Conquista de Koroni

De Caballipedia
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1532

Mientras defiende Viena, el emperador ordena a Andrea Doria que fije a la flota turca en el Peloponeso, a fin de estorbar el avituallamiento del ejército invasor. Para ello, el genovés embarca en Mesina las 9 banderas que estaban repartidas por Sicilia, y que sumaban 1.500 infantes:

  • Jerónimo Mendoza;
  • Pedro de Acuña;
  • Álvaro de Grado;
  • Charles de Esparza;
  • Zambrano Saavedra;
  • Hernando de Vargas Silva;
  • Francisco de Alarcón;
  • Fernando de Figueroa;
  • Luis Pizaño.

Además, el 20 de julio se embarcan desde Nápoles una coronelía alemana (1.500) y 13 compañías bisoñas italianas (7.000) al mando de Geronimo Tutavilla conde de Sarno. El 4 de agosto se unen a las anteriores en Mesina, desde donde parten el 18 hacia el Peloponeso, con un total de 44 galeras (17 genovesas, 7 imperiales, 13 romanas, 5 de Malta y 2 de Mónaco) y 35 velas, incluyendo su propio galeón. El 5 de septiembre llegan a Cefalonia, donde el mal tiempo obliga a las galeras a refugiarse cerca de la costa y a las naves a partir hacia alta mar. Allí contactan con 60 galeras venecianas al mando de Vicente Capelo, quien ofrece bastimentos pero no ayuda frente al turco debido a un tratado.

El 17 de septiembre arriban a Koroni, fortaleza que los turcos habían arrebatado a los venecianos en 1500. Se sortea a quién corresponde la vanguardia, ganando los españoles. Pizaño planta la artillería (14 cañones) que se une a la naval (150). Tras matar, al menos, a 500 turcos, se comienza una mina bajo los muros, inexpugnables a la artillería y demasiado altos para ser escalados. En esto reciben aviso de que 200 jinetes turcos vienen en socorro de la ciudad, por lo que organizan una emboscada. Les cortan la cabeza y las muestran a los defensores para acobardarlos, lo que tendría graves consecuencias posteriores. Ante la falta de refuerzos, la plaza se rinde el 21 de septiembre. Cuatro banderas escoltan a los supervivientes durante tres millas, pero después son asaltados y desvalijados por los griegos.

Doria decide dejar como guarnición a las nueve banderas españolas al mando del maestre de campo Mendoza, con la promesa de abastecerlas o recogerlas al año siguiente. El 3 de octubre reembarca a las italianas, reforzando la artillería de la plaza con gran parte de la que llevan las naves. Al día siguiente, cuando recalan en el puerto de Sapienzia, se encuentran con otras naves que vienen de Italia con 900 españoles de refuerzo.

El 15 de octubre toman y saquean Patrás, esclavizando a sus habitantes pese a haberse rendido. También es saqueada Lepanto, porque la tropa exige el botín a falta de pagas. Allí se apropian de 10 cañones tan grandes que pueden albergar a un hombre sentado, algunos de los cuales dejó Doria en Koroni. El 13 de noviembre llegan a Cefalonia, donde se produce un nuevo motín, por parte de algunos soldados italianos que quieren apoderarse de una nave para hacer corso. Finalmente, el 16 de diciembre regresan a Mesina, desde donde parten las galeras para devolver la tropa italiana a Nápoles.

1533

Koroni es asediada por los turcos desde el 23 de abril. Mendoza escribe a los virreyes de Nápoles (Pedro de Toledo) y Sicilia (Álvaro Pignatelli) demandándoles ayuda. Estos ordenan a Doria que socorra la plaza con dinero y municiones. Su hijo Cristofin arriba el 1 de junio en mitad del bloqueo turco, que consigue burlar para entrar y salir del puerto. Transporta a los capitanes Vargas y Silva con dinero y bastimentos, que convencen a los defensores de que el socorro está próximo. Regresado a Génova, Andrea envía a Cristofin a Barcelona para dar cuenta al emperador, quien ordena que la plaza sea socorrida por los amotinados de Sicilia. El 12 de julio se embarcan hacia Koroni los siguientes capitanes:

  • Rodrigo Machicao
  • Francisco Sarmiento de Mendoza
  • Diego de Tovar
  • Alonso de Hermosilla Marmolejo
  • Gregorio de Lezcano
  • Luis Méndez de Sotomayor
  • François de la Pelluce.

El 28 de julio se les une el capitán Alonso Carrillo, a quien Vasto había levantado una compañía con gente suelta en Nápoles, partiendo todos el 3 de agosto. Cuando llegan a Koroni el 8 de agosto plantan batalla a la flota turca, hundiéndole varias naves gracias a la pericia de Doria. Se llega a capturar a un capitán general de los jenízaros, al que Doria pone en libertad bajo promesa de intercambio con los prisioneros cristianos, pero aquel incumple su palabra. Tras la batalla, los turcos se retiran a Androusa y los imperiales desembarcan en Koroni. Viendo Doria las penalidades que había sufrido su guarnición, decide relevarla con las compañías de Machicao. Estas acceden a quedarse durante cinco meses, plazo en el que Doria se compromete a evacuarlas.

El 19 de agosto, Mendoza y sus compañías son reembarcados de regreso a Sicilia, permaneciendo solo Pizaño con sus artilleros y quince nuevas piezas. También se queda Cereceda, que sirve ahora con Sarmiento. Doria embarca también a 2.800 lugareños para que no menguen las provisiones de la guarnición. El capitán de la flota turca es llamado a Constantinopla y decapitado. En su lugar, es nombrado Barbarroja, que llega de Argel a mediados de octubre. En este tiempo se intercambian los prisioneros hechos en la batalla, y se hacen algunas escaramuzas cuando salen a por reses o verduras.

A mediados de diciembre hay una epidemia de peste en la ciudad, siendo socorrida por la guarnición. El 20 Machicao envía a Pizaño, Tovar y 600 soldados de todas las compañías a Navarino a capturar mucho ganado que allí están acumulando los turcos para el ejército sitiador, pero el mal tiempo les hace desistir.

1534

Los sitiados tienen noticias por un corsario sardo de que en Constantinopla se ha propagado la peste, matando a 40.000 personas. El 1 de febrero, Machicao decide atacar Androusa con seis compañías (Tovar, Sarmiento, Pizaño, Pelluce, Carrillo y Hermosilla), además de otros griegos y albaneses a caballo, en total 2.500 españoles y 40 jinetes. Quedan en Koroni Lezcano y Sotomayor. Defienden Androusa 1.300 turcos y 300 jinetes.

A una milla de Androusa, Machicao ordena al sargento mayor constituir dos escuadrones. Uno de ellos en vanguardia, al mando de Hermosilla, con 300 arcabuceros y coseletes, armados estos de partesanas y alabardas. Cuando son descubiertos sufren un gran fuego desde las casas, en las que los turcos no sufren daño mientras los cristianos se ven obstaculizados por el humo y quedan expuestos al contraluz de los fuegos que habían provocado.

En la puerta de la villa muere el maestre Machicao, cuyo cadáver es protegido por Diego Tovar, a quien también matan y decapitan. Mueren, además, 19 soldados de Machicao, 11 de Tovar, 9 de Sarmiento, 7 de Pelluce, 8 de Sotomayor, 20 de Lezcano, 6 de Carrillo, 10 de Pizaño, 8 de Hermosilla y 4 de los griegos. El número de heridos es aún mayor, incluyendo algunos capitanes. Los supervivientes regresan a Koroni perseguidos por los turcos, que sufren 330 bajas, incluyendo algunos principales (esto se supo por un espía).

Al día siguiente llegan a Koroni tres barcos con provisiones y municiones al mando de un español llamado Santa Cruz. Este entrega a Lezcano algunas cartas y dinero para pagar a los soldados. Al ver estas naves, los turcos creen que traen nuevos refuerzos, por lo que abandonan la destruida Androusa. El 14 de febrero Lezcano envía al capitán albanés Lázaro con 60 arcabuceros y 10 jinetes para enterrar los cadáveres. En 8 torres los turcos han clavado 3 estacas donde exponen las cabezas empaladas, desolladas y desnarigadas, por lo que solo pueden reconocer la de Tovar gracias a sus barbas.

El 16 realizan una nueva salida a Navarino para capturar esclavos y ganado. A la hora de su reparto surgen las disputas, pues los oficiales se quedan con la mayor parte, aun los que no haan participado en la encamisada.

En marzo llega una flotilla de cinco naves con provisiones y misivas de Italia, por las cuales saben que el emperador y el rey de Francia están otra vez en guerra. Esto les disgusta mucho, pues impide que ambos se pongan de acuerdo para declararla al turco y liberar a los griegos, que tanto sufrían. Especialmente, por estar el gran turco guerreando contra el rey de Persia en Alepo, y estar Grecia parcialmente desguarnecida. Aprovechando la estancia de esas naves, se evacua a la mayor parte de los griegos hacia otros puertos.

El 1 de abril se embarcan todos los soldados. Cuando son evacuados, la epidemia de peste declarada en octubre anterior se había cobrado ya la vida a 40 soldados y 500 civiles. Una tempestad los desvía de su ruta y tienen que aportar en Malta el 16 de abril, donde el gran maestre de la antigua orden de Rodas les impide tomar tierra debido a la peste, si bien les proporciona provisiones. Llegados a Mesina, el virrey también les veta el desembarco, ordenándoles hacer cuarentena en Favignana, al otro lado de la isla. La tropa se amotina, por lo que el 2 de mayo el virrey decide repartirla de la siguiente forma:

  • Gregorio Lezcano: Taormina
  • Francisco Sarmiento de Mendoza: Augusta
  • Luis Pizaño: Siracusa
  • Alonso Carrillo de Peralta: Siracusa
  • Alonso Hermosilla Marmolejo: Catania
  • François de la Pelluce: Cefalú
  • Luis Méndez de Sotomayor: Cefalú
  • Ex de Diego de Tovar (alf. Saavedra): Milazzo
  • Ex de Rodrigo Machicao (alf. Luis Quijada): Palermo

En Siracusa les impiden desembarcar, y la población se amotina contra la compañía de Hernando de Vargas (antes con el maestre Mendoza), que tiene que huir a Augusta el 4 de mayo. Allí cuenta lo sucedido a Sarmiento y a Charles de Esparza (también de Mendoza). Entre todos hacen frente a los lugareños y así permiten que desembarquen sus compañeros.

El 11 de mayo Sarmiento viaja a Mesina en la nave de Martín de Munguía, para confirmar el rumor de que Barbarroja prentendía tomar Augusta con una pujante armada. En alta mar tropiezan con la unos corsarios berberiscos, por lo que abandonan la nave al no tener viento y regresan a la costa en los esquifes. Los turcos les persiguen y desembarcan tras de ellos, pero son socorridos por una partida de forajidos. Cereceda culpa de este hecho a los capitanes de las galeras cristianas, que permanecían ociosos en Mesina sin hacerse a la mar para capturar corsarios.

Poco después llega el comisario Mateo Corzo y les dice que les darán tres pagas una vez que pasen a la guarnición que se les asigne, pero que hasta entonces tendrán lo comido por lo servido. La tropa se amotina, pues les deben ocho pagas, recibiendo una adicional.

El 13 de julio llega la compañía de Sarmiento a Milazzo, donde releva a la de Álvaro de Grado, que es nombrado nuevo maestre de campo. Allí reciben noticias de que se ha avistado una flota de 82 velas latinas mandada por Barbarroja. Esta captura algunas galeras que transportaban las compañías que habían sido de Machicao (Quijada) y Tovar (Saavedra) así como la de Méndez pero, afortunadamente, su personal consigue desembarcar antes. Después parte a saquear la costa napolitana, llegando cerca de Gaeta. El 18 de agosto, marcha a Túnez que arrebata al rey Muley Hacen. Desde allí reparte su flota entre Argel, Bona y Bizerta.

El 28 se amotinan los soldados de Mesina contra sus capitanes Lezcano y Hermosilla por haberles escamoteado una paga. Los vecinos les entregan una nave con provisiones y se pasan a Calabria, junto a los capitanes Rojas y Carrillo. Enterado el virrey de Sicilia, entra en furia por tener necesidad de tropas para guarnecer la isla frente a Barbarroja. Así pues, decide redistribuir a las compañías que quedan, tocándole a la de Sarmiento la plaza de Marsala, frente a las costas de Túnez. Allí llega un fraile de Tudela que había rescatado a diez cautivos, a quien envían a ver al virrey para informarle de cuanto había visto en la plaza durante su toma por Barbarroja.

Referencias

Notas

Bibliografía

  • García Cereceda, Martín. Tratado de las campañas y otros acontecimientos de los ejércitos del emperador Carlos V. Sociedad de Bibliófilos Españoles. 1546/1873.
  • Sandoval, Prudencio. Historia de la vida y hechos del emperador Carlos V. Geronymo Verdussen. 1632/1681.