GCEE-2016-016

De Caballipedia
Revisión del 22:52 27 jun 2017 de Fmoglop (discusión | contribuciones) (Segunda guerra contra el Imperio Otomano)
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Organización inicial

1516

Cuando se produjo el primer contraataque navarro en 1516, el virrey Cristóbal de Villalba reclutó un nuevo contingente de 800 caballeros y 2.500 infantes para su defensa.

En 1516 el Ejército combinado franco-veneciano sitia Brescia, donde resiste una guarnición imperial de la que forman parte algunas compañías españolas. La falta de pagas hace que parte de estas se pasen al bando enemigo, donde ya hay 8 compañías de mercenarios españoles.

Desde allí, los venecianos ponen sitio a Verona, también guarnecida por el Ejército imperial y donde se repiten las deserciones. Desde Nápoles comienzan a llegar aventureros españoles en busca de fortuna. El 12 de noviembre se acuerda la paz de Bruselas, se paga a los españoles y estos regresan a Nápoles.

1517

Deseando el duque de Urbino recuperar su estado, usurpado por Lorenzo de Medici con el apoyo del papa León X, vio la oportunidad que representaba esta soldadesca veterana y decidió atraerlos con promesas de oro, consiguiendo reunir una tropa de 5.000 infantes al mando de Maldonado.

Inmediatamente, la diplomacia vaticana consiguió que Carlos I, aún en Bruselas, ordenase a los españoles que pasasen al servicio del papa, pero aquellos se negaron. El pontífice recurre entonces a reclutar a 800 soldados españoles que residen en Roma, que serán reforzados desde Nápoles con otros 1.000 infantes y 200 lanzas.

Cuando comienzan las hostilidades, 6 compañías españolas al servicio de los Medici se pasan al duque de Urbino. En mayo, se descubre que Maldonado intenta traicionar al duque, y es ajusticiado por los propios españoles, tras lo que se negocia la retirada de estos a Nápoles previo pago por sus servicios.

1518

Una vez restablecida temporalmente la paz en España e Italia, el virrey de Sicilia, Hugo de Moncada, intentó tomar Argel en 1518, pero una tormenta provocó el naufragio de la mayor parte de la flota y la muerte de 4.000 soldados españoles.

1520

En abril de 1520 Hugo de Moncada comandó una nueva expedición contra Yerba para desalojar a los corsarios berberiscos que asolaban Sicilia y el levante español. Componían su ejército:

  • 670 hombres de armas:
    • Diego de Mendoza: 60;
    • Pedro López de Padilla: 50;
    • Diego de Rocaseca: 100;
    • Juan de Ribera: 100;
    • Luis de Velasco: 100;
    • Juan de Velasco: 50;
    • Pedro Zapata: 50;
    • Adelantado de Galicia: 50;
    • Francés de Beamonte: 60;
    • Diego Hurtado de Mendoza: 50.
  • 320 caballos ligeros:
    • Pedro Osorio: 60;
    • Alonso de silva: 60;
    • Comendador Ribera: 60;
    • Conde Fernando de Andrade: 40;
    • Condestable de Navarra: 50;
    • Federico de Ugua: 60;
    • Marqués de los Vélez: 60 (ballesteros y escopeteros);
    • Fernando de Bobadilla: 60 (ídem.).
  • 6.400 infantes:
    • 5.600 piqueros;
    • 800 escopeteros;
  • Un número indeterminado de aventureros.

Al término de la empresa, las Guardas regresaron a Cartagena el 2 de julio. La infantería fue desmovilizada, salvo 800 soldados que fueron trasladados a Nápoles en pésimas condiciones, desde donde muchos partieron a Roma para servir como mercenarios. Para evitar desórdenes, el papa accedió a contratarlos durante un año, lo que produjo un efecto llamada y desembocó en un nuevo conflicto. El propio marqués de Pescara debió acudir a Roma para excusarse en nombre del rey de España por el comportamiento de sus súbditos. Al final, el archiduque de Austria adelantó el dinero necesario para pagarles.

Durante la rebelión de las comunidades, el ejército real solo pudo contar con un contingente de 2.000 infantes al mando del condestable de Castilla y otro de 1.000 infantes aportado por el virrey de Navarra. Las Guardas de Castilla se dividieron a partes iguales entre ambos bandos.

Primera guerra italiana

1521

En 1521 se produjo un tercer y último intento secesionista por parte de los navarros con ayuda francesa. Para frustrarlo, se entregó a Antonio de Fonseca el mando de 8.000 infantes.

El papa y el emperador se coaligan contra el rey de Francia, por tener ocupadas Parma y Plasencia. El emperador nombra capitán general a Próspero Colonna y el papa al marqués de Mantua. Se trasladan por tierra a Lombardía con un campo (ejército) de 6.000 italianos, 2.600 guardias vaticanos y 500 caballos ligeros.

El 1 de agosto llegan a Parma, defendida por el señor de Lescu y Fadrico Bozzolo de la casa Gonzaga. Llega el marqués de Pescara (antes Aterno) comandando 1.500 españoles reclutados en Nápoles y Roma, otros 1.000 que habían desembarcado en el puerto de Piombino y los hombres de armas, cuyos capitanes eran:

  • Fernando Alarcón (comisario general).
  • Marqués del Vasto;
  • Pietro Cardona, conde de Collesano (Golisano);
  • Antonio de Leyva;

Otros 1.500 españoles habían partido hacia Génova en las galeras de Jerónimo Adorno. Cuando llegan no pueden tomarla y se unen al resto. Pocos días después llega el coronel Jorge de Frundsberg con 4.000 lansquenetes alemanes y 2.000 grisones a Mantua, donde les espera el marqués de Pescara con 2.000 infantes españoles, 300 hombres de armas y 300 caballos ligeros, para evitar la injerencia veneciana. El 29 de agosto hay una nueva escaramuza en Parma.

El 8 de septiembre se toma del barrio de Ponte, pero el otro lado del río resiste y recibe refuerzos del general francés Lautrec, hermano de Lescun: 4.000 infantes, 8.000 esguízaros, 5.000 gascones, 6.000 aventureros, 1.000 hombres de armas, 1.000 caballos ligeros. Se les une Teodoro Tribulzi, milanés al servicio de Venecia con 8.000 italianos, 500 hombres de armas y 1.000 caballos ligeros. Viendo Próspero que no puede tomar Parma, el 12 de septiembre levanta el campo y se encamina a tomar Milán. Lautrec avanza hasta Parma y saca a Lescun con todos los franceses y se dirige a defender Milán, dejando a los italianos con Fadrico Bozoli.

Llega el cardenal de Sión con 12.000 suizos para reforzar el ejército papal. El maestre de campo Juan de Urbina cruza el río Adda en barca con 30 escopeteros y toma un palacio en Babar[1]. Cuando llega en su ayuda Giovanni de Médici con caballería ligera, los franceses se retiran a Milán. Pescara toma 500 escopeteros y va a Betyno, uno de los bastiones de la ciudad, guardado por los venecianos de Tribulzi, que es herido y capturado. Lautrec se retira a Como, después a Lecco y finalmente a Cremona con Lescun.

El 22 de noviembre Próspero toma finalmente Milán. Después envía a Pescara y Urbina a Como con 1.000 infantes, 50 lanzas y 50 jinetes. Allí se rinde Vendome, pero los españoles la saquean.

1522

Próspero envía a Adorno a Alemania a reclutar 4.000 lansquenetes, regresando con el duque Francisco Sforza de Milán. Lautrec recluta 22.000 suizos, que suma a los 8.000 suizos y 5.000 gascones, 6.000 aventureros, 1.200 lanzas y 2.000 jinetes que ya tenía, además de 8.000 infantes, 500 lanzas y 1.000 jinetes de Venecia. Con ese ejército pone cerco a Milán. Próspero deja Pavía al marqués de Mantua con 4.000 italianos, 300 lanzas y 100 jinetes, y retorna a Milán con 4.000 españoles, 9.000 alemanes, 2.000 italianos, 600 lanzas y 1.000 jinetes.

Marco Antonio Colonna y Camilo Tribulzi intentan espiar las murallas para Lautrec, pero son sorprendidos por un artillero español que los mata. Próspero llora a su traidor hermano en el Duomo.

Lescun llega a Génova con refuerzos y es enviado a tomar Novara, defendida por el conde Felipe Torniel. Tras eso se une a Lautrec en el cerco de Pavía, que es reforzada por tres banderas españolas: comendador Cervera, Felipe Cervellón y Santa Cruz (arcabuces).

El 7 de abril Próspero sale de Milán para defender Pavía, produciéndose una gran escaramuza donde mueren muchos franceses y se les arrebata tres estandartes. Giovanni de Médici se pasa al bando francés y traba combate singular con Juanote de la Rosa, que queda muy malherido. Viéndose rodeado, Lautrec se retira a Milán con su ejército, en el que aparece el español renegado Pedro Navarro.

El 27 de abril tiene lugar la batalla de Bicoca. Próspero embosca a Lautrec con su ejército, siendo sus jefes: Pescara, duque de Tratto, duque de Termenes, marqués de Civita de Sant Angelo, conde de Collesano, Antonio de Leyva, Jorge Frundsberg y el comisario Fernando de Alarcón (que tiene que dar su consentimiento). Antes de que comience la batalla, llega al campo el duque de Milán con 6.000 infantes y 400 jinetes, que saquean el bagaje español y se vuelven a la ciudad.

Los españoles destrozan el cuadro suizo, que se da a la fuga perdiendo 5.000 hombres, además de otros 7.000 de otras naciones. Los venecianos también reciben gran daño de las tres banderas, 300 lanzas y 200 jinetes españoles. Y lo mismo le ocurre a Vendome, que había atacado la retaguardia con sus gascones, pero es recibido por Leyva y Collesano, muriendo este por una saeta.

Lautrec se retira a Monza, donde licencia a sus hombres excepto una guarnición para Lodi. De allí son desalojados por Pescara. Lautrec pasa entonces a Vicenza y deja la defensa de Cremona a Lescun. Próspero la rinde y pone después sitio a Génova, defendida por Pedro Navarro, quien sería capturado por Juan de Urbina. Este había servido a sus órdenes como soldado durante las campañas del Gran Capitán. De allí parte el ejército a Saluzzo, en el Piamonte, donde el ejército francés prefiere retirarse a combatir.

Próspero pasa revista a su ejército el día de Santiago en Saluzzo, siendo la primera que pasa Cerezeda[2]. Después parten a Lombardía, donde Próspero manda tres banderas a tomar el domo de Ossola, en la frontera suiza, otras seis van con Pescara a Iseo, frontera con los grisones. Tras rendir su castillo, Próspero se retira con su ejército a invernar a Milán y Pescara viaja a España para ser recibido por el emperador.

1523

Cuando Próspero aloja a su ejército en el ducado de Saboya, el rey de Francia decreta una movilización general para desalojarlo. El duque Carlos de Borbón, condestable de Francia, se pasa al bando imperial. Carlos recluta 12.000 alemanes con los que invade Borgoña. Renato de Saboya ocupa las tierras de Borbón, y el almirante de Francia, Guillermo Bonnivet, marcha al Piamonte.

Carlos pacta una liga con el papa y las señorías de Florencia, Venecia, Génova, Siena y Luca para defender Italia de los franceses. Próspero recluta 6.000 alemanes y 5.000 italianos. Leyva deja tres banderas en Alessandria y se desplaza a Asti con la mayor parte de la infantería y la caballería. Desde allí cerca Valenza del Po, donde se ha levantado Galeazo Virago en favor de los franceses. El alcaide de Milán, Massaron, rinde el castillo a Próspero el 25 de julio, quien lo entrega al duque de Milán. El almirante de Francia entra en el Piamonte con 30.000 franceses, 1.000 lanzas, 2.000 jinetes y 2.000 ballesteros a caballo, reuniendo a todos los partidarios que tenía en esa región. Próspero ordena a Leyva que se repliegue de Asti a Alessandria, enviando a su guarnición de 2.000 italianos a Cremona, al mando de Francisco Salomón.

Antonio Leyva deja a la compañía de Francisco Villaturriel de guardia en un puente junto al puerto de la Stradella. De allí pasan a puerto Falcón, un paso del Tesino entre Vigevano y Abbiategrasso, donde los atacan los franceses (bautismo de fuego de Cerezeda). Llega en su defensa Giovanni de Médici (que había vuelto al bando imperial) con 100 jinetes y 100 arcabuceros. Próspero los refuerza con tres banderas italianas.

El 14 de septiembre envía Próspero a Antonio de Leyva a Pavía con 8 banderas de infantería, 3 estandartes de jinetes y 2 de lanzas españoles, más el conde Felipe Torniel con una coronelía de infantería y dos compañías de jinetes italianos. Pero se enfrascan unos contra otros y, finalmente, los italianos abandonan Pavía.

El 17 de septiembre llega el ejército francés a las puertas de Milán. El almirante envía a su lugarteniente, Pierre Bayard con 8.000 infantes y 10 cañones a tomar Lodi, defendida por el marqués de Mantua con 500 infantes italianos y 500 jinetes. Viéndose en inferioridad, abandona la ciudad y se reúne con el duque de Urbino.

Bayard pone sitio a Cremona, donde su guarnición había sido reforzada por los italianos salidos de Pavía. Una tormenta que dura cuatro días les deja sin vituallas, por lo que levanta el cerco y regresa a Milán, cercada por el almirante. Próspero ordena a Mantua que entre en Pavía y desde allí hostigue las columnas de avituallamiento francesas.

Llega de Nápoles Fernando de Alarcón para aconsejar a Próspero en ausencia de Pescara. Inmediatamente traba una escaramuza contra los franceses para reconocer sus fuerzas. Otra noche, Juan de Urbina organiza una encamisada con 600 españoles. Pocos días después, Alarcón manda al capitán Martín Sancho capturar a dos nobles franceses, pero muere en la escaramuza y es relevado por su alférez Cristóbal Arias.

El almirante contrata a una espía, que traba amistad con Morgante de Parma, cabo de la coronelía de Médici que tenía a su custodia una de las puertas de la ciudad. Este intenta la colaboración de Giovanni de Ferrara, cabo de la coronelía de Stefano Colonna, que montaba guardia a la entrada adyacente. Pero este cabo se lo cuenta a su coronel y este a Médici, que ordena pasar por las picas a Ferrara y a sus cómplices.

A finales de noviembre, el almirante se entera de que el virrey de Nápoles se aproxima con refuerzos, por lo que decide levantar el cerco a Milán. Alarcón sale en su persecución con 500 jinetes, 300 lanzas, 1.000 infantes españoles y 1.000 alemanes. Refugiado en Abbiategrasso, envía a Renzo de Ciere a tomar Arona, que resiste un mes. Entonces llega el virrey, Carlos de Lannoy, y le obliga a retirarse. Lleva consigo 6 banderas españolas, 4.000 italianos, 4 cañones y la caballería del reino[3]. En nochebuena arriban a Pavía y a finales de año a Milán.

1524

En 1524, el Ejército Metropolitano consigue recuperar Fuentarrabía. No obstante, el emperador decide renunciar a la Navarra tramontana (Ultrapuertos), debido a su difícil defensa.

El 1 de enero muere Próspero, que sería enterrado junto a su hermano en Fondi (Nápoles) cuando el ejército regresó de la campaña. El propio Lannoy se hace cargo del mando.

El 10 de enero regresa Pescara y algunos días después el duque de Borbón. Leyva sale de Pavía, donde deja al duque de Tratto, hijo del virrey, con su infantería italiana.

Lannoy pasa revista al ejército, tras lo que aparta 3.000 españoles, 2.000 alemanes, 200 lanzas y 500 jinetes para combatir al almirante, junto a Pescara, Alarcón y Urbina. El resto queda de guarnición en Milán con Borbón, Leyva y Médici.

El 26 de marzo toman Robecco y Mortara. El almirante abandona Vigevano y decide retirarse a Francia. El virrey envía a las coronelías del duque de Milán y de Médici a tomar Abbiategrasso y Lodi. Luego envía al marqués de Civita de Sant Angelo a que tome Vercelli con su compañía de lanzas (50) y dos de infantería española (500). El almirante recluta 10.000 suizos, 5.000 grisones y 400 lanzas para proteger su retirada. El duque de Milán envía a Médici a cortarles el paso, y aquellos deciden regresar a Suiza. De allí, toma Abbiategrasso, donde mata a sus 2.000 defensores. Pero allí contraen la peste que contagian a Milán, donde mueren 100.000 personas.

Entretanto, el virrey plantea batalla al almirante en Romananchi, donde Urbina es herido por un arcabuzazo en el muslo. Hay numerosas bajas en ambos bandos hasta que a finales de abril llega Chaban con refuerzos suizos. Pescara, Alarcón y Leyva ordenan a los arcabuces que monten a las grupas de los caballos y salen a su encuentro, poniéndoles en fuga. El almirante decide acompañarlos, pero tanto él como Bayard son heridos por algunos españoles que hostigan a su retaguardia y les quitan dos cañones.

En contra del criterio del virrey, los generales españoles acuerdan perseguirlos. Bayard es capturado pero muere de un arcabuzazo, siendo entregado su cadáver al almirante con las honras que se merecía.

A comienzos de mayo el ejército imperial llega a Yvrea, donde el virrey ordena a Alarcón que continúe la persecución con 11 banderas españolas, 300 lanzas y 500 jinetes. Alcanzan a los franceses y les arrebatan otros 30 cañones, tras lo cual los supervivientes cruzan a Francia por Aosta.

El duque de Urbino y los venecianos regresan a Lodi, donde rinden a los 2.000 franceses que allí habían quedado. Simultáneamente, Pescara rinde Alessandria, regresando ambas guarniciones a Francia.

Llegan cartas del emperador y del rey de Inglaterra, ordenando una incursión en Francia para la que proveen 200.000 ducados que lleva Hugo de Moncada. El virrey envía a este por mar con 18 galeras y a Borbón, Pescara y Vasto por tierra, con 5.000 infantes españoles, 3.000 italianos, 8.000 alemanes, 500 lanzas y 500 jinetes. El duque de Milán, Alarcón y Leyva quedan en el Piamonte. El capitán Gayoso y su compañía española transportan 14 cañones hasta Savona para embarcarlas.

Borbón entrega el condado de Tende al capitán Juan de Vargas en recompensa por sus servicios. De allí llegan a Niza, donde cruzan la frontera con Francia, con el escuadrón español en vanguardia, el alemán en batalla, el italiano en retaguardia y la caballería a los flancos.

En Antibes, Hugo de Moncada es atacado por la flota francesa, que años antes había capturado varias galeras napolitanas incluida la del virrey Ramón de Cardona.

Cuando llegan a Grasse, Pescara deja a la compañía italiana de Juan de la Piedra como guarnición, pero todos son asesinados. Un español es capturado mientras saqueaba una aldea y ahorcado a la vista de todos como escarmiento. El día de Santiago llegan a San Maximino, donde visitan un monasterio que decía albergar el cuerpo de Magdalena y otras reliquias. De allí a Aix, donde descansa el ejército hasta el día de la Virgen. Allí queda como gobernador el señor de la Mota y como guarnición la compañía española de Juan del Pescón.

El 16 de agosto alcanzan Marsella, que les recibe con mucha artillería tanto desde la fortaleza como desde la flota anclada en las islas Pomégues. Guarnecen la plaza Renzo da Ceri y Fadrico de Bozzoli con 9.000 italianos.

En una escaramuza hieren al alférez de Urbina, Rodrigo de Cuero, y a muchos soldados. Como Moncada no puede fondear en Marsella, lo hace en Tolón, adonde es enviado el capitán Biurre con sus caballos ligeros y 7 compañías de infantería a recoger la artillería. Allí queda de guardia la compañía de Villaturriel con Cerezeda, quien describe a la perfección la fortaleza porque los medí muchas veces haciendo guardia en lo más alto della.

Con la artillería de Moncada y la capturada en Tolón se derriba un lienzo de Marsella, pero Borbón no se decide a dar batalla por considerar que le costaría muchas vidas. Además, los espías en la corte francesa le avisan de que Francisco I está preparando la invasión de Lombardía al saberla desguarnecida. En varias escaramuzas mueren los capitanes Guzmán y Cantelano. Los capitanes Pedro y Juan de Mercado regresan a Tolón con la artillería para reembarcarla hacia Génova el 28 de septiembre.

El ejército comienza el repliegue, hostigado por Renzo da Ceri. Este consigue arrebatar una pieza a los alemanes, pero Pescara la recupera y desde entonces los españoles siempre forman a retaguardia. En Fréjus se les unen los Mercado y Villaturriel con sus compañías, que Pescara manda en vanguardia para que vayan haciendo acopio de vituallas.

Tras pasar por Mónaco, San Remo y Finale, se internan en Saboya y cruzan el Po por Stradella. Allí se reúne la plana mayor y se decide enviar a Leyva a Pavía con 4.000 alemanes (Festtefriz), 1.200 españoles (Aponte, Pedro de Bracamonte, García de Manrique), 200 lanzas y 200 jinetes (comendador Urrías). El virrey y los duques de Borbón y Milán se van a Lodi con la caballería pesada, los italianos a Cremona, y Pescara y Vasto a Milán.

Leyva llega a Pavía el 22 de octubre y allí encuentra a Alarcón con algunos caballos ligeros que, inmediatamente, salen hacia Milán. Villaturriel y los Mercado intentan destruir un puente de barcas en el Tesino para que no lo tomasen los franceses, pero su vanguardia se les adelanta.

En Milán, Alarcón y Pescara intentan salir a capturar informantes, pero el capitán Rodrigo de Ripalda se lo impide por miedo a lo que pudiera acontecerles y envía a su sargento Cristóbal Arias con 30 arcabuceros. Capturan a dos franceses que les informan que el rey estaba a tres millas con 1.000 lanzas y 20.000 infantes, siendo una vanguardia de 5.000 italianos la que rondaba por la campiña. A la vista de su inferioridad numérica, Pescara decide salir de Milán al mando de la arcabucería española, delante los alemanes y a los flancos la caballería con Alarcón.

Cuando se percatan de que les persigue el almirante con 600 lanzas y 10.000 infantes, el propio Pescara les traba una emboscada junto a los capitanes Quesada, Ripalda y Alonso de Córdoba. Mueren tantos nobles franceses que el resto decide retirarse para evitar nuevas celadas. De esta forma, la columna puede entrar en Lodi sin mayores problemas el 23 de octubre. La guardia del virrey estaba al cargo de la compañía española del capitán Figueroa.

Allí tienen nuevo consejo y deciden dejar la ciudad guarnecida por 5 banderas españolas. Francisco toma Milán sin resistencia y la entrega a Teodoro Tribulzi junto a 6.000 infantes y 500 caballos. De allí parte hacia Pavía con 1.500 lanzas, 2.000 jinetes, 12.000 suizos, 5.000 alemanes, 5.000 grisones, 7.000 aventureros y 7.000 italianos, estos al mando de Médici que había vuelto a cambiar de bando. Además, les acompaña una coronelía de 1.000 españoles al mando de Pedro de Guevara, a quien Pescara había ofendido quitándole su bandera en Milán. Por su parte, el papa envía contra Nápoles al duque de Albania con 8.000 infantes, 600 lanzas y 500 jinetes.

De Pavía llegan noticias de que los alemanes están a punto del motín por falta de pagas, por lo que el virrey envía al alférez Asueros de la compañía de Ripalda con 5.000 florines de oro. Aquel reparte el dinero con un soldado de su confianza llamado Romero, y consiguen engañar a Guevara, quien guarda los accesos a Pavía con su gente. Una vez en la plaza, entregan el dinero a Leyva, quien consigue así calmar a los alemanes.

Mientras tanto, el duque de Borbón regresa de la corte del archiduque Fernando con 6.000 alemanes al mando del coronel Frundsberg y 200 caballeros alemanes y borgoñones.

En Pavía, Leya apresta una salida con los capitanes Aponte, Pedro Bracamonte, Cristóbal de Torralba y el alemán Coradin junto a 1.000 hombres de todas las naciones para que destruyan un bastión del cerco defendido por cinco compañías de Médici. Les matan 800 hombres y les arrebatan cuatro banderas, a costa de solo seis heridos. Una nueva encamisada consigue matar otros 600 grisones y arrebatarles tres cañones.

Francisco, enfurecido, ordena a un coronel alemán a su servicio que convenza a Festtefritz para que les abra las puertas de la ciudad cuando le toque guardia. El engaño es descubierto por una prostituta alemana, y Leyva envía al puente a Bracamonte con 200 arcabuceros españoles. Cuando llegan los franceses, son recibidos a tiros y los alemanes ajusticiados, siendo nombrado nuevo coronel Juan Bautista Lodron. Francisco vuelve a dar varias baterías y batallas, pero todas son ineficaces ante la férrea defensa de Leyva y sus hombres por lo que, finalmente, decide levantar el campo y retornar a Bereguardo.

Al conocer lo sucedido, en Lodi se reúne el consejo y se decide, finalmente, plantear cara a los franceses.

1525

El 24 de enero Hugo de Moncada desembarca en Varazze, ciudad situada entre Génova y Savona. Mientras está en tierra, las flotas de Andrea Doria y fray Juanas atacan a la suya que tiene que hacerse a la mar. Moncada es capturado y muchos de sus capitanes muertos. El 29, el ejército imperial pone cerco a Sant Angiolo, donde entran los primeros Pescara y el capitán Quesada tras matar 800 infantes y 200 jinetes, entre ellos sus caudillos Juan de Virago y Pirro de Gonzaga.

A continuación se pone contracerco a Pavía. El capitán Santa Cruz entra con su compañía de arcabuceros por un portillo, haciendo muchas bajas a los franceses. En otra encamisada se captura a un centinela francés durmiente, del que se obtiene el santo y seña. Pescara, Alonso de Córdoba y 1.000 infantes españoles entran por ese hueco desprotegido, matando 500 franceses en busca de su rey, que andaba por Mirabel.

El 14 de febrero, conocida la necesidad de pólvora que tenía Leyva, se envían dos compañías de jinetes al mando de Salamanca y Francisco del Arco con varios sacos. La primera es capturada, pero la segunda consigue burlar el cerco francés y entrar en la plaza. Francisco enfurecido envía a un alemán al campo español con la consigna de convencer a sus compatriotas para que deserten, pero es descubierto y descuartizado.

El 24 de febrero tiene lugar la batalla de Pavía. A medianoche una encamisada de españoles rompe el muro del Parco y se lanza sobre el palacio de Mirabel. Se forma un escuadrón por cada nacionalidad, pero el italiano, que va a retaguardia, sufre el ataque de la caballería francesa y es deshecho, perdiéndose toda la artillería. Manda la caballería pesada el propio virrey, a la izquierda de los tudescos. La ligera del coronel Enzor despliega a la derecha de los españoles. Los alemanes dudan y se echan al suelo, por el gran daño que les provoca la artillería francesa, pero Jorge de Frundsberg les convence de dar la talla como los españoles.

Pescara manda toda la infantería y ordena a los capitanes Alonso de Córdoba y Rodrigo de Ripalda que tomen 200 arcabuceros (entre ellos, Cerezeda) y protejan a los hombres de armas. Él mismo carga con 600 infantes contra Mirabel. El cuadro español acomete de costado contra uno suizo que se encontraba trabado contra el alemán y lo deshace. Luego 300 arcabuceros españoles se apoderan de la artillería francesa desjarretando a sus caballos, que utilizan como parapetos frente a los lanceros franceses.

El duque de Alençon ordena retirada, que una carga española convierte en fuga hacia Milán. Como el hueco en el portillo era muy estrecho, los propios franceses se pisotean unos a otros en el frenesí de la huida. El rey Francisco carga con sus hombres de armas, perdiendo tres caballos. Viéndose acorralado intenta escapar, pero es detenido por el capitán Quesada. A él se unen luego Diego de Ávila, Juanes, Sandoval y Córdoba, quien le arrebata el collar de la orden de San Miguel. Una vez identificado, es puesto bajo la custodia del comisario Alarcón. También caen presos el príncipe de Navarra y lo más granado de la nobleza francesa, falleciendo el resto, incluido el almirante. Además mueren 17.000 franceses y solo 2.000 españoles. Entre los heridos se encuentra el marqués de Pescara, que recibió tres arcabuzazos.

El 28 de febrero, el duque de Albania, Juan Stuart, ataca Nápoles con 600 lanzas, 500 jinetes, 5.000 italianos y 3.000 gascones, pero es derrotado por Stefano Colonna con solo 5.000 hombres. Los escasos supervivientes embarcaron en Civita Vechia en la flota de Andrea Doria.

Enterado el emperador de la victoria, ordena que en toda España se organicen procesiones de acción de gracias. El virrey convence al rey de Francia para que escriba a su madre y les facilite el traslado a España. Embarcan en el puerto del Fanal, cercano a Génova y llegan a Barcelona con su cautivo, vigilado por la compañía de Figueroa. En Guadalajara son agasajados por el duque del Infantazgo, que ordena lidiar once toros y un león.

A su regreso a España, el emperador promulgó el 6 de abril la ordenanza de 1525, en la que intentó racionalizar el gasto que suponía mantener sobre las armas cuatro ejércitos simultáneamente. En adelante, la defensa de la península Ibérica seguiría recayendo en las Guardas de Castilla, auxiliadas por pequeños destacamentos de infantería en la Alhambra de Granada, el alcazaba de Almería, la fortaleza de Fuenterrabía y la frontera de Galicia, además de los 50 alabarderos que servían de escolta a la reina Juana. Las empresas exteriores, en cambio, se encomendaban a la caballería ligera y a una coronelía de 1.000 infantes distribuidos entre 3 compañías que, desde entonces, serían mixtas de piqueros y arcabuceros. Cada una de ellas contaba con capitán, teniente, alférez, sargento, pífano, tambor y 12 cabos de escuadra. Dos de los capitanes cobraban ventaja por actuar, respectivamente, como coronel y como maestre de campo (sic), auxiliados por 1 alcalde, 2 contadores, y 3 alguaciles. Este es el primer documento oficial en el que aparece la infantería como una parte más del ejército permanente pero, como muestra de la diferente consideración que aún existía entre las distintas especialidades, baste citar que un hombre de armas cobraba 30.000 maravedíes al año, frente a los 12.144 de un infante.

Temeroso el papa de que el emperador quiera extender su dominio a toda Italia, convoca a los nobles de las principales señorías y crea una liga a la que invitan a unirse a Pescara, que informa al emperador. Carlos ofrece a Francisco su libertad a cambio de que renuncie a Flandes y Borgoña, entregándole además la mano de su hermana Leonor, viuda del rey de Portugal.

Entretanto, Pescara traslada el ejército a Saboya y envía al maestre de campo Francisco Guastaldo con 11 banderas españolas (incluidas las de Luis de Viacampo y Juan de Vargas) y algunos caballos ligeros tomen el Carpio, donde resiste una guarnición francesa. El conde de Carpio pacta su rendición pero luego trama una emboscada. Esta fue descubierta por una moza que tenía amores con Francisco de Prosley, teniente de Guastaldo.

A finales de septiembre regresan de Francia once capitanes italianos a los que Pescara conmina a atravesar las líneas españolas con las banderas plegadas y en grupos de a veinte. Los italianos se niegan y se hacen fuertes en el castillo de Rebel. Cuando intentan desalojarlos, el maestre Urbina es herido de un arcabuzazo. A medianoche los italianos intentan salir del castillo sin ser vistos, mas son detectados y masacrados por los españoles.

Alertados por Jerónimo Morón de las intrigas de la Liga, Pescara y Leyva envían a la compañía de Villaturriel a Villana, un paso fronterizo entre Francia e Italia donde se hacían postas y allí capturan una estafeta. Por ella conocen un complot para degollar a todas las guarniciones españolas el día de Santiago. Para evitarlo, Pescara ordena reunir a todas las fuerzas en Pavía, Lodi y otras plazas fuertes.

El 2 de diciembre fallece el marqués de Pescara. El emperador entrega el mando del ejército de Italia al duque de Borbón. El 14 de diciembre se escapan del castillo de Pavía el príncipe de Navarra y el señor de Sant Paul, descolgándose por unas cuerdas.

Liga de Cognac

1526

En 1526 Francisco I fue puesto en libertad, pero rompió su juramento y se alió con el Papa, Inglaterra, Milán y Venecia en la Liga de Cognac.

En Milán habían quedado 4.000 españoles (Leyva), 4.000 alemanes (Frundsberg), 1.000 italianos, 800 lanzas y 1.000 jinetes (al mando del milanés Galeazzo Sanseverina). Leyva y Vasto someten un tumulto de los ciudadanos de Milán contra los soldados imperiales. El 8 de junio la Liga responde enviando un gran ejército contra Lodi. Vasto, Leyva y 3.000 españoles intentan recuperar la plaza, pero son rechazados. La Liga pone sitio a Milán, pero no consigue entrar y se retira.

Llega el duque de Borbón a Milán, donde su duque está siendo cercado en su castillo por los españoles. Al mismo tiempo, se unen a la Liga Octaviano Sforza con 14.000 suizos y el marqués de Saluzzo con 4.000 gascones, 500 lanzas y 500 jinetes franceses. El día de Santiago Borbón acepta la rendición de Francisco Sforza que se une así al ejército de la Liga.

En agosto, envían a Malatesta Vallon a tomar Cremona, defendida por el comendador Urrías con 1.500 españoles, 1.000 italianos, 200 jinetes y 150 lanzas. Una vez derribadas las murallas, la guarnición se rinde el 23 de septiembre. Se pacta que los españoles deben pasar a Nápoles, pero como la Liga incumple su promesa de proporcionarles una escolta, se encaminan a Milán.

El duque de Sessa intenta disuadir al papa para que abandone la Liga. Ante su negativa, ordena llamar a Pompeo Colonna y Hugo de Moncada, que aportan un contingente de 2.000 aventureros españoles que habían quedado en Nápoles. Casi inmediatamente muere Sessa de enfermedad. Los otros dos ponen sitio al Vaticano, debiendo el papa refugiarse en el castillo de Sant Ángelo. Finalmente, acepta las condiciones y sale de la Liga. Moncada saca a sus tropas de Roma y las acampa en Frosolon hasta que llega el virrey desde España. Entretanto, el archiduque Fernando ha reunido 12.000 alemanes y los envía con Frundsberg a Milán. Salen a su encuentro el duque de Urbino (veneciano) y Giovanni de Médici con toda la caballería y la mejor infantería. Jorge toma el camino de Mantua, donde Médici muere de un arcabuzazo.

El 22 de septiembre se levanta el asedio de Milán, donde los españoles andan disgustados por la falta de pagas. Lannoy parte de España con 5.000 españoles y 4.000 alemanes al mando de Juan Baptista Lodron, que venían de someter una rebelión a los moriscos en la sierra de Espadán. Como una tempestad les impide desembarcar en Génova, lo hacen en Gaeta.

1527

Borbón deja Milán y se traslada a Plasencia, donde espera a Frundsberg. Inicialmente, pretende dejar a Milán desguarnecida pero se le opone Leyva que queda allí con 1.500 españoles, 4.000 alemanes, 2.000 italianos, 200 lanzas y 200 jinetes, repartidos por todo el Milanesado. Borbón se lleva a Florencia 6.000 españoles, 13.000 alemanes, 3.000 italianos, 600 lanzas y 1.000 jinetes, estos al mando del príncipe de Orange.

Urbino consigue reunir 50.000 hombres de la Liga y los intercepta a 12 millas de Bolonia. Allí Borbón recibe a Cesáreo Fieramosca, embajador del papa que les conmina a regresar a Lombardía, donde se les habrían de pagar las deudas a la tropa, que andaba inquieta y no lo acepta. Borbón se pone de su parte, pero Vasto se opone y se retira con algunos capitanes a Nápoles.

Borbón continúa camino de Florencia, pero antes de llegar a Bolonia topa con el conde Galeazzo, que le cierra el paso. Juan de Urbina sale a su encuentro con 200 arcabuceros y lo desaloja de sus posiciones. Después sale hacia Bolonia con 12 banderas españolas, otras tantas alemanas y 6 cañones para tomar Colonola.

Urbino llega a Florencia y Borbón a Siena, pero con una estratagema consigue adelantarle y llega al Vaticano el 5 de mayo. Durante el asalto a las murallas fallece Borbón de un disparo. La tropa saquea la ciudad y desde allí cruzan el Tíber para entrar en Roma, aprovechando que la guarnición del puente Sixto se da a la fuga. Viendo Urbino que llega tarde al saco, regresa a Lombardía con su ejército.

Moncada, Alarcón, Orange y Vasto (que había regresado) intentan poner freno a la matanza sin éxito. Saqueada la ciudad, se pone sitio al castillo Sant Ángelo, donde está refugiado el papa. Cuando revisaba las fortificaciones, Orange es herido en el rostro y debe ser evacuado a Siena.

El 4 de junio el papa rinde el castillo a Fernando de Alarcón, que deja de guardia a la compañía española de Felipe Cerbellón. Alonso de Córdoba es designado alcaide de Civita Vechia y Ripalda del castillo de Ostia.

A finales de junio el ejército abandona Roma, donde se había declarado la peste, y saquea Terni y Narni, dos villas del papa. Enterado el emperador, ordena que el papa sea liberado, que el cadáver de Borbón sea trasladado a Gaeta y que Orange asuma el mando una vez restablecido de sus heridas. Así se hace, una vez el papa consiente en pagar a la tropa de sus atrasos, el 28 de febrero de 1528.

Entretanto, el duque de Urbino había regresado a Lombardía, donde se une a Sforza e intentan plantar batalla a Leyva en Marignano. Viéndose este en inferioridad, se retira a Carate, que saquea y de allí regresa a Milán.

En esto llega de Francia Lautrec con un nuevo ejército, incluyendo al señor de Valdemote que venía como virrey francés de Nápoles. En el Piamonte se reúnen con el ejército de la Liga.

El 10 de junio cuatro banderas alemanas salen de Castelazo para reforzar Alessandria. En el camino traban escaramuza con la caballería francesa, de donde salen mal paradas. Se refugian en Castelazo, que es cercado por el ejército de Lautrec. Tras el derribo de las murallas se rinden incondicionalmente. A continuación Lautrec pone sitio a Génova, guarnecida por Martinengo con seis banderas españolas y donde se pasaba mucha necesidad.

Tres de ellas se embarcan al mando del alférez Zurita y capturan una flota que iba de Sicilia a Córcega con trigo. A la vuelta las embosca Andrea Doria con 22 galeras propias y francesas, debiendo refugiarse en Porto Fino. Doria desembarca en Santa Margarita y desde allí envía sus tropas a cercar a los españoles. Avisado Martinengo, sale de Génova y socorre a sus hombres. A su regreso, encuentra Génova tomada por la vanguardia de Lautrec, por lo que decide pasar a Milán, pero en el camino es capturado.

Leyva envía entonces al conde Belgioioso con 500 italianos a reforzar Alessandría., pero llega tarde porque Lodron y Balbiano la han rendido. El último es enviado por Leyva a Pavía. Ante la amenaza de un motín de los alemanes que guarnecen Milán, Leyva ordena que todos los capitanes españoles entreguen el mando de sus plazas a otros italianos y se reuniesen en Milán: Pedrarias desde Como, Villaturriel desde Lecco y Diego López de Sora desde Trezo. Llegados a Milán, los alemanes deponen su actitud.

A continuación Lautrec cerca Vigevano, donde ahorca a su castellano por intentar ganar tiempo con argucias, y desde allí marcha a Abbiategrasso, que se le rinde sin oposición. Pedro Navarro llega con su vanguardia a Milán el 26 de septiembre, en tanto Lautrec cerca Pavía con el grueso. Leyva socorre la plaza con la mitad de sus fuerzas. El capitán Alonso de Valdelomar realiza un raid en el campo francés con la caballería ligera, matando a muchos y obteniendo gran botín. No obstante, los franceses cuentan con 50.000 hombres, por lo que Pavía es finalmente tomada.

En esto llega el legado del papa reclamándoles que le liberen de las tropas imperiales. Lautrec accede y ordena al duque de Milán y a Pedro Navarro que tomen varias plazas fuertes en el Milanesado. Enterado Leyva, se lanza a detenerlos, por lo que aquellas cambian varias veces de mano.

Lecco es cercada por los venecianos y socorrida por Leyva, que envía a los capitanes Valdelomar, Parreño y Villaturriel con caballos y arcabuceros, entre ellos Cerezeda.

1528

Lautrec llega a la marca de Ancona con su ejército, lo que obliga a Orange a enviar a Vasto con 1.500 españoles y 4 cañones a cortarle el paso. En Valmontone, cercan a Jacobo Ursino quien, pese a su rendición, es asesinado junto al resto de su guarnición, por haber matado al capitán Galindo y 50 españoles.

El 18 de febrero llegan a Teramo, que ya estaba siendo sitiada por Lautrec. Allí se les reúne Orange con el resto del ejército. Envían 7 banderas españolas y 300 jinetes a defender Susa, donde estaba la aduana, pero llegan tarde.

Orange intenta dar batalla a Lautrec, pero el comisario Alarcón, Vasto y Urbina se lo impiden por su desventaja numérica. Se cruzan ambos ejércitos y el capitán Pedro de Córdoba sale con su compañía y algunos jinetes a hostigar la retaguardia francesa.

Muerto Lannoy, Hugo de Moncada es nombrado virrey. Inmediatamente, envía a sus nobles con 400 lanzas, (príncipes de Lusignano y Salerno, duque de Malta), 3.000 españoles recién llegados de España, 3.000 alemanes y 4.000 italianos (Fabrizio Marramaldo). En Lariano son interceptados por su duque que, aunque afín al emperador, les hace creer que el ejército de Orange había sido destruido, por lo que vuelven a Nápoles dejando a aquel sin refuerzos.

Horacio Vallon y el abad de Falfa llegan con 8.000 hombres de las banderas negras del papa, por lo que Orange se retira a Nápoles y envía a Pompeo Colonna a Gaeta con algunas banderas españolas.

Lautrec envía a Pedro Navarro sobre Canosa, donde resisten cuatro banderas españolas, que deciden rendirse para poder así engrosar las fuerzas de Nápoles. Lautrec pone entonces sitio a Melfi, cuyo príncipe la defendía con dos banderas de italianos cedidas por Orange. Como se niega a rendirse, Lautrec consigue tomar la plaza mediante una traición y pasa a cuchillo a sus habitantes. El príncipe de Melfi pide socorro a Orange, quien le conmina a aceptar los términos.

El 17 de abril Lautrec llega ante las murallas de Nápoles. Desde allí envía a Enrique de Tralto, al duque de Boyano y al aduanero de la Pulla a sitiar Gaeta, defendida por Colonna. Llegan en su socorro desde España Alonso Manrique, hijo del marqués de Aguilar, el mariscal de Zamora y otros capitanes al mando de 2.000 soldados, a quienes Colonna envía a la villa sienesa de Trano a por vituallas. Otra nave llega a Nápoles con el capitán Cornejo y 200 españoles.

La villa calabresa de Andria se rebela contra los franceses y es guarnecida por el virrey de Sicilia, conde Burrelo, y el maestre de campo Álvaro de Grado y Leguizamo con otros 2.000 españoles. Moncada, Vasto y Ascanio Colonna salen de Nápoles con 7 galeras y gente de guerra para dar la batalla a otras 10 francesas que estaban en el puerto de Salerno. Cuando había tomado tres y hecho una gran mortandad, aparece el conde Felipín con la flota de Andrea Doria. Cogida entre dos fuegos, la flota española es derrotada, Moncada muerto, Vasto y Colonna capturados y llevados a Lerizi, donde son recibidos por Andrea Doria con todo respeto.

Francisco I le exige a Doria que los entregue, pero este los libera tras cobrar el rescate, granjeándose la enemistad del rey. Como este le debía al genovés una gran suma y algún desaire, Doria emprende el regreso a Génova y sitia el castillo, defendido por Teodoro Tribulzi. El conde Saint Pol acude en su ayuda con 3.000 infantes, pero fracasa y Tribulzi tiene que rendirse. Doria toma entonces Saona, a lo que el rey responde enviando al señor de Montejean para que lo embosque y capture, pero también fracasa.

El 12 de mayo atracan unas galeras en Magdalena con municiones y soldadas para Lautrec. Enterado Orange, envía a Juan de Urbina a capturarlas, apresando al coronel alemán conde Diego de Pere. A comienzos de agosto fallece Lautrec, pasando el mando a Pedro Navarro y al marqués de Saluzzo. En Nápoles se desata una epidemia de peste lo que, unido al hambre y otras calamidades, empuja a los alemanes a pedir la licencia. Orange decide plantear batalla, y envía a los alemanes entre Campo Viejo y Pozo Real con 15 banderas españolas el 28 de agosto. Allí estaba el señor de Boria con 7 cañones, pero tras un día de combate se rinden a Urbina. Navarro decide retirarse, pero el resto de la guarnición de Nápoles sale a su encuentro y le obliga a refugiarse en Aversa, donde al final se rinde. Pocos días después muere en Nápoles junto a otros nobles franceses e italianos.

En Gaeta, Alonso Manrique captura a muchos oficiales franceses cuando intentan evadirse, incluido el duque de Saboya, siendo decapitados en Nápoles. Enterado el emperador de lo sucedido, nombra a Orange nuevo virrey. Los soldados españoles reclaman veinte pagas, pero solo reciben diez.

Mientras tanto, Leyva envía a los condes Beljoioso y Torniel en socorro de Lecco con 3.000 hombres y artillería. Estos derrotan a Pietro Maria de Médici, que fue decapitado por Villaturriel en venganza por haberle ahorcado a su hermano y a 12 soldados. Después, los condes envían al maestre de campo Pedro Vélez de Guevara a levantar el cerco de Lecco, lo que consigue el 19 de marzo. De allí parte a Bellagio, entre los lagos de Como y Lecco, donde se reúnen ambas guarniciones para tomar el castillo de Mus. El castellano envía a su hermano Juan Baptista Médici a Milán para ofrecerle a Leyva el cambio de bando. Leyva acepta y le nombra marqués de Mus y conde de Lecco el 13 de abril.

El emperador envía a Diego Sarmiento, Juan de Mendoza, Beltrán de la Cueva y Machuca con 2.500 españoles a Génova. Como allí ya no quedan franceses, se encaminan a Milán pero en el camino les espera el conde Gayazo con 500 caballos y muchos arcabuces. Alertados por el conde Ludovico de Beljoioso, se desvían por los Apeninos y llegan a Plasencia. Enterado Leyva, les ordena encaminarse a Pavía, donde Pedro Vélez de Guevara y sus 7 banderas se reúnen con ellos y de allí expulsan al duque de Urbino. El 18 de mayo Leyva rinde también Abbiategrasso y se encamina a Bérgamo, donde espera la llegada del duque de Brunswick con 12.000 infantes, 800 lanzas, 1.000 jinetes y mucha artillería.

Francisco I ordena a Francisco de Borbón, conde de Saint Pol que persiga a Brunswick para evitar que entre en Nápoles, mas como este permanece en Milán, Borbón se alía con la Liga y toma Novara, Abbiategrasso, Vigevano y Mortara, invernando en Alessandria. Como no puede hacerle frente, Leyva establece un monopolio sobre el pan en Milán, de forma que los propios soldados le proveen de los mismos fondos que reciben luego como soldada.

1529

En 1529 un nuevo contingente marchó hacia Viena para intervenir en la primera guerra Habsburgo-Otomana, poniéndose a las órdenes del archiduque Fernando, hermano del emperador. Allí quedaron 5 compañías, reducidas posteriormente a 4.

A comienzos de marzo el príncipe de Orange emprende la marcha hacia Monopoli, fortaleza veneciana en la costa de Calabria. Lleva con él 6.000 españoles, 6.000 alemanes, 5.000 italianos, 500 lanzas, 500 jinetes. Le empresa fracasa por la mucha artillería que guarnece la plaza, levantándose el cerco el 18 de mayo.

Unos meses antes, los republicanos florentinos se habían rebelado contra los Médici, aliados del papa, que son desterrados. El papa solicita ayuda al emperador, quien ordena a Orange que acuda a Florencia con su ejército. Este envía a Pompeo Colonna a Nápoles como regente, y a Hernando de Alarcón como capitán general con 3.500 españoles y 2.000 italianos (Marramaldo) y 5 compañías de jinetes para que tome el resto de fortalezas ocupadas por los venecianos. Con el resto del ejército sale de Monopoli hacia Florencia: 4.000 alemanes, 4.000 italianos y 600 lanzas. Al pasar por Perusa rinde la guarnición de Malatesta Vallon, que compra su libertad y se refugia en Florencia, donde le eligen condottiero.

En Perusa se unen a Orange el marqués del Vasto con 2.500 españoles y Hernando de Gonzaga con 600 jinetes y 8.000 italianos enviados por el papa. Orange envía a Urbina a rendir Spello, rebelada contra el papa. Allí es herido de un arcabuzazo y muere. Tras rendir otras plazas, Orange llega ante Florencia a primeros de septiembre y le pone cerco.

En Lombardía, el duque de Milán, Urbino, Saint Pol y 30.000 soldados cercan Pavía, defendida por Pedro Virago con 800 italianos y 200 alemanes. Leyva intenta socorrerle pero desiste. El 21 de junio deciden tomar Génova, lo que conoce Leyva por sus espías. Sabiendo que el emperador necesita este puerto para dirigirse a ser coronado en Bolonia, decide atacarles. Acampa en sus proximidades y envía al capitán Valdelomar a espiarlos. Por él sabe que Saint Pol estaba atascado intentando recuperar del río Lambarete unos cañones y lo envía con varias compañías de jinetes a capturarlo y arrebatarle la artillería, lo que consiguen. Posteriormente, paga su rescate y regresa a Francia. A primeros de julio Leyva ataca a los venecianos en Casal de Adda. Allí recibe 2.500 soldados recién llegados de España a las órdenes de Félix Cervellón[4].

Entretanto, Francisco había sido liberado dejando como rehenes a sus hijos, el delfín y el duque de Orleáns. La reina Luisa de Francia va a Flandes y ruega a Margarita de Habsburgo que los libere, a lo que accede el emperador tras recibir dos millones en oro. El día 15 de agosto desembarca en Génova con su corte y 13.000 españoles como escolta. Leyva le sale a recibir en Plasencia el 6 de septiembre. El 13 Leyva regresa a Lardizago, donde ejecuta al capitán Zamudio por traición.

De allí parte a cercar Pavía, no sin antes sufrir un accidente que cuesta 200 muertos al explosionar unos depósitos de pólvora por haber entrado en ellos unos arcabuceros con sus mechas encendidas. Una vez tomada esta plaza, expulsados los venecianos y pacificada toda Lombardía, Leyva entrega el ejército a Pedro Vélez de Guevara para que lo lleve a Florencia.

Mientras, el emperador sale de Plasencia y llega a Bolonia el 5 de noviembre, tas pasar por Parma, Reco y Módena. Allí le espera el papa Clemente VII y toda la nobleza local.

El día de Navidad los florentinos envían cuatro banderas a Lastra, para bloquear el avituallamiento del virrey. Este toma el castillo a sangre y fuego al rechazar la rendición.

1530

El 15 de enero llega Pedro Vélez de Guevara con su ejército a Florencia: 3.500 españoles, 2.000 alemanes, 200 lanzas y 100 caballos ligeros.

El 24 de febrero Carlos es coronado emperador en Bolonia, asistiendo a la ceremonia el virrey y el marqués del Vasto. Para prevenir incidentes, Leyva ordena formar escuadrones a todo su ejército. El duque de Milán solicita el perdón al emperador, que este le concede a cambio de 900.000 florines de oro a pagar en diez años.

Después, Carlos nombra varios altos cargos, entre ellos al nuevo gobernador de Milán, Caracciolo y su castellano Juan Mercado, con 300 españoles de Leyva. Envía a Siena a Lope de Soria con una compañía; a Como, Lorenzo Manuel con 600 españoles; a Módena, Pedro Zapata de Cárdenas con una compañía; a Génova, el comendador Figueroa. En lugar de arrasar Florencia, ordena al virrey que contemporice hasta que los Médici y los Strozzi solventen sus diferencias, para no desagraviar al papa.

El 22 de marzo, el emperador deja Bolonia y se dirige a Mantua, donde es agasajado por el marqués, a quien concede el título de duque por sus servicios. De aquí parte hacia Alemania y Flandes, no sin antes ordenar al virrey que envíe una fuerza a Hungría para socorrer a Fernando contra los turcos y los venecianos de Luis Griti. Aquel nombra a ocho capitanes, pero la tropa se niega a cambiar las perspectivas del rico botín en Florencia por una aventura incierta en tierra tan lejana. Para evitar el motín, el virrey decide expulsarlos del campo, instalándose en la campiña toscana. Allí les visita periódicamente el maestre Guevara para llevarles víveres y pagas.

A primeros de mayo, el virrey envía a la coronelía de Marramaldo y al capitán Diego Sarmiento con la gente española que había llegado de Lombardía contra Empoli, donde algunos enemigos hostigaban al ejército. Como se niegan a rendirse, la plaza es tomada al asalto, falleciendo el capitán Francisco de Ávila. Allí queda Sarmiento como gobernador con un pequeño destacamento. El resto parte con Vasto a rendir Volterra, donde muere Sarmiento durante una visita. El asedio no tiene éxito y Vasto regresa a Nápoles, tras ordenar al capitán Rodrigo Machicao que vaya a Florencia. El maestre de campo Vargas se opone por quedar la fuerza muy mermada, pero enterado el virrey ordena levantar el cerco y reunir a toda la fuerza en Florencia. La gente de armas y la coronelía de Marramaldo quedan en Pistoria para asegurar el abastecimiento.

Estando de guardia en una abadía cercana a Florencia, los alemanes sufren un asalto por parte de los florentinos, que fueron masacrados con ayuda española. El 1 de agosto, el virrey Orange llama a todos sus coroneles y capitanes y les avisa de que un florentino llamado Francesco Ferrucci viene con 3.000 hombres a socorrer la ciudad. El virrey sale a su encuentro en Gavinana pero muere de dos disparos. En esto llegan Marramaldo con su tropa y Guevara con 200 españoles de los despedidos por no querer ir a Hungría. Rescatan el cadáver, apresan a Ferrucci y lo decapitan.

Enterado el emperador, nombra al duque de Mantua como nuevo general en jefe, este propone a su hermano Hernando Gonzaga como teniente y este, a su vez, al duque de Malfa (¿Melfi?) como gobernador del campo en tanto Vasto estuviese en Nápoles. Pocos días después se rinde Florencia con la promesa del papa de respetar su república, pero traman una masacre contra los españoles, ya que los consideran invasores.

Un día los 14.000 italianos se lanzan contra los 3.000 españoles que guarnecen la ciudad (había otros 3.000 entre las guarniciones y los despedidos), permaneciendo neutrales los alemanes. Pero cuando ven a los españoles acorralados y superados en número, se ponen de su parte, coincidiendo con el regreso de los españoles desmandados. Algunos florentinos aprovechan para sacar artillería y dispararle a los españoles, lo que indigna al resto de ciudadanos pues supone violar el tratado. Tres días después se firma la paz entre ambos bandos, los italianos reciben dos pagas y son despedidos. Gonzaga establece una corte marcial y decapita a los florentinos que se habían unido a la revuelta, tras lo cual quedó Florencia destruida y empobrecida.

El 30 de septiembre se despide también a los alemanes tras darles otras dos pagas. Los hombres de armas regresan a Nápoles y la infantería se aloja en Lusignano. La población se niega a darles sustento y prepara una emboscada, por lo que Gonzaga envía al maestre Juan de Vargas con tres banderas españolas. El muro resulta inexpugnable a la batería, pero un soldado llamado Somoza consigue colarse por una ventana tan estrecha que estaba desguarnecida. Tras él entran otros soldados del capitán Bocanegra, que mataron 200 ciudadanos y rinden la ciudad. El 15 de octubre el ejército abandona Luignano excepto tres banderas que quedan en guarnición.

1531

El 2 de enero se produce un motín en Siena entre los partidarios y enemigos del emperador. Gonzaga intenta mediar, pero los sieneses llaman en su auxilio a 3.000 corsos. Juan de Vargas es enviado a la costa de la Romaña con una parte de la infantería española y los caballos ligeros para evitar que desembarquen.

El 23 de febrero el emperador ordena a Mercado restituir la roca al duque de Milán, y un mes después ordena a Lorenzo Manuel restituir Como, quedando Leyva en Monza por voluntad del duque. Pero este pretende acabar con el castellano de Mus y ataca Como con Alejandro Gonzaga y 1.000 hombres, en tanto contrata otros 10.000 grisones y 5.000 suizos que llegaron ocho días después. El de Mus advierte a los 600 españoles de la celada y les promete ayuda. Estos se hacen fuertes en Morbegno, plaza de los grisones. Aunque matan a muchos de ellos, la inferioridad numérica era aplastante, por lo que los españoles abandonan la plaza y se embarcan en el lago hacia Mus. El castellano se niega a acogerlos, por lo que marchan a Rímini, en la Romaña, donde se encontraba el emperador. El duque de Milán se apodera de muchos territorios, por lo que el de Mus pide ayuda a Leyva, quien envía a Césaro de Nápoles. Este toma Lecco y Corsin de Sant Ángel. Los grisones les cercan hasta febrero de 1532, cuando el castellano pacta con el duque la entrega de sus tierras y se retira a Saboya como marqués de Marignan.

El 7 de abril llega a Siena procedente de Nápoles el marqués del Vasto como general y teniente del emperador en Italia, pasando Gonzaga a Mantua. Vasto decapita al capitán Fernando Montaner[5], paga al ejército y luego ordena la vuelta a Lombardía, el 17 de abril. El maestre Guevara queda en Siena con 500 españoles para asegurar la toma de posesión como gobernador del duque de Malfa, que residía en Nápoles. Juan de Vargas se adelanta al puente de Valiano para impedir el paso de soldados y bestias. Al día siguiente, domingo, Vasto ordena formar dos escuadrones en Perugia para distraer a la gente. De allí parten hacia Asís.

El lunes 1 de mayo el marqués toma muestra general a la infantería y jinetes, despidiendo a 10 capitanes con 1.000 hombres. Estos se resisten a abandonar el campo y recurren ante Machicao, a quien Vasto había nombrado maestre de campo mientras Vargas continuaba ausente[6]. Aquel consigue reenganchar a muchos en las compañías supervivientes, pero el resto tiene que partir hacia España. El ejército marcha entonces hacia Rímini.

El 24 de mayo Vasto pasa muestra a los soldados que habían salido de Milán y Como tras servir al castellano de Mus. A los capitanes les dice que la tropa debe darse por pagada y que solo permanecerán en activo 6.000 infantes por orden del emperador. Encomienda a los capitanes seleccionar a los mejores de cada compañía y despedir al resto, lo que provoca muchas protestas. El 2 de junio embarca hacia Nápoles a 400 de los excedentes al mando de un capitán. Al día siguiente se recibe una carta del cardenal Colonna en la que le avisa de una amenaza turca y le solicita 1.000 hombres, pero Vasto no los envía por parecerle suficiente con los salidos el día anterior.

El 4 de junio Guevara parte desde Siena hacia Alemania reclamado por el emperador, dejando sus compañías al alférez Martín Alonso de los Ríos a la espera de que llegase Malfa a finales de mes. El 13 de junio se pasa muestra general, se paga a los hombres y se emprende la marcha hacia Bolonia, Módena, Ferrara y Mantua, al mando de Rodrigo Machicao. El 8 de octubre se les une la compañía de Pedro Zapata de Cárdenas que guarnecía Módena, entregada al duque de Ferrara. El 20 de diciembre el ejército se reparte entre Milán y Ferrara para pasar el invierno.

Primera guerra Otomana

1532

A primeros de julio el marqués del Vasto recibe órdenes del emperador para pasar con el ejército de Lombardía a Hungría. Leyva debe marchar también desde Plasencia a la corte, sita en Ratisbona. El 10 de julio Vasto sale de Casalmaggiore y se reúne en Mantua con Leyva. Tras este consejo, el 24 de julio cruzan el Po las 8 banderas con la divisa imperial. Otras 8 van en vanguardia sin divisa. El 4 de agosto se les unen en Peschiera, a orillas del lago de Garda, las 7 banderas de retaguardia al mando de Machicao. El 6 se cruza la frontera entre Italia y el Imperio, llegando el 8 a Trento.

Los grisones les reclaman la devolución de algunas villas imperiales, por lo que Vasto escribe al emperador que amenaza a los grisones con masacrarlos a su regreso de Hungría, tras lo que aquellos se apaciguan. El 11 Vasto ordena hacer recuento de las mujeres que acompañan al ejército, que pasan de 2.500. Se les entregan unas pólizas a algunas y se despide al resto. Unos días después Machicao ahorca a una de ellas, que estaba preñada, al no presentar la póliza. Esto desagrada mucho a los hombres. El 17 de agosto llegan a Hall, a cinco millas de Innsbruck, donde está la reina de Hungría recién parida. Desde allí se embarcan y descienden el Inn. En Braunau (Baviera), marcha Vasto al encuentro del emperador, regresando unos días después. La expedición continúa navegando hasta Passau, donde toma el Danubio.

El 8 de septiembre Vasto pasa muestra a la fuerza junto a un legado imperial, pagándose a 6.200 infantes de los que 3.500 eran arcabuceros. Después se decapita al capitán Jerónimo de Leyva por haber escrito al emperador que solo había 3.000 soldados y que el remanente de las pagas se lo llevaban otros capitanes. Su compañía es repartida entre el reto. El 13 de septiembre llega a Krems, que arde esa misma noche, al parecer, prendida por el vaivoda Juan de Zápolya, aspirante al trono húngaro frente a Fernando de Habsburgo tras la muerte de Luis II en Mohacs. Vasto y el cardenal se adelantan a Viena, donde se reúne el consejo.

Acampados en Krems, ven unas hogueras que señalan la presencia de los turcos en la región, una vez desistidos de tomar Gunz. Vasto ordena a Machicao que salga de la plaza con 20 banderas españolas y una coronelía de italianos recién llegada de Lombardía. Tras un reconocimiento, se percatan de que los turcos han hecho 5.000 prisioneros y saqueado todas las aldeas. Machicao regresa al campamento y Vasto a Viena.

De allí parte otro contingente alemán al mando de los condes de Lodron y Tirol, reforzado con 300 arcabuceros españoles de Luis de la Cueva. El 16 de septiembre topan con los turcos en Neustadt, muriendo 35 españoles incluyendo el capitán y su alférez, a cambio de 400 otomanos. El resto huye pero al día siguiente tropiezan con Gozian, general de los caballos ligeros cristianos, que les hace otras 5.000 bajas y libera a sus cautivos.

Conocedor Solimán de que Carlos y Fernando habían reunido un ejército de 150.000 infantes, 70.000 caballos y mucha artillería (al mando del conde Palatino), decide retirarse a Croacia. Los españoles cierran sobre Viena por tierra mientras los italianos descienden el Danubio, siendo recibidos por el emperador el 24 de septiembre. La plana mayor española incluye los siguientes nobles:

  • Duque de Alba y duque de Béjar
  • Condes de Cifuentes, Castañeda, Santisteban, Altamira y Palma
  • Comendador mayor de Castilla, León, Alcántara y Calatrava

El emperador pasa revista a las tropas españolas e italianas, y luego se mezcla con ellas. Algunos días después llega Hernando de Gonzaga con 1.200 jinetes, siendo sus capitanes Benito Rosales, Juan Ibáñez, Arce y el marqués de Vigevano. Como el emperador quiere regresar a Italia y entrevistarse con el papa, decide dejar en Austria a sus regimientos italianos para evitar posibles traiciones:

  • Fabrizio Marramaldo (general)
  • Conde Felipe Torniel
  • Marco Colonna (¿Pietro María de Rossi?)
  • Conde de San Segundo
  • Juan Baptista Guastaldo.

La tropa se amotina porque no quiere quedarse allí si los españoles se marchan, pero finalmente marchan a Italia por su cuenta, saqueando cuanto encuentran a su paso. El tres de octubre los españoles reciben su paga y vituallas para tres días y emprenden la marcha hacia Baden.

Entretanto, Andrea Doria, príncipe de Melfi, había reunido una flota en Génova para, desde allí, partir hacia Sicilia. En Mesina, el virrey de la isla ordena embarcar a todas las banderas que estaban repartidas por la isla (1.500):

  • Jerónimo Mendoza
  • Pedro de Acuña
  • Álvaro de Grado
  • Charles de Esparza
  • Zambrano Saavedra
  • Hernando de Vargas Silva
  • Fernando Francisco de Alarcón
  • Figueroa
  • Luis Pizaño

Además, el 20 de julio se embarcan desde Nápoles otras 13 capitanías italianas recién levantadas (7.000) al mando del coronel conde de Sarno. Se unen a las anteriores en Mesina, desde donde parten el 18 de agosto hacia el Peloponeso, con un total de 39 galeras y 40 naves, incluyendo el galeón de Doria. El 5 de septiembre llegan a Cefalonia, donde el mal tiempo obliga a las galeras a refugiarse cerca de la costa y a las naves a partir hacia alta mar.

El 17 de septiembre arriban a Koroni. Se sortea a quién corresponde la vanguardia, ganando los españoles. Pizaño planta la artillería, que gobiernan soldados de otras capitanías. Tras matar, al menos, a 500 turcos, se comienza una mina bajo los muros, inexpugnables a la artillería y demasiado altos para ser escalados. En esto reciben aviso de que 200 jinetes turcos vienen en socorro de la ciudad, por lo que organizan una emboscada. Viendo los defensores que no pueden esperar refuerzos, deciden rendirse el 21 de septiembre. Cuatro banderas los escoltan durante tres millas, pero después son asaltados y desvalijados por los griegos. Doria decide dejar a las nueve banderas españolas al mando del maestre de campo Mendoza como guarnición y reembarca a las italianas el 3 de octubre. A la artillería de la plaza la refuerza con gran parte de la que llevan las naves, quedando a su cargo Pizaño. Al día siguiente, cuando recalan en el puerto de Sapienzia, se encuentran con otras naves que vienen de Italia con 900 españoles de refuerzo.

El 15 de octubre toman y saquean Patrás, esclavizando a sus habitantes pese a haberse rendido. También es saqueada Lepanto, porque la tropa exige el botín a falta de pagas. Allí se apropian de 10 cañones tan grandes que pueden albergar a un hombre sentado. El 13 de noviembre llegan a Cefalonia, donde se produce un nuevo motín, por parte de algunos soldados italianos que quieren apoderarse de una nave para hacer corso. Finalmente, el 16 de diciembre regresan a Mesina, desde donde parten las galeras para devolver la tropa italiana a Nápoles.

Entretanto, el ejército imperial regresa a Mantua, el 7 de noviembre llevando a Cerezeda enfermo en una litera. El 13 de diciembre llega el emperador a Bolonia, donde le espera el papa.

1533

El 28 de febrero sale el emperador hacia Módena, Reggio, Parma, Busseto, Cremona, Lodi, Pavía y Milán. Tras cuatro días de descanso, parte a cazar a Vigevano y luego a Génova, donde llega el 2 de abril, siendo recibido por Andrea Doria.

Allí manda que se embarquen 15 capitanía de infantería española con el marqués del Vasto y el duque de Alba. Los alemanes y los jinetes son desmovilizados. La caballería española y la artillería parten por tierra, gracias a un tratado suscrito con la reina de Francia, hermana del emperador, con la que se entrevista en Savona. Tras hacerse a la mar, una tormenta les desvía hasta Palamós, donde desembarcan Carlos, Vasto y Alba. Allí deciden seguir viaje por tierra hasta Barcelona, donde les espera la emperatriz Isabel. En la ciudad condal Carlos desmoviliza las 15 compañías, que se amotinan. Muchos de ellos deciden regresar a Italia, incluido Vasto, que parte a su hogar en Ischia.

Quedan en Italia 13 banderas con el maese de campo Machicao. El 26 de abril parten hacia Nápoles y el 21 de mayo cruzan el Tronto, frontera entre la marca de Ancona y el reino. El 29 de mayo, tras cruzar el río Triguo, se apartan cinco capitanes con sus banderas para desplegar en otras tantas fortalezas de Manfredonia. Las ocho banderas restantes llegan a Gaeta el 10 de julio. Allí se les unen Vasto, Hernando Alarcón, Antonio de Aragón y Marco Antonio Carreto, hijo de Doria. Todos juntos visitan a las hijas de Leyva, que había obtenido la tenencia del castillo de Gaeta y el principado de Asculi. Una de ellas casaría con Carreto.

Mientras tanto, Koroni es asediada por los turcos desde el 23 de abril. Mendoza escribe a los virreyes de Nápoles (Pedro de Toledo) y Sicilia (Álvaro Pignatelli) demandándoles ayuda. Estos ordenan a Doria que socorra la plaza con dinero y municiones. Su hijo Cristofin arriba el 1 de junio en mitad del bloqueo turco, que consigue burlar para entrar y salir del puerto. Regresado a Génova, Andrea le envía a Barcelona para dar cuenta al emperador, quien ordena que la plaza sea socorrida. El 12 de julio Vasto ordena que se embarquen hacia Koroni los siguientes capitanes:

  • Rodrigo Machicao
  • Francisco Sarmiento de Mendoza
  • Diego de Tovar
  • Alonso de Hermosilla Marmolejo
  • Gregorio de Lezcano
  • Luis Méndez de Sotomayor
  • François de la Pelluce.

La compañía de Rodrigo de Arce queda de guarnición en Gaeta. El resto hace escala en Ischia, tenencia del propio Vasto. De allí, pasan por Stromboli, Vulcano y el estrecho de Mesina. Desde allí navegan hasta Taormina y Mascali, donde desembarcan hasta que se les requiere de nuevo en Mesina para reunirse con la flota de Andrea Doria el 28 de julio. Allí se les une el capitán Alonso Carrillo, a quien Vasto había levantado una compañía con gente suelta en Nápoles, partiendo todos el 3 de agosto.

Cuando llegan a Koroni el 8 de agosto plantan batalla a la flota turca, hundiéndole varias naves gracias a la pericia de Doria. Se llega a capturar a un capitán general de los jenízaros, al que Doria pone en libertad bajo promesa de intercambio con los prisioneros cristianos, pero aquel incumple su palabra. Tras la batalla, los turcos se retiran a Androusa y los imperiales desembarcan en Koroni. Viendo Doria las penalidades que había sufrido su guarnición, decide relevarla con las compañías de Machicao. Estas acceden a quedarse durante cinco meses, plazo en el que Doria se compromete a evacuarlas.

El 19 de agosto, Mendoza y sus compañías son reembarcados de regreso a Sicilia, permaneciendo solo Pizaño con sus artilleros y quince nuevas piezas. También se queda Cerezeda, que sirve ahora con Sarmiento. Doria embarca también a 2.800 lugareños para que no menguen las provisiones de la guarnición. El capitán de la flota turca es llamado a Constantinopla y decapitado. En su lugar, es nombrado Barbarroja, que llega de Argel a mediados de octubre. En este tiempo se intercambian los prisioneros hechos en la batalla, y se hacen algunas escaramuzas cuando salen a por reses o verduras.

A mediados de diciembre hay una epidemia de peste en la ciudad, siendo socorrida por la guarnición. El 20 Machicao envía a Pizaño, Tovar y 600 soldados de todas las compañías a Navarino a capturar mucho ganado que allí están acumulando los turcos para el ejército sitiador, pero el mal tiempo les hace desistir.

1534

Los sitiados tienen noticias por un corsario sardo de que en Constantinopla se ha propagado la peste, matando a 40.000 personas. El 1 de febrero, Machicao decide atacar Androusa con seis compañías (Tovar, Sarmiento, Pizaño, Pelluce, Carrillo y Hermosilla), además de otros griegos y albaneses a caballo, en total 2.500 españoles y 40 jinetes. Quedan en Koroni Lezcano y Sotomayor. Defienden Androusa 1.300 turcos y 300 jinetes.

A una milla de Androusa, Machicao ordena al sargento mayor constituir dos escuadrones. Uno de ellos en vanguardia, al mando de Hermosilla, con 300 arcabuceros y coseletes, armados estos de partesanas y alabardas. Cuando son descubiertos sufren un gran fuego desde las casas, en las que los turcos no sufren daño mientras los cristianos se ven obstaculizados por el humo y quedan expuestos al contraluz de los fuegos que habían provocado.

En la puerta de la villa muere el maestre Machicao, cuyo cadáver es protegido por Diego Tovar, a quien también matan y decapitan. Mueren, además, 19 soldados de Machicao, 11 de Tovar, 9 de Sarmiento, 7 de Pelluce, 8 de Sotomayor, 20 de Lezcano, 6 de Carrillo, 10 de Pizaño, 8 de Hermosilla y 4 de los griegos. El número de heridos es aún mayor, incluyendo algunos capitanes. Los supervivientes regresan a Koroni perseguidos por los turcos, que sufren 330 bajas, incluyendo algunos principales (esto se supo por un espía).

Al día siguiente llegan a Koroni tres barcos con provisiones y municiones al mando de un español llamado Santa Cruz. Este entrega a Lezcano algunas cartas y dinero para pagar a los soldados. Al ver estas naves, los turcos creen que traen nuevos refuerzos, por lo que abandonan la destruida Androusa. El 14 de febrero Lezcano envía al capitán albanés Lázaro con 60 arcabuceros y 10 jinetes para enterrar los cadáveres. En 8 torres los turcos han clavado 3 estacas donde exponen las cabezas empaladas, desolladas y desnarigadas, por lo que solo pueden reconocer la de Tovar gracias a sus barbas.

El 16 realizan una nueva salida a Navarino para capturar esclavos y ganado. A la hora de su reparto surgen las disputas, pues los oficiales se quedan con la mayor parte, aun los que no haan participado en la encamisada.

En marzo llega una flotilla de cinco naves con provisiones y misivas de Italia, por las cuales saben que el emperador y el rey de Francia están otra vez en guerra. Esto les disgusta mucho, pues impide que ambos se pongan de acuerdo para declararla al turco y liberar a los griegos, que tanto sufrían. Especialmente, por estar el gran turco guerreando contra el rey de Persia en Alepo, y estar Grecia parcialmente desguarnecida. Aprovechando la estancia de esas naves, se evacua a la mayor parte de los griegos hacia otros puertos.

El 1 de abril se embarcan todos los soldados. Cuando son evacuados, la epidemia de peste declarada en octubre anterior se había cobrado ya la vida a 40 soldados y 500 civiles. Una tempestad los desvía de su ruta y tienen que aportar en Malta el 16 de abril, donde el gran maestre de la antigua orden de Rodas les impide tomar tierra debido a la peste, si bien les proporciona provisiones. Llegados a Mesina, el virrey también les veta el desembarco, ordenándoles hacer cuarentena en Favignana, al otro lado de la isla. La tropa se amotina, por lo que el 2 de mayo el virrey decide repartirla de la siguiente forma:

  • Gregorio Lezcano: Taormina
  • Francisco Sarmiento de Mendoza: Augusta
  • Luis Pizaño: Siracusa
  • Alonso Carrillo de Peralta: Siracusa
  • Alonso Hermosilla Marmolejo: Catania
  • François de la Pelluce: Cefalú
  • Luis Méndez de Sotomayor: Cefalú
  • Ex de Diego de Tovar (alf. Saavedra): Milazzo
  • Ex de Rodrigo Machicao (alf. Luis Quijada): Palermo

En Siracusa les impiden desembarcar, y la población se amotina contra la compañía de Hernando de Vargas (antes con el maestre Mendoza), que tiene que huir a Augusta el 4 de mayo. Allí cuenta lo sucedido a Sarmiento y a Charles de Esparza (también de Mendoza). Entre todos hacen frente a los lugareños y así permiten que desembarquen sus compañeros.

El 11 de mayo Sarmiento viaja a Mesina en la nave de Martín de Munguía, para confirmar el rumor de que Barbarroja prentendía tomar Augusta con una pujante armada. En alta mar tropiezan con la unos corsarios berberiscos, por lo que abandonan la nave al no tener viento y regresan a la costa en los esquifes. Los turcos les persiguen y desembarcan tras de ellos, pero son socorridos por una partida de forajidos. Cerezeda culpa de este hecho a los capitanes de las galeras cristianas, que permanecían ociosos en Mesina sin hacerse a la mar para capturar corsarios.

Poco después llega el comisario Mateo Corzo y les dice que les darán tres pagas una vez que pasen a la guarnición que se les asigne, pero que hasta entonces tendrán lo comido por lo servido. La tropa se amotina, pues les deben ocho pagas, recibiendo una adicional.

El 13 de julio llega la compañía de Sarmiento a Milazzo, donde releva a la de Álvaro de Grado, que es nombrado nuevo maestre de campo. Allí reciben noticias de que se ha avistado una flota de 82 velas latinas mandada por Barbarroja. Esta captura algunas galeras que transportaban las compañías que habían sido de Machicao (Quijada) y Tovar (Saavedra) así como la de Méndez pero, afortunadamente, su personal consigue desembarcar antes. Después parte a saquear la costa napolitana, llegando cerca de Gaeta. El 18 de agosto, marcha a Túnez que arrebata al rey Muley Hacen. Desde allí reparte su flota entre Argel, Bona y Bizerta.

El 28 se amotinan los soldados de Mesina contra sus capitanes Lezcano y Hermosilla por haberles escamoteado una paga. Los vecinos les entregan una nave con provisiones y se pasan a Calabria, junto a los capitanes Rojas y Carrillo. Enterado el virrey de Sicilia, entra en furia por tener necesidad de tropas para guarnecer la isla frente a Barbarroja. Así pues, decide redistribuir a las compañías que quedan, tocándole a la de Sarmiento la plaza de Marsala, frente a las costas de Túnez. Allí llega un fraile de Tudela que había rescatado a diez cautivos, a quien envían a ver al virrey para informarle de cuanto había visto en la plaza durante su toma por Barbarroja.

1535

El 1 de enero llega a Sicilia el genovés Luis de Prevenda, con una carta del emperador dirigida al rey de Túnez por la cual le advierte de que piensa recuperarle su reino y expulsar a Barbarroja y sus corsarios, que tanto daño causaban en las costas napolitanas. Pero cuando arriba a África es capturado y llevado ante Barbarroja, que empala a su escolta y le encierra en prisión. Una segunda embajada tiene mejor éxito, por lo que el emperador ordena a los virreyes de Nápoles y Sicilia que preparen sus fuerzas para la jornada de Túnez.

Así se alistan todas las galeras disponibles, se reclutan 8.000 italianos y 7.000 alemanes. Las restantes compañías sicilianas se reúnen en Marsala con la de Sarmiento. El ejército de España se reúne en Barcelona, donde los nobles inquieren al secretario del emperador quién habría de ser su capitán general. Enterado el emperador, ordena formar todos los escuadrones y ante ellos despliega un estandarte con un crucifijo, afirmando: este es en adelante vuestro capitán general y yo su alférez. Dicho lo cual, el 31 de mayo se embarca en una galera de Andrea Doria y parte con toda la flota al mando de Álvaro de Bazán, mientras que el del ejército lo confía al marqués de Mondéjar. Participan en la empresa:

  • Luis, infante de Portugal y cuñado de Carlos
  • Duques de Alba y Benavente
  • Marqueses de Astorga, Aguilar, Elche, Mondéjar, Cuéllar, Molina, Cañete, Cogolludo
  • Condes de Aguilar, Nieva, Fuentes, Luna, Ribagorza, Oñate, Orgaz, Coruña, Oropesa, Chinchón
  • Comendadores de Léon y Acántara
  • Muchos otros nobles españoles, italianos y flamencos, y familiares de los anteriores.

Las 12 compañías de Sicilia embarcan en Trápani en la flota que trae Vasto desde Nápoles y se dirigen a Cerdeña, donde se unen a la de España el 11 de junio, sumando entre ambas 412 navíos. En Cagliari el emperador nombra capitán general al marqués del Vasto y almirante general a Andrea Doria. El 14 parte toda la flota rumbo a Bizerta, donde llegan al día siguiente. Después rodean el cabo Cartago y enfrentan Túnez, donde realizan una gran descarga de artillería.

El 16 desembarca el ejército, formado (en este orden) por 4.000 españoles veteranos de Italia, 8.000 italianos, 7.000 alemanes y 10.000 españoles bisoños. Forman, además, 300 caballeros de Malta, 600 lanzas, 1.500 jinetes y 20.000 aventureros sin sueldo. A la vista de la Goleta, el propio emperador encabeza la carga de la caballería contra las posiciones moras, defendidas con artillería, la cual disparaba munición marcada con flores de lis. Tras ellos, Vasto ordena una segunda carga que los consigue poner en fuga tras los muros de Túnez. A uno de los prisioneros moros, Carlos le explica que no habían ido a guerrear contra ellos, sino contra los turcos, tras lo cual lo deja en libertad.

A los pies de la Goleta se cavan posiciones defensivas y se levantan bastiones. El 25 de junio los moros hacen una salida por sorpresa, matando al capitán Sotomayor y a muchos oficiales y soldados veteranos de Álvaro de Grado y Rodrigo Ripalda. Uno de ellos es el alférez de Sarmiento, perdiéndose su bandera.

El 29 de junio llega Muley Hacen con sus príncipes, a los que el emperador agasaja y permite revistar el ejército. Como guardia personal le concede a Alvar Gómez, capitán de jinetes. Tras numerosas escaramuzas, el 14 de julio se da batería a la Goleta desde tierra y mar. Una vez abierta la brecha, entran por ella las banderas de Hernando de Vargas y de Alonso Carrillo. Se hacen 1.000 bajas a los turcos y moros, por solo 100 imperiales. Se les toman 500 piezas de artillería y 67 navíos.

Barbarroja ordena quemar vivos a sus prisioneros cristianos, pero esto provoca su sublevación y la de los moros leales a Muley Hacen. Juntos toman la alcazaba y le obligan a huir a Bona. Carlos ordena el asalto final contra la ciudad el 21 de julio y, contra la voluntad de Muley Hacen, la entrega a sus soldados para el saqueo. En la alcazaba encuentra Sarmiento su bandera capturada. Antonio Doria es enviado a Bona con parte de la flota para evitar que Barbarroja escape, pero no sabe cumplir lo ordenado. Por el contrario, Bona queda desguarnecida y es tomada con facilidad. El emperador impone al rey de Túnez un tributo de 12.000 doblas y le exige la fortaleza de la Goleta, donde quedan las banderas de los capitanes Varáez, Luis de Haro[7], Luis Pérez de Vargas y Martín Alonso de los Ríos, a quien nombra maestre de campo. Como gobernador nombra a Bernardino de Mendoza, hijo y hermano de sendos marqueses de Mondéjar. En Bona quedan el alcaide Alvar Gómez y otros tres capitanes. Cerezeda no los cita, pero son: Francisco de la Chica (ajusticiado tras un motín y sustituido por Pedro Godínez), Francisco Dávalos y Juan de Avellán (sustituido por Pedro Hernández de Carvajal tras haber escamoteado dinero a su tropa).[8].

El 13 de agosto los 4.000 veteranos de Italia son los últimos en embarcarse. El emperador llega a Trápani el 22 de agosto y los veteranos el 1 de septiembre, por haber parado en Mahdía para hacer aguada. Los italianos reciben una paga y media, y son despedidos, regresando en la flota de Vasto. 5.000 alemanes del conde Maximiliano son enviados a Lombardía, para integrarse en el ejército de Leyva, quedando otros 2.000 en Sicilia. De los primeros se pierden 1.500 en un naufragio.

El 13 de septiembre se ordena embarcar a las 18 compañías de Sicilia rumbo a Favignana, dándoseles una paga. En teoría deben atacar Mahdía, pero el mal tiempo lo impide. Carlos nombra nuevo virrey a Hernando Gonzaga, por haber fallecido el anterior en vísperas de la expedición a Túnez. Las banderas napolitanas regresan al reino y el resto de las alemanas parte también a Lombardía. Cuatro banderas sicilianas (Grado, Pelluce, Quijada, Sarmiento) y dos genovesas son desembarcadas por Andrea Doria finalmente en Bizerta el 29 de octubre al mando del coronel Agustín Spinola. Tras tomar la plaza, que entregan al hijo de Muley Hacen, regresan a Sicilia. La bandera del maestre Grado va a Térmenes y las otras tres quedan de guarnición en Trapani, Marsala y Mazara.

Guerra de Sucesión de Milán

1536

El 21 de enero las compañías de Sarmiento, Pelluce, Quijada, Cristóbal de Morales y Saavedra se reúnen en Trápani, donde se les pasa muestra y se embarcan en una nave genovesa rumbo a Gaeta, pero una tempestad les dispersa, llegando Sarmiento a Cerdeña. También se pierden otras naves en las que viajaba el maestre Grado, Carrillo, Lezcano y Hermosilla desde Mesina, y las de Esparza, Pizaño y Vargas desde Siracusa. El 5 de febrero llega Sarmiento a Porto Ercole y tras soportar otra tempestad, desembarca en Gaeta el 18 de febrero, reuniéndose con el resto de banderas sicilianas.

Allí tienen conocimiento de que Saboya ha sido invadido por un ejército de 10.000 franceses, 6.000 alemanes, 2.000 italianos (Marco Antonio Cusan) y 450 lanzas fornidas (dos caballeros y tres arqueros), al mando del almirante de Francia y su lugarteniente, marqués de Saluzzo. Turín cae el 31 de marzo, huyendo el duque de Saboya a Milán. Antonio Leyva recluta 8.000 italianos (8 coronelías) y 5.000 alemanes de Frundsberg, además de los 7.000 alemanes de Sicilia con el conde Maximiano y 1.000 caballos mandados por Sancho Leyva, sobrino del general. Tiene además a su servicio 5 banderas españolas de Jerónimo Mendoza.

El marqués de Saluzzo y el almirante se enfrentan, y el rey de Francia destituye al primero, que se pasa al bando imperial. El 1 de mayo Leyva avanza hasta Tres, a 4 millas de Turín, donde escaramucea con los franceses, posteriormente toma Fosano. Jerónimo Mendoza recibe dos banderas de refuerzo desde Sicilia y deshace un ejército de 4.000 italianos sin pegar un tiro.

Mientras tanto, el 24 de marzo las doce banderas de Sicilia pasan muestra en Tagliacozzo al mando del maestre Álvaro de Grado y reciben dos pagas. En Marino se reúnen con las 6 banderas de Nápoles y 10 de lanzas y jinetes que venían escoltando al emperador, quien había salido de Nápoles unos días antes. La comitiva entra en Roma con el siguiente orden:

  • Los caballos ligeros
  • El marqués del Vasto con los arcabuceros de Nápoles
  • Los piqueros de las 12 banderas de Sicilia
  • Los piqueros de las 6 banderas de Nápoles
  • El duque de Alba con los capitanes de lanzas españolas:
    • Duque de Sesa
    • Príncipe de Ascoli (Leyva)
    • Marqués de la Ren y de la Valla Siciliana
    • Hernando de Alarcón
    • Garci Manrique
    • Gutierre de Cárdenas
    • Miguel de Velasco
  • Los capitanes de lanzas italianas:
    • Marqués del Vasto
    • Ascañio Colonna
    • Hernando Gonzaga
    • Conde Collesano
  • La corte
  • El señor de Bosu, caballerizo mayor con una espada al hombro y el marqués de Brandenburgo con el cetro imperial
  • El emperador y los cardenales primados de Siena y Trana
  • El senador, el gobernador de Roma y cuatro conservadores
  • La clerecía romana: 19 cardenales, arzobispos y otras dignidades
  • Álvaro de Grado con 1.000 arcabuces de Sicilia

En el Vaticano les recibe el papa, quien impide que el emperador le bese los pies y le abraza. La infantería se aloja en el Trastévere y tres compañías prestan guardia diariamente en San Pedro en lugar de los suizos. Una muestra arroja la cifra de 5.000 infantes, que son pagados. El domingo de Resurrección asisten a una misa oficiada por el pontífice y el lunes de Pascua el emperador denuncia los tratos del rey de Francia con los turcos y los piratas y, como pretende la paz entre ambos pueblos, le reta a un duelo personal armado o desarmado, “donde quiera y como quiera”.

El 18 de abril salen de Roma en dirección a Viterbo, Siena y Florencia, donde Carlos recibe una embajada de Muley Hacen reclamándole 4.000 españoles para asegurar Túnez. Le acompaña el capitán Veráez, uno de los que custodiaba la Goleta. El emperador les despedirá cuando entre en Lombardía al mes siguiente, asegurándoles que si Túnez necesitase ayuda él se la prestaría inmediatamente.

El 4 de mayo parten de Florencia hacia Pistoia, Pescia y Lucca. El 16 se invierte el orden de las banderas, pasando primero las del tercio Nápoles que ahora son 9, al habérseles unido tres reclutadas entre los españoles de Roma[9]. En Parma se les unen doce banderas italianas de Aníbal de Genara, que pasan a la retaguardia. En Plasencia se incorporan otras diez banderas italianas de Marramaldo. Allí visitan al emperador su prima, la duquesa de Saboya, y su sobrina, la duquesa de Milán, ambas de luto por haber perdido a su hijo y su marido, respectivamente. En Alessandria se les unen otras cuatro coronelías italianas, además de Doria y Bazán que traen una gran suma de dinero.

El 28 de mayo, en Asti, el maestre de campo Rodrigo de Ripalda informa al emperador de que acaban de llegar otras once banderas españolas:

  • Garcilaso de la Vega
  • Alonso de Quesada
  • Alonso de Villarroel
  • Sahajosa
  • Juan Pérez Zambrano
  • Juan
  • Machín de Munguía[10]
  • Avellaneda
  • Pedro de Vixea
  • Juan Pérez Bocanegra
  • ¿?

Carlos los envía a Turín junto a cuatro coronelías italianas, para reforzar la fuerza de Leyva, quien viene a Asti a saludar al emperador con dos banderas y mucha caballería. Jorge de Frundsberg y Domiso de Alemania se les unen con 5.000 y 8.000 alemanes, respectivamente. El embajador de Francia es despedido porque su rey había declarado la guerra el día del Corpus. El 29 de junio se pasa muestra general en Fossano a los tres tercios:

  • Lombardía: 7 banderas
    • Jerónimo Mendoza
    • Pedro de Acuña
    • Álvaro de Madrigal
    • Juan de Vargas, conde de Tende
    • Hurtado de Mendoza
    • Figueroa
    • Santillana
  • Sicilia: 12 banderas
    • Álvaro de Grado
    • Francisco Sarmiento de Mendoza
    • Charles de Esparza
    • Luis Quijada
    • François de Pelluce
    • Alférez Saavedra
    • Luis Pizaño
    • Morales
    • Hernando de Vargas
    • Alonso Hermosilla Marmolejo: Catania
    • Alonso Carrillo de Peralta
    • Gregorio Lezcano
  • Nápoles: 6 banderas
    • Rodrigo de Ripalda
    • Ruy Sánchez de Vargas
    • Cisneros
    • Domingo de Arriaran
    • Francisco Ruiz
    • Alférez del conde de la Novelara[11]

Las 3 banderas romanas, agregadas al tercio de Nápoles, tenían por capitanes:

  • Quevedo
  • Luis de Alcocer
  • Maldonado

Los jefes de las coronelías aliadas eran:

  • Marqués de Marignan y Juan Jacobo de Médici: 5 banderas
  • Ludovico Vistarino: 5
  • Claudio de Holanda: 5
  • Maximiano de Benistán

Leyva, recientemente nombrado gobernador de Milán a la muerte del duque, va vestido con una nueva armadura y transportado en una silla, pues padece gota y está imposibilitado hasta para comer.

El 11 de julio llegan a Savigliano, donde son agasajados por los duques de Saboya. Se les unen el coronel Castelalto con 900 lanzas alemanas, el señor de Iztanin con 1.000 lanzas borgoñonas y 24.000 infantes alemanes al mando de Frundsberg y Puldomisa. Carlos nombra al estado mayor del ejército:

  • Capitán general: Antonio de Leyva
  • General de la caballería pesada: duque de Alba (600 lanzas españolas)
  • General de la caballería ligera: Hernando de Gonzaga, virrey de Sicilia (1.450 jinetes)
  • General de la infantería: marqués del Vasto
  • General de la artillería: Pedro de la Cueva (mayordomo mayor)
  • Maestre de campo general: Luis de la Cerda
  • Comisario general de logística: Lorenzo Manuel

Para arrebatar Turín a los franceses, envía al maestre de campo general Gutiérrez López de Padilla con:

  • Juan Jacobo de Médici: 5 banderas italianas (1.000 hombres)
  • Ludovico Vistarino: ídem
  • Conde Claudio de Landa: ídem
  • Señor Descalenge: 8 banderas italianas (1.500)
  • Conde Juan Bautista de Lodron: 8.000 alemanes
  • Pandesco: 7.000 alemanes
  • Castelalto: 900 lanzas alemanas

En la armada de Génova (60 navíos) embarca el príncipe de Salerno con:

  • Ranchis Puldomisa: 15 banderas alemanas (5.000)
  • Agustín Espindola: 15 banderas italianas (3.000)
  • Conde de San Segundo: 8 banderas italianas (1.600)
  • Conde de Cala: 4 banderas italianas (700)
  • Hipólito de Corezo: 3 banderas italianas (600)

El séquito personal del emperador lo componen otros 400 grandes y prelados, entre ellos:

  • Duque de Benavente con el estandarte, los caballeros y archeros de la guardia imperial
  • Duque de Baviera
  • Duque de Brunswick
  • Marqués de Brandemburgo
  • Conde Palatino de Borgoña
  • Marqués de Aguilar, al mando de 700 lanzas alemanas

La infantería italiana está al mando de Antonio de Aragón, hijo del duque de Monte Alto (cada bandera a 200 hombres):

  • Fabrizio Marramaldo: 8 banderas, a la retaguardia de todo el ejército
  • Juan Tomas de Galaza: 8
  • Julián Sezacino: 5
  • Aníbal de Genaro: 4
  • Jerónimo Orsini: 5
  • Juan Bautista Guastaldo: 4
  • Conde Felipe Torniel: 3
  • Juan Pedro Aguena: 2
  • Conde Alexandre Ceibel: 1
  • Francisco Caraffa: 1
  • Torres: 1
  • Bautista Pecinaro: 1
  • Fagabrosa: 1
  • Juan María de Paoda (sargento mayor): 1

El 12 de julio llegan a Niza, donde Doria es enviado a tomar Fréjus, con 12.000 alemanes al mando de Maximiano. El 24 el ejército atraviesa el río Var y entra en Francia, con los cuatro tercios españoles en vanguardia, los alemanes en batalla, los italianos en retaguardia y la caballería pesada en el flanco de la marina. La artillería se había embarcado para que no supusiera una carga, y les acompañaba por mar.

El 4 de agosto la caballería ligera se adelanta hasta Brignoles al mando de Gonzaga, teniendo una escaramuza con la guarnición francesa que no sale bien parada. Sus capitanes eran:

  • Españoles:
    • Sancho de Leyva
    • Juan de Vega
    • Benito Rosales
    • Juan Ibáñez
    • Diego Moreno
    • Teniente de Francisco de Prado
  • Italianos:
    • Conde de Populo
    • Marqués de Ansysa
    • Hernando de Ofredo
    • Marqués de Amici

El 18 de agosto llega el emperador a Marsella, con Vasto al mando de la vanguardia (jinetes de Gonzaga, Tercios de Sicilia y Nápoles), Alba al mando del grueso (8 banderas alemanas, y todas las lanzas) y los italianos a retaguardia. Se monta una escaramuza para trabar contacto y conocer la resistencia de la plaza, tras lo que se repliegan a Aix invirtiendo el orden de marcha. El 24 de agosto salen de Aix los tres tercios de españoles viejos (Sicilia, Nápoles y Lombardía), 8 banderas alemanas y la caballería, todos al mando de Vasto, para tomar Berre. Desde Aviñón les hacen un intenso fuego, pero el emperador da orden de respetar las villas del papa.

El 31 de agosto, el duque de Alba realiza otra aproximación a Marsella con las lanzas, jinetes, los tercios de Sicilia, Lombardía y noveles, más 12 banderas alemanas. En una playa cercana Doria les desembarca provisiones, lo que aprovechan los franceses para atacarles. Sancho Leyva les deshace con la caballería. Alba ordena que no se tomen rehenes y que se libere a los cautivos sin daño, lo mismo que hacen los franceses. Doria reembarca luego a los heridos y enfermos, de regreso a Barcelona o Génova.

El 7 de septiembre fallece el capitán general Antonio Leyva de una gota complicada con un catarro. Es embarcado en Marsella hacia Génova. También muere de enfermedad el coronel Maximiano. El 11 de septiembre, cuando ya llevaba 11 días más de los 20 pactados en su reto al rey de Francia, y viendo que este no tienen intención de presentarse, Carlos ordena el repliegue al Piamonte, que está siendo hostigado por tropas francesas. El orden de marcha queda con los italianos en vanguardia, los alemanes y las lanzas en batalla, y los tercios en retaguardia, cerrando la marcha los arcabuceros. Cada bandera se refuerza con un cañón. Gonzaga y sus jinetes quedan rezagados para proteger la retirada. Sufren varios hostigamientos, tanto por parte del ejército francés como de los lugareños, enviando a muchos de estos a galeras tras saquearles la tierra.

El 20 de septiembre, el tercio de noveles es enviado a arrebatar la torre que guarnecía el puente de Le Muy a una docena de franceses que lo defienden. Como se niegan a rendirse se les planta batería y se hace una tronera a la torre por donde intentaron entrar el maestre Garcilaso y otros oficiales. Cuando están subiendo, los defensores arrojan piedras contra la escala, rompiéndola y provocando la caída de Garcilaso. Fallece pocos días después a consecuencia de la herida en su cabeza. Como se habían rendido a cambio de no ser enviados a galeras, el emperador manda ahorcar a todos los defensores.

El 29 de septiembre Carlos entra en Niza, siendo recibido con una gran salva de la artillería y las galeras. Allí se despide la flota española, que regresa a Barcelona. El marqués del Vasto sucede a Leyva como capitán general del ejército de Italia. Se licencia a todos los catalanes y aragoneses que quieran retornar a España, así como a las lanzas borgoñonas de Irtain y a parte de los infantes alemanes, permaneciendo en filas Jorge de Ranchiepol y Jorge de Ratisbona. El tercio de noveles queda de guarnición en Niza al mando del maestre Juan de Vargas (Tende), cuya compañía entra por la del capitán Jaén.

El 4 de octubre el emperador se embarca hacia Mónaco y, tras un descanso, a Génova, escoltado por cinco banderas de Nápoles. Los españoles dejan Niza y se instalan en San Remo, con orden expresa de no molestar a los civiles. El 12 se pasa muestra a todos los españoles en Albenga y se les pagan los atrasos. El 23 de octubre se planta batería a Chieri, donde algunos ciudadanos afrancesados han arrebatado el poder a los nobles de Saboya. Al intentar tomar la fortaleza mueren el maestre Rodrigo de Ripalda y muchos soldados, desistiéndose de la empresa para alborozo de sus defensores y enfado de los españoles que claman venganza a Vasto.

El 14 de noviembre el emperador se embarca rumbo a España llevando consigo 30 galeras y 15 naves. Vasto ataca Casale Monferrato con los tercios de Jerónimo Mendoza (Lombardía) y Rodrigo de Arce (Nápoles), muriendo el primero el 23 junto a otros oficiales y soldados. Entre los heridos se encontraba el capitán Jaén. La ciudad es entregada al duque de Mantua por merced del emperador. El general francés, Buria, regresa a Francia e informa al rey, quien lo sustituye por el conde Guido. Vasto visita Vercelli, Vigevano, Pavía, Vigevano y Milán, donde encierra a los hermanos Médici (uno de ellos marqués de Mus).

1537

En Valencia del Po, Vasto recibe carta del cardenal Cibo en la que le relata que el 6 de enero había sido asesinado Alejandro de Médici por orden de su primo Lorenzino. Vasto ordena a Pirro Colona que parta hacia Florencia para mantenerle puntualmente informado de cuanto allí ocurra. Además, ordena al marqués de Aguilar (que había sido nombrado por el emperador como nuevo embajador en Roma tras el ascenso a cardenal del conde de Cifuentes) que saliese de Génova como capitán de los 2.000 bisoños recién desembarcados por Doria (en adelante, Cerezeda omite la palabra tercio y siempre habla de banderas sueltas, número de tropas o maestres de campo). Una vez en Florencia, deben socorrer a la duquesa Margarita de Habsburgo, hermanastra del emperador.

El 19 de enero, Vasto pasa muestra en Asti a los españoles, resultando 5.600 soldados, lo que le extraña sobremanera debido a las bajas y deserciones. Así pues, se niega a pagarles y ordena al veedor Sancho Bravo pasar nueva muestra, que arroja una cifra de 5.400 pues el resto había sido despedido por no dar la talla. Vasto recibe, además, una carta por la que el emperador nombra a Pizaño general de la artillería en Italia (87 piezas).

El 26 de enero sale Vasto de Asti con 12 banderas (¿Sicilia?), pero pocas millas después se encuentran con Saluzzo que entra en Asti junto a 7 compañías de Rodrigo de Arce (Nápoles),, faltándole otras 5. Tras hacer noche en Alba, Vasto continúa la marcha reforzado con 3 compañías de jinetes (Domitre, Chacharo y Malrrian) con dirección a Cherasco, San Albán y Caralle. Allí los jinetes y todos los arcabuceros que tenían caballos salen a explorar y topan con 11 banderas francesas de Colás Escluarche a las que obligan a regresar a la villa. Cuando aún no se había plantado batalla, un francés mata a traición al sargento mayor Cristóbal Arias, lo que enardece a los hombres. Vasto envía a los capitanes Cisneros y Arriarán a que entren en el castillo con 300 arcabuceros y la aquiescencia del castellano italiano.

Los franceses provocan un fuego en el que a punto está de morir Cerezeda, por negarse a abandonar su puesto de centinela. En ese momento llegan refuerzos de 600 italianos y 2 culebrinas al mando Ludovico Bistarino, que dan la batería. Los franceses ofrecen la rendición, pero Vasto no se la acepta pues quiere entregarlos a la tropa. Las banderas de Ruy Sánchez de Vargas (Nápoles), Morales (Sicilia) y Maldonado (Roma) quedan con los jinetes y el resto asalta el castillo. Matan a 1.100 franceses por 30 españoles y 20 italianos, capturándoles todas las banderas. El capitán Sarmiento captura a Jerónimo Caracciolo y Cisneros a Colás Escluarche. Los lugareños desuellan y destripan a los franceses muertos, por las crueldades que habían cometido con ellos antes del asedio. De regreso a Asti, se pasa por Cendal que se niega a abrirles las puertas, por lo que Vasto ordena el asalto y captura a los tres principales, a quienes piensa decapitar. Los ruegos de los caballeros y capitanes que allí estaban le hacen cambiar de idea y se los llevan a Asti, donde entra arrastrando las 11 banderas capturadas a los franceses.

El 6 de febrero Césaro de Nápoles con 500 jinetes ataca en Lance a dos banderas francesas a las que hace 300 bajas. El 10 de febrero el conde Aníbal de Novelara cerca al alférez Fuensalida y al capitán albanés Lázaro en Chieri. Este último es apresado por los franceses con toda su gente, a la que posteriormente se deja en libertad tras desvalijarla y privarla de sus caballos.

El 5 de marzo salen de Asti 11 banderas españolas (Sicilia) para escoltar a Vasto que había vuelto desde Milán a Chivas. El 26, su lugarteniente el marqués de Saluzzo sale de Piorino con las 12 de Álvaro de Grado (Sicilia), 1 alemana y los jinetes para rendir Carmagnola. Durante el sitio el marqués muere de un arcabuzazo. Cuando se rinde la plaza, sus principales son ahorcados y el resto de la guarnición enviada a galeras. Su puesto como lugarteniente del ejército de Italia pasa a Antonio de Aragón, hijo del duque de Monte Alto. Este toma Pocapalla, Racconigi, Cassalgraso, Monte Terol, Cabolimón y otras villas y castillos saboyanos que estaban por los franceses.

El 11 de abril, el maestre de campo Arce sale de Piorino para tomar Cambia con 10 banderas españolas (Nápoles), 7 alemanas del coronel Nicolao de Traoten Estorfe y algunas de jinetes. Tras plantarle la batería, la guarnición se rinde y es enviada a galeras. La plaza queda guarnecida por el capitán Jaén. Durante el repliegue, muere el capitán Pedro de Acuña en Moncalier.

Ese mismo día, 30 de abril, salen Antonio de Aragón de Caramagna con 4 banderas italianas y 3 de jinetes, y Álvaro de Grado de Raconiggi con 6 españolas (Sicilia) y 2 cañones. Tras reunirse en Cabolimón, son emboscados en Saluzzo por 300 lugareños. Los jinetes del conde de Populo y del capitán Benito Rosales los masacran. Tras rendirse la plaza, queda allí Aragón con los italianos y Grado regresa a Racconigi. Simultáneamente, Vasto sale de Piorino con 8 banderas españolas, 5 alemanas y varias de jinetes para impedir a los franceses el paso del Po por Casalgraso.

El 23 de mayo los lugareños de Chieri intentan emboscar a Jaén, pero son descubiertos por unos soldados y masacrados. El 2 de junio se reúnen en Carmagnola Grado con sus banderas (Sicilia) y Pizaño con su artillería.

El 8 de junio el marqués del Vasto reúne a todo el ejército para marchar hacia el Norte, con los españoles en retaguardia para prevenir emboscadas. A los infantes les acompañan la gente de armas de García Manrique y los jinetes del príncipe de Visignano. En Villanova de Asti recogen las banderas de Hernando de Vargas (Sicilia) y del conde de Novelara (mandadas por su alférez). Algunas villas se niegan a alojarlos, y son saqueadas e incendiadas. El 22 salen de Asti, donde queda de guarnición Antonio de Aragón con 5 banderas italianas y algunos jinetes. Vasto dejó 6 banderas españolas en Pontestura para proteger el paso del Po.

En Aye sitian al coronel Torresan con 300 franceses, tomándole a su mujer que era muy bella. En Chivas es herido en el cuello el capitán Pizaño. El 30 de junio se paga a las banderas españolas, que al día siguiente cruzan el Po. Al ver el general francés Mieres que apenas quedan 5 banderas italianas en Asti, decide tomar la plaza al mando de 600 lanzas, 1.000 jinetes, 12.000 alemanes (Cristóbal de Frustemberque), 10.000 italianos (Juan Pablo Cieri), 5.000 gascones y 10 cañones.

Aragón pide socorro a Sancho Bravo, lugarteniente de Vasto que estaba en Milán, y este le envía las banderas de Luis Quijada (Sicilia) y Francisco Ruiz (Nápoles) que aún no han cruzado el Po. Al resto las reúne en Calian, donde les ordena abandonar el bagaje y volver a marchas forzadas sobre Asti. Antes de llegar a la plaza topan con Rodrigo de Arce (Nápoles), quien ordena regresar a Calian por encontrarse en inferioridad numérica. Allí se reúne todo el ejército con Vasto, que ha regresado de Milán a toda prisa. Cuando ve al ejército español aproximarse a Asti, Mieres deja la plaza y se repliega a Alba, de donde expulsa a la guarnición italiana. Vasto se enoja y ordena un reconocimiento compuesto por García Manrique con las lanzas, el príncipe de Visignano con los jinetes y Arce con 4 banderas de arcabuceros (Cisneros, Arriaran). Cola del Maletia, Juan Antonio Espadaro y Lorenzo de Placencia, italianos al servicio de Francia, desertan por su disconformidad con la liga con el turco. El 27 de julio Césaro de Nápoles intenta tomar Turín con 2.200 italianos y 300 alemanes, pero es rechazado.

Entre tanto, el 31 de julio sale de Fiesole (Florencia) el maestre de campo Francisco Sarmiento con 1.000 hombres, dejando al resto de sus banderas como guarnición en diversas abadías. Le acompañan Alejandro Vitelo con 500 italianos y Pirro Colonna, legado de Vasto. En Monte Muros traban escaramuza con Felipe Strozzi, Bartolomé Balori y Francisco de Albia con 1.000 florentinos leales a Francia, a quienes derrotan y apresan. Así queda Florencia de nuevo sometida al emperador.

En Nápoles, el virrey Toledo envía 7.000 hombres (que Diego Castilla había traído de España) y la caballería del reino al mando de su hijo Fadrique a defender la costa calabresa ante la amenaza de un desembarco turco en Brindisi. Está encabezado por el propio sultán, después de que hayan arrasado algunas poblaciones costeras, y esclavizado a sus habitantes. La flota de Doria les ataca y apresa varias galeras.

El 9 de agosto Vasto forma a las 24 banderas de Grado (Sicilia) y Arce (Nápoles), porque los capitanes Clavero y Lezcano están en Pontestura, el capitán Jaén en Isola y el capitán Pizaño con la artillería. Junto a la caballería de Lázaro se ponen en marcha hacia Turín, tomando por el camino la plaza de Moncalier. Allí Vasto manda degollar al capitán Francisco Ruiz por levantar la espada contra la justicia.

El general Mieres decide sitiar Busea, defendida por apenas 70 arcabuceros españoles al mando de Pedro de los Santos, que ha quedado allí herido durante la incursión a Francia. Estos se defienden con bravura, haciéndole a los franceses 300 bajas incluidos los condes Carpegnan, Pignarolo y otros oficiales.

El 23 de agosto sale Arce de Moncalier con 16 banderas españolas, 5 italianas y 2 compañías de jinetes a tomar Chieri. Al día siguiente se les unen 22 banderas bisoñas alemanas al mando de Federico de Frustembergue, hijo del duque. Previamente habían quedado otras dos en Pizzigetone y Pavía. Allí llega también Pizaño, que planta la batería y derriba un muro. Entran los españoles y huyen los franceses, que son masacrados por los jinetes, por los alemanes y por la compañía de Jaén, recién llegada de Isola. A Bartolomé de Espo, líder de los traidores que habían entregado la plaza a los franceses, le atormentan durante días.

El 28 de agosto el ejército abandona Chieri, salvo tres banderas italianas. Dos días después, 8 banderas españolas (una de ellas la de Cerezeda) y 6 alemanas al mando de Grado salen también de Moncalier, que queda guarnecida por dos banderas alemanas. Pizaño y Quevedo queman varios molinos en la comarca de Pinerolo. Vasto nombra maestre de campo general a Luis Gonzaga, quien llega también a Pinerolo con la caballería. Mieres deja algunas guarniciones y se retira a Francia el 12 de septiembre. Vasto toma inmediatamente Cherasco y Alba, donde morirá el capitán Jaén el 23 de septiembre.

El 19 de septiembre arriban a Niza cuatro fustas turcas para cautivar a unos frailes de un monasterio vecino. El maestre Juan de Vargas (Niza) les sale al encuentro, mata a 58 y captura a otros 43.

El príncipe de Visignano sitia Pinerolo, con la caballería, los alemanes y 6 banderas de Grado (Sicilia), ya que las demás han quedado de guarnición. El 25 de septiembre se les unen otras 6 banderas de Arce (Nápoles) provenientes de Moncalier, además de las de Charles de Esparza, Hurtado de Mendoza y Figueroa (Lombardía). Estas tres son destinadas al monasterio de santa Brígida, desde donde interrumpen el avituallamiento de Pinerolo. El resto del ejército acampa en Mace. El 4 de octubre comunican a Vasto que 4.000 franceses han entrado en Saboya y tomado Pairosa. Grado es enviado a recuperarla con 5 banderas españolas y 7 alemanas. El capitán italiano se rinde sin lucha.

Aprovechando esta coyuntura, el coronel Malatesta de Rimen sale de Pinerolo con 2.000 hombres e intenta inutilizar la artillería a Vasto, custodiada por alemanes. Los italianos que se aperciben del hecho consiguen detenerlos, pero en adelante no volverán a hacerse guardias conjuntas.

El 22 de octubre los franceses intentan socorrer Pinerolo a través del paso de Loserre, pero son interceptados por Grado con 10 banderas españolas (Sicilia) y 3 alemanas. Tras esto, recogen sus bagajes de la abadía y se establecen en Pairosa.

El 2 de noviembre se pasa muestra general en Moncalier, reuniéndose las banderas de Grado (Sicilia) y Arce (Nápoles), el marqués del Vasto, el duque de Saboya, Visignano y García Manrique con doce estandartes de lanzas. De allí parten en orden de combate hasta Villana, donde se encuentra el rey de Francia, el delfín, el príncipe de Escocia y el de Navarra con un gran ejército: 2.500 lanzas, 2.000 jinetes, 10.000 infantes franceses, 12.000 alemanes, 12.000 suizos, 7.000 italianos y muchos aventureros.

El 7 de noviembre, el gran maestre de Francia arrasa el castillo de Villana matando a toda su guarnición, al no haber querido rendirse el capitán siciliano Giraldo. Vasto envía al capitán de caballería Rosales a destruir todos los puentes que llevaban de Villana a Turín, pero es herido y capturado junto a su alférez. El 10 de noviembre llega la vanguardia francesa a Moncalier, donde es emboscada por Visignano y sus jinetes. Vista su inferioridad numérica, Vasto ordena la retirada a Asti, destruyendo los puentes y dejando guarniciones italianas y alemanas en algunas plazas. Allí se reúnen con las 7 banderas de Vargas (Niza), el alemán de Ixar y la gente de armas.

Vasto despliega sus fuerzas por toda Saboya y Monferrato, pero le llega una carta del emperador comunicándole que había hecho una tregua con el rey de Francia por seis meses, con la condición de que cada uno mantuviese sus respectivas posesiones.

A Grado (Sicilia) le corresponde guarnecer la villa de Tosique en Monferrato, que se niega a darles cobijo. El 25 de diciembre se le planta batería y batalla, en la que muere el capitán Esparza y resultan heridos otros oficiales. Grado manda ahorcar a los principales de la villa, rechazando su rescate. Simultáneamente, Arce (Nápoles) cruza el Po con sus banderas y se aloja en Saboya.

1538

El 31 de enero Vasto se entrevista en Carmagnola con el rey de Francia para confirmar los términos de la tregua. Este despide a los suizos y alemanes, reparte los franceses por sus castillos al mando de Montezan y regresa con su corte a Francia.

El 8 de febrero el Papa Pablo III Farnesio convoca a todos los príncipes cristianos a una liga contra el turco. Aprovechando la tregua entre Francisco y Carlos, se embarca el 23 de marzo hacia Savona, aposentándose después en Niza. El 25 de abril sale el emperador de Barcelona, llegando una semana después a Villafranca. El rey de Francia se traslada a Villanova, llevando consigo a un embajador del rey de Rusia que había sido capturado por los turcos y entregado en Marsella, en virtud del tratado que mantenía Francisco con el sultán.

Carlos y Francisco no llegan a entrevistarse, por la humillación que el primero había hecho al segundo en Pavía, pero se intercambian visitas todos los nobles de ambas cortes, incluyendo, por parte española a los duques de Alba, Benavente, Nájera y Alburquerque, y por parte francesa a la reina y al delfín. El papa consigue que se firme una tregua por diez años y después parte a Roma.

El 25 de junio el emperador llega a Génova, donde ordena embarcarse hacia Sicilia a los 1.500 españoles que Juan de Vargas tenía en Niza y a la coronelía italiana del coronel Agustín Spínola (2.000). El embajador Figueroa les pasa muestra en Génova el 17 de junio y se embarcan el 22. En un principio debían detenerse en la Specia para recoger a los 2.000 españoles que Francisco Sarmiento tenía en Florencia, pero la mala mar lo impide, debiendo las naves aportar en Nápoles y Sarmiento embarcarse en otras hacia Sicilia. Simultáneamente, Cristóbal de Morales se pone al mando de otros 2.000 españoles veteranos con destino a Hungría, siendo sus capitanes:

  • Juan de Guevara (anterior alférez de Juan de Acuña)
  • Juan de Viamonte
  • Íñigo de Mendoza
  • Beltrán de Godoy
  • Martin de Toro Mercado
  • Gonzalo Benítez
  • Salamanca

Este último fue hecho comisario en Hungría, pasando su compañía a Guevara por habérsele ahogado la suya, con todas sus mujeres y bagajes en un naufragio en el río Ala por chocar con un puente en la villa de Compistan el 23 de agosto. Otros 2.000 españoles se embarcan en Sicilia en la armada de Doria, con los siguientes capitanes:

  • Luis de Alcocer
  • Juan de Álamos
  • Pedro de Silva
  • Juan Vizcaíno

El 4 de julio el emperador se embarca hacia Barcelona, pero en Aguas Muertas su galera es interceptada por el esquife del condestable de Francia, quien le comunica que el rey quiere entrevistarse con él. Carlos le invita a su galera, donde es agasajado. Al día siguiente, le devuelve la visita en tierra, asistiendo a una comida y a un baile. Tras llevar al emperador a Barcelona, Doria embarca en Nápoles a la coronelía de Spínola y lo desembarca en Calabria.

El 27 de agosto llega Doria a Mesina, donde embarca a los 1.500 españoles de Diego de Castilla (Sicilia II), a las banderas de Francisco Sarmiento (Florencia) y a las de Juan de Vargas (Niza). Desde allí van a Calabria para recoger a Spínola y después se trasladan a Tarento, donde embarcan los 7.000 españoles que Sancho de Alarcón tiene en Puglia (Nápoles II). El mando de todas las fuerzas terrestres recae en el virrey de Sicilia.

El 1 de septiembre se hace a la mar toda la flota (50 galeras y 50 naves), con 12.000 españoles y 2.000 italianos, en dirección a Crotona, donde deben esperar órdenes del emperador. En la isla de Golfo (¿San Pedro de Tarento?), el virrey se reúne con las 30 galeras del papa y las 60 de Venecia, que transportan la coronelía de Valerio Orsino con 2.000 infantes.

Cuando la primera flota intenta atracar en Crotona, un fuerte viento desvía la nave de Agustín Spínola hacia Cefalonia, donde se supone que está Barbarroja. Pero, antes de ser descubierto, es rescatado por Antonio Doria, quien lo lleva a Golfo. Una vez reunidas todas sus fuerzas, Andrea ordena el viaje hacia Esclavonia, adonde llegan el 16 de septiembre.

Allí reciben noticias de que Barbarroja se encuentra en Préveza, con la flota amarrada a un puerto protegido por grandes bastiones. El virrey decide desembarcar a la infantería y que se hunda una nave cargada de piedras a la bocana para impedir salir a la flota enemiga. Pero antes de que tomen tierra son descubiertos por los turcos, decidiendo Doria salir a alta mar.

El 27 de septiembre, cuando van a ser alcanzados por Barbarroja, vuelven velas y embisten a la flota turca, salvo los venecianos que se retiran del combate. En un momento dado, Barbarroja ordena a sus galeras echar a pique varias naves que se han detenido por falta de viento. En una de ellas, el capitán de arcabuceros Machín de Munguía impide el abordaje aunque sufre un gran daño, negándose a rendir la nave. A la deriva, por falta de viento y de timón, acabará reuniéndose en Golfo con el resto de la flota una vez retirada esta por la llegada de la noche. Barbarroja lo hace a Préveza. Para evitar un nuevo acto de cobardía por parte de las galeras venecianas, Doria escribe al Dux para que le permita embarcar en cada una de ellas a una compañía española, a lo que este accede.

El 24 de octubre se hacen de nuevo a la mar, esta vez en dirección a Castilnovo de Esclavonia (actual Herzeg Novi, Montenegro). Allí se les reúne el Canaleto, almirante veneciano con otras 25 galeras. Doria manda desembarcar a toda la infantería, produciéndose inmediatamente una gran batalla contra los turcos. Uno de los muertos es el capitán Bocanegra. Se planta la batería y se consigue que la guarnición del castillo se rinda el 28 a cambio de sus vidas, aunque son tomados como esclavos junto a sus mujeres. Queda en guarnición el maestre Sarmiento (Florencia) con 2.500 soldados y los siguientes capitanes:

  • Machín de Munguía
  • Marquesa
  • Luis de Haro
  • Juan Vizcaíno
  • Mendoza Silva
  • Sancho de Frías
  • Zambrana
  • Arriaran
  • Pero Ruiz (que había relevado a Luis de Alcocer, en España)
  • Pedro de Sotomayor, con la bandera de Bocanegra

Con ellos queda el capitán albanés Lázaro y otras 7 compañías de caballos (Paulo, Jorge). Barbarroja sale a su encuentro con 140 naves, pero una flota le hunde 40. La flota cristiana se hace a la mar, desembarcando en Otranto. En la oscuridad, la nave del duque de Ferrara embiste a la de Diego de Castilla, ahogándose casi toda su compañía y los rehenes turcos del virrey. Allí se licencia a los italianos y se reembarca a las banderas de Sicilia y al virrey. Este ordena que el tercio desembarque en Lipari, lo que disgusta a los soldados dada la escasez de la isla, por lo que el virrey acepta desembarcarlos en Sicilia.

Entre tanto en el frente lombardo, el 4 de agosto el maestre Arce (Nápoles I) había llegado a la villa de Crescentino, para someterla al conde Juan Andrea, huérfano del anterior, que había sido masacrado en 1529 junto a otros familiares por los lugareños. Temiendo la venganza española, la villa se rinde el 10 de agosto.

El 15 llega a la villa el contador Pedro Ibarra, que le pasa muestra a estas banderas y a las de Monferrat (Sicilia I). Al no coincidir las plazas existentes con las devengadas en las últimas cinco pagas dadas, el marqués del Vasto ordena a los dos maestres de campo y todos los capitanes que se reúnan en el castillo de Vigevano.

Vasto ordena a Grado y Pizaño que le esperen en su cámara, y envía al capitán Milorate, jefe de su escolta a caballo, que desarme al resto de capitanes. Para no agravar su culpa, todos acceden de mala gana excepto Arce, quien arroja su espada al suelo con gran enfado. Avisado de lo que sucedía, el capitán Sebastián de San Miguel (Lombardía), prefiere presentarse directamente al marqués antes de ser llamado y desarmado. Una vez reunidos todos los capitanes, Vasto reforma todas las compañías y confirma en el mando a los ocho siguientes:

  • Álvaro de Grado por sus grandes servicios
  • Luis Pizaño, ídem
  • Sebastián de San Miguel, ídem
  • Bernardino de Mendoza por ser cuñado de Cobos, secretario del emperador
  • Ramón Cardona por los servicios de sus antepasados
  • Hernando de Figueroa por ser hijo del embajador imperial en Génova
  • Conde de Novelara por los servicios de su alférez al propio Vasto.
  • Gonzalo Hernández por haber servido como mayordomo al marqués de Pescara

Grado es confirmado como maestre de campo, Juan Navarro como sargento mayor, Alonso de Lara como furriel mayor y Juan de Simancas como barrachel de campaña. El primero dispone de tres días para reformar en estas 8 compañías al personal que se estime conveniente de las anteriores 27. El resto de capitanes es arrestado durante siete meses sin poder salir de la plaza de Milán. Durante este tiempo, Arce, Cisneros y Lezcano permanecen encerrados en el castillo por tener queja el marqués sobre los rescates del país. Pasado este tiempo, todos ellos son pagados y licenciados.

El 28 de agosto el marqués entrega a Grado las siguientes instrucciones:

  • Se reducirá la infantería de Lombardía a 2.000 soldados
  • Cada bandera tendrá 221 soldados, salvo la del maestre que tendrá 300
  • Todos estarán solteros y libres para seguir a su bandera
  • La de Ramón Cardona será de arcabuceros y en las otras habrá solo un tercio de estos
  • El resto de arcabuceros tomará pica o será despedido sin paga
  • Cada compañía de piqueros tendrá un tercio de coseletes (65), la del maestre 100 y la de arcabuceros 12
  • Se suprimirán las partesanas y se reducirán los alabarderos a 8 escoltas de la bandera
  • Todos los capitanes y sus alféreces vestirán coselete
  • En adelante, no podrán recibir en sus compañías soldado alguno sin autorización del capitán general
  • Cuando muera, deserte o se licencie algún soldado se dará inmediata cuenta al contador real para que se le borre de las listas de pago
  • Cada soldado firmará su nómina, no estando autorizado el capitán a hacerlo en ausencia
  • Se concederá un perdón general por los fraudes anteriores, pero se apercibirá a los implicados que recibirán el castigo correspondiente si reincidiesen
  • En las compañías solo habrá españoles, salvo pífanos, tambores y algunos soldados viejos borgoñones o italianos que hayan servido muchos años con anterioridad
  • Se obligará a los capitanes a comprobar que en sus compañías solo sirvan personas de valía dispuestas a hacerlo a tiempo completo
  • Todos los oficiales residirán permanentemente donde estén sus banderas
  • El ascenso a alférez, sargento y cabo será supervisado por el general para verificar que solo lo reciben personas de valía
  • Como, en adelante, se les pagará por meses, se les prohibirá vivir de la tierra y de sus lugareños
  • Todos los capitanes recibirán copia de esta orden y firmarán un recibí.

El 1 de septiembre, Pedro de Ibarra pasa muestra a las ocho banderas, de las cuales la de San Miguel debe permanecer en Crescentino hasta que el conde reconstruya su castillo, y las otras siete trasladarse a Chieri. El 25 de noviembre todas se reúnen en Ceba. Para entonces, Grado ha renunciado a su mando, y ha sido relevado por Francisco de Prado.

La primera acción del nuevo tercio se da en la villa de la Morra, que se niega a acogerlos, por lo que es tomada al asalto y saqueada pese a que sus habitantes se habían rendido tras la primera batería.

Segunda guerra Otomana

1539

El 7 de enero se toma el castillo de Burin por no permitir el alojamiento de las banderas, dando un buen escarmiento a sus principales para que sirviera de advertencia a otros castellanos.

El 9 de enero marchan las 8 banderas a los 24 marquesados de Malaspina, que habían renunciado a la obediencia del Senado de Milán y se habían infeudado al emperador. Por el camino tienen varios enfrentamientos con los lugareños reacios a alojarles, siendo el más grave el de Plasencia. En Pontenovo deben detenerse por las fuertes lluvias, lo que les es reclamado por el comisario papal que les acompañaba con tan poco respeto, que el maestre Prado lo ensarta con su espada.

Llegados a Pontremoli (Toscana) el 8 de febrero, todos los marqueses juran obediencia al Senado de Milán, excepto los de Filaterra y la Gula. No obstante, se niegan a dar cobijo a las tropas, por lo que Prado manda llamar a Gonzalo, hermano de Luis Pizaño, para que traiga varios cañones de Lucca. La primera batería se planta en Gula, que se rinde antes del primer disparo. En cambio, Filaterra está bien guarnecida, por lo que decide arriesgarse al sitio. Prado la rodea para privarla de avituallamiento y finalmente se rinde. Ante la duda de que el marqués se desdiga de su palabra, se deja allí una guarnición.

Una vez cumplida la misión, el 28 de abril se emprende el regreso. El 9 de mayo se le pasa muestra a las banderas en Alessandria por el veedor Pedro de Vitoria, tras lo cual se dispersan por diversas guarniciones de Lombardía. El marqués del Vasto las visita, ordenando reforzar aquellas más débiles. Conocedor de su estancia en Asti, el general francés Montejan le invita a un banquete en Turín junto a algunos capitanes. El 1 de mayo fallece la emperatriz, a la que se le rinden exequias en el duomo de Milán.

Entre tanto, la gente de Sarmiento pasa tan grandes penalidades en Castilnovo que deben salir a dar el corso a las poblaciones cercanas. Se envía a los capitanes Luis de Haro y Pedro de Sotomayor a recabar ayuda del gobernador de Puglia, regresando el primero con la ayuda. Barbarroja llega a Castilnovo el 15 de julio, con 300 naves y 15.000 infantes. Simultáneamente, llega por tierra el bey de Grecia con 80.000 soldados de todas las naciones. Este ofrece a Sarmiento embarcarles hacia Puglia a cambio de su rendición, a lo que este renuncia.

El 24 de julio comienza la batalla, en la que los turcos asaltan la fortaleza durante varios días consecutivos pero son siempre rechazados por los españoles. El 12 de agosto está el castillo tan arrasado como los alrededores cuando matan a Sarmiento algunos jenízaros. Sin esperanza alguna de recibir refuerzos, el capitán Machín de Munguía decide rendir el castillo. Los supervivientes no pasan de 300 entre soldados, mujeres, niños y mercaderes. Barbarroja ordena llevar a su galera a los principales, entre ellos al obispo y a los capitanes Haro, Marquesa y Cerón, así como al alférez Garcí Méndez de Sotomayor, que había mostrado gran coraje durante el asedio. A Munguía le decapita por el daño que había infringido a su flota en Préveza. Turcos habían muerto más de 12.000.

Simultáneamente, estando el emperador en las cortes de Toledo, le llegan noticias de que la ciudad de Gante le ha quitado la obediencia y se ha infeudado a Francia. Inmediatamente escribe a Francisco solicitándole permiso para atravesar su reino, pues no hacía tiempo para viajar por mar. Este accede encantado y Carlos emprende la marcha el 11 de noviembre, escoltado por Alba, Luis de Ávila y otros 18 caballeros de su corte. El 25 pasa a Francia por Fuenterrabía y a finales de diciembre entra en París, donde el rey le hizo un solemne recibimiento y le entrega las llaves de Gante que le habían hecho llegar sus habitantes.

Tras dos días de descanso, sale de París escoltado por la reina, el delfín, el duque de Orleáns y otros grandes señores. En Cambrai se vuelven todos y es recibido por la reina María, quien le acompaña a Bruselas. Allí descansará dos meses a la espera de su corte.

1540

El 11 de febrero entra Carlos I en Gante escoltado por 4.000 alemanes y 600 lanzas. En pocos días ahorca a 21 principales, hasta que el pueblo se manifiesta suplicando su perdón. Tras abolir sus privilegios, ordena construir una gran fortaleza para asegurar el sometimiento de la plaza. Desde allí, recorre todos los Países Bajos y Lorena, pasando después a Ratisbona, donde permanece durante cinco meses.

El 15 de mayo Andrea Doria embarca en Liorna a las banderas de Morales, que habían desplegado en la Toscana a su regreso de Hungría. El 3 de junio llegan a Mesina, donde se les unen las de Sicilia para partir en busca de Dragut y otros corsarios. El 17 de junio la flota, mandada por Giovanni Doria, da con ellos en Córcega, donde los abordan y capturan. Entre los galeotes liberados hay algunos supervivientes de Castilnovo. Durante el resto del verano, las flotillas de los hijos de Doria recorren todo el Mediterráneo para limpiarlo de corsarios y avituallar a los presidios africanos.

El 22 de julio ordena Andrea Doria pagar a la infantería y repartir la flota: el general García de Nápoles a Levante, Giovanni Doria a Poniente y Berenguer de Sicilia a los Gelves, quedando el príncipe en Mesina. Berenguer coincide en Monastir con Miguel Navarro, teniente del capitán Juan Gallego que viaja con salvoconducto de Doria para entrevistarse con Morate Aga, capitán de Barbarroja. En la Goleta parlamenta con Francisco de Tovar, su nuevo alcaide por haber sido nombrado Bernardino Mendoza capitán general de las galeras de España.

El 27 de septiembre se reúnen en Trápani con el virrey de Sicilia, llevando la siguiente infantería:

  • 14 banderas de Sicilia: Diego de Castilla
  • 6 de Nápoles y 5 de Hungría: Cristóbal de Morales
  • 1.000 italianos: Spínola

El 5 de octubre desembarcan en Monastir, tomando esta plaza y Kelibia, donde muere Diego Castilla[12]. El rey de Túnez pretende que se ataque también a Kairuán, pero Doria se niega por estar muy al interior del país y no poder socorrerla desde el mar. En estas jornadas destaca el capitán Juan de Guevara. El 28 de octubre se emprende el viaje de regreso, retornando todas las banderas a sus guarniciones respectivas.

1541

El 22 de agosto de 1541 el emperador llega a Milán, donde es recibido por el marqués del Vasto. Allí ordena a los virreyes Pedro Toledo (Nápoles) y Hernando Gonzaga (Sicilia) que reúnan todas sus naves y fuerzas para la jornada de Argel. Al maestre de campo Luis de Vargas le ordena que destruya la alcazaba de Bona, que entregue la plaza al rey de Túnez, y que se integre en el ejército de Italia. Finalmente, convoca a la flota genovesa de Doria y ordena armar otra en España.

Hecho esto, se reúne con el papa en Lucca, tras lo cual se embarca en la Specia hacia Mallorca, acompañado de 7.000 alemanes (Jorge de Ratisbona), 7.000 italianos y 500 caballos. El maestre Alonso Ribas (en realidad, Vives) reúne sus 12 banderas, antes dispersas por diversas guarniciones del reino, y las embarca en Nápoles hacia Cerdeña. Las 12 banderas de Sicilia se embarcan al mando de Álvaro de Sande, al haber muerto Pedro de Castilla (en realidad, Diego) en Kalibia (esta información hay que contrastarla, porque esta plaza se tomó en 1540 y hay cartas del alcaide de La Goleta informando de su muerte en 1538). También llegan al puerto de Caller las 9 banderas de Luis Pérez de Vargas[13], una vez abandonada Bona. Desde Cerdeña parten a Mallorca, donde se reúnen con el emperador.

En España, el príncipe Felipe aporta los 800 guardas de Castilla que guarnecen la frontera de Navarra y levanta otros 4.000 infantes. Asume el mando el duque de Alba, auxiliado por el de Sesa, el marqués del Valle y los condes de Feria, Alcaudete y Teba, entre otros caballeros. Todos ellos salen de Cartagena y se reúnen en Argel con la armada imperial el 23 de octubre.

La primera escaramuza enfrenta a la vanguardia árabe con las banderas de Sande que, tras desalojarla de la loma que ocupaba, llegan a los pies de la fortaleza. En ese momento se levanta una gran tempestad que hunde hasta 60 navíos imperiales. Ante la pérdida de vituallas y municiones, el emperador decide replegarse a cierta distancia de la ciudad, siendo perseguido por los moros. La arcabucería de Sande se encarga de proteger la retirada.

Una vez a salvo al otro lado de un caudaloso río, Carlos reúne a sus capitanes y les ruega que transmitan a sus soldados que había perdido todo el oro destinado a pagarles, pero que serían resarcidos a su regreso. La tropa responde que lucharán gustosos por su emperador. El 8 de noviembre se reembarcan las fuerzas, siendo los últimos los españoles que tuvieron que combatir hasta que el último hombre salió de la playa.

Una vez a bordo, el emperador ordena que las banderas italianas regresen a Sicilia y Nápoles, pero que 3 de Vargas vayan al Piamonte con otras 6 de los anteriores, una de las cuales será enviada por Vasto a Siena</ref>Es posible que las 6 restantes regresaran a La Goleta.</ref>. El resto de la flota tiene que dirigirse hacia Bujía hasta que los vientos sean propicios para regresar a Cartagena.

El rey de Argel arma una flota y, tras recorrer la costa de Berbería, se dirige a España. Al pasar delante de Orán, Alonso de Córdoba envía alerta a Francisco Verdugo, proveedor de las fronteras de España para que esté prevenido. Los moros capturados en Argel aprovechan un descuido en la guardia para tomar una galera con la que se dirigen a Gibraltar, que saquean.

Desde allí se van a Alborán, donde el 1 de octubre son atacados por Bernardino de Mendoza. En la batalla mueren los capitanes Sancho de Asnaga, Sancho de Baca y Alonso de Armenta, además de 100 soldados cristianos. Por parte berberisca, mueren Caramani, Daliamete y otros 5 capitanes, además de 500 soldados. Se liberan numerosos galeotes cristianos y se aprehenden muchos turcos y árabes.

Cuarta guerra Italiana

1542

La tregua de Niza no había acabado con las apetencias territoriales de Francisco I en Lombardía, por lo que se alía con Solimán el Magnífico. La correspondencia secreta entre ambos es descubierta, lo que pone en alerta al ejército de Italia.

El 28 de mayo, el marqués del Vasto ordena al capitán San Miguel y al alférez del conde de la Novelara que dejen Vercelli a una guarnición alemana y se reúnan en Cherasco con Prado (Lombardía). Este transporta dos cañones desde Asti y llega a Cherasco el 5 de junio. Al día siguiente sale con el capitán Morales a recoger las restantes banderas de su tercio[14], y parte para guarnecer la importante plaza de Ivrea (en la frontera entre el Piamonte y la Saboya francesa).

Al mismo tiempo, ordena al conde Juan Bautista Lodron que reclute 10.000 alemanes (18 banderas) y a sus coroneles italianos que levantasen 4.000 infantes y toda la caballería disponible. Se les unen el coronel Julián Cesarino, con 7 banderas de infantería y 100 jinetes romanos. Hecho esto envía una carta al emperador dándole novedades, pero recibe órdenes de este de no ser él quien rompa la tregua.

Francisco I avanza hacia el Rosellón con 24.000 alemanes, 8.000 gascones, 8.000 franceses, 7.000 italianos, 12.000 suizos, 5.000 caballos y muchos nobles y aventureros. Al mismo tiempo, ordena al duque de Cleves que haga la guerra en Flandes (desgraciadamente, Cerezeda omite todo lo relacionado con este frente, adonde fue destinado, precisamente, su antiguo tercio de Sicilia).

Carlos ordena al virrey de Sicilia que envíe a Álvaro de Sande con 10 banderas a España, a Juan Jacobo de Médici, marqués de Marignano, que envíe a 3.000 italianos a Hungría, al duque de Alba que guarnezca Perpiñán con 5.000 infantes (Juan Cervellón) y a Luis Pizaño que repare su fortaleza y la refuerce con otros 20 cañones.

La vanguardia francesa, al mando del Delfín, topa en el paso de Pertús con las 6 banderas del conde de Perelada. Después se estrella contra otros 2.000 hombres de Luis Nicarde. El delfín ordena plantar batería a la ciudad de Perpiñán, de donde salen los capitanes Machuca y Becerra con 200 hombres para clavarle la artillería.

Simultáneamente, el rey de Romanos consigue derrotar al gran Turco con un ejército de 6.000 lanzas, 4.000 jinetes húngaros, 20.000 infantes alemanes y los 6.000 italianos enviados por el emperador y el Papa. Al conocer la noticia, Francisco ordena al delfín que se retire hasta Narbona.

Por su parte, el 24 de agosto el señor de Lange envía 2.000 hombres a tomar Cherasco y al conde Benibelo a tomar Alba. La primera plaza estaba guarnecida por 600 italianos al mando del coronel Jerónimo del Sangüe quien la rinde a los franceses antes de que le lleguen refuerzos. En cambio, el duque de Mantua consigue rechazarlos de Alba.

Vasto alerta a sus tres tercios de que la guerra ya ha comenzado: Prado en Chieri (Lombardía II), Vargas en Felican (Túnez) y Morales en Ivrea (Hungría)[15]. Los dos primeros plantan sitio a Villanova de Asti, donde Prado resulta herido en la cabeza por un arcabuz. Los españoles se emplean con saña y matan a toda la guarnición, tras lo que queda Vargas en la plaza y el tercio de Prado se retira a Chieri, donde sufren una plaga de langosta que arruina la cosecha.

El 16 de septiembre llega Vasto a esta plaza y, reuniendo cinco banderas de Prado con dos italianas de Césaro de Nápoles toma Chivasso y Castellon para interrumpir el tránsito de vituallas al ejército francés. El 24 de septiembre regresa Vasto a Chieri, donde convoca a los tres tercios españoles y a la coronelía italiana, excepto aquellas compañías que guarnecen determinadas fortalezas. Al mando de Antonio de Aragón las envía hacia Turín. Sin embargo, la guarnición francesa ya está sobre las armas, por lo que desisten de sus propósitos y se retiran sobre Cambia. Cuando llegan, es incendiada por su guarnición francesa y saqueada por los españoles. Desde allí, marchan contra Carignan, Carmagnola, Orfanella y Mambaruce. Todos los soldados que habían sido vasallos del emperador o del duque de Saboya son ejecutados, mientras que los franceses son liberados previo pago del rescate.

Teniendo noticias Vasto de que un gran ejército francés se aproxima desde Narbona, ordena que la compañía de arcabuceros de Ramón Cardona (Lombardía), la de Pedro Valenciano (Túnez) y otra de alemanes guarnezcan Alba, y él se traslada con su guardia a Casale Monferrato. El coronel alemán Félix de Arcos y los capitanes de jinetes Juan Calderón, Pedro de Alaerva y Silva van a Chieri.

Crístóbal Morales y 4 de sus banderas vuelven a Ivrea, donde releva al capitán Mendoza junto a otra de alemanes parte a Gulpián para reforzar a Césaro. Así mismo ordena destruir los muros de aquellas fortalezas que no pueden ser defendidas. Prado se compromete a guardar Chieri a toda costa, como así hace el 1 de diciembre. Coni también resiste varias embestidas francesas, pese a que su guarnición española es más reducida.

El 7 de diciembre, el general Aninbau decide tomar Coni con 18.000 infantes, 1.500 caballos y 15 cañones. Como para ello abandonan Fossano, Luis Pérez de Vargas envía a tomarla al capitán Mardones con 300 arcabuceros, con orden de intentar reforzar Coni con 100 de ellos. Aninbau da batería y batalla a Coni, pero no puede tomarla ni impedir que entren refuerzos.

Una vez asegurada Chieri, Prado (Lombardía II) decide tomar Avillon para protegerla de una banda de forajidos que habían sido expulsados del ejército francés. Allí resulta herido de muerte el 12 de diciembre. Vasto entrega la compañía a su sobrino, Pedro González de Prado, y el mando del tercio a Sebastián de San Miguel.

Vasto ordena a Vargas (Túnez) que defienda Gavian antes de que la tomen los franceses, para lo que le refuerza sus cinco banderas con otras tres de Chieri y con los caballos ligeros de Pirro Colonna. Allí se les unen el tercio de Morales y la coronelía de Césaro de Nápoles, por lo que deciden expulsar de Chivas a los franceses. El triunfo es completo y provoca la rendición de varias villas cercanas.

1543

El marqués del Vasto decide arrebatar Turín a los franceses pero, como está muy bien guarnecida, decide emplear una treta: unos soldados deben entrar ocultos en unos carros cargados de heno y abrir las puertas. Varias compañías les escoltan hasta una distancia prudencial de la ciudad, y el resto de los tercios les siguen a mayor distancia para no delatarlos. Pese a la bravura que demuestran los hombres del capitán Juan de Guevara, el ardid fracasa por la incompetencia de los encamisados, muriendo los capitanes Antonio de Ferrera y Juan de la Isla el 11 de febrero.

Al día siguiente llega a Ceba el tercio de Sande con las 9 compañías que habían ido desde Sicilia a Cataluña para el socorro de Perpiñán. El general francés Botier decide tomar Chieri, aprovechando que el tercio que lo guarnece se ha acercado hasta Turín. Allí queda San Miguel tras la muerte de Prado.

Entre tanto, Carlos I levanta 3.000 infantes para pasar a Flandes y ordena a Alba y Pizaño que refuercen la frontera catalana. Desembarca en Génova el 25 de mayo, escoltado por tres compañías de infantería española y muchos caballeros. Desde allí parte a Milán y Cremona, donde recibe al papa. Este le promete 5.000 infantes para la guerra en Hungría.

El 27 de junio parte hacia Alemania con las banderas de Sande y Vargas (4.000), los italianos de Antonio Doria y Camilo Colonna (4.000), 800 jinetes del conde de Ferrara, todos ellos al mando del virrey de Sicilia Hernando de Gonzaga.

El general Botier aprovecha su partida para intentar tomar Ceba, adonde Vasto envía al duque de Malfa con toda su caballería (Jerónimo de Siloa, Saavedra, Zapanda, Pedro de Ayerbe, Juan Calderón), algunos arcabuceros españoles y 1.500 alemanes. La carga de la caballería pone en fuga a los franceses, frustrando sus intenciones y obligándoles a refugiarse en Andesana.

Contra ellos envía Pirro Colonna a 600 españoles de las banderas que mandaba Vargas (el resto iba camino de Flandes), a tres compañías que tenía San Miguel en Chieri, a los italianos del conde Félix de Arcos (600), a la artillería del capitán Gonzalo Hernández y a la caballería ligera el 8 de julio. Los franceses contraatacan con 12 banderas de infantería y 400 jinetes al mando de Juan de Turín, pero son rechazados y se retiran a Cambia perseguidos por Pirro.

Enterado de lo sucedido el marqués del Vasto, que tenía su cuartel general en Monferrato, ordena a Césaro de Nápoles y al coronel Ludovico Bistarion que tomen 7 banderas italianas y los caballos ligeros y se reúnan con Pirro. Ante el temor de perder toda la artillería, los franceses se retiran a Carignan. Pirro ordena a San Miguel que tome varias fortalezas francesas y, al mando del resto del ejército pone sitio a Andesana, que se rinde en cuanto recibe las primeras descargas de artillería. La codicia de los soldados de las tres naciones provoca que la villa arda por completo el 14 de julio.

El 18 salen de Chieri las 7 banderas españolas, dejando la guardia a las 7 italianas de Bistarino. Los 600 rezagados del tercio de Vargas se reparten entre los capitanes Acuña, Quijada y Quevedo. El 2 de agosto se pasa muestra en Isca, cuyo castillo ha sido abrasado por el propio conde para que no lo tomara Césaro. El 17 de agosto salen de San Jorge Canabes Pirro Colonna, Césaro y el conde Félix de Arcos con 10 banderas españolas, 3 alemanas, 2 italianas, la caballería y 6 cañones. Desde allí se dirigen a Chivas, que está muy bien guarnecida.

Entre tanto, el 6 de agosto Barbarroja ha reunido una gran flota de turcos y corsarios y desembarca en Villafranca un ejército de 8.000 provenzales e italianos al mando del duque de Enguien, quien inmediatamente cerca Niza. Tras un intenso bombardeo por mar y tierra, la plaza se rinde el 18 de agosto, no así su castillo, defendido por 400 soldados al mando del prior de Lombardía. Para vencer su resistencia, es bombardeado desde la propia ciudad.

Vasto ofrece al coronel italiano Jerónimo del Sangue que recupere Niza como compensación por su pésima actuación en Cherasco, lo que este acepta agradecido. Vasto le entrega 5.000 infantes italianos. Luego ordena reunir a todo su ejército el 26 de agosto. El 1 de septiembre sale de Asti hacia Ceva, acompañado por el duque de Saboya, dejando en la guarnición a los enfermos, mujeres y bagajes. El 9 sale Vasto con los españoles en la vanguardia y el 10 Saboya con los alemanes e italianos, llegando a Albenga el 18. Allí llega la flota de Giovanni Doria con las 5 banderas españolas (1.500) que habían participado en las jornadas de Orán y Tremecén al mando del maestre Santillana[16].

Al verles aproximarse, Barbarroja teme que le derroten en tierra y capturen su flota a falta de infantería que la proteja. Enguien ordena retirar la artillería, prender fuego a la tierra y reembarcar a su infantería. El duque de Saboya asume el mando del ejército y toma las plazas fuertes de Mondivi y Asti, en el Piamonte. En esta acción participan los maestres de campo Cardona y San Miguel (Lombardía), que resulta herido, como también los capitanes Guevara, Bracamonte y Godoy, así como muchos otros oficiales.

Desde allí, Vasto envía a Pirro Colonna, San Miguel con sus nueve banderas, y Césaro con las italianas sobre Rocca, Carignan, Carmagnola, Racconigi y otras plazas tomadas por los franceses. El 18 de noviembre, Cardona (Hungría) se acuartela en Carmagnola y San Miguel (Lombardía II) en Carignan, donde se levanta una formidable fortaleza.

El general francés Botier informa al rey de los avances españoles, enviándole 12.000 franceses, 4.000 suizos, 250 lanzas y 400 jinetes. Con estos refuerzos el 13 de diciembre recupera Racconigi, Carmagnola y otras villas cercanas a Carignan. De todas ellas se retiran Cardona y Césaro para no verse en inferioridad.

1544

El 4 de enero los franceses ponen sitio a Carignan, pero el asalto inicial es rechazado. Sale en su persecución el capitán de caballería Figueroa, que es abatido. Al enterarse Vasto de la noticia, entrega su compañía a su propio maestresala, Andrés de Rivera.

Los franceses se retiran entonces a Crescentino, defendida por el conde de Gavia. Este se rinde antes de que se inicie la batería, por lo que es arrestado por Vasto. Los invasores toman todo el Piamonte occidental, obligando a Vasto a cruzar el río Sesia y replegarse hasta Novara. Allí recibe como refuerzo la compañía de Álvaro de Luna, alcaide de Milán. Creyendo que Vasto no se habría alojado en Novara sin protección, el general francés Botier decide sitiar Ivrea, guarnecida por el maestre de campo Morales[17]. Le planta la batería pero no se decide a presentar batalla, pues calcula que le harían muchas bajas.

Llega entonces de Francia Francisco de Borbón, conde de Enguien, como nuevo virrey del Piamonte y capitán general del ejército francés. Este ordena a Botier que levante el sitio de Ivrea, refuerce las fortalezas que ya tiene en su poder y se repliegue sobre Turín.

El 26 de enero sale San Miguel de Carignan con una bandera de españoles y dos de alemanes a proveerse de ganado y vituallas. La carestía era tan grande que a finales de febrero ordena salir a toda la población civil de la plaza. Enterado de esto Vasto, ordena al gobernador de Fossano que les suministre una treintena de bueyes, para lo que envía al señor de la Trinidad y varios jinetes, quienes con grave riesgo lo consiguen.

Para impedir nuevos suministros, el 10 de marzo Enguien ordena tomar y fortificar Estalon, donde deja como guarnición algunas banderas de bisoños recién llegadas de Francia. Por su parte, el 4 de abril Vasto recibe cuatro compañías de infantería española desde Roma (Alonso Osorio, Juan de Viamonte, Cristóbal de Amaya, Pedro de Bretan), 2.000 italianos (Rodolfo Vallon), 7.000 alemanes (Eriprando Madruzzo) y 150 jinetes aportados por el duque de Florencia (Baglioni). A ellos se les unen los 5.000 italianos (príncipe de Salerno), los 1.500 españoles del maestre Cardona, otros 1.000 alemanes (barón de Cisne) los 300 jinetes napolitanos (Felipe de Lannoy, príncipe de Sulmona) y las 200 lanzas lombardas (Carlo Gonzaga). Todos juntos, parten al socorro de Carignan bajo una intensa lluvia.

Enguien les sale al encuentro el 14 de abril y se produce la batalla de Cerisoles, al sur de Turín. Comienza con las escaramuzas entre los arcabuceros franceses y los españoles, mandados estos por el capitán Gutierre Quijada quien se apodera de tres cañones. Juan de Guevara desbarata con sus arcabuceros una carga de la caballería francesa contra el escuadrón italiano. El español avanza y captura la artillería, matando a todos sus oficiales y ahuyentando a la tropa.

La caballería florentina, en cambio, cede ante la francesa y en su huida desbarata al escuadrón alemán, que es masacrado por la francesa, los suizos y los gascones. La caballería española llega ante Cardona y le aconseja replegarse, pero este decide plantar cara antes que morir huyendo. Enguien ordena cargar a su caballería contra ellos, pero sufre muchas bajas. Le ofrece entonces la rendición y, viendo que pronto llegarían los suizos y gascones, Cardona decide aceptar y es capturado. Lo mismo hace Césaro de Nápoles, imposibilitado de cambiar el curso de la batalla. Vasto intenta inicialmente contener la retirada pero, herido como estaba, decide retirarse a Asti.

La batalla se cobra un total de 10.000 vidas, incluyendo 3 coroneles y 22 capitanes (Cerezeda estima que la mayor parte de las bajas fueron francesas, pero en realidad eran alemanas). Muchos oficiales y soldados resultaron heridos, y unos 600 capturados. De estos, 200 consiguieron evadirse a Milán y el resto fue entregado en España tras el pago de su rescate.

Cuando Pirro Colonna, San Miguel y Félix de Arcos ven el humo de la artillería, envían exploradores a informarse y a reclamar suministros, pues la situación en Carignan es ya desesperada. Enardecido por su victoria, Enguien refuerza el sitio y les conmina a rendirse el 1 de mayo, mientras toma varias villas de Monferrato. El 22, el hidalgo Villagómez consigue burlar el bloqueo y trae noticias de Vasto, quien estaba inmovilizado en la Mirandola por 12.000 piamonteses afrancesados. Ese mismo día comienzan a llegar los heridos de la batalla, que cuentan los detalles de lo sucedido a los defensores. Para colmo, en el campo francés aparecen algunos oficiales turcos enviados por Barbarroja.

El 4 de junio, la caballería española e italiana mandada por el príncipe de Salerno masacra a 30 banderas italianas reclutadas por Pedro Strocis cuando querían pasarse al bando francés. Pese a todo, Vasto se ve imposibilitado de socorrer Carignan por lo que el 22 de junio Pirro acepta rendirse con la condición de marchar con todas las armas y banderas, y sin la obligación de tener que volver a España o Alemania, como le había exigido Enguien.

Los supervivientes alemanes forman una columna de a 4 y los españoles otra de a 3, que una vez fuera de la villa se unen en un escuadrón de a 7. Juntos marchan desfilando delante de las tropas francesas, con la arcabucería en vanguardia y retaguardia. Una vez cruzado el Po, despliegan las banderas y tocan los tambores, continuando la marcha durante dos días hasta llegar a Alessandria, donde les recibe Vasto.

Sin darles tiempo a descansar, el marqués envía a San Miguel a tomar Vercelli, que se había pasado al bando francés y hostigaba continuamente a los españoles. La rendición de la plaza con tan escasos hombres y en tan mal estado, hace desistir al resto del ducado de Ferrara de oponerse al emperador.

Pedro Strocis recluta otro contingente en Cremona, con el que intenta llegar al Piamonte. Los tercios de San Miguel (Lombardía II) y Juan de Guevara (Sicilia II) intentan cortarle el paso, pero Strocis los evita internándose en los montes de Génova. Allí le hace gran daño la bandera de Mendo de Benavides, con 400 españoles recién llegados de España, impidiéndole llegar a la plaza. Strocis toma Alba, obligando al maestre de campo general Césaro a que sustituya las guarniciones italianas de Asti y Chieri por los tercios de San Miguel y Guevara.

Mientras tanto, Carlos I pactado con Enrique VIII de Inglaterra un ataque conjunto al norte de Francia. Tras la toma de Chateau Thierry (Champagne) por el emperador, el rey de Francia les ofrece una tregua, la paz de Crépy (18 de septiembre), que duraría hasta que Enrique II retome las armas en 1551.

Los dos soberanos acuerdan devolverse mutuamente los territorios y plazas ocupadas desde la tregua de Niza de 1536. En consecuencia, el marqués del Vasto paga y licencia a todos los alemanes e italianos, y manda 8 banderas del tercio de Cardona (Hungría)[18] a Monferrato y 4 a Saboya. El tercio de San Miguel (Lombardía II) se reparte entre Siena y Luca[19].

1545

En 1544 el Ejército de Italia es destinado a Hungría, para intervenir en la segunda guerra Habsburgo-Otomana.

1546

En 1546 el Ejército de Italia pasa a Alemania para intervenir en la guerra de Esmalcalda.

1547

En 1547 el Ejército de Italia vence a los protestantes en la batalla de Mühlberg.

1551

El Ejército de Italia despliega en la Toscana para intervenir en la novena guerra Italiana.

Tablas resumen

Ejércitos

En la siguiente tabla se resume la evolución de los ejércitos del Imperio español desplegados en el viejo continente durante este reinado.

EJÉRCITO JEFE INICIO FINAL GUARNICIÓN
Ejército Metropolitano Íñigo Fernández de Velasco y Mendoza, condestable de Castilla 1520 1521 Castilla
Antonio Fonseca 1521 1524 Navarra
Ejército de África Hugo de Moncada 1518 1518 Argelia
Carlos I de Habsburgo, rey de España y emperador del Sacro Imperio 1534 1535 Túnez, Bona
1541 1541 Argelia
Ejército de Italia Próspero Colonna 1521 1523 Lombardía
Antonio de Leyva 1524 1525
Príncipe de Orange 1526 1527 Roma
Álvaro de Grado 1528 1529 Calabria
Fernando de Habsburgo, archiduque de Austria y rey de Hungría 1529 1529 Austria
Príncipe de Orange 1530 03/08/1530 Toscana
Alfonso de Ávalos, VI marqués de Pescara 03/08/1530 30/04/1531
Carlos I de Habsburgo, rey de España y emperador del Sacro Imperio 1532 1532 Austria
1536 1538 Piamonte
1539 1540 Países Bajos
1544 1544 Francia
1545 1545 Hungría
1546 1547 Alemania
1551 1559 Toscana
1554 1554 Transilvania
1555 >> Milán

Levas a Italia

En la siguiente tabla se desglosan las levas que llegaron a Italia durante las guerras que enfrentaron a Carlos I y Francisco I entre 1521 y 1545, extraídas del Tratado de Cerezeda:

FECHA JEFE EXPEDICIÓN ORIGEN DESTINO FUERZA
08/1521 Marqués de Pescara Nápoles Parma 4.000
08/1522 Papa Adriano España Roma 5.000
09/1523 Almirante de Francia Borgoña Lombardía 800
08/1523 Juan de Mendoza, Clavero, Segura España Piamonte 900
01/1524 Marqués de Pescara, Juan de Lepe España Milán 1.500
24/02/1525 Pedro de Guevara Francia Italia 1.000
08/1526 Borgoña Milán 500
25/11/1526 Charles de Esparza, Carlos de Lannoy España Gaeta 5.000
03/1528 Alonso Manrique (¿Álvaro de Grado?) España Gaeta 2.000
04/1528 Diego Sarmiento, Juan de Mendoza, Beltrán de la Cueva, Machuca España Génova 2.500
07/1529 Félix Cervellón, Álvaro Madrigal España Italia 2.000
15/08/1529 Carlos I de Habsburgo España Savona 13.000
08/1529 Hungría Italia 300
06/1536 Garcilaso de la Vega Málaga Asti 2.500
01/1537 Andrea Doria España Génova 2.000
23/06/1537 Diego Castilla España Nápoles 7.000
11/1541 Luis Pérez de Vargas Túnez Piamonte 1.000
07/09/1543[20] Giovanni Doria, Santillana España Génova 1.500
03/1544 Álvaro Osorio, Juan de Viamonte, Cristóbal de Enaya, Pedro de Vieta Roma Piamonte 500
03/08/1544 Bernardino Mendoza, Mendo Benavides España Génova 400
TOTAL 53.400

A ellos habría que sumar parte de los 10.000 que fueron de España a Túnez y que luego pasaron a Italia, así como las nueve banderas de guarnición en España que llegaron a Génova en 1544 con Bernardino de Mendoza para socorrer al marqués del Vasto en sus horas más amargas.

La caballería recibió las siguientes aportaciones:

  • Hombres de armas: 10.500
  • Caballos ligeros: 12.500

Del resto de naciones se recibieron los siguientes contingentes:

  • Alemanes: 154.000
  • Italianos: 102.500
  • Suizos: 14.000
  • Grisones: 2.000
  • Otros: 8.100

Referencias

Notas

  1. Esta es la primera mención de un maestre de campo en el tratado de Cerezeda
  2. En el apéndice, este contingente no llega desde Roma hasta agosto y tampoco menciona a su maestre de campo
  3. Cerezeda no incluye este aporte en su apéndice
  4. Puede ser el Felipe anterior.
  5. Cerezeda no especifica el motivo.
  6. Esto parece indicar que el primer maestre de campo del primer tercio es Machicao y no Vargas, salvo que tengamos en cuenta que algunas de esas compañía ya existían en tiempos de Juan de Urbina, por lo que podríamos remontar su antigüedad hasta 1521
  7. Pudo ser sustituido después por Aguilera
  8. Es posible que de los Ríos fuese el maestre de campo de un tercio dividido entre ambas plazas.
  9. Esta es la primera vez que Cerezeda hace mención del nombre de tercio, seis meses antes de la instrucción de Génova
  10. Puede ser el mismo Martín de Sicilia.
  11. Se ignora el nombre de este valiente soldado que aparece recurrentemente en el tratado de Cerezeda.
  12. Esto debe ser un error porque, según el alcaide de la Goleta, Francisco de Tovar, había muerto en 1538 ante Susa.
  13. Pueden ser 4 de Bona y 5 de La Goleta.
  14. Aquí vuelve Cerezeda a emplear este nombre.
  15. Como había ocurrido en 1536, se recupera la denominación de tercio cuando vuelve a articularse el ejército de Vasto en tres contingentes, si bien ahora están todos en el Piamonte.
  16. Se ignora la procedencia y destino final de este tercio.
  17. Se ignora si se había desdoblado el tercio de Hungría o solo era el castellano de Ivrea
  18. Se ignora si había sido ya liberado Cardona o había sucedido en Arce.
  19. Cerezeda no lo menciona, pero el tercio de Vargas es reformado.
  20. En el apéndice, Cerezeda data este refuerzo en 1544, pero en el cuerpo del tratado lo menciona ya en 1543.

Bibliografía

  • Clonard, Serafín María de Sotto Langton, conde de. Historia Orgánica de las armas de infantería y caballería españolas. D. B. González.
    • Tomo III: Austrias Mayores. 1853.
  • García Cerezeda, Martín. Tratado de las campañas y otros acontecimientos de los ejércitos del emperador Carlos V (1521-1545). Sociedad de Bibliófilos Españoles. 1873
  • Giménez González, Manuel. El Ejército y la Armada. Almena, 1864 (reed.).
  • Martínez de Merlo, Jesús y Juan Álvarez Abeillhé. La heráldica y la orgánica de los reales ejércitos. Ministerio de Defensa. 2015.
  • Martínez Ruiz, Enrique: Los soldados del rey. Los ejércitos de la Monarquía Hispánica (1480-1700). Actas, 2008.
  • O'Donnell, Hugo (coord.). Historia Militar de España. Laberinto.
    • Tomo III: "Edad Moderna", V2: "El escenario europeo". 2013.

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