Paz de Rijswijk

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El tratado de Rijswijck fue firmado el 20 de septiembre de 1697 en la ciudad holandesa de Rijswijk con el propósito de abrir un periodo de paz entre el Antiguo Régimen en Francia, España, Inglaterra y las Provincias Unidas de los Países Bajos.

En el 1697 con el tratado de Rijswijck se establece oficialmente la división de la isla La Española o Isla de Santo Domingo entre franceses y españoles. Esta separación es el origen de la actual división de la isla en dos estados independientes: Haití, de lengua francesa, que cubre la parte occidental de la isla y la República Dominicana, de lengua española, que cubre la parte oriental.

Historia

Las negociaciones de paz comenzaron en mayo de 1697. Los representantes franceses tenían su jefatura en La Haya y los aliados en Delft. La conferencia tuvo lugar en medio de ambas ciudades, en el Huis Ter Nieuwburg de Rijswijk.

Durante las primeras semanas no se alcanzó ningún resultado, por lo que en junio los dos protagonistas en la lucha, Guillermo III de Inglaterra y Luis XIV de Francia, designaron un representante para reunirse en privado. Los dos elegidos fueron Juan Guillermo Bentinck, conde de Portland, y el mariscal Boufflers, quienes pronto elaboraron los términos de un acuerdo, el cual, sin embargo, no aceptaron ni el emperador Leopoldo I ni Carlos II de España. Más tarde, España cedió y el 20 de septiembre el tratado de paz fue firmado entre Francia y las tres potencias, Inglaterra, España y las Provincias Unidas. Guillermo III entonces persuadió a Leopoldo I a hacer las paces, y se firmó un segundo tratado entre Francia y el Sacro Imperio Romano Germánico el 30 de octubre siguiente.

La base de la paz era que se debían devolver todas las ciudades y distritos conquistados desde la paz de Nimega (1678). Entonces, Francia entregó Friburgo, Breisach y Philippsburg al Sacro Imperio Romano Germánico, aunque conservó Estrasburgo.

Por otra parte, Francia obtuvo de España la parte occidental de la isla de Santo Domingo —que luego se convertiría en Haití—, Pondicherry —después de pagar a las Provincias Unidas la suma de 16 000 monedas de oro llamadas "pagodas"— y Nueva Escocia, mientras que España recuperó la Cataluña invadida por los franceses borbones —algo importante de cara a la repercusión que tuvo en la Guerra de Sucesión Española— y las fortalezas de Mons, Luxemburgo y Courtrai.

El ducado de Lorena, que por muchos años había estado en manos de Francia, fue restituido a Leopoldo José, hijo de Carlos V, duque de Lorena. Las Provincias Unidas conservarían algunas de las principales fortalezas en los Países Bajos Españoles (Bélgica), incluyendo Namur e Ypres.

Luis XIV aceptó reconocer a Guillermo III como rey de Inglaterra y prometió no dar ninguna otra ayuda a Jacobo II, renunciando a la vez a su injerencia en el obispado de Colonia y a la reclamación sobre parte del Palatinado Renano.