GCEE-1943-001
Sumario
Organización territorial
Ejércitos del Imperio español
Los ejércitos del Imperio español se distribuyeron de la siguiente forma durante la guerra de la Liga de Augsburgo:
- Ejército Metropolitano:
- Unidades de maniobra: Cataluña;
- Guarniciones: Navarra, Galicia, Extremadura, Costa de Granada.
- Ejército de Italia:
- Unidades de maniobra: Milán.
- Guarniciones: Nápoles, Sicilia, Cerdeña y Toscana;
- Ejército de los Países Bajos:
- Unidades de maniobra: entre las actuales Bélgica y Luxemburgo.
- Guarniciones: diversas plazas fuertes.
- Unidades de maniobra: entre las actuales Bélgica y Luxemburgo.
- Ejército de África
- Unidades de maniobra]]: ninguna.
- Guarniciones: Ceuta, Melilla, Orán.
- Ejército de ultramar:
- Unidades de maniobra: ninguna.
- guarniciones: milicias locales.
El Ejército Metropolitano cuenta con 5 tercios provinciales "viejos" a 1.000 plazas teóricas, levantados en el reino de Castilla (Burgos, Valladolid, Madrid, Toledo, Sevilla). Además, había otros tercios auxiliares de 400-600 plazas levantados en los diversos territorios peninsulares: 2 en el reino de León (Galicia, Asturias), 4 en el de Aragón (Zaragoza, Valencia, ciudad de Barcelona, Generalidad de Cataluña) y 2 en el de Granada (capital y costa). Estos tercios sirven únicamente durante las campañas bélicas (unos 6 meses), desmovilizándose a su término. En 1694 se refuerzan con otros 10 tercios provinciales "nuevos" (Burgos, Valladolid, Cuenca, León, Murcia, Sevilla, Gibraltar, Jaén, Toledo, Segovia). El ejército de Cataluña se completa con 4 tercios italianos, 2 valones y 2 alemanes (más otros tres capitulados en 1695). Todas estas fuerzas se reducen considerablemente tras la paz de Rijswijk de 1697.
En los Países Bajos despliegan 3 tercios departamentales (Flandes, Holanda, Brabante) y 6 itinerantes españoles, 3 italianos, 9 borgoñones, 3 británicos (reducidos a una sola compañía) y 9 regimientos alemanes (más otros tres que aporta el elector de Baviera cuando se convierte en gobernador). Dado el continuo estado de guerra, estas son las tropas más veteranas y experimentadas aunque también las más conflictivas debido al crónico atraso en las pagas.
En el ducado de Milán hay 5 tercios españoles, 9 italianos, 2 alemanes (más otro capitulado durante la guerra de la Liga de Augsburgo) y 3 suizos (incluyendo uno grisón). Otros 2 tercios fijos guarnecen el reino de Nápoles y la isla de Sicilia. Además, hay guarniciones independientes en los presidios de Toscana y en la fortaleza de Finale, de gran valor estratégico por su posición intermedia en la ruta de abastecimiento entre Nápoles y Génova.
El reino de Navarra aporta las guarniciones que defienden la frontera pirenaica, destacando las fortalezas de Pamplona y Fuenterrabía. En la frontera portuguesa se despliegan 2 tercios permanentes y otros 2 auxiliares.
La Armada cuenta con 6 tercios embarcados (uno de ellos italiano) que tienen un rol dual: como guarnición de las galeras y como infantería de marina para reforzar en caso necesario a las compañías de los presidios norteafricanos: Melilla, Alhucemas, Ceuta, Mazalquivir, Larache y Orán.
Cada ejército mezcla unidades de distinta procedencia:
- Súbditos de la monarquía:
- Españoles;
- Italianos;
- Borgoñones.
- Súbditos imperiales contratados mediante capitulaciones:
- Alemanes altos (alsacianos, sajones; prusianos);
- Alemanes bajos (suizos, bávaros, austriacos).
- Croatas.
- Mercenarios:
- Ingleses;
- Escoceses;
- Irlandeses.
El mando de cada ejército lo ostentaba un capitán general, noble designado por el rey para la ocasión. Le auxiliaban un gobernador de las armas, un maestre de campo general para la infantería, un general para la artillería y otro para la caballería. Este último contaban con uno o varios tenientes generales, llamados así porque "tenían" el mando cuando faltaba el titular. No existía un estado mayor permanente a nivel nacional, pero cada gobernador o virrey contaba en su territorio con una réplica de ese estado mayor operacional. El maestre de campo general está auxiliado por un sargento general de batalla.
Los oficiales solo pueden servir en las unidades de su propia nacionalidad, salvo los españoles que pueden mandarlas todas. Los soldados suelen ser voluntarios y muchos, en realidad, oficiales reformados. Esto es, aquellos que habían cesado en el mando de su unidad y aceptan servir por un sueldo inferior a la espera de recibir una nueva patente. De ellos, algunos son nobles que se equipan a sus propias expensas, tanto como símbolo de valentía y honor, como para presentar posteriormente su relación de servicios a la corona en busca de algún título o privilegio. Este detalle resulta crucial para comprender el elevado grado de preparación y disciplina de las tropas.
En caso de necesidad, la corona puede ordenar a los gobernadores respectivos que trasladen tropas de un territorio a otro, o bien que levanten unidades nuevas. Estas, generalmente, son reformadas al término de cada campaña de forma que las unidades más antiguas acaban siendo también las más longevas. Algunas retienen las denominaciones geográficas de procedencia o de guarnición, pero la mayoría se conoce por el nombre de su maestre de campo o coronel, mudándolo con cada relevo. Esto ha complicado tradicionalmente la labor de los historiadores debido a cuatro factores:
- Un mismo oficial podía pasar de una unidad a otra de mayor preferencia: española sobre el resto; caballería sobre dragones y estos sobre infantería; coraceros sobre arcabuceros.
- La particular grafía con la que cada escribano interpretaba los nombres extranjeros en los documentos oficiales.
- La coincidencia en un mismo personaje de varios títulos nobiliarios, empleándose uno u otro de forma indistinta.
- Los cometidos, voluntaria o involuntariamente por el cronista oficial de la época (conde de Clonard) y que serán repetidos impenitentemente por sus epígonos.
En la siguiente tabla se expone la evolución de los ejércitos del Imperio español que combatieron en el viejo continente durante este reinado. Los desplegados en América y Extremo Oriente se estudian de forma diacrónica en la categoría Orgánica del ejército ultramarino:
EJÉRCITO | JEFE | INICIO | FINAL |
---|---|---|---|
Ejército Metropolitano | Íñigo Melchor Fernández de Velasco y Guzmán, VII duque de Frías, IV marqués de Berlanga, IX conde de Haro, VIII condestable de Castilla | << | 1696 |
José Manuel Fernández de Velasco y Tovar, VIII duque de Frías, V marqués de Berlanga, X conde de Haro, IX condestable de Castilla | 1696 | >> | |
Ejército de Nápoles | Pascual de Aragón, cardenal | << | 1666 |
Pedro Antonio de Aragón, duque consorte de Cardona y Segorbe | 1666 | 1671 | |
Antonio Pedro Sancho Dávila y Osorio, marqués de Astorga | 1672 | 1675 | |
Fernando Joaquín Fajardo de Requesens y Toledo, VI marqués de los Vélez | 1675 | 1683 | |
Gaspar de Haro y Guzmán, VII marqués del Carpio | 1683 | 1687 | |
Francisco de Benavides, IX conde de Santisteban | 1687 | 1695 | |
Luis Francisco de la Cerda y Aragón, IX duque de Medinaceli | 1695 | >> | |
Ejército de los Países Bajos | Francisco de Moura Corte Real, III marqués de Castel Rodrigo | << | 1668 |
Íñigo Melchor Fernández de Velasco, VII duque de Frías | 1668 | 1670 | |
Juan Domingo de Zúñiga y Fonseca, conde de Monterrey | 1670 | 1675 | |
Carlos de Gurrea Aragón y Borja, IX duque de Villahermosa | 1675 | 1678 | |
Alejandro Farnesio, príncipe de Parma | 1678 | 1682 | |
Otón Enrique, marqués de Carreto | 1682 | 1685 | |
Francisco Antonio de Agurto, I marqués de Gastañaga | 1685 | 1692 | |
Maximiliano de Wittelsbach, elector de Baviera | 1692 | >> | |
Ejército de Milán | Luis de Guzmán Ponce de León, conde de Villaverde | << | 1668 |
Pablo Spínola Doria, marqués de los Balbases | 1668 | 1668 | |
Francisco de Orozco, marqués de Olías y de Mortara | 1668 | 1669 | |
Pablo Spínola Doria, marqués de los Balbases | 1669 | 1670 | |
Gaspar Téllez-Girón y Sandoval, duque de Osuna | 1670 | 1674 | |
Claude Lamoral, príncipe de Ligne | 1674 | 1678 | |
Juan Tomás Enríquez de Cabrera, conde de Melgar | 1678 | 1686 | |
Antonio de Velasco y Ayala, conde de Fuensalida | 1686 | 1691 | |
Diego Felípez de Guzmán, marqués de Leganés | 1691 | 1698 | |
Carlos Enrique de Lorena, príncipe de Vaudemont | 1698 | >> |
Referencias
Notas
Bibliografía
- Boeri, Gian Carlo, José Luis Mirecki y José Palau. The Spanish Armies in the War of the League of Augsburg. Boeri. 2002. Edición española limitada a los escenarios español y africano en Los tercios de Carlos II en la Guerra de los 9 Años. La Espada y la Pluma. 2005.
- Martínez Ruiz, Enrique: Los soldados del rey. Los ejércitos de la Monarquía Hispánica (1480-1700). Actas, 2008.
- O'Donnell, Hugo (coord.). Historia Militar de España. Laberinto.
- Tomo III: "Edad Moderna", V2: "El escenario europeo". 2013.
Webgrafía
- La época de los tercios (cerrada temporalmente).
- El ejército de Flandes
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