Categoría:Primera campaña Mediterránea

De Caballipedia
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1529

En 1529 marchó un contingente hacia Viena a las órdenes del archiduque Fernando, hermano del emperador. Allí quedaron 5 compañías al mando de Luis de Ávalos[1]. Cuando murió uno de sus capitanes, se reforma su compañía entre el resto.

Posteriormente llegaron de Italia otras tres compañías al mando del comendador Cervera, Cueto y Medinilla. Cuando murió Ávalos de un arcabuzazo en la cabeza, el emperador nombró a Luis de la Cueva.

1532

A primeros de julio el marqués del Vasto recibe órdenes del emperador para pasar con el ejército de Lombardía a Hungría. Leyva debe marchar también desde Plasencia a la corte, sita en Ratisbona. El 10 de julio Vasto sale de Casalmaggiore y se reúne en Mantua con Leyva. Tras este consejo, el 24 de julio cruzan el Po las 8 banderas con la divisa imperial. Otras 8 van en vanguardia sin divisa. El 4 de agosto se les unen en Peschiera, a orillas del lago de Garda, las 7 banderas de retaguardia al mando de Machicao. El 6 se cruza la frontera entre Italia y el Imperio, llegando el 8 a Trento.

Los grisones les reclaman la devolución de algunas villas imperiales, por lo que Vasto escribe al emperador que amenaza a los grisones con masacrarlos a su regreso de Hungría, tras lo que aquellos se apaciguan. El 11 Vasto ordena hacer recuento de las mujeres que acompañan al ejército, que pasan de 2.500. Se les entregan unas pólizas a algunas y se despide al resto. Unos días después Machicao ahorca a una de ellas, que estaba preñada, al no presentar la póliza. Esto desagrada mucho a los hombres.

El 17 de agosto llegan a Hall, a cinco millas de Innsbruck, donde está la reina de Hungría recién parida. Desde allí se embarcan y descienden el Inn. En Braunau (Baviera), marcha Vasto al encuentro del emperador, regresando unos días después. La expedición continúa navegando hasta Passau, donde toma el Danubio.

El 8 de septiembre Vasto pasa muestra a la fuerza junto a un legado imperial, pagándose a 6.200 infantes de los que 3.500 eran arcabuceros. Después se decapita al capitán Jerónimo de Leyva por haber escrito al emperador que solo había 3.000 soldados y que el remanente de las pagas se lo llevaban otros capitanes. Su compañía es repartida entre el resto.

El 13 de septiembre llegan a Krems, que arde esa misma noche, al parecer, prendida por el vaivoda Juan de Zápolya, aspirante al trono húngaro frente a Fernando de Habsburgo tras la muerte de Luis II en Mohacs. Vasto y el cardenal se adelantan a Viena, donde se reúne el consejo.

Acampados en Krems, ven unas hogueras que señalan la presencia de los turcos en la región, una vez desistidos de tomar Gunz. Vasto ordena a Machicao que salga de la plaza con 20 banderas españolas y una coronelía de italianos recién llegada de Lombardía. Tras un reconocimiento, se percatan de que los turcos han hecho 5.000 prisioneros y saqueado todas las aldeas. Machicao regresa al campamento y Vasto a Viena.

De allí parte otro contingente alemán al mando de los condes de Lodron y Tirol, reforzado con 300 arcabuceros españoles de Luis de la Cueva. El 16 de septiembre topan con los turcos en Neustadt, muriendo 35 españoles incluyendo el capitán y su alférez, a cambio de 400 otomanos. El resto huye pero al día siguiente tropiezan con Gozian, general de los caballos ligeros cristianos, que les hace otras 5.000 bajas y libera a sus cautivos.

Conocedor Solimán de que Carlos y Fernando habían reunido un ejército de 150.000 infantes, 70.000 caballos y mucha artillería (al mando del conde Palatino), decide retirarse a Croacia. Los españoles cierran sobre Viena por tierra mientras los italianos descienden el Danubio, siendo recibidos por el emperador el 24 de septiembre. La plana mayor española incluye los siguientes nobles:

  • Duque de Alba y duque de Béjar
  • Condes de Cifuentes, Castañeda, Santisteban, Altamira y Palma
  • Comendador mayor de Castilla, León, Alcántara y Calatrava

El emperador pasa revista a las tropas españolas e italianas, y luego se mezcla con ellas. Algunos días después llega Hernando de Gonzaga con 1.200 jinetes, siendo sus capitanes Benito Rosales, Juan Ibáñez, Arce y el marqués de Vigevano. Como el emperador quiere regresar a Italia y entrevistarse con el papa, decide dejar en Austria a sus regimientos italianos para evitar posibles traiciones:

  • Fabrizio Marramaldo (general);
  • Conde Filippo Torniello;
  • Marzio Colonna;
  • Pietro María de Rossi, conde de San Segundo;
  • Giovambattista Castaldo.

La tropa se amotina porque no quiere quedarse allí si los españoles se marchan, pero finalmente marchan a Italia por su cuenta, saqueando cuanto encuentran a su paso. El tres de octubre los españoles reciben su paga y vituallas para tres días y emprenden la marcha hacia Baden.

Entretanto, Andrea Doria, príncipe de Melfi, había reunido una flota en Génova para, desde allí, partir hacia Sicilia. En Mesina, el virrey de la isla ordena embarcar a todas las banderas que estaban repartidas por la isla (1.500):

  • Jerónimo Mendoza
  • Pedro de Acuña
  • Álvaro de Grado
  • Charles de Esparza
  • Zambrano Saavedra
  • Hernando de Vargas Silva
  • Fernando Francisco de Alarcón
  • Figueroa
  • Luis Pizaño

Además, el 20 de julio se embarcan desde Nápoles otras 13 capitanías italianas recién levantadas (7.000) al mando del coronel conde de Sarno. Se unen a las anteriores en Mesina, desde donde parten el 18 de agosto hacia el Peloponeso, con un total de 39 galeras y 40 naves, incluyendo el galeón de Doria. El 5 de septiembre llegan a Cefalonia, donde el mal tiempo obliga a las galeras a refugiarse cerca de la costa y a las naves a partir hacia alta mar.

El 17 de septiembre arriban a Koroni. Se sortea a quién corresponde la vanguardia, ganando los españoles. Pizaño planta la artillería, que gobiernan soldados de otras capitanías. Tras matar, al menos, a 500 turcos, se comienza una mina bajo los muros, inexpugnables a la artillería y demasiado altos para ser escalados. En esto reciben aviso de que 200 jinetes turcos vienen en socorro de la ciudad, por lo que organizan una emboscada. Viendo los defensores que no pueden esperar refuerzos, deciden rendirse el 21 de septiembre. Cuatro banderas los escoltan durante tres millas, pero después son asaltados y desvalijados por los griegos. Doria decide dejar a las nueve banderas españolas al mando del maestre de campo Mendoza como guarnición y reembarca a las italianas el 3 de octubre. A la artillería de la plaza la refuerza con gran parte de la que llevan las naves, quedando a su cargo Pizaño. Al día siguiente, cuando recalan en el puerto de Sapienzia, se encuentran con otras naves que vienen de Italia con 900 españoles de refuerzo.

El 15 de octubre toman y saquean Patrás, esclavizando a sus habitantes pese a haberse rendido. También es saqueada Lepanto, porque la tropa exige el botín a falta de pagas. Allí se apropian de 10 cañones tan grandes que pueden albergar a un hombre sentado. El 13 de noviembre llegan a Cefalonia, donde se produce un nuevo motín, por parte de algunos soldados italianos que quieren apoderarse de una nave para hacer corso. Finalmente, el 16 de diciembre regresan a Mesina, desde donde parten las galeras para devolver la tropa italiana a Nápoles.

Entretanto, el ejército imperial regresa a Mantua, el 7 de noviembre llevando a Cerezeda enfermo en una litera. El 13 de diciembre llega el emperador a Bolonia, donde le espera el papa.

1533

El 28 de febrero sale el emperador hacia Módena, Reggio, Parma, Busseto, Cremona, Lodi, Pavía y Milán. Tras cuatro días de descanso, parte a cazar a Vigevano y luego a Génova, donde llega el 2 de abril, siendo recibido por Andrea Doria.

Allí manda que se embarquen 15 banderas de infantería española con el marqués del Vasto y el duque de Alba. Los alemanes y los jinetes son desmovilizados. La caballería española y la artillería parten por tierra, gracias a un tratado suscrito con la reina de Francia, hermana del emperador, con la que se entrevista en Savona. Tras hacerse a la mar, una tormenta les desvía hasta Palamós, donde desembarcan Carlos, Vasto y Alba. Allí deciden seguir viaje por tierra hasta Barcelona, donde les espera la emperatriz Isabel. En la ciudad condal Carlos desmoviliza las 15 compañías, que se amotinan. Muchos de ellos deciden regresar a Italia, incluido Vasto, que parte a su hogar en Ischia.

Quedan en Italia 13 banderas con el maese de campo Machicao. El 26 de abril parten hacia Nápoles y el 21 de mayo cruzan el Tronto, frontera entre la marca de Ancona y el reino. El 29 de mayo, tras cruzar el río Triguo, se apartan cinco capitanes con sus banderas para desplegar en otras tantas fortalezas de Manfredonia. Las ocho banderas restantes llegan a Gaeta el 10 de julio. Allí se les unen Vasto, Hernando Alarcón, Antonio de Aragón y Marco Antonio Carreto, hijo de Doria. Todos juntos visitan a las hijas de Leyva, que había obtenido la tenencia del castillo de Gaeta y el principado de Asculi. Una de ellas casaría con Carreto.

Mientras tanto, Koroni es asediada por los turcos desde el 23 de abril. Mendoza escribe a los virreyes de Nápoles (Pedro de Toledo) y Sicilia (Álvaro Pignatelli) demandándoles ayuda. Estos ordenan a Doria que socorra la plaza con dinero y municiones. Su hijo Cristofin arriba el 1 de junio en mitad del bloqueo turco, que consigue burlar para entrar y salir del puerto. Regresado a Génova, Andrea le envía a Barcelona para dar cuenta al emperador, quien ordena que la plaza sea socorrida. El 12 de julio Vasto ordena que se embarquen hacia Koroni los siguientes capitanes:

  • Rodrigo Machicao
  • Francisco Sarmiento de Mendoza
  • Diego de Tovar
  • Alonso de Hermosilla Marmolejo
  • Gregorio de Lezcano
  • Luis Méndez de Sotomayor
  • François de la Pelluce.

La compañía de Rodrigo de Arce queda de guarnición en Gaeta. El resto hace escala en Ischia, tenencia del propio Vasto. De allí, pasan por Stromboli, Vulcano y el estrecho de Mesina. Desde allí navegan hasta Taormina y Mascali, donde desembarcan hasta que se les requiere de nuevo en Mesina para reunirse con la flota de Andrea Doria el 28 de julio. Allí se les une el capitán Alonso Carrillo, a quien Vasto había levantado una compañía con gente suelta en Nápoles, partiendo todos el 3 de agosto.

Cuando llegan a Koroni el 8 de agosto plantan batalla a la flota turca, hundiéndole varias naves gracias a la pericia de Doria. Se llega a capturar a un capitán general de los jenízaros, al que Doria pone en libertad bajo promesa de intercambio con los prisioneros cristianos, pero aquel incumple su palabra. Tras la batalla, los turcos se retiran a Androusa y los imperiales desembarcan en Koroni. Viendo Doria las penalidades que había sufrido su guarnición, decide relevarla con las compañías de Machicao. Estas acceden a quedarse durante cinco meses, plazo en el que Doria se compromete a evacuarlas.

El 19 de agosto, Mendoza y sus compañías son reembarcados de regreso a Sicilia, permaneciendo solo Pizaño con sus artilleros y quince nuevas piezas. También se queda Cerezeda, que sirve ahora con Sarmiento. Doria embarca también a 2.800 lugareños para que no menguen las provisiones de la guarnición. El capitán de la flota turca es llamado a Constantinopla y decapitado. En su lugar, es nombrado Barbarroja, que llega de Argel a mediados de octubre. En este tiempo se intercambian los prisioneros hechos en la batalla, y se hacen algunas escaramuzas cuando salen a por reses o verduras.

A mediados de diciembre hay una epidemia de peste en la ciudad, siendo socorrida por la guarnición. El 20 Machicao envía a Pizaño, Tovar y 600 soldados de todas las compañías a Navarino a capturar mucho ganado que allí están acumulando los turcos para el ejército sitiador, pero el mal tiempo les hace desistir.

1534

Los sitiados tienen noticias por un corsario sardo de que en Constantinopla se ha propagado la peste, matando a 40.000 personas. El 1 de febrero, Machicao decide atacar Androusa con seis compañías (Tovar, Sarmiento, Pizaño, Pelluce, Carrillo y Hermosilla), además de otros griegos y albaneses a caballo, en total 2.500 españoles y 40 jinetes. Quedan en Koroni Lezcano y Sotomayor. Defienden Androusa 1.300 turcos y 300 jinetes.

A una milla de Androusa, Machicao ordena al sargento mayor constituir dos escuadrones. Uno de ellos en vanguardia, al mando de Hermosilla, con 300 arcabuceros y coseletes, armados estos de partesanas y alabardas. Cuando son descubiertos sufren un gran fuego desde las casas, en las que los turcos no sufren daño mientras los cristianos se ven obstaculizados por el humo y quedan expuestos al contraluz de los fuegos que habían provocado.

En la puerta de la villa muere el maestre Machicao, cuyo cadáver es protegido por Diego Tovar, a quien también matan y decapitan. Mueren, además, 19 soldados de Machicao, 11 de Tovar, 9 de Sarmiento, 7 de Pelluce, 8 de Sotomayor, 20 de Lezcano, 6 de Carrillo, 10 de Pizaño, 8 de Hermosilla y 4 de los griegos. El número de heridos es aún mayor, incluyendo algunos capitanes. Los supervivientes regresan a Koroni perseguidos por los turcos, que sufren 330 bajas, incluyendo algunos principales (esto se supo por un espía).

Al día siguiente llegan a Koroni tres barcos con provisiones y municiones al mando de un español llamado Santa Cruz. Este entrega a Lezcano algunas cartas y dinero para pagar a los soldados. Al ver estas naves, los turcos creen que traen nuevos refuerzos, por lo que abandonan la destruida Androusa. El 14 de febrero Lezcano envía al capitán albanés Lázaro con 60 arcabuceros y 10 jinetes para enterrar los cadáveres. En 8 torres los turcos han clavado 3 estacas donde exponen las cabezas empaladas, desolladas y desnarigadas, por lo que solo pueden reconocer la de Tovar gracias a sus barbas.

El 16 realizan una nueva salida a Navarino para capturar esclavos y ganado. A la hora de su reparto surgen las disputas, pues los oficiales se quedan con la mayor parte, aun los que no haan participado en la encamisada.

En marzo llega una flotilla de cinco naves con provisiones y misivas de Italia, por las cuales saben que el emperador y el rey de Francia están otra vez en guerra. Esto les disgusta mucho, pues impide que ambos se pongan de acuerdo para declararla al turco y liberar a los griegos, que tanto sufrían. Especialmente, por estar el gran turco guerreando contra el rey de Persia en Alepo, y estar Grecia parcialmente desguarnecida. Aprovechando la estancia de esas naves, se evacua a la mayor parte de los griegos hacia otros puertos.

El 1 de abril se embarcan todos los soldados. Cuando son evacuados, la epidemia de peste declarada en octubre anterior se había cobrado ya la vida a 40 soldados y 500 civiles. Una tempestad los desvía de su ruta y tienen que aportar en Malta el 16 de abril, donde el gran maestre de la antigua orden de Rodas les impide tomar tierra debido a la peste, si bien les proporciona provisiones. Llegados a Mesina, el virrey también les veta el desembarco, ordenándoles hacer cuarentena en Favignana, al otro lado de la isla. La tropa se amotina, por lo que el 2 de mayo el virrey decide repartirla de la siguiente forma:

  • Gregorio Lezcano: Taormina
  • Francisco Sarmiento de Mendoza: Augusta
  • Luis Pizaño: Siracusa
  • Alonso Carrillo de Peralta: Siracusa
  • Alonso Hermosilla Marmolejo: Catania
  • François de la Pelluce: Cefalú
  • Luis Méndez de Sotomayor: Cefalú
  • Ex de Diego de Tovar (alf. Saavedra): Milazzo
  • Ex de Rodrigo Machicao (alf. Luis Quijada): Palermo

En Siracusa les impiden desembarcar, y la población se amotina contra la compañía de Hernando de Vargas (antes con el maestre Mendoza), que tiene que huir a Augusta el 4 de mayo. Allí cuenta lo sucedido a Sarmiento y a Charles de Esparza (también de Mendoza). Entre todos hacen frente a los lugareños y así permiten que desembarquen sus compañeros.

El 11 de mayo Sarmiento viaja a Mesina en la nave de Martín de Munguía, para confirmar el rumor de que Barbarroja prentendía tomar Augusta con una pujante armada. En alta mar tropiezan con la unos corsarios berberiscos, por lo que abandonan la nave al no tener viento y regresan a la costa en los esquifes. Los turcos les persiguen y desembarcan tras de ellos, pero son socorridos por una partida de forajidos. Cerezeda culpa de este hecho a los capitanes de las galeras cristianas, que permanecían ociosos en Mesina sin hacerse a la mar para capturar corsarios.

Poco después llega el comisario Mateo Corzo y les dice que les darán tres pagas una vez que pasen a la guarnición que se les asigne, pero que hasta entonces tendrán lo comido por lo servido. La tropa se amotina, pues les deben ocho pagas, recibiendo una adicional.

El 13 de julio llega la compañía de Sarmiento a Milazzo, donde releva a la de Álvaro de Grado, que es nombrado nuevo maestre de campo. Allí reciben noticias de que se ha avistado una flota de 82 velas latinas mandada por Barbarroja. Esta captura algunas galeras que transportaban las compañías que habían sido de Machicao (Quijada) y Tovar (Saavedra) así como la de Méndez pero, afortunadamente, su personal consigue desembarcar antes. Después parte a saquear la costa napolitana, llegando cerca de Gaeta. El 18 de agosto, marcha a Túnez que arrebata al rey Muley Hacen. Desde allí reparte su flota entre Argel, Bona y Bizerta.

El 28 se amotinan los soldados de Mesina contra sus capitanes Lezcano y Hermosilla por haberles escamoteado una paga. Los vecinos les entregan una nave con provisiones y se pasan a Calabria, junto a los capitanes Rojas y Carrillo. Enterado el virrey de Sicilia, entra en furia por tener necesidad de tropas para guarnecer la isla frente a Barbarroja. Así pues, decide redistribuir a las compañías que quedan, tocándole a la de Sarmiento la plaza de Marsala, frente a las costas de Túnez. Allí llega un fraile de Tudela que había rescatado a diez cautivos, a quien envían a ver al virrey para informarle de cuanto había visto en la plaza durante su toma por Barbarroja.

1535

El 1 de enero llega a Sicilia el genovés Luis de Prevenda, con una carta del emperador dirigida al rey de Túnez por la cual le advierte de que piensa recuperarle su reino y expulsar a Barbarroja y sus corsarios, que tanto daño causaban en las costas napolitanas. Pero cuando arriba a África es capturado y llevado ante Barbarroja, que empala a su escolta y le encierra en prisión. Una segunda embajada tiene mejor éxito, por lo que el emperador ordena a los virreyes de Nápoles y Sicilia que preparen sus fuerzas para la jornada de Túnez.

Así se alistan todas las galeras disponibles, se reclutan 8.000 italianos y 7.000 alemanes. Las restantes compañías sicilianas se reúnen en Marsala con la de Sarmiento. El ejército de España se reúne en Barcelona, donde los nobles inquieren al secretario del emperador quién habría de ser su capitán general. Enterado el emperador, ordena formar todos los escuadrones y ante ellos despliega un estandarte con un crucifijo, afirmando: este es en adelante vuestro capitán general y yo su alférez. Dicho lo cual, el 31 de mayo se embarca en una galera de Andrea Doria y parte con toda la flota al mando de Álvaro de Bazán, mientras que el del ejército lo confía al marqués de Mondéjar. Participan en la empresa:

  • Luis, infante de Portugal y cuñado de Carlos
  • Duques de Alba y Benavente
  • Marqueses de Astorga, Aguilar, Elche, Mondéjar, Cuéllar, Molina, Cañete, Cogolludo
  • Condes de Aguilar, Nieva, Fuentes, Luna, Ribagorza, Oñate, Orgaz, Coruña, Oropesa, Chinchón
  • Comendadores de Léon y Acántara
  • Muchos otros nobles españoles, italianos y flamencos, y familiares de los anteriores.

Las 12 compañías de Sicilia (Lezcano, Hermosilla, Esparza, Vargas, Carrillo, Grado, Saavedra, Pizaño) suman 2.600 y embarcan en Trápani en la flota que trae Vasto desde Nápoles y se dirigen a Cerdeña, donde se unen a la de España el 11 de junio, sumando entre ambas 412 navíos. En Castelamar se embarcan las banderas de Nápoles (2.000), con los siguientes capitanes: Ripalda, Novelara, Vargas, Cisneros, Ruiz, Arriarán. A ellos se les suman 400 españoles enviados por Leyva desde Lombardía al mando de Alcocer. En Nápoles embarcan los supervivientes de Koroni.

En Cagliari el emperador nombra capitán general al marqués del Vasto y almirante general a Andrea Doria. El 14 parte toda la flota rumbo a Bizerta, donde llegan al día siguiente. Después rodean el cabo Cartago y enfrentan Túnez, donde realizan una gran descarga de artillería.

El 16 desembarca el ejército, formado (en este orden) por 4.600 españoles veteranos de Italia, 8.000 italianos, 7.000 alemanes y 10.000 españoles bisoños. Forman, además, 300 caballeros de Malta, 600 lanzas, 1.500 jinetes y 20.000 aventureros sin sueldo.

A la vista de la Goleta, el propio emperador encabeza la carga de la caballería contra las posiciones moras, defendidas con artillería, la cual disparaba munición marcada con flores de lis. Tras ellos, Vasto ordena una segunda carga que los consigue poner en fuga tras los muros de Túnez. A uno de los prisioneros moros, Carlos le explica que no habían ido a guerrear contra ellos, sino contra los turcos, tras lo cual lo deja en libertad.

Según Sandoval, se organizan tres tercios: Santiago en vanguardia, San Jorge en batalla y San Martín en retagurdia, quedando 3.000 bisoños como reserva[2].

A los pies de la Goleta se cavan posiciones defensivas y se levantan bastiones. El 25 de junio los moros hacen una salida por sorpresa, matando al capitán Sotomayor y a muchos oficiales y soldados veteranos de Álvaro de Grado y Rodrigo Ripalda. Uno de ellos es el alférez de Sarmiento, perdiéndose su bandera.

El 29 de junio llega Muley Hacen con sus príncipes, a los que el emperador agasaja y permite revistar el ejército. Como guardia personal le concede a Alvar Gómez, capitán de jinetes. Tras numerosas escaramuzas, el 14 de julio se da batería a la Goleta desde tierra y mar. Una vez abierta la brecha, entran por ella las banderas de Hernando de Vargas y de Alonso Carrillo. Se hacen 1.000 bajas a los turcos y moros, por solo 100 imperiales. Se les toman 500 piezas de artillería y 67 navíos.

Barbarroja ordena quemar vivos a sus prisioneros cristianos, pero esto provoca su sublevación y la de los moros leales a Muley Hacen. Juntos toman la alcazaba y le obligan a huir a Bona. Carlos ordena el asalto final contra la ciudad el 21 de julio y, contra la voluntad de Muley Hacen, la entrega a sus soldados para el saqueo. En la alcazaba encuentra Sarmiento su bandera capturada. Antonio Doria es enviado a Bona con parte de la flota para evitar que Barbarroja escape, pero no sabe cumplir lo ordenado. Por el contrario, Bona queda desguarnecida y es tomada con facilidad el 2 de agosto.

El emperador impone al rey de Túnez un tributo de 12.000 doblas y le exige la fortaleza de la Goleta, donde quedan las siguientes banderas:

  • Bernardino de Mendoza: hijo y hermano de sendos marqueses de Mondéjar, general y alcaide, en 1538 pasó a la Armada y fue sustituido por Francisco Tovar.
  • Martín Alonso de los Ríos: maestre;
  • Luis Pérez de Vargas: en 1541 pasa al Tercio de Bona;
  • Luis de Haro: en 1538 pasa al Tercio de Sarmiento, siendo sustituido por Martín de Córdoba;
  • Miguel Pérez de Veráiz.

En Bona quedan:

  • Alvar Gómez el Zagal: alcaide y maestre de campo;
  • Francisco de la Chica: ajusticiado en 1538 tras un motín y sustituido por Pedro Godínez de Acevedo;
  • Rodrigo Dávalos;
  • Juan de Avellán: en octubre de 1535 es repatriado a España por haber escamoteado dinero a su tropa, y es sustituido por Pedro Hernández de Carvajal.

El 13 de agosto los 4.000 veteranos de Italia son los últimos en embarcarse. El emperador llega a Trápani el 22 de agosto y los veteranos el 1 de septiembre, por haber parado en Mahdía para hacer aguada. Los italianos reciben una paga y media, y son despedidos, regresando en la flota de Vasto. 5.000 alemanes del conde Maximiliano son enviados a Lombardía, para integrarse en el ejército de Leyva, quedando otros 2.000 en Sicilia. De los primeros se pierden 1.500 en un naufragio.

El 13 de septiembre se ordena embarcar a las 18 compañías de Sicilia rumbo a Favignana, dándoseles una paga. En teoría deben atacar Mahdía, pero el mal tiempo lo impide. Carlos nombra nuevo virrey a Hernando Gonzaga, por haber fallecido el anterior en vísperas de la expedición a Túnez. Las banderas napolitanas regresan al reino y el resto de las alemanas parte también a Lombardía.

Cuatro banderas sicilianas (Grado, Pelluce, Quijada, Sarmiento) y dos genovesas son desembarcadas por Andrea Doria finalmente en Bizerta el 29 de octubre al mando del coronel Agustín Spinola. Tras tomar la plaza, que entregan al hijo de Muley Hacen, regresan a Sicilia. La bandera del maestre Grado va a Térmenes y las otras tres quedan de guarnición en Trapani, Marsala y Mazara.

1538

El 8 de febrero el Papa Pablo III Farnesio convoca a todos los príncipes cristianos a una liga contra el turco.

El 25 de junio el emperador llega a Génova, donde ordena embarcarse hacia Sicilia a los 1.500 españoles que Juan de Vargas tenía en Niza y a la coronelía italiana del coronel Agustín Spínola (2.000). El embajador Figueroa les pasa muestra en Génova el 17 de junio y se embarcan el 22. En un principio debían detenerse en la Specia para recoger a los 2.000 españoles que Francisco Sarmiento tenía en Florencia, pero la mala mar lo impide, debiendo las naves aportar en Nápoles y Sarmiento embarcarse en otras hacia Sicilia. Simultáneamente, Cristóbal de Morales se pone al mando de otros 2.000 españoles veteranos con destino a Hungría, siendo sus capitanes:

  • Juan de Guevara (anterior alférez de Juan de Acuña)
  • Juan de Viamonte
  • Íñigo de Mendoza
  • Beltrán de Godoy
  • Martin de Toro Mercado
  • Gonzalo Benítez
  • Salamanca

Este último fue hecho comisario en Hungría, pasando su compañía a Guevara por habérsele ahogado la suya, con todas sus mujeres y bagajes en un naufragio en el río Ala por chocar con un puente en la villa de Compistan el 23 de agosto. Otros 2.000 españoles se embarcan en Sicilia en la armada de Doria, con los siguientes capitanes:

  • Luis de Alcocer
  • Juan de Álamos
  • Pedro de Silva
  • Juan Vizcaíno

El 27 de agosto llega Doria a Mesina, donde embarca a los 1.500 españoles de Álvaro de Sande (Sicilia II)[3], a las banderas de Francisco Sarmiento (Florencia) y a las de Juan de Vargas (Niza). Desde allí van a Calabria para recoger la coronelía de Spínola que había llegado de España con Doria y después se trasladan a Tarento, donde embarcan los 7.000 españoles que Sancho de Alarcón tiene en Puglia (Nápoles II). El mando de todas las fuerzas terrestres recae en el virrey de Sicilia.

El 1 de septiembre se hace a la mar toda la flota (50 galeras y 50 naves), con 12.000 españoles y 2.000 italianos, en dirección a Crotona, donde deben esperar órdenes del emperador. En la isla de Golfo (¿San Pedro de Tarento?), el virrey se reúne con las 30 galeras del papa y las 60 de Venecia, que transportan la coronelía de Valerio Orsino con 2.000 infantes.

Cuando la primera flota intenta atracar en Crotona, un fuerte viento desvía la nave de Agustín Spínola hacia Cefalonia, donde se supone que está Barbarroja. Pero, antes de ser descubierto, es rescatado por Antonio Doria, quien lo lleva a Golfo. Una vez reunidas todas sus fuerzas, Andrea ordena el viaje hacia Esclavonia, adonde llegan el 16 de septiembre.

Allí reciben noticias de que Barbarroja se encuentra en Préveza, con la flota amarrada a un puerto protegido por grandes bastiones. El virrey decide desembarcar a la infantería y que se hunda una nave cargada de piedras a la bocana para impedir salir a la flota enemiga. Pero antes de que tomen tierra son descubiertos por los turcos, decidiendo Doria salir a alta mar.

El 27 de septiembre, cuando van a ser alcanzados por Barbarroja, vuelven velas y embisten a la flota turca, salvo los venecianos que se retiran del combate. En un momento dado, Barbarroja ordena a sus galeras echar a pique varias naves que se han detenido por falta de viento. En una de ellas, el capitán de arcabuceros Machín de Munguía impide el abordaje aunque sufre un gran daño, negándose a rendir la nave. A la deriva, por falta de viento y de timón, acabará reuniéndose en Golfo con el resto de la flota una vez retirada esta por la llegada de la noche. Barbarroja lo hace a Préveza. Para evitar un nuevo acto de cobardía por parte de las galeras venecianas, Doria escribe al Dux para que le permita embarcar en cada una de ellas a una compañía española, a lo que este accede.

El 24 de octubre se hacen de nuevo a la mar, esta vez en dirección a Castilnovo de Esclavonia (actual Herzeg Novi, Montenegro). Allí se les reúne el Canaleto, almirante veneciano con otras 25 galeras. Doria manda desembarcar a toda la infantería, produciéndose inmediatamente una gran batalla contra los turcos. Uno de los muertos es el capitán Bocanegra. Se planta la batería y se consigue que la guarnición del castillo se rinda el 28 a cambio de sus vidas, aunque son tomados como esclavos junto a sus mujeres. Queda en guarnición el maestre Sarmiento (Florencia) con 2.500 soldados y los siguientes capitanes:

  • Machín de Munguía
  • Marquesa
  • Luis de Haro
  • Juan Vizcaíno
  • Mendoza Silva
  • Sancho de Frías
  • Zambrana
  • Arriaran
  • Pero Ruiz (que había relevado a Luis de Alcocer, en España)
  • Pedro de Sotomayor, con la bandera de Bocanegra

Con ellos queda el capitán albanés Lázaro y otras 7 compañías de caballos (Paulo, Jorge). Barbarroja sale a su encuentro con 140 naves, pero una flota le hunde 40. La flota cristiana se hace a la mar, desembarcando en Otranto. En la oscuridad, la nave del duque de Ferrara embiste a la de Sande, ahogándose casi toda su compañía y los rehenes turcos del virrey. Allí se licencia a los italianos y se reembarca a las banderas de Sicilia y al virrey. Este ordena que el tercio desembarque en Lipari, lo que disgusta a los soldados dada la escasez de la isla, por lo que el virrey acepta desembarcarlos en Sicilia.

1539

La gente de Sarmiento pasa tan grandes penalidades en Castilnovo que deben salir a dar el corso a las poblaciones cercanas. Se envía a los capitanes Luis de Haro y Pedro de Sotomayor a recabar ayuda del gobernador de Puglia, regresando el primero con la ayuda. Barbarroja llega a Castilnovo el 15 de julio, con 300 naves y 15.000 infantes. Simultáneamente, llega por tierra el bey de Grecia con 80.000 soldados de todas las naciones. Este ofrece a Sarmiento embarcarles hacia Puglia a cambio de su rendición, a lo que este renuncia.

El 24 de julio comienza la batalla, en la que los turcos asaltan la fortaleza durante varios días consecutivos pero son siempre rechazados por los españoles. El 12 de agosto está el castillo tan arrasado como los alrededores cuando matan a Sarmiento algunos jenízaros. Sin esperanza alguna de recibir refuerzos, el capitán Machín de Munguía decide rendir el castillo. Los supervivientes no pasan de 300 entre soldados, mujeres, niños y mercaderes. Barbarroja ordena llevar a su galera a los principales, entre ellos al obispo y a los capitanes Haro, Marquesa y Cerón, así como al alférez Garcí Méndez de Sotomayor, que había mostrado gran coraje durante el asedio. A Munguía le decapita por el daño que había infringido a su flota en Préveza. Turcos habían muerto más de 12.000.

1540

El 15 de mayo Andrea Doria embarca en Liorna a las banderas de Morales, que habían desplegado en la Toscana a su regreso de Hungría. El 3 de junio llegan a Mesina, donde se les unen las de Sicilia para partir en busca de Dragut y otros corsarios. De allí parten a Malta y Bona, donde son recibidos por el alcaide Alvar Gómez. El 17 de junio la flota, mandada por Giovanni Doria, da con ellos en Córcega, donde los abordan y capturan. Entre los galeotes liberados hay algunos supervivientes de Castilnovo. Durante el resto del verano, las flotillas de los hijos de Doria recorren todo el Mediterráneo para limpiarlo de corsarios y avituallar a los presidios africanos.

El 22 de julio ordena Andrea Doria pagar a la infantería y repartir la flota: el general García de Nápoles a Levante, Giovanni Doria a Poniente y Berenguer de Sicilia a los Gelves, quedando el príncipe en Mesina. Berenguer coincide en Monastir con Miguel Navarro, teniente del capitán Juan Gallego que viaja con salvoconducto de Doria para entrevistarse con Morate Aga, capitán de Barbarroja. En la Goleta parlamenta con Francisco de Tovar, su nuevo alcaide por haber sido nombrado Bernardino Mendoza capitán general de las galeras de España.

El 27 de septiembre se reúnen en Trápani con el virrey de Sicilia, llevando la siguiente infantería:

  • 14 banderas de Sicilia: Álvaro de Sande
  • 6 de Nápoles y 5 de Lombardía (Hungría): Cristóbal de Morales
  • 1.000 italianos: Spínola

El 5 de octubre desembarcan en Monastir, tomando esta plaza y Kelibia[4]. El rey de Túnez pretende que se ataque también a Kairuán, pero Doria se niega por estar muy al interior del país y no poder socorrerla desde el mar. En estas jornadas destaca el capitán Juan de Guevara. El 28 de octubre se emprende el viaje de regreso, retornando las banderas de Nápoles al reino y las de Sicilia a Monastir.

1541

El 22 de agosto de 1541 el emperador llega a Milán, donde es recibido por el marqués del Vasto. Allí ordena a los virreyes Pedro Toledo (Nápoles) y Hernando Gonzaga (Sicilia) que reúnan todas sus naves y fuerzas para la jornada de Argel. Al maestre de campo Luis de Vargas le ordena que destruya la alcazaba de Bona, que entregue la plaza al rey de Túnez, y que se integre en el ejército de Italia. Finalmente, convoca a la flota genovesa de Doria y ordena armar otra en España.

Hecho esto, se reúne con el papa en Lucca, tras lo cual se embarca en la Specia hacia Mallorca, acompañado de 7.000 alemanes (Jorge de Ratisbona), 7.000 italianos y 500 caballos. El maestre Alonso Ribas (en realidad, Vives) reúne sus 12 banderas, antes dispersas por diversas guarniciones del reino, y las embarca en Nápoles hacia Cerdeña. Las 12 banderas de Sicilia se embarcan al mando de Álvaro de Sande. También llegan al puerto de Caller las 9 banderas de Luis Pérez de Vargas[5], una vez abandonada Bona. Desde Cerdeña parten a Mallorca, donde se reúnen con el emperador.

En España, el príncipe Felipe aporta los 800 guardas de Castilla que guarnecen la frontera de Navarra y levanta otros 4.000 infantes. Asume el mando el duque de Alba, auxiliado por el de Sesa, el marqués del Valle y los condes de Feria, Alcaudete y Teba, entre otros caballeros. Todos ellos salen de Cartagena y se reúnen en Argel con la armada imperial el 23 de octubre.

La primera escaramuza enfrenta a la vanguardia árabe con las banderas de Sande que, tras desalojarla de la loma que ocupaba, llegan a los pies de la fortaleza. En ese momento se levanta una gran tempestad que hunde hasta 60 navíos imperiales. Ante la pérdida de vituallas y municiones, el emperador decide replegarse a cierta distancia de la ciudad, siendo perseguido por los moros. La arcabucería de Sande se encarga de proteger la retirada.

Cuando están a salvo al otro lado de un caudaloso río, Carlos reúne a sus capitanes y les ruega que transmitan a sus soldados que había perdido todo el oro destinado a pagarles, pero que serían resarcidos a su regreso. La tropa responde que lucharán gustosos por su emperador. El 8 de noviembre se reembarcan las fuerzas, siendo los últimos los españoles que tuvieron que combatir hasta que el último hombre salió de la playa.

Una vez a bordo, el emperador ordena que cada tercio aporte 3 banderas al maestre Vargas para pasar al Piamonte, una de las cuales será enviada por Vasto a Siena. Las banderas de Monastir se embarcan hacia Córcega, y el resto regresa a Nápoles y La Goleta. La flota de España tiene que dirigirse hacia Bujía hasta que los vientos sean propicios para regresar a Cartagena.

El rey de Argel arma una flota y, tras recorrer la costa de Berbería, se dirige a España. Al pasar delante de Orán, Alonso de Córdoba envía alerta a Francisco Verdugo, proveedor de las fronteras de España para que esté prevenido. Los moros capturados en Argel aprovechan un descuido en la guardia para tomar una galera con la que se dirigen a Gibraltar, que saquean.

Desde allí se van a Alborán, donde el 1 de octubre son atacados por Bernardino de Mendoza. En la batalla mueren los capitanes Sancho de Asnaga, Sancho de Baca y Alonso de Armenta, además de 100 soldados cristianos. Por parte berberisca, mueren Caramani, Daliamete y otros 5 capitanes, además de 500 soldados. Se liberan numerosos galeotes cristianos y se aprehenden muchos turcos y árabes.

Notas

  1. Sandoval II, 119.
  2. Volumen II, página 170.
  3. Cerezeda, por error, cita a Diego Castilla que había muerto en abril durante el ataque a Susa.
  4. Donde según Cerezeda muere de Castilla. Afortunadamente, existe una carta de Francisco Tovar, alcaide de la Goleta, que data este hecho en abril sin lugar a dudas.
  5. Pueden ser 4 de Bona y 5 de La Goleta.