandona Vigevano y decide retirarse a Francia. El virrey envía a las coronelías del duque de Milán y de Médici a tomar Abbiategrasso y Lodi. Luego envía al marqués de Civita de Sant Angelo a que tome Vercelli con su compañía de lanzas (50) y dos de infantería española (500). El almirante recluta 10.000 suizos, 5.000 grisones y 400 lanzas para proteger su retirada. El duque de Milán envía a Médici a cortarles el paso, y aquellos deciden regresar a Suiza. De allí, toma Abbiategrasso, donde mata a sus 2.000 defensores. Pero allí contraen la peste que contagian a Milán, donde mueren 100.000 personas.

Entretanto, el virrey plantea batalla al almirante en Romananchi, donde Urbina es herido por un arcabuzazo en el muslo. Hay numerosas bajas en ambos bandos hasta que a finales de abril llega Chaban con refuerzos suizos. Pescara, Alarcón y Leyva ordenan a los arcabuces que monten a las grupas de los caballos y salen a su encuentro, poniéndoles en fuga. El almirante decide acompañarlos, pero tanto él como Bayard son heridos por algunos españoles que hostigan a su retaguardia y les quitan dos cañones.

En contra del criterio del virrey, los generales españoles acuerdan perseguirlos. Bayard es capturado pero muere de un arcabuzazo, siendo entregado su cadáver al almirante con las honras que se merecía.

A comienzos de mayo el ejército imperial llega a Yvrea, donde el virrey ordena a Alarcón que continúe la persecución con 11 banderas españolas, 300 lanzas y 500 jinetes. Alcanzan a los franceses y les arrebatan otros 30 cañones, tras lo cual los supervivientes cruzan a Francia por Aosta.

El duque de Urbino y los venecianos regresan a Lodi, donde rinden a los 2.000 franceses que allí habían quedado. Simultáneamente, Pescara rinde Alessandria, regresando ambas guarniciones a Francia.

Llegan cartas del emperador y del rey de Inglaterra, ordenando una incursión en Francia para la que proveen 200.000 ducados que lleva Hugo de Moncada. El virrey envía a este por mar con 18 galeras y a Borbón, Pescara y Vasto por tierra, con 5.000 infantes españoles, 3.000 italianos, 8.000 alemanes, 500 lanzas y 500 jinetes. El duque de Milán, Alarcón y Leyva quedan en el Piamonte. El capitán Gayoso y su compañía española transportan 14 cañones hasta Savona para embarcarlas.

Borbón entrega el condado de Tende al capitán Juan de Vargas en recompensa por sus servicios. De allí llegan a Niza, donde cruzan la frontera con Francia, con el escuadrón español en vanguardia, el alemán en batalla, el italiano en retaguardia y la caballería a los flancos.

En Antibes, Hugo de Moncada es atacado por la flota francesa, que años antes había capturado varias galeras napolitanas incluida la del virrey Ramón de Cardona.

Cuando llegan a Grasse, Pescara deja a la compañía italiana de Juan de la Piedra como guarnición, pero todos son asesinados. Un español es capturado mientras saqueaba una aldea y ahorcado a la vista de todos como escarmiento. El día de Santiago llegan a San Maximino, donde visitan un monasterio que decía albergar el cuerpo de Magdalena y otras reliquias. De allí a Aix, donde descansa el ejército hasta el día de la Virgen. Allí queda como gobernador el señor de la Mota y como guarnición la compañía española de Juan del Pescón.

El 16 de agosto alcanzan Marsella, que les recibe con mucha artillería tanto desde la fortaleza como desde la flota anclada en las islas Pomégues. Guarnecen la plaza Renzo da Ceri y Fadrico de Bozzoli con 9.000 italianos.

En una escaramuza hieren al alférez de Urbina, Rodrigo de Cuero, y a muchos soldados. Como Moncada no puede fondear en Marsella, lo hace en Tolón, adonde es enviado el capitán Biurre con sus caballos ligeros y 7 compañías de infantería a recoger la artillería. Allí queda de guardia la compañía de Villaturriel con Cerezeda, quien describe a la perfección la fortaleza porque los medí muchas veces haciendo guardia en lo más alto della.

Con la artillería de Moncada y la capturada en Tolón se derriba un lienzo de Marsella, pero Borbón no se decide a dar batalla por considerar que le costaría muchas vidas. Además, los espías en la corte francesa le avisan de que Francisco I está preparando la invasión de Lombardía al saberla desguarnecida. En varias escaramuzas mueren los capitanes Guzmán y Cantelano. Los capitanes Pedro y Juan de Mercado regresan a Tolón con la artillería para reembarcarla hacia Génova el 28 de septiembre.

El ejército comienza el repliegue, hostigado por Renzo da Ceri. Este consigue arrebatar una pieza a los alemanes, pero Pescara la recupera y desde entonces los españoles siempre forman a retaguardia. En Fréjus se les unen los Mercado y Villaturriel con sus compañías, que Pescara manda en vanguardia para que vayan haciendo acopio de vituallas.

Tras pasar por Mónaco, San Remo y Finale, se internan en Saboya y cruzan el Po por Stradella. Allí se reúne la plana mayor y se decide enviar a Leyva a Pavía con 4.000 alemanes (Festtefriz), 1.200 españoles (Aponte, Pedro de Bracamonte, García de Manrique), 200 lanzas y 200 jinetes (comendador Urrías). El virrey y los duques de Borbón y Milán se van a Lodi con la caballería pesada, los italianos a Cremona, y Pescara y Vasto a Milán.

Leyva llega a Pavía el 22 de octubre y allí encuentra a Alarcón con algunos caballos ligeros que, inmediatamente, salen hacia Milán. Villaturriel y los Mercado intentan destruir un puente de barcas en el Tesino para que no lo tomasen los franceses, pero su vanguardia se les adelanta.

En Milán, Alarcón y Pescara intentan salir a capturar informantes, pero el capitán Rodrigo de Ripalda se lo impide por miedo a lo que pudiera acontecerles y envía a su sargento Cristóbal Arias con 30 arcabuceros. Capturan a dos franceses que les informan que el rey estaba a tres millas con 1.000 lanzas y 20.000 infantes, siendo una vanguardia de 5.000 italianos la que rondaba por la campiña. A la vista de su inferioridad numérica, Pescara decide salir de Milán al mando de la arcabucería española, delante los alemanes y a los flancos la caballería con Alarcón.

Cuando se percatan de que les persigue el almirante con 600 lanzas y 10.000 infantes, el propio Pescara les traba una emboscada junto a los capitanes Quesada, Ripalda y Alonso de Córdoba. Mueren tantos nobles franceses que el resto decide retirarse para evitar nuevas celadas. De esta forma, la columna puede entrar en Lodi sin mayores problemas el 23 de octubre. La guardia del virrey estaba al cargo de la compañía española del capitán Figueroa.

Allí tienen nuevo consejo y deciden dejar la ciudad guarnecida por 5 banderas españolas. Francisco toma Milán sin resistencia y la entrega a Teodoro Tribulzi junto a 6.000 infantes y 500 caballos. De allí parte hacia Pavía con 1.500 lanzas, 2.000 jinetes, 12.000 suizos, 5.000 alemanes, 5.000 grisones, 7.000 aventureros y 7.000 italianos, estos al mando de Médici que había vuelto a cambiar de bando. Además, les acompaña una coronelía de 1.000 españoles al mando de Pedro de Guevara, a quien Pescara había ofendido quitándole su bandera en Milán. Por su parte, el papa envía contra Nápoles al duque de Albania con 8.000 infantes, 600 lanzas y 500 jinetes.

De Pavía llegan noticias de que los alemanes están a punto del motín por falta de pagas, por lo que el virrey envía al alférez Asueros de la compañía de Ripalda con 5.000 florines de oro. Aquel reparte el dinero con un soldado de su confianza llamado Romero, y consiguen engañar a Guevara, quien guarda los accesos a Pavía con su gente. Una vez en la plaza, entregan el dinero a Leyva, quien consigue así calmar a los alemanes.

Mientras tanto, el duque de Borbón regresa de la corte del archiduque Fernando con 6.000 alemanes al mando del coronel Frundsberg y 200 caballeros alemanes y borgoñones.

En Pavía, Leya apresta una salida con los capitanes Aponte, Pedro Bracamonte, Cristóbal de Torralba y el alemán Coradin junto a 1.000 hombres de todas las naciones para que destruyan un bastión del cerco defendido por cinco compañías de Médici. Les matan 800 hombres y les arrebatan cuatro banderas, a costa de solo seis heridos. Una nueva encamisada consigue matar otros 600 grisones y arrebatarles tres cañones.

Francisco, enfurecido, ordena a un coronel alemán a su servicio que convenza a Festtefritz para que les abra las puertas de la ciudad cuando le toque guardia. El engaño es descubierto por una prostituta alemana, y Leyva envía al puente a Bracamonte con 200 arcabuceros españoles. Cuando llegan los franceses, son recibidos a tiros y los alemanes ajusticiados, siendo nombrado nuevo coronel Juan Bautista Lodron. Francisco vuelve a dar varias baterías y batallas, pero todas son ineficaces ante la férrea defensa de Leyva y sus hombres por lo que, finalmente, decide levantar el campo y retornar a Bereguardo.

Al conocer lo sucedido, en Lodi se reúne el consejo y se decide, finalmente, plantear cara a los franceses.

1525

El 24 de enero Hugo de Moncada desembarca en Varazze, ciudad situada entre Génova y Savona. Mientras está en tierra, las flotas de Andrea Doria y fray Juanas atacan a la suya que tiene que hacerse a la mar. Moncada es capturado y muchos de sus capitanes muertos. El 29, el ejército imperial pone cerco a Sant Angiolo, donde entran los primeros Pescara y el capitán Quesada tras matar 800 infantes y 200 jinetes, entre ellos sus caudillos Juan de Virago y Pirro de Gonzaga.

A continuación se pone contracerco a Pavía. El capitán Santa Cruz entra con su compañía de arcabuceros por un portillo, haciendo muchas bajas a los franceses. En otra encamisada se captura a un centinela francés durmiente, del que se obtiene el santo y seña. Pescara, Alonso de Córdoba y 1.000 infantes españoles entran por ese hueco desprotegido, matando 500 franceses en busca de su rey, que andaba por Mirabel.

El 14 de febrero, conocida la necesidad de pólvora que tenía Leyva, se envían dos compañías de jinetes al mando de Salamanca y Francisco del Arco con varios sacos. La primera es capturada, pero la segunda consigue burlar el cerco francés y entrar en la plaza. Francisco enfurecido envía a un alemán al campo español con la consigna de convencer a sus compatriotas para que deserten, pero es descubierto y descuartizado.

El 24 de febrero tiene lugar la batalla de Pavía. A medianoche una encamisada de españoles rompe el muro del Parco y se lanza sobre el palacio de Mirabel. Se forma un escuadrón por cada nacionalidad, pero el italiano, que va a retaguardia, sufre el ataque de la caballería francesa y es deshecho, perdiéndose toda la artillería. Manda la caballería pesada el propio virrey, a la izquierda de los tudescos. La ligera del coronel Enzor despliega a la derecha de los españoles. Los alemanes dudan y se echan al suelo, por el gran daño que les provoca la artillería francesa, pero Jorge de Frundsberg les convence de dar la talla como los españoles.

Pescara manda toda la infantería y ordena a los capitanes Alonso de Córdoba y Rodrigo de Ripalda que tomen 200 arcabuceros (entre ellos, Cerezeda) y protejan a los hombres de armas. Él mismo carga con 600 infantes contra Mirabel. El cuadro español acomete de costado contra uno suizo que se encontraba trabado contra el alemán y lo deshace. Luego 300 arcabuceros españoles se apoderan de la artillería francesa desjarretando a sus caballos, que utilizan como parapetos frente a los lanceros franceses.

El duque de Alençon ordena retirada, que una carga española convierte en fuga hacia Milán. Como el hueco en el portillo era muy estrecho, los propios franceses se pisotean unos a otros en el frenesí de la huida. El rey Francisco carga con sus hombres de armas, perdiendo tres caballos. Viéndose acorralado intenta escapar, pero es detenido por el capitán Quesada. A él se unen luego Diego de Ávila, Juanes, Sandoval y Córdoba, quien le arrebata el collar de la orden de San Miguel. Una vez identificado, es puesto bajo la custodia del comisario Alarcón. También caen presos el príncipe de Navarra y lo más granado de la nobleza francesa, falleciendo el resto, incluido el almirante. Además mueren 17.000 franceses y solo 2.000 españoles. Entre los heridos se encuentra el marqués de Pescara, que recibió tres arcabuzazos.

El 28 de febrero, el duque de Albania, Juan Stuart, ataca Nápoles con 600 lanzas, 500 jinetes, 5.000 italianos y 3.000 gascones, pero es derrotado por Stefano Colonna con solo 5.000 hombres. Los escasos supervivientes embarcaron en Civita Vechia en la flota de Andrea Doria.

Enterado el emperador de la victoria, ordena que en toda España se organicen procesiones de acción de gracias. El virrey convence al rey de Francia para que escriba a su madre y les facilite el traslado a España. Embarcan en el puerto del Fanal, cercano a Génova y llegan a Barcelona con su cautivo, vigilado por la compañía de Figueroa. En Guadalajara son agasajados por el duque del Infantazgo, que ordena lidiar once toros y un león.

A su regreso a España, el emperador promulgó el 6 de abril la ordenanza de 1525, en la que intentó racionalizar el gasto que suponía mantener sobre las armas cuatro ejércitos simultáneamente. En adelante, la defensa de la península Ibérica seguiría recayendo en las Guardas de Castilla, auxiliadas por pequeños destacamentos de infantería en la Alhambra de Granada, el alcazaba de Almería, la fortaleza de Fuenterrabía y la frontera de Galicia, además de los 50 alabarderos que servían de escolta a la reina Juana. Las empresas exteriores, en cambio, se encomendaban a la caballería ligera y a una coronelía de 1.000 infantes distribuidos entre 3 compañías que, desde entonces, serían mixtas de piqueros y arcabuceros. Cada una de ellas contaba con capitán, teniente, alférez, sargento, pífano, tambor y 12 cabos de escuadra. Dos de los capitanes cobraban ventaja por actuar, respectivamente, como coronel y como maestre de campo (sic), auxiliados por 1 alcalde, 2 contadores, y 3 alguaciles. Este es el primer documento oficial en el que aparece la infantería como una parte más del ejército permanente pero, como muestra de la diferente consideración que aún existía entre las distintas especialidades, baste citar que un hombre de armas cobraba 30.000 maravedíes al año, frente a los 12.144 de un infante.

Temeroso el papa de que el emperador quiera extender su dominio a toda Italia, convoca a los nobles de las principales señorías y crea una liga a la que invitan a unirse a Pescara, que informa al emperador. Carlos ofrece a Francisco su libertad a cambio de que renuncie a Flandes y Borgoña, entregándole además la mano de su hermana Leonor, viuda del rey de Portugal.

Entretanto, Pescara traslada el ejército a Saboya y envía al maestre de campo Francisco Guastaldo con 11 banderas españolas (incluidas las de Luis de Viacampo y Juan de Vargas) y algunos caballos ligeros tomen el Carpio, donde resiste una guarnición francesa. El conde de Carpio pacta su rendición pero luego trama una emboscada. Esta fue descubierta por una moza que tenía amores con Francisco de Prosley, teniente de Guastaldo.

A finales de septiembre regresan de Francia once capitanes italianos a los que Pescara conmina a atravesar las líneas españolas con las banderas plegadas y en grupos de a veinte. Los italianos se niegan y se hacen fuertes en el castillo de Rebel. Cuando intentan desalojarlos, el maestre Urbina es herido de un arcabuzazo. A medianoche los italianos intentan salir del castillo sin ser vistos, mas son detectados y masacrados por los españoles.

Alertados por Jerónimo Morón de las intrigas de la Liga, Pescara y Leyva envían a la compañía de Villaturriel a Villana, un paso fronterizo entre Francia e Italia donde se hacían postas y allí capturan una estafeta. Por ella conocen un complot para degollar a todas las guarniciones españolas el día de Santiago. Para evitarlo, Pescara ordena reunir a todas las fuerzas en Pavía, Lodi y otras plazas fuertes.

El 2 de diciembre fallece el marqués de Pescara. El emperador entrega el mando del ejército de Italia al duque de Borbón. El 14 de diciembre se escapan del castillo de Pavía el príncipe de Navarra y el señor de Sant Paul, descolgándose por unas cuerdas.

Liga de Cognac

1526

En 1526 Francisco I fue puesto en libertad, pero rompió su juramento y se alió con el Papa, Inglaterra, Milán y Venecia en la Liga de Cognac.

En Milán habían quedado 4.000 españoles (Leyva), 4.000 alemanes (Frundsberg), 1.000 italianos, 800 lanzas y 1.000 jinetes (al mando del milanés Galeazzo Sanseverina). Leyva y Vasto someten un tumulto de los ciudadanos de Milán contra los soldados imperiales. El 8 de junio la Liga responde enviando un gran ejército contra Lodi. Vasto, Leyva y 3.000 españoles intentan recuperar la plaza, pero son rechazados. La Liga pone sitio a Milán, pero no consigue entrar y se retira.

Llega el duque de Borbón a Milán, donde su duque está siendo cercado en su castillo por los españoles. Al mismo tiempo, se unen a la Liga Octaviano Sforza con 14.000 suizos y el marqués de Saluzzo con 4.000 gascones, 500 lanzas y 500 jinetes franceses. El día de Santiago Borbón acepta la rendición de Francisco Sforza que se une así al ejército de la Liga.

En agosto, envían a Malatesta Vallon a tomar Cremona, defendida por el comendador Urrías con 1.500 españoles, 1.000 italianos, 200 jinetes y 150 lanzas. Una vez derribadas las murallas, la guarnición se rinde el 23 de septiembre. Se pacta que los españoles deben pasar a Nápoles, pero como la Liga incumple su promesa de proporcionarles una escolta, se encaminan a Milán.

El duque de Sessa intenta disuadir al papa para que abandone la Liga. Ante su negativa, ordena llamar a Pompeo Colonna y Hugo de Moncada, que aportan un contingente de 2.000 aventureros españoles que habían quedado en Nápoles. Casi inmediatamente muere Sessa de enfermedad. Los otros dos ponen sitio al Vaticano, debiendo el papa refugiarse en el castillo de Sant Ángelo. Finalmente, acepta las condiciones y sale de la Liga. Moncada saca a sus tropas de Roma y las acampa en Frosolon hasta que llega el virrey desde España. Entretanto, el archiduque Fernando ha reunido 12.000 alemanes y los envía con Frundsberg a Milán. Salen a su encuentro el duque de Urbino (veneciano) y Giovanni de Médici con toda la caballería y la mejor infantería. Jorge toma el camino de Mantua, donde Médici muere de un arcabuzazo.

El 22 de septiembre se levanta el asedio de Milán, donde los españoles andan disgustados por la falta de pagas. Lannoy parte de España con 5.000 españoles y 4.000 alemanes al mando de Juan Baptista Lodron, que venían de someter una rebelión a los moriscos en la sierra de Espadán. Como una tempestad les impide desembarcar en Génova, lo hacen en Gaeta.

1527

Borbón deja Milán y se traslada a Plasencia, donde espera a Frundsberg. Inicialmente, pretende dejar a Milán desguarnecida pero se le opone Leyva que queda allí con 1.500 españoles, 4.000 alemanes, 2.000 italianos, 200 lanzas y 200 jinetes, repartidos por todo el Milanesado. Borbón se lleva a Florencia 6.000 españoles, 13.000 alemanes, 3.000 italianos, 600 lanzas y 1.000 jinetes, estos al mando del príncipe de Orange.

Urbino consigue reunir 50.000 hombres de la Liga y los intercepta a 12 millas de Bolonia. Allí Borbón recibe a Cesáreo Fieramosca, embajador del papa que les conmina a regresar a Lombardía, donde se les habrían de pagar las deudas a la tropa, que andaba inquieta y no lo acepta. Borbón se pone de su parte, pero Vasto se opone y se retira con algunos capitanes a Nápoles.

Borbón continúa camino de Florencia, pero antes de llegar a Bolonia topa con el conde Galeazzo, que le cierra el paso. Juan de Urbina sale a su encuentro con 200 arcabuceros y lo desaloja de sus posiciones. Después sale hacia Bolonia con 12 banderas españolas, otras tantas alemanas y 6 cañones para tomar Colonola.

Urbino llega a Florencia y Borbón a Siena, pero con una estratagema consigue adelantarle y llega al Vaticano el 5 de mayo. Durante el asalto a las murallas fallece Borbón de un disparo. La tropa saquea la ciudad y desde allí cruzan el Tíber para entrar en Roma, aprovechando que la guarnición del puente Sixto se da a la fuga. Viendo Urbino que llega tarde al saco, regresa a Lombardía con su ejército.

Moncada, Alarcón, Orange y Vasto (que había regresado) intentan poner freno a la matanza sin éxito. Saqueada la ciudad, se pone sitio al castillo Sant Ángelo, donde está refugiado el papa. Cuando revisaba las fortificaciones, Orange es herido en el rostro y debe ser evacuado a Siena.

El 4 de junio el papa rinde el castillo a Fernando de Alarcón, que deja de guardia a la compañía española de Felipe Cerbellón. Alonso de Córdoba es designado alcaide de Civita Vechia y Ripalda del castillo de Ostia.

A finales de junio el ejército abandona Roma, donde se había declarado la peste, y saquea Terni y Narni, dos villas del papa. Enterado el emperador, ordena que el papa sea liberado, que el cadáver de Borbón sea trasladado a Gaeta y que Orange asuma el mando una vez restablecido de sus heridas. Así se hace, una vez el papa consiente en pagar a la tropa de sus atrasos, el 28 de febrero de 1528.

Entretanto, el duque de Urbino había regresado a Lombardía, donde se une a Sforza e intentan plantar batalla a Leyva en Marignano. Viéndose este en inferioridad, se retira a Carate, que saquea y de allí regresa a Milán.

En esto llega de Francia Lautrec con un nuevo ejército, incluyendo al señor de Valdemote que venía como virrey francés de Nápoles. En el Piamonte se reúnen con el ejército de la Liga.

El 10 de junio cuatro banderas alemanas salen de Castelazo para reforzar Alessandria. En el camino traban escaramuza con la caballería francesa, de donde salen mal paradas. Se refugian en Castelazo, que es cercado por el ejército de Lautrec. Tras el derribo de las murallas se rinden incondicionalmente. A continuación Lautrec pone sitio a Génova, guarnecida por Martinengo con seis banderas españolas y donde se pasaba mucha necesidad.

Tres de ellas se embarcan al mando del alférez Zurita y capturan una flota que iba de Sicilia a Córcega con trigo. A la vuelta las embosca Andrea Doria con 22 galeras propias y francesas, debiendo refugiarse en Porto Fino. Doria desembarca en Santa Margarita y desde allí envía sus tropas a cercar a los españoles. Avisado Martinengo, sale de Génova y socorre a sus hombres. A su regreso, encuentra Génova tomada por la vanguardia de Lautrec, por lo que decide pasar a Milán, pero en el camino es capturado.

Leyva envía entonces al conde Belgioioso con 500 italianos a reforzar Alessandría., pero llega tarde porque Lodron y Balbiano la han rendido. El último es enviado por Leyva a Pavía. Ante la amenaza de un motín de los alemanes que guarnecen Milán, Leyva ordena que todos los capitanes españoles entreguen el mando de sus plazas a otros italianos y se reuniesen en Milán: Pedrarias desde Como, Villaturriel desde Lecco y Diego López de Sora desde Trezo. Llegados a Milán, los alemanes deponen su actitud.

A continuación Lautrec cerca Vigevano, donde ahorca a su castellano por intentar ganar tiempo con argucias, y desde allí marcha a Abbiategrasso, que se le rinde sin oposición. Pedro Navarro llega con su vanguardia a Milán el 26 de septiembre, en tanto Lautrec cerca Pavía con el grueso. Leyva socorre la plaza con la mitad de sus fuerzas. El capitán Alonso de Valdelomar realiza un raid en el campo francés con la caballería ligera, matando a muchos y obteniendo gran botín. No obstante, los franceses cuentan con 50.000 hombres, por lo que Pavía es finalmente tomada.

En esto llega el legado del papa reclamándoles que le liberen de las tropas imperiales. Lautrec accede y ordena al duque de Milán y a Pedro Navarro que tomen varias plazas fuertes en el Milanesado. Enterado Leyva, se lanza a detenerlos, por lo que aquellas cambian varias veces de mano.

Lecco es cercada por los venecianos y socorrida por Leyva, que envía a los capitanes Valdelomar, Parreño y Villaturriel con caballos y arcabuceros, entre ellos Cerezeda.

1528

Lautrec llega a la marca de Ancona con su ejército, lo que obliga a Orange a enviar a Vasto con 1.500 españoles y 4 cañones a cortarle el paso. En Valmontone, cercan a Jacobo Ursino quien, pese a su rendición, es asesinado junto al resto de su guarnición, por haber matado al capitán Galindo y 50 españoles.

El 18 de febrero llegan a Teramo, que ya estaba siendo sitiada por Lautrec. Allí se les reúne Orange con el resto del ejército. Envían 7 banderas españolas y 300 jinetes a defender Susa, donde estaba la aduana, pero llegan tarde.

Orange intenta dar batalla a Lautrec, pero el comisario Alarcón, Vasto y Urbina se lo impiden por su desventaja numérica. Se cruzan ambos ejércitos y el capitán Pedro de Córdoba sale con su compañía y algunos jinetes a hostigar la retaguardia francesa.

Muerto Lannoy, Hugo de Moncada es nombrado virrey. Inmediatamente, envía a sus nobles con 400 lanzas, (príncipes de Lusignano y Salerno, duque de Malta), 3.000 españoles recién llegados de España, 3.000 alemanes y 4.000 italianos (Fabrizio Marramaldo). En Lariano son interceptados por su duque que, aunque afín al emperador, les hace creer que el ejército de Orange había sido destruido, por lo que vuelven a Nápoles dejando a aquel sin refuerzos.

Horacio Vallon y el abad de Falfa llegan con 8.000 hombres de las banderas negras del papa, por lo que Orange se retira a Nápoles y envía a Pompeo Colonna a Gaeta con algunas banderas españolas.

Lautrec envía a Pedro Navarro sobre Canosa, donde resisten cuatro banderas españolas, que deciden rendirse para poder así engrosar las fuerzas de Nápoles. Lautrec pone entonces sitio a Melfi, cuyo príncipe la defendía con dos banderas de italianos cedidas por Orange. Como se niega a rendirse, Lautrec consigue tomar la plaza mediante una traición y pasa a cuchillo a sus habitantes. El príncipe de Melfi pide socorro a Orange, quien le conmina a aceptar los términos.

El 17 de abril Lautrec llega ante las murallas de Nápoles. Desde allí envía a Enrique de Tralto, al duque de Boyano y al aduanero de la Pulla a sitiar Gaeta, defendida por Colonna. Llegan en su socorro desde España Alonso Manrique, hijo del marqués de Aguilar, el mariscal de Zamora y otros capitanes al mando de 2.000 soldados, a quienes Colonna envía a la villa sienesa de Trano a por vituallas. Otra nave llega a Nápoles con el capitán Cornejo y 200 españoles.

La villa calabresa de Andria se rebela contra los franceses y es guarnecida por el virrey de Sicilia, conde Burrelo, y el maestre de campo Álvaro de Grado y Leguizamo con otros 2.000 españoles. Moncada, Vasto y Ascanio Colonna salen de Nápoles con 7 galeras y gente de guerra para dar la batalla a otras 10 francesas que estaban en el puerto de Salerno. Cuando había tomado tres y hecho una gran mortandad, aparece el conde Felipín con la flota de Andrea Doria. Cogida entre dos fuegos, la flota española es derrotada, Moncada muerto, Vasto y Colonna capturados y llevados a Lerizi, donde son recibidos por Andrea Doria con todo respeto.

Francisco I le exige a Doria que los entregue, pero este los libera tras cobrar el rescate, granjeándose la enemistad del rey. Como este le debía al genovés una gran suma y algún desaire, Doria emprende el regreso a Génova y sitia el castillo, defendido por Teodoro Tribulzi. El conde Saint Pol acude en su ayuda con 3.000 infantes, pero fracasa y Tribulzi tiene que rendirse. Doria toma entonces Saona, a lo que el rey responde enviando al señor de Montejean para que lo embosque y capture, pero también fracasa.

El 12 de mayo atracan unas galeras en Magdalena con municiones y soldadas para Lautrec. Enterado Orange, envía a Juan de Urbina a capturarlas, apresando al coronel alemán conde Diego de Pere. A comienzos de agosto fallece Lautrec, pasando el mando a Pedro Navarro y al marqués de Saluzzo. En Nápoles se desata una epidemia de peste lo que, unido al hambre y otras calamidades, empuja a los alemanes a pedir la licencia. Orange decide plantear batalla, y envía a los alemanes entre Campo Viejo y Pozo Real con 15 banderas españolas el 28 de agosto. Allí estaba el señor de Boria con 7 cañones, pero tras un día de combate se rinden a Urbina. Navarro decide retirarse, pero el resto de la guarnición de Nápoles sale a su encuentro y le obliga a refugiarse en Aversa, donde al final se rinde. Pocos días después muere en Nápoles junto a otros nobles franceses e italianos.

En Gaeta, Alonso Manrique captura a muchos oficiales franceses cuando intentan evadirse, incluido el duque de Saboya, siendo decapitados en Nápoles. Enterado el emperador de lo sucedido, nombra a Orange nuevo virrey. Los soldados españoles reclaman veinte pagas, pero solo reciben diez.

Mientras tanto, Leyva envía a los condes Beljoioso y Torniel en socorro de Lecco con 3.000 hombres y artillería. Estos derrotan a Pietro Maria de Médici, que fue decapitado por Villaturriel en venganza por haberle ahorcado a su hermano y a 12 soldados. Después, los condes envían al maestre de campo Pedro Vélez de Guevara a levantar el cerco de Lecco, lo que consigue el 19 de marzo. De allí parte a Bellagio, entre los lagos de Como y Lecco, donde se reúnen ambas guarniciones para tomar el castillo de Mus. El castellano envía a su hermano Juan Baptista Médici a Milán para ofrecerle a Leyva el cambio de bando. Leyva acepta y le nombra marqués de Mus y conde de Lecco el 13 de abril.

El emperador envía a Diego Sarmiento, Juan de Mendoza, Beltrán de la Cueva y Machuca con 2.500 españoles a Génova. Como allí ya no quedan franceses, se encaminan a Milán pero en el camino les espera el conde Gayazo con 500 caballos y muchos arcabuces. Alertados por el conde Ludovico de Beljoioso, se desvían por los Apeninos y llegan a Plasencia. Enterado Leyva, les ordena encaminarse a Pavía, donde Pedro Vélez de Guevara y sus 7 banderas se reúnen con ellos y de allí expulsan al duque de Urbino. El 18 de mayo Leyva rinde también Abbiategrasso y se encamina a Bérgamo, donde espera la llegada del duque de Brunswick con 12.000 infantes, 800 lanzas, 1.000 jinetes y mucha artillería.

Francisco I ordena a Francisco de Borbón, conde de Saint Pol que persiga a Brunswick para evitar que entre en Nápoles, mas como este permanece en Milán, Borbón se alía con la Liga y toma Novara, Abbiategrasso, Vigevano y Mortara, invernando en Alessandria. Como no puede hacerle frente, Leyva establece un monopolio sobre el pan en Milán, de forma que los propios soldados le proveen de los mismos fondos que reciben luego como soldada.

1529

En 1529 un nuevo contingente marchó hacia Viena para intervenir en la primera guerra Habsburgo-Otomana, poniéndose a las órdenes del archiduque Fernando, hermano del emperador. Allí quedaron 5 compañías, reducidas posteriormente a 4.

A comienzos de marzo el príncipe de Orange emprende la marcha hacia Monopoli, fortaleza veneciana en la costa de Calabria. Lleva con él 6.000 españoles, 6.000 alemanes, 5.000 italianos, 500 lanzas, 500 jinetes. Le empresa fracasa por la mucha artillería que guarnece la plaza, levantándose el cerco el 18 de mayo.

Unos meses antes, los republicanos florentinos se habían rebelado contra los Médici, aliados del papa, que son desterrados. El papa solicita ayuda al emperador, quien ordena a Orange que acuda a Florencia con su ejército. Este envía a Pompeo Colonna a Nápoles como regente, y a Hernando de Alarcón como capitán general con 3.500 españoles y 2.000 italianos (Marramaldo) y 5 compañías de jinetes para que tome el resto de fortalezas ocupadas por los venecianos. Con el resto del ejército sale de Monopoli hacia Florencia: 4.000 alemanes, 4.000 italianos y 600 lanzas. Al pasar por Perusa rinde la guarnición de Malatesta Vallon, que compra su libertad y se refugia en Florencia, donde le eligen condottiero.

En Perusa se unen a Orange el marqués del Vasto con 2.500 españoles y Hernando de Gonzaga con 600 jinetes y 8.000 italianos enviados por el papa. Orange envía a Urbina a rendir Spello, rebelada contra el papa. Allí es herido de un arcabuzazo y muere. Tras rendir otras plazas, Orange llega ante Florencia a primeros de septiembre y le pone cerco.

En Lombardía, el duque de Milán, Urbino, Saint Pol y 30.000 soldados cercan Pavía, defendida por Pedro Virago con 800 italianos y 200 alemanes. Leyva intenta socorrerle pero desiste. El 21 de junio deciden tomar Génova, lo que conoce Leyva por sus espías. Sabiendo que el emperador necesita este puerto para dirigirse a ser coronado en Bolonia, decide atacarles. Acampa en sus proximidades y envía al capitán Valdelomar a espiarlos. Por él sabe que Saint Pol estaba atascado intentando recuperar del río Lambarete unos cañones y lo envía con varias compañías de jinetes a capturarlo y arrebatarle la artillería, lo que consiguen. Posteriormente, paga su rescate y regresa a Francia. A primeros de julio Leyva ataca a los venecianos en Casal de Adda. Allí recibe 2.500 soldados recién llegados de España a las órdenes de Félix Cervellón[4].

Entretanto, Francisco había sido liberado dejando como rehenes a sus hijos, el delfín y el duque de Orleáns. La reina Luisa de Francia va a Flandes y ruega a Margarita de Habsburgo que los libere, a lo que accede el emperador tras recibir dos millones en oro. El día 15 de agosto desembarca en Génova con su corte y 13.000 españoles como escolta. Leyva le sale a recibir en Plasencia el 6 de septiembre. El 13 Leyva regresa a Lardizago, donde ejecuta al capitán Zamudio por traición.

De allí parte a cercar Pavía, no sin antes sufrir un accidente que cuesta 200 muertos al explosionar unos depósitos de pólvora por haber entrado en ellos unos arcabuceros con sus mechas encendidas. Una vez tomada esta plaza, expulsados los venecianos y pacificada toda Lombardía, Leyva entrega el ejército a Pedro Vélez de Guevara para que lo lleve a Florencia.

Mientras, el emperador sale de Plasencia y llega a Bolonia el 5 de noviembre, tas pasar por Parma, Reco y Módena. Allí le espera el papa Clemente VII y toda la nobleza local.

El día de Navidad los florentinos envían cuatro banderas a Lastra, para bloquear el avituallamiento del virrey. Este toma el castillo a sangre y fuego al rechazar la rendición.

1530

El 15 de enero llega Pedro Vélez de Guevara con su ejército a Florencia: 3.500 españoles, 2.000 alemanes, 200 lanzas y 100 caballos ligeros.

El 24 de febrero Carlos es coronado emperador en Bolonia, asistiendo a la ceremonia el virrey y el marqués del Vasto. Para prevenir incidentes, Leyva ordena formar escuadrones a todo su ejército. El duque de Milán solicita el perdón al emperador, que este le concede a cambio de 900.000 florines de oro a pagar en diez años.

Después, Carlos nombra varios altos cargos, entre ellos al nuevo gobernador de Milán, Caracciolo y su castellano Juan Mercado, con 300 españoles de Leyva. Envía a Siena a Lope de Soria con una compañía; a Como, Lorenzo Manuel con 600 españoles; a Módena, Pedro Zapata de Cárdenas con una compañía; a Génova, el comendador Figueroa. En lugar de arrasar Florencia, ordena al virrey que contemporice hasta que los Médici y los Strozzi solventen sus diferencias, para no desagraviar al papa.

El 22 de marzo, el emperador deja Bolonia y se dirige a Mantua, donde es agasajado por el marqués, a quien concede el título de duque por sus servicios. De aquí parte hacia Alemania y Flandes, no sin antes ordenar al virrey que envíe una fuerza a Hungría para socorrer a Fernando contra los turcos y los venecianos de Luis Griti. Aquel nombra a ocho capitanes, pero la tropa se niega a cambiar las perspectivas del rico botín en Florencia por una aventura incierta en tierra tan lejana. Para evitar el motín, el virrey decide expulsarlos del campo, instalándose en la campiña toscana. Allí les visita periódicamente el maestre Guevara para llevarles víveres y pagas.

A primeros de mayo, el virrey envía a la coronelía de Marramaldo y al capitán Diego Sarmiento con la gente española que había llegado de Lombardía contra Empoli, donde algunos enemigos hostigaban al ejército. Como se niegan a rendirse, la plaza es tomada al asalto, falleciendo el capitán Francisco de Ávila. Allí queda Sarmiento como gobernador con un pequeño destacamento. El resto parte con Vasto a rendir Volterra, donde muere Sarmiento durante una visita. El asedio no tiene éxito y Vasto regresa a Nápoles, tras ordenar al capitán Rodrigo Machicao que vaya a Florencia. El maestre de campo Vargas se opone por quedar la fuerza muy mermada, pero enterado el virrey ordena levantar el cerco y reunir a toda la fuerza en Florencia. La gente de armas y la coronelía de Marramaldo quedan en Pistoria para asegurar el abastecimiento.

Estando de guardia en una abadía cercana a Florencia, los alemanes sufren un asalto por parte de los florentinos, que fueron masacrados con ayuda española. El 1 de agosto, el virrey Orange llama a todos sus coroneles y capitanes y les avisa de que un florentino llamado Francesco Ferrucci viene con 3.000 hombres a socorrer la ciudad. El virrey sale a su encuentro en Gavinana pero muere de dos disparos. En esto llegan Marramaldo con su tropa y Guevara con 200 españoles de los despedidos por no querer ir a Hungría. Rescatan el cadáver, apresan a Ferrucci y lo decapitan.

Enterado el emperador, nombra al duque de Mantua como nuevo general en jefe, este propone a su hermano Hernando Gonzaga como teniente y este, a su vez, al duque de Malfa (¿Melfi?) como gobernador del campo en tanto Vasto estuviese en Nápoles. Pocos días después se rinde Florencia con la promesa del papa de respetar su república, pero traman una masacre contra los españoles, ya que los consideran invasores.

Un día los 14.000 italianos se lanzan contra los 3.000 españoles que guarnecen la ciudad (había otros 3.000 entre las guarniciones y los despedidos), permaneciendo neutrales los alemanes. Pero cuando ven a los españoles acorralados y superados en número, se ponen de su parte, coincidiendo con el regreso de los españoles desmandados. Algunos florentinos aprovechan para sacar artillería y dispararle a los españoles, lo que indigna al resto de ciudadanos pues supone violar el tratado. Tres días después se firma la paz entre ambos bandos, los italianos reciben dos pagas y son despedidos. Gonzaga establece una corte marcial y decapita a los florentinos que se habían unido a la revuelta, tras lo cual quedó Florencia destruida y empobrecida.

El 30 de septiembre se despide también a los alemanes tras darles otras dos pagas. Los hombres de armas regresan a Nápoles y la infantería se aloja en Lusignano. La población se niega a darles sustento y prepara una emboscada, por lo que Gonzaga envía al maestre Juan de Vargas con tres banderas españolas. El muro resulta inexpugnable a la batería, pero un soldado llamado Somoza consigue colarse por una ventana tan estrecha que estaba desguarnecida. Tras él entran otros soldados del capitán Bocanegra, que mataron 200 ciudadanos y rinden la ciudad. El 15 de octubre el ejército abandona Luignano excepto tres banderas que quedan en guarnición.

1531

Tras saquear Prato, someter la república de Florencia y proclamar a Alejandro de Medici como duque, se desmovilizaron las dos terceras partes de la fuerza para economizar costes.

Ordenanzas de Bolonia y Génova

1532

A comienzos de 1532 el emperador en persona se puso al frente de un nuevo ejército que marchó hacia Viena para intervenir en la segunda guerra Habsburgo-Otomana. Sin embargo, la esperada batalla entre los dos soberanos más poderosos de su época no se produjo, pues Solimán II el Magnífico rehuyó el combate pese a su superioridad numérica y prefirió replegarse a Belgrado. El emperador regresó el 13 de diciembre a Bolonia, donde promulgó una ordenanza por la que licenciaba a todo su ejército expedicionario excepto 12 compañías que debían guarnecer Nápoles. Este fue el origen del primer tercio de infantería, si bien no tendría refrendo oficial hasta la ordenanza de Génova de 1536, como se verá en el artículo correspondiente a la infantería del siglo XVI.

1534

En junio de 1534 Carlos I pasó revista en Cagliari al nuevo Ejército de África que iba a participar en la jornada de Túnez, y que ascendía a 25.000 infantes, 2.000 jinetes y 374 navíos. El emperador en persona se puso al frente del ataque, rindiéndose Túnez el 14 de julio.

1535

En 1535 el Ejército de África toma Bona (Argelia), donde quedan de guarnición 4 compañías de infantería.

1536

En 1536 se organiza en Málaga un nuevo tercio para intervenir en la guerra de Sucesión de Milán. Esta vez se pone al mando del poeta Garcilaso de la Vega, amigo del emperador y veterano capitán de caballería durante la jornada de Túnez, que fallecería heroicamente en el asedio a Le Muy.

1539

En 1539 parte del Ejército de Italia parte hacia los Países Bajos para someter la rebelión de Gante.

1544

En 1544 el Ejército de Italia se encuentra de campaña en Francia, con ocasión de la octava guerra Italiana.

1545

En 1544 el Ejército de Italia es destinado a Hungría, para intervenir en la segunda guerra Habsburgo-Otomana.

1546

En 1546 el Ejército de Italia pasa a Alemania para intervenir en la guerra de Esmalcalda.

1547

En 1547 el Ejército de Italia vence a los protestantes en la batalla de Mühlberg.

1551

El Ejército de Italia despliega en la Toscana para intervenir en la novena guerra Italiana.

Tablas resumen

Ejércitos

En la siguiente tabla se resume la evolución de los ejércitos del Imperio español desplegados en el viejo continente durante este reinado.

EJÉRCITO JEFE INICIO FINAL GUARNICIÓN
Ejército Metropolitano Íñigo Fernández de Velasco y Mendoza, condestable de Castilla 1520 1521 Castilla
Antonio Fonseca 1521 1524 Navarra
Ejército de África Hugo de Moncada 1518 1518 Argelia
Carlos I de Habsburgo, rey de España y emperador del Sacro Imperio 1534 1535 Túnez, Bona
1541 1541 Argelia
Ejército de Italia Próspero Colonna 1521 1523 Lombardía
Antonio de Leyva 1524 1525
Príncipe de Orange 1526 1527 Roma
Álvaro de Grado 1528 1529 Calabria
Fernando de Habsburgo, archiduque de Austria y rey de Hungría 1529 1529 Austria
Príncipe de Orange 1530 03/08/1530 Toscana
Alfonso de Ávalos, VI marqués de Pescara 03/08/1530 30/04/1531
Carlos I de Habsburgo, rey de España y emperador del Sacro Imperio 1532 1532 Austria
1536 1538 Piamonte
1539 1540 Países Bajos
1544 1544 Francia
1545 1545 Hungría
1546 1547 Alemania
1551 1559 Toscana
1554 1554 Transilvania
1555 >> Milán

Levas a Italia

En la siguiente tabla se desglosan las levas que llegaron a Italia durante las guerras que enfrentaron a Carlos I y Francisco I entre 1521 y 1545, extraídas del Tratado de Cerezeda:

FECHA JEFE EXPEDICIÓN ORIGEN DESTINO FUERZA
08/1521 Marqués de Pescara Nápoles Parma 4.000
08/1522 Papa Adriano España Roma 5.000
09/1523 Almirante de Francia Borgoña Lombardía 800
08/1523 Juan de Mendoza, Clavero, Segura España Piamonte 900
01/1524 Marqués de Pescara, Juan de Lepe España Milán 1.500
24/02/1525 Pedro de Guevara Francia Italia 1.000
08/1526 Borgoña Milán 500
25/11/1526 Charles de Esparza, Carlos de Lannoy España Gaeta 5.000
03/1528 Alonso Manrique (¿Álvaro de Grado?) España Gaeta 2.000
04/1528 Diego Sarmiento, Juan de Mendoza, Beltrán de la Cueva, Machuca España Génova 2.500
07/1529 Félix Cervellón, Álvaro Madrigal España Italia 2.000
15/08/1529 Carlos I de Habsburgo España Savona 13.000
08/1529 Hungría Italia 300
06/1536 Garcilaso de la Vega Málaga Asti 2.500
01/1537 Andrea Doria España Génova 2.000
23/06/1537 Diego Castilla España Nápoles 7.000
11/1541 Luis Pérez de Vargas Túnez Piamonte 1.000
07/09/1543[5] Giovanni Doria, Santillana España Génova 1.500
03/1544 Álvaro Osorio, Juan de Viamonte, Cristóbal de Enaya, Pedro de Vieta Roma Piamonte 500
03/08/1544 Bernardino Mendoza, Mendo Benavides España Génova 400
TOTAL 53.400

A ellos habría que sumar parte de los 10.000 que fueron de España a Túnez y que luego pasaron a Italia, así como las nueve banderas de guarnición en España que llegaron a Génova en 1544 con Bernardino de Mendoza para socorrer al marqués del Vasto en sus horas más amargas.

La caballería recibió las siguientes aportaciones:

  • Hombres de armas: 10.500
  • Caballos ligeros: 12.500

Del resto de naciones se recibieron los siguientes contingentes:

  • Alemanes: 154.000
  • Italianos: 102.500
  • Suizos: 14.000
  • Grisones: 2.000
  • Otros: 8.100

Referencias

Notas

  1. Esta es la primera mención de un maestre de campo en el tratado de Cerezeda
  2. En el apéndice, este contingente no llega desde Roma hasta agosto y tampoco menciona a su maestre de campo
  3. Cerezeda no incluye este aporte en su apéndice
  4. Puede ser el Felipe anterior.
  5. En el apéndice, Cerezeda data este refuerzo en 1544, pero en el cuerpo del tratado lo menciona ya en 1543.

Bibliografía

  • Clonard, Serafín María de Sotto Langton, conde de. Historia Orgánica de las armas de infantería y caballería españolas. D. B. González.
    • Tomo III: Austrias Mayores. 1853.
  • García Cerezeda, Martín. Tratado de las campañas y otros acontecimientos de los ejércitos del emperador Carlos V (1521-1545). Sociedad de Bibliófilos Españoles. 1873
  • Giménez González, Manuel. El Ejército y la Armada. Almena, 1864 (reed.).
  • Martínez de Merlo, Jesús y Juan Álvarez Abeillhé. La heráldica y la orgánica de los reales ejércitos. Ministerio de Defensa. 2015.
  • Martínez Ruiz, Enrique: Los soldados del rey. Los ejércitos de la Monarquía Hispánica (1480-1700). Actas, 2008.
  • O'Donnell, Hugo (coord.). Historia Militar de España. Laberinto.
    • Tomo III: "Edad Moderna", V2: "El escenario europeo". 2013.

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