Conquista de Mahdía

De Caballipedia
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1550

Viendo Dragut que necesita un refugio donde hacerse fuerte, decide apoderarse de la plaza de África, actual Mahdía, con la colaboración de Brambarac. En febrero de 1550 reúne una flota de 36 naves y parte desde los Gelves. Hace escala en Monastir, amenazando a sus ciudadanos con saquear la villa si no se la entregan. Estos acceden y Dragut deja una pequeña guarnición en el castillo. A continuación repite esta operación en Susa, pero sus negociaciones fracasan ante Mahdía por la oposición de la elite local por lo que tiene que tomarla por la fuerza.

Al conocer la noticia, Hamida escribe a Luis Pérez de Vargas, gobernador de la Goleta, en demanda de ayuda, a lo que le contesta este que entregue primero todos sus cautivos cristianos. No obstante, se arma una nueva flota con las galeras de Génova, Roma, Nápoles y Sicilia. Cuando llegan a África, ordenan a los capitanes Bernardino de Córdoba (tercio de Nápoles) y a Amador de Doña María (tercio de Malaspina) que se disfracen para reconocer la fortaleza ayudados por algunos árabes afines.

El 8 de junio (víspera de Pentecostés) amarra la flota frente a las playas de Mahdía. Doria reúne en su galera a García de Toledo, Hernando de Vega, Álvaro de Vega, el prior de Malta en Lombardía, Filipín Doria, y otros caballeros. Don García era partidario de atacar directamente, antes de que los otomanes acabasen la nueva fortaleza. El resto era partidario de regresar a por más refuerzos y bastimentos. Al final, deciden tomar Monastir, donde matan a toda la guarnición otomana a costa de 80 bajas. Al día siguiente, se incendia la plaza y se navega hasta la Goleta, arribando el día de la Trinidad.

Allí se reúne un nuevo consejo de guerra, en el que Vargas secunda la opinión de que la flota carece de los aparejos necesarios para una empresa tan compleja. Se decide que Vargas negocie con el señor de Quernan que aporte 800 jinetes moros para prestar seguridad al ejército cristiano una vez desembarcado. Tanto los hermanos Vega como Toledo reclaman refuerzos a sus respectivos padres. Juan Vega decide participar personalmente como capitán general, dejando a su hijo mayor Hernando como presidente de Sicilia. Le acompañan Muley Hacén y su hijo Hamet, que se habían refugiado en la isla. Lleva 4 compañías de infantería de las que se desconoce fecha de organización[1]:

  • Álvaro de Vega, su hijo menor y maestre de campo.
  • Pedro de Acuña;
  • Hernando de Silva;
  • Bernal Soler.

Pedro Álvarez de Toledo proporciona a su hijo varias piezas de artillería, munición suficiente y el tercio del reino:

  • Hernando de Toledo (+), como maestre de campo;
  • Juan de Mendoza;
  • Bernardino de Córdoba;
  • Alonso Pimentel;
  • Melchor de Zumárraga (+);
  • Pedro de Valcázar (+);
  • Briceño.[2]

Toman parte también en la empresa 4 compañías del tercio de Lombardía que guarnecían el marquesado de Malaspina:

  • Hernán Lobo (+)[3]
  • Diego Hernández Moreruela (+);
  • Rodrigo Pagán;
  • Francisco Amador de Doña María.

Entretanto, Doria se había quedado patrullando las costas de Mahdía y recala en la Mahometa, exigiendo a sus habitantes que se sometan a la autoridad del rey Muley Hacén, aliado del imperio que él representaba. Por su parte, Hesarrayz, alcaide de Mahdía, hace acopios de ganado, víveres y munición para resistir el asedio que consideraba inminente. Tuvo la suerte de que llegan a la plaza varias naves mercantes alejandrinas transportando 400 soldados como escolta, a quienes Hesarrayz contrata para reforzar sus 200 turcos y 1.100 moros.

La flota se reúne en Trápani, adonde llega también algunas naves del duque de Florencia. Desde allí navegan hasta la Fabiana en la víspera de San Juan. Desde allí envían una galera con la compañía de Bernardino de Córdoba y una escuadra del capitán Escobar a la Goleta para prevenir a Vargas. Este se embarca con el capitán Portillo, el xerife y algunos moros. Por el camino tropieza con una galera corsaria a la que pesigue hasta la Mahometa. Al no conseguir darle alcance antes del anochecer, decide poner rumbo a Mahdía.

La flota echa el ancla a cuatro millas de la plaza para evitar que sus cañones puedan hostigarla. El virrey reúne al consejo de guerra: los maestres de campo, García de Toledo, y los delegados de Roma, Malta y Florencia. Vega consiente en entregar el mando de las fuerzas terrestres a Toledo. El 28 de junio, víspera de san Pedro y san Pablo, desembarca la infantería a una milla de la plaza, adonde se dirigen cubiertos por la artillería de las galeras. Se organizan dos escuadrones: uno con las banderas de Nápoles y otro con las de Sicilia y Malaspina (Lombardía). Cada una destaca una manga de arcabuceros para la vanguardia: Pimentel y Moreruela.

La caballería musulmana sale de la plaza protegida por sus escopeteros, pero son interceptados por los arcabuceros españoles. Cuando intentan replegarse a la ciudad, les cierra el paso el sargento de Moreruela con otros 50 arcabuceros. Hesarrayz ordena disparar a la artillería y, en previsión de que pudieran entrar los españoles mezclados con los moros, ordena cerrar las puertas de la ciudad dejando fuera a sus hombres, que huyen hacia Monastir sin saber que había sido destruida.

García de Toledo distribuye el cerco de la siguiente forma: el tercio de Nápoles en vanguardia y el de Vega en retaguardia, quedando sus propias compañías y las de Malta a levante y las de Malaspina a poniente. El virrey ordena que se saquen dos compañías de cada núcleo y, junto a los forzados de las galeras, caven trincheras. El capitán Soler se hace cargo de la artillería desembarcada. Ese mismo día de san Pedro llega Vargas con sus hombres. Por la noche, matan a Valcázar cuando andaba reconociendo los muros de la fortaleza.

El 1 de julio comienza la batería. Una noche Hesarrayz ordena una salida, pero es frustrada por los capitanes Córdoba y Mendoza que estaban de guardia, si bien consiguen matar a algunos centinelas. Un reconocimiento efectuado por el capitán Portillo de la Goleta informa de que el revellín había cedido en un punto y que se podía dar por allí el asalto. Se programa para el día 8 pero ese día la mala mar impide a las galeras apoyar por el fuego, por lo que se pospone hasta que el tiempo mejore.

Entretanto, varios cristianos renegados que formaban parte de la guarnición de Mahdía se pasan al bando imperial y dan cuenta del peligro de atacar por el revellín, ya que al otro lado habían levantado una segunda fortificación y los asaltantes quedarían atascados. Se acuerda que el tercio de Sicilia simule un asalto durante el cual el alférez Pantoja y sus hombres llevarían al revellín unos barriles de pólvora para destruir la obra enemiga y que mientras el tercio de Nápoles intente plantar las escalas por el lado opuesto de la fortaleza para dividir la atención de los defensores. Sin embargo, Pantoja y sus hombres encuentran un foso insalvable y son muertos desde las murallas. Les cortaron las cabezas que ensartaron en unas picas en las almenas y arrojaron al foso sus cuerpos.

Comprendiendo que carecían de fuerzas suficientes para tomar la ciudad, Vega y Toledo escriben a su hijo y a su padre, respectivamente, para que les envíen tropas, artillería y municiones. Por su parte, el capitán Cigala regresa a la Goleta a recoger varias piezas de artillería. Antonio Doria recoge en Palermo una compañía de infantería y Filipín otra en Nápoles, la del capitán Orihuela que estaba de guarnición en el castillo. Como estos refuerzos eran insuficientes, Vega escribe al emperador para que le envíe el resto de la infantería de Lombardía y más artillería y municiones. El emperador recibe la carta en Augsburgo y ordena a Hernando Gonzaga y al duque de Florencia que colaboren. Simultáneamente, muere Muley Hacén.

Cuando regresaba de saquear las costas valencianas con ayuda de algunos moriscos, Dragut recibe las noticias de Mahdía mediante una fusta enviada por su mujer desde los Gelves, adonde habían conseguido llegar algunos jinetes que habían escapado el primer día. Dragut recorre la costa de Berbería recogiendo voluntarios. Hamida se ofrece a ir él mismo a África con 4.500 hombres, y pactan encontrarse en un olivar situado en las afueras de la ciudad el 25 de julio.

Ese día tocaba a la compañía de Alonso Pimentel escoltar a los gastadores y taberneros que iban al olivar a por fajina y leña para la comida. Antes de salir, el virrey le advierte de que los espías han visto por allí movimientos sospechosos. Así pues, se decide que se forme un escuadrón entre su compañía y las de Álvaro de Vega y Hernán Lobo. Les acompañan algunos caballeros de Malta y jinetes moros leales al rey difunto. El propio virrey decidió encabezar la descubierta, sirviéndole de ayudante Vargas.

Cuando llegan al olivar, Dragut toca arma y sus hombres rodean a los cristianos. Apercibidos el campamento y la flota, comienzan a protegerles con la artillería. Cuando Vargas intenta socorrer a un grupo de arcabuceros que se había quedado aislado, recibe un balazo por los riñones, cayéndose entre los dos campos. Comprendiendo Dragut que se trataba de un personaje principal, envía a sus hombres a apoderarse del cadáver, pero los españoles contraatacan y lo impiden.

Al ver comprometida la situación, García de Toledo sale en su defensa con las compañías de Mendoza, Córdoba y Zumárraga. Esto lo aprovecha Hesarrayz para salir de la plaza, socorrer a Dragut e intentar clavar la artillería cristiana. Se traba así un combate generalizado que se salda con la retirada de Dragut, 100 bajas musulmansa y 80 cristianas.

Entretanto, Marco Centurión había hecho su embajada a Florencia, Génova y Luca en busca de municiones y a solicitar a Gonzaga otras 4 banderas, pero solo envió las 3 que estaban en Piacenza:

  • Solís;
  • Antonio Moreno;
  • Jerónimo Manrique.

El 6 de septiembre regresa Centurión con los refuerzos y bastimentos. Llega también al campo Andronico de Spinola, un ingeniero siciliano con órdenes de construir una trinchera hasta el muro de la ciudad. Sin embargo, encontraron tanta agua al comenzar a cavar que hubo de abandonarse la empresa. No obstante, Andronico descubre que la parte de la muralla que daba al mar era menos sólida y carecía de revellines, por lo que aconseja al virrey trasladar allí la batería el 27 de agosto. Al haberse aumentado el número de piezas hasta 22 y ser la nueva pólvora más fina que la que se fabricaba en el campamento, en poco tiempo se consiguió derribar el muro. Los moros intentaron repararlo durante la noche, pero cayó otro lienzo y mató a 30 de ellos, lo que espantó al resto.

Para acelerar el proceso, Doria ordena desarbolar dos galeras y amarrarlas entre sí, emplazando en su cubierta otras 9 piezas. Se da una nueva batería durante dos días, con tal cadencia que revientan dos cañones.

El 10 de septiembre se da la orden de asalto por tres puntos diferentes de la muralla. Para evitar disputas de prelación entre los tres tercios, se ordena que organicen tres escuadrones cada uno de ellos con 5 compañías de diferente procedencia:

  • Hernando de Toledo (Nápoles): por la batería nueva.
    • Pimentel (Nápoles);
    • Córdoba (Nápoles);
    • Moreruela (Lombardía)[4];
    • Manrique (Lombardía)[5].
  • Hernán Lobo (Lombardía): por la batería de mar.
    • Solís (Lombardía);
    • Moreno (Lombardía).
    • Mendoza (Nápoles);
    • Zumárraga (Nápoles);
  • Álvaro de Vega (Sicilia): por la batería vieja.
    • Orihuela (Nápoles);
    • Briceño (Nápoles);
    • Amador (Lombardía);
    • Pagán (Lombardía).
  • Reserva:
    • Hernando de Silva (Sicilia);
    • Pedro de Acuña (Sicilia);
    • Soler (Sicilia) [6].
    • Bisoños (Sicilia)[7].

Los caballeros de Malta se reparten entre los tres frentes. A la hora convenida, se inicia el asalto. Poco después cae mortalmente herido Hernán Lobo. Hernando gana la batería nueva a costa de 300 soldados, estorbados unos a otros por tener que pasar encima de un estrecho tablón que los moros no acertaron a retirar. El primero en plantar su bandera en esa parte de la muralla es Monroy, caballero de Malta, seguido del alférez de Nápoles. Desde allí, Hernando y sus hombres entran en la ciudad, donde tropiezan con 300 escopeteros que guardaban esa parte. Sus hombres se guarnecen tras los muros, pero él avanza desconfiado y recibe varias heridas. Los moros se lanzan a rematarlo, pero salen en su defensa dos de sus hombres. Cuando también son heridos y están a punto de capturarlos a los tres, entran en tromba otros 60 españoles guiados por el alférez Jacques, de Pimentel, que también es abatido. Al final, resultó un sacrificio vano, porque Hernando de Toledo murió de sus heridas.

En la batería vieja, al ser la mejor defendida, se organiza una matanza aún mayor, muriendo allí los alféreces de Moreruela y Amador. Ante la imposibilidad de tomarla, la tropa se dispersa hacia las otras dos baterías. En la de mar, matan al alférez Sedeño, de Vega, cuya bandera había sido la primera en entrar en la ciudad. También cae Zumárraga, de un escopetazo en la cabeza.

En este momento, el virrey envía a los arcabuceros de reserva, dejando en el campo solo a los piqueros. Con su ayuda, se acaba de tomar la plaza, pues los defensores supervivientes comenzaban ya a huir. Monroy y otros 4 caballeros de la Religión cayeron muertos sin herida alguna, de puro calor y agotamiento. A otro de ellos, Lope de Ulloa, le hicieron 16 heridas, de las que murió tras haber matado a muchos turcos. Hesarrayz fue capturado y posteriormente liberado por 300 ducados y un hijo de Cigala cautivo de Dragut.

La empresa se saldó con 500 bajas cristianas, incluyendo un maestre de campo y varios capitanes, además de un millar de heridos. Murieron 150 turcos, 600 moros y 200 alejandrinos. Los muertos y cautivos civiles ascendieron a 7.000, incluyendo muchas mujeres y niños. Juan de Vega deja en la plaza a su hijo Álvaro con 1.000 españoles y parte con la flota hacia los Gelves en busca de Dragut.

1553

Viendo lo costosa que resulta la guarnición de Mahdía y el poco fruto que de ella se obtiene, el emperador envía a Hernando de Acuña para que la asole. El tercio de Álvaro de Vega es replegado a Sicilia.

Referencias

Notas

  1. La relación de compañías está tomada de Gómara, ya que Salazar y Sandoval no aportan la relación completa y mezclan las compañías entre los diversos tercios.
  2. Sandoval cita también a un segundo maestre de campo Aguilera.
  3. Citado por Salazar como maestre de campo.
  4. Durante la acción, Sandoval lo sitúa en la batería vieja, probablemente por confusión con Orihuela.
  5. Omitido por Sandoval, que cita en su lugar a los caballeros de Malta.
  6. Omitido por Sandoval, seguiría con la artillería.
  7. Omitido también por Sandoval.

Bibliografía

  • Sandoval, Prudencio. Historia de la vida y hechos del emperador Carlos V. Geronymo Verdussen. 1632/1681.