Diferencia entre revisiones de «La caballería europea en la Alta Edad Media»

De Caballipedia
Saltar a: navegación, buscar
m (Fmoglop trasladó la página La caballería en la Alta Medievo a La caballería en la Alta Edad Media sin dejar una redirección)
m (Texto reemplazado: «Edad Media» por «Medievo»)
Línea 57: Línea 57:
 
En Escandinavia, cuna de muchos pueblos germánicos, la expansión del [[caballo]] y de la [[rueda]] se había detenido siglos antes al límite mismo de los hielos perpetuos, siendo sustituidos por el reno y el trineo respectivamente. Aunque en las tierras más meridionales los ''svear'' (varegos), godos y noruegos domesticaron unos [[caballos]] de escasa [[alzada]] pero muy resistentes, pronto se impuso la vocación marinera, desarrollando una importante flota con la que se dedicaron a hostigar el litoral atlántico europeo y las islas Británicas. Normalmente, se limitaban a circunvalar las costas en busca de la desembocadura de un río navegable que les permitiera realizar una productiva [[razia]] aguas arriba, gracias a sus barcos de escaso calado, regresando posteriormente a sus territorios. Esta tendencia cambió a partir de Knut el Grande, que consiguió reunir un vasto imperio que incluía Escandinavia, Dinamarca y parte de Inglaterra. Desde entonces, los normandos buscaron nuevos territorios en los que asentarse para dar salida a la superpoblación y escasez de tierras cultivables que padecían.<br />
 
En Escandinavia, cuna de muchos pueblos germánicos, la expansión del [[caballo]] y de la [[rueda]] se había detenido siglos antes al límite mismo de los hielos perpetuos, siendo sustituidos por el reno y el trineo respectivamente. Aunque en las tierras más meridionales los ''svear'' (varegos), godos y noruegos domesticaron unos [[caballos]] de escasa [[alzada]] pero muy resistentes, pronto se impuso la vocación marinera, desarrollando una importante flota con la que se dedicaron a hostigar el litoral atlántico europeo y las islas Británicas. Normalmente, se limitaban a circunvalar las costas en busca de la desembocadura de un río navegable que les permitiera realizar una productiva [[razia]] aguas arriba, gracias a sus barcos de escaso calado, regresando posteriormente a sus territorios. Esta tendencia cambió a partir de Knut el Grande, que consiguió reunir un vasto imperio que incluía Escandinavia, Dinamarca y parte de Inglaterra. Desde entonces, los normandos buscaron nuevos territorios en los que asentarse para dar salida a la superpoblación y escasez de tierras cultivables que padecían.<br />
  
Cuando en 911 el rey Carlos III el Simple cedió en feudo el norte de Francia al [[duque]] normando Hrolf (Rollón), estaba confiando la defensa de sus vasallos a los propios vikingos que les habían sojuzgado. En Normandía las leyes feudales eran muy claras. Cada barón u obispo tenía tierras otorgadas por el [[duque]], a cambio de mantener a su servicio a un número de [[caballero|caballeros]] pesadamente armados. Iban protegidos por una larga [[cota de malla]] que se había mejorado con la adición de una caperuza para proteger el cuello, la cara y la garganta; más tarde ambas prendas se unieron en una sola. El [[casco]], cónico y sin copete, se perfeccionó con una pieza que protegía la nariz. Llevaban además polainas de hierro y un característico [[escudo]], redondo por arriba y picudo por debajo, de un metro de altura. Se armaban de una [[lanza]] de 2,5 m con una punta ancha de hierro, un [[hacha]] o [[maza]] a elegir y una [[espada]] recta de doble filo acabada en punta, de un metro de longitud, cuyo diseño fue exportado a toda Europa permaneciendo invariable durante toda la [[Edad Media]].<br />
+
Cuando en 911 el rey Carlos III el Simple cedió en feudo el norte de Francia al [[duque]] normando Hrolf (Rollón), estaba confiando la defensa de sus vasallos a los propios vikingos que les habían sojuzgado. En Normandía las leyes feudales eran muy claras. Cada barón u obispo tenía tierras otorgadas por el [[duque]], a cambio de mantener a su servicio a un número de [[caballero|caballeros]] pesadamente armados. Iban protegidos por una larga [[cota de malla]] que se había mejorado con la adición de una caperuza para proteger el cuello, la cara y la garganta; más tarde ambas prendas se unieron en una sola. El [[casco]], cónico y sin copete, se perfeccionó con una pieza que protegía la nariz. Llevaban además polainas de hierro y un característico [[escudo]], redondo por arriba y picudo por debajo, de un metro de altura. Se armaban de una [[lanza]] de 2,5 m con una punta ancha de hierro, un [[hacha]] o [[maza]] a elegir y una [[espada]] recta de doble filo acabada en punta, de un metro de longitud, cuyo diseño fue exportado a toda Europa permaneciendo invariable durante toda la [[Medievo]].<br />
  
 
En [[1066]], amparándose en sus derechos al trono, el [[duque]] Guillermo el Bastardo de Normandía, decidió invadir Inglaterra, recién constituida a partir de la unificación de los reinos celtas, anglos y sajones. Para esta empresa reunió 3.000 [[caballero|caballeros]]<ref>Solo 1.200 de ellos eran normandos de origen.</ref> y otros tantos [[arqueros]]. Tras cruzar el canal de la Mancha, saqueó Kent y Sussex, atrayendo a su enemigo, que llegó con solo parte de su [[ejército]]. Harold planteó la [[batalla]] con su [[infantería]], pero los normandos fingieron una retirada que empujó a los anglosajones a perseguirlos, rompiendo su rígido dispositivo defensivo. Entonces los normandos se revolvieron y su [[caballería]] pesada, mandada por el propio Guillermo, destrozó a la ligera inglesa, perdiendo la vida el propio monarca. Tras esta [[batalla]], los normandos importaron a Inglaterra el feudalismo que ya se había impuesto en el resto de Europa.<br />
 
En [[1066]], amparándose en sus derechos al trono, el [[duque]] Guillermo el Bastardo de Normandía, decidió invadir Inglaterra, recién constituida a partir de la unificación de los reinos celtas, anglos y sajones. Para esta empresa reunió 3.000 [[caballero|caballeros]]<ref>Solo 1.200 de ellos eran normandos de origen.</ref> y otros tantos [[arqueros]]. Tras cruzar el canal de la Mancha, saqueó Kent y Sussex, atrayendo a su enemigo, que llegó con solo parte de su [[ejército]]. Harold planteó la [[batalla]] con su [[infantería]], pero los normandos fingieron una retirada que empujó a los anglosajones a perseguirlos, rompiendo su rígido dispositivo defensivo. Entonces los normandos se revolvieron y su [[caballería]] pesada, mandada por el propio Guillermo, destrozó a la ligera inglesa, perdiendo la vida el propio monarca. Tras esta [[batalla]], los normandos importaron a Inglaterra el feudalismo que ya se había impuesto en el resto de Europa.<br />
Línea 71: Línea 71:
 
* Cahen, Claude. 1972. "El Islam hasta el Imperio Otomano". ''Historia Universal'', vol. 14. Siglo XXI.
 
* Cahen, Claude. 1972. "El Islam hasta el Imperio Otomano". ''Historia Universal'', vol. 14. Siglo XXI.
 
* Cardini, Franco. 1995. ''La Europa del año 1000: Las raíces de Occidente''. Anaya.
 
* Cardini, Franco. 1995. ''La Europa del año 1000: Las raíces de Occidente''. Anaya.
* Dhondt, Jan. 1971. "La Alta Edad Media". ''Historia Universal'', vol. 10. Siglo XXI.
+
* Dhondt, Jan. 1971. "La Alta Medievo". ''Historia Universal'', vol. 10. Siglo XXI.
 
* Duby, Georges. 1973. ''Guerreros y Campesinos. Desarrollo inicial de la economía europea (500-1200)''. Siglo XXI.
 
* Duby, Georges. 1973. ''Guerreros y Campesinos. Desarrollo inicial de la economía europea (500-1200)''. Siglo XXI.
 
* Flori, Jean. ''La Caballería''. Alianza Editorial. 1998.
 
* Flori, Jean. ''La Caballería''. Alianza Editorial. 1998.
* Le Goff, Jacques. 1972. "La Baja Edad Media". ". ''Historia Universal'', vol. 11. Siglo XXI.
+
* Le Goff, Jacques. 1972. "La Baja Medievo". ". ''Historia Universal'', vol. 11. Siglo XXI.
 
* Le Goff, Jacques. 1999. ''La civilización del Occidente medieval''. Paidos.
 
* Le Goff, Jacques. 1999. ''La civilización del Occidente medieval''. Paidos.
 
* Lión Valderrábano, Raúl. 1979. ''La caballería en la historia militar''. Academia de Caballería.
 
* Lión Valderrábano, Raúl. 1979. ''La caballería en la historia militar''. Academia de Caballería.
Línea 83: Línea 83:
  
 
[[Categoría:Historia]]
 
[[Categoría:Historia]]
[[Categoría:Edad Media]]
+
[[Categoría:Medievo]]

Revisión del 19:12 19 feb 2017

Bizancio

Los quimérico esfuerzos del emperador Justiniano por restaurar el Imperio romano de Occidente resultaron infructuosos, pero sirvieron para forjar a un gran jefe militar, Belisario, antiguo oficial de la guardia imperial, que acometió en 520 la reforma del últimoejército romano.

Comenzó creando un cuerpo de 1.500 catafractos,  armados simultáneamente con arcos como los partos y lanzas como los godos, además de una pesada espada. Llevaban el cuerpo revestido con una cota de malla hasta el muslo y las piernas protegidas por botas de cuero con espuelas. En el brazo izquierdo portaban un pequeño escudo del que pendían doce dardos emplumados para lanzar a mano. Esta variada panoplia les permitía tanto realizar escaramuzas que llegar al choque. No solo se les exigía destreza en el manejo de estas cuatro armas, sino también en el dominio del caballo, que habían de dirigir solo con las piernas. Sus pagas y raciones eran proporcionales a la eficacia demostrada en maniobras y batallas. Con ellos venció Belisario a los hunos en Bulgaria, a los persas sasánidas en Siria, a los vándalos en África y a los ostrogodos en Italia.

Desgraciadamente, sus conquistas fueron efímeras pues, aunque consiguió exterminar a los ostrogodos, con ello allanó el camino para el asentamiento de los lombardos en Italia (568). Tras su muerte, que coincidió con la del emperador, comenzó una época en la que el Imperio de Oriente se desentendió de los problemas de Europa y se volcó en Asia Menor, transformándose en el Imperio Bizantino. La caballería siguió perfeccionándose, adoptando guanteletes y escarpes de acero, mientras se protegía a los caballos con bardas metálicas. Los dardos se abandonaron por su falta de eficacia y fueron sustituidos por el hacha de combate.

Dos obras sintetizaban los conocimientos castrenses de los bizantinos. En elStrategicón, escrito hacia 578 por el general, luego emperador, Mauricio, se proclamaba la supremacía de la caballería. Marcaba también directrices tendentes a disminuir el número de mercenarios en beneficio de una tropa nacional sujeta a las antiguas ordenanzas. Se creaban así una serie de unidades muy móviles, capaces de acudir rápidamente a socorrer cualquiera de las 79 fortalezas que existían diseminadas por el Imperio.

León el Sabio escribió hacia 900 su Táctica, apartándose poco de la organización ya descrita por Mauricio:

Con tan soberbia interpretación táctica, consiguió Bizancio sobrevivir durante varios siglos, pese a estar rodeado de poderosos enemigos: persas, búlgaros, magiares y eslavos. Desde 632 se les unieron los árabes, que consiguieron arrebatarles Siria y Egipto. Sin embargo no fueron ellos quienes propinaron el golpe decisivo a Bizancio. En Manzikert (1071) 60.000 caballeros bizantinos murieron durante una sola noche a manos de los turcos seljúcidas, a los que habían perseguido durante todo el día anterior. Como consecuencia, toda Asia Menor quedó definitivamente en poder de esta nueva tribu de nómadas asiáticos.

Los visigodos

Belisario decía de los visigodos que solo sabían emplear la lanza y la espada, y aunque eran imbatibles en el cuerpo a cuerpo, se mostraban ineficaces frente a jinetes armados con arcos que les obligaran a luchar a distancia; de ahí que fuera tan fácil inducirles a lanzarse a una carga inoportuna.

Pese a ello, la importancia de su caballería, que había quedado patente por las derrotas de Valente y Atila, adquirió carta de naturaleza cuando entraron en Hispania para expulsar a suevos, vándalos y alanos. Las huestes godas se articulaban en grupos de 10, 100, 500 y 1.000 caballeros, mandados respectivamente por decanos, centenarios, quingentarios y thiufados. Por encima de ellos se situaba el dux (duque), aunque el jefe de la caballería conservaba el título latino de comes stabulari, de donde proviene el título de conde.

Su armamento principal era la lanza y empleaban para el cuerpo a cuerpo el scramax (espada corta) y la francisca (hacha de doble filo). Como defensa llevaban la loriga (armadura hecha de láminas de acero pequeñas e imbricadas) y una caetra (escudo redondo). Como debían montar caballos de gran alzada y valor, era normal que el rey les concediese tierras en estipendio para mantenerlos, lo que daría origen a un sistema protofeudal.

Realizaron frecuentes campañas dentro y fuera de la península Ibérica y se sabe que en 671 enviaron 40.000 jinetes contra Nimes, por lo que Tarik debió enfrentarse con una poderosa caballería. Lejos han quedado ya los tiempos en los que todos los historiadores aceptaban sin rechistar la carga milagrosa de una caballería ligera árabe que en menos de 70 años conquistaba Arabia, Siria, Mesopotamia, Egipto, el Magreb e Hispania, para llamar a la puerta trasera del reino franco. Montgomery aseguraba que incluso con la logística del Ejército británico, esta hazaña resultaba prácticamente imposible de repetir, y aún hoy día se antoja irrealizable. En realidad, el fácil triunfo no se debió tanto a las armas como a las luchas internas, las disensiones políticas y la división religiosa. El dominio bizantino sobre el norte de África y el Levante peninsular había levantado una fuerte corriente de protesta contra la imposición del dogma trinitario. De ahí que resulte plausible que el intransigente monoteísmo que preconizaba el Islam original encontrase numerosos adeptos entre dos pueblos de tradición arriana como eran los godos hispanos y el sustrato vándalo norteafricano, que indudablemente debió ejercer a su vez una fuerte influencia sobre las tribus bereberes tardorromanas.

Los árabes

Independientemente de que las ideas religiosas llegaran antes o después que la caballería árabe, un siglo después de que Mahoma se trasladara de La Meca a Medina (622) el Islam se había extendido desde Hispania hasta el Indo y desde el Mar de Aral a Etiopía. Aunque Mahoma consideraba al caballo como medio indispensable para obtener la victoria y se esforzó por estimular su caballería y la cría caballar, al principio el número de jinetes era muy escaso en el ejército islámico. El caballo árabe era un objeto de lujo que se adaptaba mal a la vida en el desierto, por lo que los beduinos combatían a camello. Solo tras la conquista de Siria, Mesopotamia y, sobre todo, Persia, comenzaron a combatir a caballo y a copiar las armas y arreos de persas y bizantinos.

Con la extensión del Imperio árabe, la caballería se diversificó, siendo Damasco, El Cairo y Toledo los tres principales centros de fabricación de armamento. Simultáneamente se incorporaron a sus ejércitos miles de bereberes, caucasianos, turcos y sudaneses, que mantuvieron su organización tribal y unas tácticas muy primitivas.

En su avance hacia el Norte, los musulmanes atravesaron los Pirineos, dejando atrás una península Ibérica supuestamente conquistada casi en su totalidad. En 732 Abderramán I llevó su ejército a las puertas de Tours, pero fue detenido por Carlos Martel en Poitiers.

Al contrario que el visigodo, el ejército franco estaba compuesto mayoritariamente por infantería, que constituyó un muro inexpugnable contra el que se desgastó y desmoralizó la caballería ligera islámica. El golpe de gracia se lo dieron, sin embargo, los restos de la caballería visigoda, mandada por el duque Eudón de Aquitania.

Los francos

Los nuevos reinos germánicos habían acabado con el poder centralizado del Estado y habían traído consigo una nueva forma de construir el ejército y la sociedad: el feudalismo. Las legiones permanentes dieron paso a las huestes temporales que se levaban expresamente para cada campaña, disolviéndose a continuación para evitar los elevados gastos que acarreaban. De hecho, salvo una exigua guardia personal, ni siquiera los monarcas tenían permanentemente tropas a su servicio. En caso de conflicto, el señor feudal hacía valer sus derechos y sus vasallos se veían obligados a servirle, debiendo, en ocasiones, armarse a su propia costa.

Cardini (1995) ya demostró la importancia que tenía entre los pueblos de las estepas esta caballería armada pesadamente y los valores guerreros que la distinguían: culto al caballo y a la espada, veneración de la fuerza física y del valor, desprecio a la muerte. Estos valores fueron transmitidos a los pueblos germánicos que estas tribus empujaron contra las fronteras del Imperio romano y que posteriormente acabaron asentándose en él. Siglos más tarde reaparecen mezclados con otros rasgos germánicos como la devoción personal al jefe. Sin embargo estas virtudes no bastan para caracterizar a la caballería.

Según las teorías mutacionistas esgrimidas por algunos historiadores como Duby o Le Goff, aquélla nace como tal durante el proceso de ruptura que se desarrolla en torno al año 1000. Entre sus causas se situarían la desaparición del Estado, la atomización del poder real, la aparición del régimen feudal, el clima de inseguridad debido a las invasiones normandas, húngaras y sarracenas y, finalmente, el empeño de la Iglesia para inculcar a aquellos guerreros una ética y unas normas de conducta que limitasen la violencia y sus efectos sobre la población civil. Como consecuencia, se crea una nueva clase social emergente, la de los milites, o caballeros. Esta clase se aleja progresivamente del campesinado del que procede y se acerca progresivamente a la aristocracia de sangre, hasta que en algún momento cercano al siglo XIII se confunden ambas, dando lugar a la nobilitas. Sirviendo con las armas a sus señores feudales, consiguen tierras en las que establecen diversas tasas y malos usos sobre sus siervos, los inermes, a los que a cambio protegen del apetito territorial de otros guerreros.

Los críticos antimutacionistas como Barthelemy (1999) se oponen a esta ruptura y argumentan que desde su origen la caballería se confundiría con la nobleza y con el poder, siendo las tres una sola y misma cosa.

Una tercera opción está representada por Werner, para el cual la caballería no sería de origen germánico ni guerrero, sino que supondría la continuación de la casta administrativa romana. Es cierto que durante el Bajo Imperio la militia designa al conjunto del servicio público y administrativo, por otra parte jerarquizado y disciplinado según el modelo militar. La entrega del cingulum militiae (identificado posteriormente con la investidura) significaría la entrada al servicio del Estado y no el ingreso en el Ejército.

Por su parte Jean Flori acepta y depura estas tres opciones, considerando a la caballería como el resultado de la fusión lenta y progresiva en la sociedad aristocrática y guerrera del milenio, de numerosos elementos políticos, militares, culturales, religiosos, éticos e ideológicos. La caballería se transformaría así en poco menos de una centuria, de un grupo de guerreros con aspiraciones aristocráticas, en una corporación de nobles caballeros, provistos de una ética propia y finalmente en una institución con trasfondos míticos.

En época de Carlomagno la caballería franca seguía siendo escasa, pese a su reconocido prestigio. Ello se debía tanto al precio de lacota de malla y del armamento como sobre todo a la escasez de buenos caballos de guerra, que tenían que ser suficientemente vigorosos para dar una carga con el peso del jinete acorazado y sus propias bardas. Como el Estado no podía hacer frente a los gastos de semejante cuerpo de elite, la caballería no llegó a tener verdadera importancia en Francia hasta la implantación del feudalismo, probablemente importado de Hispania.

El señor (o el rey) otorgaría desde entonces tierras y protección a sus vasallos a cambio de un compromiso jurado de prestación de servicio, generalmente militar. De esta forma, castellanías, ciudades, parroquias y abadías estaban obligadas a presentar un determinado número de guerreros y a armarlos y alimentarlos por su cuenta. Estos debían acudir ante la llamada del señor feudal, poniendo su armamento, su destreza y hasta su vida a su servicio. Mientras los grandes propietarios debían acudir montando un caballo de guerra, los labradores debían reunir los fondos necesarios para pagar entre varios a un peón de infantería.

Dada la carestía de dinero y caballos, los propios señores feudales prefirieron a lo largo del siglo IX protegerse de normandos, sarracenos y magiares tras los muros de castillos inexpugnables, arriesgando en campo abierto solo pequeños contingentes de caballeros. De esta forma, el Estado centralizado dejaba de existir hasta el siglo XV y los grandes ejércitos de la Antigüedad desaparecían de los campos de batalla.

Los normandos

En Escandinavia, cuna de muchos pueblos germánicos, la expansión del caballo y de la rueda se había detenido siglos antes al límite mismo de los hielos perpetuos, siendo sustituidos por el reno y el trineo respectivamente. Aunque en las tierras más meridionales los svear (varegos), godos y noruegos domesticaron unos caballos de escasa alzada pero muy resistentes, pronto se impuso la vocación marinera, desarrollando una importante flota con la que se dedicaron a hostigar el litoral atlántico europeo y las islas Británicas. Normalmente, se limitaban a circunvalar las costas en busca de la desembocadura de un río navegable que les permitiera realizar una productiva razia aguas arriba, gracias a sus barcos de escaso calado, regresando posteriormente a sus territorios. Esta tendencia cambió a partir de Knut el Grande, que consiguió reunir un vasto imperio que incluía Escandinavia, Dinamarca y parte de Inglaterra. Desde entonces, los normandos buscaron nuevos territorios en los que asentarse para dar salida a la superpoblación y escasez de tierras cultivables que padecían.

Cuando en 911 el rey Carlos III el Simple cedió en feudo el norte de Francia al duque normando Hrolf (Rollón), estaba confiando la defensa de sus vasallos a los propios vikingos que les habían sojuzgado. En Normandía las leyes feudales eran muy claras. Cada barón u obispo tenía tierras otorgadas por el duque, a cambio de mantener a su servicio a un número de caballeros pesadamente armados. Iban protegidos por una larga cota de malla que se había mejorado con la adición de una caperuza para proteger el cuello, la cara y la garganta; más tarde ambas prendas se unieron en una sola. El casco, cónico y sin copete, se perfeccionó con una pieza que protegía la nariz. Llevaban además polainas de hierro y un característico escudo, redondo por arriba y picudo por debajo, de un metro de altura. Se armaban de una lanza de 2,5 m con una punta ancha de hierro, un hacha o maza a elegir y una espada recta de doble filo acabada en punta, de un metro de longitud, cuyo diseño fue exportado a toda Europa permaneciendo invariable durante toda la Medievo.

En 1066, amparándose en sus derechos al trono, el duque Guillermo el Bastardo de Normandía, decidió invadir Inglaterra, recién constituida a partir de la unificación de los reinos celtas, anglos y sajones. Para esta empresa reunió 3.000 caballeros[1] y otros tantos arqueros. Tras cruzar el canal de la Mancha, saqueó Kent y Sussex, atrayendo a su enemigo, que llegó con solo parte de su ejército. Harold planteó la batalla con su infantería, pero los normandos fingieron una retirada que empujó a los anglosajones a perseguirlos, rompiendo su rígido dispositivo defensivo. Entonces los normandos se revolvieron y su caballería pesada, mandada por el propio Guillermo, destrozó a la ligera inglesa, perdiendo la vida el propio monarca. Tras esta batalla, los normandos importaron a Inglaterra el feudalismo que ya se había impuesto en el resto de Europa.

Simultáneamente, otras expediciones normandas colonizaron Islandia y Groenlandia. Aunque según recientes hallazgos alcanzaron Terranova y la costa de Nueva Inglaterra, no consiguieron fundar establecimientos permanentes por la hostilidad de los indígenas. En el Mediterráneo las incursiones vikingas fueron haciéndose cada vez más osadas hasta que conquistaron Sicilia. Más al Este, comerciantes varegos surcaban el Don y el Volga, fundando varios principados (rus) sobre los que más tarde se constituiría Rusia. El final de sus expediciones siempre era la rica Bizancio, donde muchos de ellos alquilaron sus servicios como guardia personal del emperador.

Referencias

Notas

  1. Solo 1.200 de ellos eran normandos de origen.

Bibliografía

  • Barthelemy, Dominique. 1999. El año mil y la paz de Dios. Universidad de Granada.
  • Cahen, Claude. 1972. "El Islam hasta el Imperio Otomano". Historia Universal, vol. 14. Siglo XXI.
  • Cardini, Franco. 1995. La Europa del año 1000: Las raíces de Occidente. Anaya.
  • Dhondt, Jan. 1971. "La Alta Medievo". Historia Universal, vol. 10. Siglo XXI.
  • Duby, Georges. 1973. Guerreros y Campesinos. Desarrollo inicial de la economía europea (500-1200). Siglo XXI.
  • Flori, Jean. La Caballería. Alianza Editorial. 1998.
  • Le Goff, Jacques. 1972. "La Baja Medievo". ". Historia Universal, vol. 11. Siglo XXI.
  • Le Goff, Jacques. 1999. La civilización del Occidente medieval. Paidos.
  • Lión Valderrábano, Raúl. 1979. La caballería en la historia militar. Academia de Caballería.
  • Maier, Franz Georg. 1972. "Las transformaciones del mundo mediterráneo". Historia Universal, vol. 9. Siglo XXI.
  • Maier, Franz Georg. 1973. "Bizancio". Historia Universal, vol. 13. Siglo XXI.
  • Millar, Fergus. 1973. "El Imperio romano y sus pueblos limítrofes". Historia Universal, vol. 8. Siglo XXI.
  • Morsel, Joseph. 2004. La aristocracia medieval. Universidad de Valencia.