Conquista de Túnez

De Caballipedia
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1535

El 1 de enero llega a Sicilia el genovés Luis de Prevenda, con una carta del emperador dirigida al rey de Túnez por la cual le advierte de que piensa recuperarle su reino y expulsar a Barbarroja y sus corsarios, que tanto daño causaban en las costas napolitanas. Pero cuando arriba a África es capturado y llevado ante Barbarroja, que empala a su escolta y le encierra en prisión. Una segunda embajada tiene mejor éxito, por lo que el emperador ordena a los virreyes de Nápoles y Sicilia que preparen sus fuerzas para la jornada de Túnez.

El ejército de España se reúne en Barcelona, donde el 28 de abril arriban 20 carabelas pagadas por el rey de Portugal transportando a muchos caballeros, entre ellos, el infante don Luis, hermano de la emperatriz. Los nobles inquieren al secretario del emperador quién habría de ser su capitán general. Encado el emperador, ordena formar todos los escuadrones y ante ellos despliega un estandarte con un crucifijo, afirmando: este es en adelante vuestro capitán general y yo su alférez. Dicho lo cual, el 31 de mayo se embarca en una galera de Andrea Doria y parte con toda la flota al mando de Álvaro de Bazán. Participan en la empresa:

  • Duques de Alba y Benavente.
  • Marqueses de Astorga, Aguilar, Elche, Mondéjar, Cuéllar, Molina, Cañete, Cogolludo.
  • Condes de Aguilar, Nieva, Fuentes, Luna, Ribagorza, Oñate, Orgaz, Coruña, Oropesa, Chinchón.
  • Comendadores mayores de Castilla, León, Calatrava y Acántara.
  • Muchos otros nobles españoles, italianos y flamencos, y familiares de los anteriores.

La infantería española que se había embarcado en Málaga con el marqués de Mondéjar ascendía a 9.500 soldados con paga, siendo sus capitanes los siguientes:

  • Juan de Mendoza;
  • Diego Castilla;
  • Felipe Manrique de Lara;
  • Rodrigo Mendoza;
  • Alonso de Villarroel;
  • Alonso de Quesada;
  • Martín Alonso de los Ríos;
  • Pedro Narváez;
  • Andrés de Ávalos;
  • Luis Pérez de Vargas;
  • Juan de Arellano;
  • Juan de Álamos;
  • Cristóbal de Belmar;
  • Pedro de Videa;
  • Rodrigo Maldonado;
  • Villegas de Figueroa;
  • Martín Alonso de Zambrana;
  • Francisco de la Chica;
  • Alonso Maldonado;
  • Cáceres;
  • Varáez;
  • Vozmediano;
  • Mosquera;
  • Hayajossa;
  • Lope de Xexas;
  • Negrillo;
  • Juan Maldonado;
  • Bocanegra (Mallorca);
  • Juan Pérez (Ibiza);
  • Jaén (Menorca).

Además, participan 4.500 aventureros, caballeros y 700 jinetes andaluces sin paga. Se embarcaron también 4.000 mujeres, aunque el emperador había prohibido su presencia para no menguar los recursos del ejército y evitar distracciones a la tropa.

Las 12 compañías de Sicilia embarcan en Trapani o Palermo en la flota de Berenguer de Requeséns. Suman 2.600 infantes y traen por capitanes:

  • Álvaro de Grado;
  • Gregorio Lezcano;
  • Alonso Hermosilla Marmolejo;
  • Charles de Esparza;
  • Alonso Carrillo de Peralta;
  • Luis Pizaño;
  • François de la Pelluce
  • Francisco Sarmiento de Mendoza;
  • Luis Méndez de Sotomayor;
  • Hernando de Vargas;
  • Luis Quijada.
  • Zambrano Saavedra;

En Castelamar se embarcan las 6 banderas de Nápoles (2.000) en la flota de García de Toledo, siendo sus capitanes:

  • Rodrigo Ripalda;
  • Conde de Novellara;
  • Ruy Sánchez de Vargas;
  • Cisneros;
  • Francisco Ruiz
  • Domingo de Arriarán.

Les acompañan muchos caballeros napolitanos, entre los que se encuentran Antonio de Aragón, nieto del rey Fernando, y el príncipe de Salerno. A ellos se les suman 400 españoles venidos de Lombardía sin permiso de Leiva al mando del capitán Alcocer, quien arboló bandera en Cerdeña. El marqués del Vasto había reclutado 8.000 alemanes (Maximilian Ebestain) y 4.200 italianos (18 compañías), cuyos maestres de campo eran:

  • Fadrique de Carreto, marqués de Finale (1.500);
  • Geronimo Tuttavilla, conde de Sarno (1.500);
  • Agustin Spinola (1.200).

El 11 de junio se reúne toda la flota en Cagliari, donde el emperador nombra capitán general al marqués del Vasto y almirante general a Andrea Doria. El 14 parte toda la flota rumbo a Bizerta, donde llegan al día siguiente. Después rodean el cabo Cartago y enfrentan Túnez, donde realizan una gran descarga de artillería. En su rada encuentran dos galeras francesas al mando del señor de la Floresta, lo que les demuestra los tratos del rey Francisco con Barbarroja.

El 16 desembarca el ejército, formado (en este orden) por 4.600 españoles veteranos de Italia, 8.000 italianos, 7.000 alemanes y 8.000 españoles bisoños. Forman, además, 300 caballeros de Malta, 600 lanzas, 1.500 jinetes y 20.000 aventureros sin sueldo.

A la vista de la Goleta, el propio emperador encabeza la carga de la caballería contra las posiciones moras, defendidas con artillería, la cual disparaba munición marcada con flores de lis. Tras ellos, Vasto ordena una segunda carga que los consigue poner en fuga tras los muros de Túnez. A uno de los prisioneros moros, Carlos le explica que no habían ido a guerrear contra ellos, sino contra los turcos, tras lo cual lo deja en libertad. A fin de que cada soldado conozca su puesto en combate, las banderas se reparten entre tres núcleos[1]:

El fargento mayor avisó á los Capitanes que eftuvieffen apercebidos diziendoles el orden que eftava dado, que era que falieffen por tercios llevando Santiago la vanguardia, San Jorge batalla, San Martin retaguardia, y dos mil Tudefcos por batalla; tenían la mifma orden los Italianos, y para focorro tres mil Efpañoles, de los vifoños.

A los pies de la Goleta se cavan posiciones defensivas y se levantan bastiones. El 21 llega una compañía de 40 albaneses al mando de Lázaro Seriaco, que desempeña grandes servicios. El 23 de junio los turcos atacan uno de los bastiones imperiales, defendido por la coronelía del conde de Sarno, a quien cortaron la cabeza. El 25 de junio los moros hacen una salida por sorpresa, matando al capitán Sotomayor y a muchos oficiales y soldados veteranos de Álvaro de Grado. Uno de ellos es el alférez de Sarmiento, perdiéndose su bandera. Ese mismo día arriban las naves del marqués Hernando de Alarcón, con 1.200 hombres de refuerzos y víveres de Nápoles y Sicilia. Con él vienen dos naves que se habían dado por perdidas, con las compañías de los capitanes Bocanegra, Jaén y Cerbellón, a quien se nombra maestre de campo de 12 compañías de bisoños.

Al día siguiente se produce un sangriento choque, al mandar Carlos que los caballos ligeros del marqués de Mondéjar expulsen a los turcos de un bosque cercano al campamento cristiano y les capture la artillería. Aunque combatieron con valor, estuvieron a punto de perecer todos por su inferioridad numérica. El propio emperador tuvo que encabezar una carga de sus caballeros y de 8.000 infantes para salvarlos de la extinción.

El 29 de junio llega Muley Hacen con sus príncipes, a los que el emperador agasaja y permite revistar el ejército. Como guardia personal le concede a Alvar Gómez el Zagal, capitán de jinetes. Al día siguiente llega al campo Fabrizio Maramaldo con un centenar de caballeros italianos. El 4 de julio sale el duque de Alba con mucha caballería e infantería a por provisiones, momento que aprovechan los turcos para cargar el campamento cristiano. Pero las tropas que allí habían quedado les derrotaron y persiguieron hasta los bastiones de la Goleta, donde plantó su bandera Diego de Ávila, alférez del conde de Novelara, muerto en la acción. Murió también el marqués de Finale y resultó herido en la cabeza Ripalda.

Tras numerosas escaramuzas, el 14 de julio se asalta la Goleta. Carlos ofrece 400 ducados al primer soldado que entre en la plaza, que sufre batería desde tierra y mar. Una vez abierta la brecha, entran por ella las banderas de Hernando de Vargas y de Alonso Carrillo. Se hacen 1.000 bajas a los turcos y moros, por solo 100 imperiales. Se les toman 500 piezas de artillería y 67 navíos, incluida la capitana que Barbarroja trajo de Constantinopla.

La mitad del campo imperial es partidario de reparar la fortaleza, asentar allí una guarnición y regresar a España, pues una vez capturada la flota corsaria la navegación mediterránea volvería a ser segura. La otra mitad insta al emperador a tomar Túnez para capturar o matar a Barbarroja.

El 21 de julio, este saca el resto de su ejército de Túnez, decidido a atacar antes de ser atacado: 25.000 caballos en ambos flancos y 100.000 infantes, incluyendo 6.000 jenízaros, en el centro, con bastante desorden. Carlos le sale al encuentro con el siguiente despliegue: en el flanco izquierdo, junto al estanque, despliega los escuadrones italiano y alemán, al mando del príncipe de Salerno; en el flanco derecho, junto a los olivares, los dos escuadrones de veteranos de Sicilia y Nápoles con el marqués del Vasto; en el centro, la artillería y la guardia del emperador; en la retaguardia, los españoles bisoños y el duque de Alba con la caballería pesada como reserva. Como el estanque era impracticable, toda la caballería ligera se concentra en la vanguardia y el flanco derecho, al mando de Sancho de Alarcón.

Barbarroja intentó apoderarse de unas edificaciones que se encontraban a mita de camino, ya que allí estaban los pozos de agua. Pero esa fue su perdición porque los españoles, que llegaban cansados y sedientos, lucharon a muerte por conseguirla. La artillería imperial tenía mayor alcance que la de los otomanos, por lo que estos se lanzaron a la carga para evitar ser diezmados sin entrar en combate. La caballería turca envolvió por los olivares, pero fueron rechazados por Alba. Los italianos fueron detenidos por la caballería y la artillería turca, pero los españoles se lanzaron ávidos a por el agua y desalojaron a los turcos, que arrojaron los muertos a los pozos en su huida.

Barbarroja volvió a encerrarse en Túnez, con mucha menos fuerza debido a las bajas y las deserciones. Allí dudó sobre plantear nueva batalla o que el ejército imperial se deshiciese durante un largo asedio por la sed y las enfermedades. Para evitar que se amotinasen, ordena quemar vivos a sus 18.000 cautivos cristianos, lo que provoca su sublevación y la toma de la alcazaba. Al conocer esta noticia, y a la vista del avance del campo imperial, Barbarroja decide huir a Bona acompañado de los jenízaros y de sus generales, Zinam el Judío y Cachidiablo, quien muere por el camino de una herida recibida en la pierna. Los propios árabes asaltan su columna en busca de botín.

Los tunecinos no ofrecen resistencia pero, como no se deciden a abrir las puertas de la plaza, Carlos la entrega a sus hombre para el saco contra la voluntad de Muley Hacen, para resarcirlos de la dureza de la campaña. En la alcazaba encuentra Sarmiento su bandera capturada, además de algunos restos del desastre de los Gelves, como el arnés dorado de García de Toledo. Se hacen 18.000 cautivos, pero apenas se alcanzan los 10 ducados por persona.

Doria envía a Adam Centurion a Bona con 15 galeras para evitar que Barbarroja escape pero, a la vista de las 14 galeras que este había aprestado y de su fama como marino, no se atreve a cumplir lo ordenado y le permite escapar. Cuando Doria se entera del suceso apresta otras 40 e intenta salirle al encuentro, sin resultado. No obstante, Bona había quedado desguarnecida por lo que Doria la toma con facilidad el 2 de agosto. El emperador nombra por alcaide a Alvar Gómez el Zagal[2] y le asigna como guarnición 3 compañías (600 hombres):

  • Francisco de la Chica[3];
  • Rodrigo Dávalos;
  • Juan de Avellán[4]

El emperador impone al rey de Túnez un tributo de 8.000 ducados para sostener la fortaleza de Bona y otros 12.000 ducados para la Goleta. Nombra como alcaide de esta a Bernardino de Mendoza[5] y le asigna 4 banderas (1.000 hombres):

  • Martín Alonso de los Ríos;
  • Luis Pérez de Vargas[6];
  • Luis de Haro[7];
  • Miguel Pérez de Veráiz.

El emperador pretende tomar Argel, para rematar la campaña, pero su consejo se lo desaconseja debido a lo avanzado de la estación, al agotamiento de los soldados y a la falta de bastimentos. El 17 de agosto parte la flota de Túnez, siendo los veteranos de Italia los últimos en embarcarse tras reparar la fortaleza de la Goleta. El emperador decide aprovechar la ruta de regreso para tomar Mahdía, adonde llegan las galeras de Doria con Salerno, Maramaldo, 3.000 veteranos españoles y 2.000 alemanes. Pero el temporal empuja los galeones cargados de artillería y bastimentos hacia Sicilia, por lo que el emperador ordena suspender la operación y que la flota se reúna con él en Trapani, donde él arriba el 20 de agosto y las galeras el 1 de septiembre. Aquí fallece Bernardino Toledo, almirante de la flota napolitana y hermano de Alba.

Dado lo avanzado de la estación y el costo de mantenerlo operativo durante el invierno, el emperador decide licenciar su ejército, reteniendo solo los españoles veteranos y 2.000 alemanes. Los italianos reciben una paga y media, y son despedidos, regresando en la flota de Vasto. 3.000 alemanes del conde Maximiliano son licenciados pero los otros 2.000 siguen a sueldo junto a los españoles en Sicilia. De los primeros se pierden 1.500 en un naufragio cuando navegaban hacia Génova.

El 12 de septiembre el emperador visita Palermo, donde reúne las cortes del reino. El 25 de noviembre llega a Nápoles, encabezando su escolta el marqués del Vasto como grande del reino. Le acompañan Doria, Alba, Benavente, Aguilar, Cogolludo y otros muchos nobles españoles. Allí les reciben Antonio de Leiva, los duques de Ferrara, Florencia y Urbino, así como los legados papales. Allí casaron el duque de Florencia y Margarita de Austria, hija natural del emperador.

El 13 de septiembre se ordena embarcar a las 18 compañías de Sicilia rumbo a Favignana, dándoseles una paga. En teoría deben atacar Mahdía, pero el mal tiempo lo impide. Carlos nombra nuevo virrey a Hernando Gonzaga, por haber fallecido el anterior en vísperas de la expedición a Túnez. Las banderas napolitanas regresan al reino y las alemanas parten a Lombardía.

Cuatro banderas sicilianas (Grado, Pelluce, Quijada, Sarmiento) y dos genovesas son desembarcadas por Andrea Doria finalmente en Bizerta el 29 de octubre al mando del coronel Agustín Spinola. Tras tomar la plaza, que entregan al hijo de Muley Hacen, regresan a Sicilia. La bandera del maestre Grado va a Térmenes y las otras tres quedan de guarnición en Trapani, Marsala y Mazara.

La Goleta.jpg

1536

Barbarroja llega en su huida a Argel, donde recluta algunos barcos corsarios con los que saquea Mahón. Desde allí, marcha hasta Constantinopla, pero el sultán andaba guerreando en Persia. Cuando se encuentra con Solimán en Siria, le da novedades y este le promete entregarle el mando de una nueva flota.

1537

Al conocerse la noticia de que los turcos preparan una nueva flota, Doria se dirige con la suya a Cefalonia, donde hundió algunas naves antes de que les llegase el socorro de Barbarroja, tras lo cual regresó a Mesina.

En junio de 1537 el virrey Toledo envía 7.000 hombres que Diego Castilla había traído de España y la caballería del reino al mando de su hijo Fadrique a defender la costa calabresa ante la amenaza de un desembarco turco en Brindisi. Está encabezado por el propio sultán, después de que hayan arrasado algunas poblaciones costeras, y esclavizado a sus habitantes. La flota de Doria les ataca y apresa varias galeras. Cuando la fuerza regresa, es nombrado maestre de campo Sancho de Alarcón.

En agosto de 1537 el virrey de Sicilia (Ferrante Gonzaga) decide comprarle a precio tasado al de Nápoles (Pedro Toledo) cinco compañías de infantería española sin permiso del emperador, a fin de proteger la isla de las agresiones turcas. Los 1.250 soldados llegan en octubre al mando de Diego de Castilla.

El 19 de septiembre arriban a Niza cuatro fustas turcas para cautivar a unos frailes de un monasterio vecino. El maestre Juan de Vargas (Niza) les sale al encuentro, mata a 58 y captura a otros 43.

Referencias

Notas

  1. Sandoval (II, 170 y 196) los llama tercios pero Cereceda (II, 21 y 36), mucho más práctico en cosas de la guerra, los denomina escuadrones.
  2. Acusado de malversación en la venta de coral se suicidaría años después, siendo su nombre rehabilitado por sus descendientes.
  3. Ajusticiado en 1538 tras un motín y sustituido por Pedro Godínez de Acevedo.
  4. En octubre de 1535 es repatriado a España por haber escamoteado dinero a su tropa, y es sustituido por Pedro Hernández de Carvajal.
  5. Hijo y hermano de sendos marqueses de Mondéjar, en 1538 pasó a la Armada y fue sustituido por Francisco de Tovar.
  6. Abandonada la plaza de Bona en 1541, es nombrado maestre de campo de un nuevo tercio que sale hacia Italia.
  7. en 1538 pasa al Tercio de Sarmiento, siendo sustituido por Martín de Córdoba.

Bibliografía

  • García Cereceda, Martín. Tratado de las campañas y otros acontecimientos de los ejércitos del emperador Carlos V. Sociedad de Bibliófilos Españoles. 1546/1873.
  • Sandoval, Prudencio. Historia de la vida y hechos del emperador Carlos V. Geronymo Verdussen. 1632/1681.