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Campaña de Margarita de Parma

179 bytes añadidos, 19:40 19 sep 2018
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Margarita de Parma concedió un nuevo perdón general, a cambio de que los protestantes respetaran las propiedades y el culto de los católicos. Felipe II se limitó a excusarse de acudir a Flandes por enfermedad y a aconsejarle que nombrase gobernadores católicos para las provincias en las que éstos eran mayoritarios. Sin embargo, los disturbios volvieron a producirse, forzando a los propios ciudadanos católicos a enfrentarse a los rebeldes que recibieron apoyo de Inglaterra, Suiza y los protestantes alemanes y franceses. En cambio, el apoyo del emperador Maximiliano a los católicos no pasó del nivel diplomático.
Cansados de esperar la respuesta del rey, Berghes y Montigni convencieron al príncipe Carlos de que vaya a los Países Bajos, donde sería elegido como monarca. Enterado el rey ordenó prenderlos, muriendo el primero en prisión. Cuando los nobles sediciosos se confederaron en Termonde, solo le quedó al monarca el recurso de la fuerza.  Además de los 6.000 españoles, 12.000 alemanes y 10.000 italianos que ya se estaban levantando para la defensa de Malta y la Goleta, se ordena al barón de Vergigey que levante 100 celadas borgoñonas y 100 arcabuceros a caballo; a Enrique de Vienne, barón de Cheusteau, a Claudio, señor de Cleis Raex y Alto de Monmartin y al conde de Lodron, que levanten alemanes, debiendo el último hacerlo en el Tirol y lagos de Suabia para que están más cerca de Italia, donde habrían de bajar los 4.000. A Diego de Mendoza le ordena juntar armada en La Coruña para pasar a los Países Bajos, y a su gobernadora tener otra en Ulisinghen (¿Flesinga?) para salir en su conserva en la entrada del canal. Al rey de Francia, su cuñado, le pide paso franco por desde la Provenza y el Leonés para que, desembarcando en Frejus, su tropa pueda pasar a Borgoña y Luxemburgo. Al A su primo el duque de Saboya, su primo, y al de Lorena les avisa del paso del ejército. Y, finalmente, envía a Juan de Acuña Vela para reconocer todo el itinerario.
El consejo real se reúne en Segovia para debatir quién debía mandar este ejército. Descartado Ruy Gómez por carecer de experiencia militar, solo quedan las opciones del duque de Feria y el de Alba, más diplomático el primero y más enérgico el segundo. El rey opta por Alba, dado su mayor experiencia bélica y el mayor respeto que infundirá en sus tropas. Inmediatamente, Fernando ordena que las compañías de caballería de Milán se acrecienten hasta las 100 plazas, incluyendo la que le servirá de escolta, y recluta otras dos para los capitanes Juan Montañés, castellano de Novara, y Monter, del de Asti. A García de Toledo le ordena que transporte a Lombardía los tercios viejos de Nápoles, Sicilia y Cerdeña que, junto al del ducado, ascienden a 8.000 hombres. A ellos se suman otros 3.000 bisoños que llevará Alba desde la península. Ordena también que permanezcan en Lombardía los alemanes que estaba previsto trasladar a Malta y que se recluten 500 gastadores para abrir camino por Saboya. A su duque le provee de dinero para pagar 2.100 que debe levantar para proteger el paso del ejército.

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