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Campaña de Milán

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Texto reemplazado: «Cerezeda» por «Cereceda»
El 29 de septiembre el campo imperial se encamina a tomar Milán. Lautrec avanza hasta Parma y saca a Lescun con todos los franceses y se dirige a defender Milán, dejando a los italianos con Federico Bozoli. Llega el cardenal de Sión con 12.000 suizos y Antonio Pucio con 2.000 italianos para reforzar el ejército papal.
El maestre de campo Juan de Urbina cruza el río Adda en barca con 30 escopeteros y toma un palacio en Babar<ref>Esta es la primera mención de un maestre de campo en el tratado de CerezedaCereceda. Sandoval también confirma su empleo.</ref>. Pasaron cinco compañías de españoles cuyos capitanes eran Urbina, Alonso de Córdoba, Felipe Cerbellón, Jerónimo Tomás y Guzmán<ref>Salvo este último, todos estos capitanes citados por Sandoval pero no por CerezedaCereceda, aparecen en la muestra de 1525 recopilada por Villa.</ref>. Cuando llega en su ayuda Giovanni de Médici con caballería ligera, los franceses se retiran a Milán, que fortifican. Pescara toma 500 escopeteros y va a Betyno, uno de los bastiones de la ciudad, guardado por los venecianos de Tribulzi, que es herido y capturado. Lautrec se retira a Como, después a Lecco y finalmente a Cremona con Lescun.
El 22 de noviembre Próspero toma finalmente Milán, sin resistencia. Después envía a Pescara y Urbina a Como con 1.000 infantes, 50 lanzas y 50 jinetes. Allí se rinde Vendome, pero los españoles saquean la ciudad y el bagaje de los defensores durante su retirada, para disgusto de Pescara. Entretanto, muere el papa según unos de sus excesos y según otros de un veneno. Ante la previsible falta de dinero, Próspero paga a los suizos, grisones e italianos y los despide, para evitar motines. Los españoles y alemanes se asientan en Alejandría, capital del Ultrapó, para vivir de la tierra hasta la llegada del verano y de nuevas remesas de dinero.
El campo imperial pone después sitio a Génova, defendida por Ottavio Fregoso. Francisco I levanta 14.000 hombres en Gascuña y Narbona, que pone al mando de Robert Scott, y envía por delante una flota al mando del traidor Pedro Navarro. El marqués de Pescara planta la batería y lanza a los españoles por la brecha. Navarro sería capturado por Juan de Urbina, quien había servido a sus órdenes como soldado durante las campañas del Gran Capitán. Una vez tomada y saqueada la plaza, el emperador ordenó restablecer su gobierno legítimo en manos de los Adorno y que el ejército partiera hacia Saluzzo y Asti, en el Piamonte, donde el ejército francés prefiere retirarse a combatir.
El día de Santiago, el capitán general Próspero Colonna pasa muestra al Ejército de Italia, entre cuyos capitanes se encuentra Francisco VillaturrielVillaturiel, uno de cuyos arcabuceros era el bisoño Martín García CerezedaCereceda.<ref>Este joven cordobés alternará sus funciones de soldado con las de escritor, regalando a la posteridad el ''Tratado de las campañas de los ejércitos del emperador Carlos V en Italia, Francia, Austria, Berbería y Grecia, desde 1521 hasta 1545''. Una joya redescubierta por la Sociedad de Bibliófilos Españoles donde cuenta en primera persona las operaciones de los ejércitos españoles, la orgánica y plantilla de sus unidades, el personal que las integra desde general a soldado, las bajas que sufren en combate, los lugares por los que desfilan sus banderas y muchos otros datos de interés.</ref>.
Después parten a Lombardía, donde Próspero manda tres banderas a tomar el domo de Ossola, en la frontera suiza, otras seis van con Pescara a Iseo, frontera con los grisones. Tras rendir su castillo, Próspero licencia a los alemanes ante la imposibilidad de pagarles. Don Juan Manuel emprende una embajada para conseguir 140.000 ducados de Florencia, Milán, Luca, Siena y Génova, fin de mantener sobre las armas a los españoles. A Venecia envió a Adorno para asentar la paz, pero este murió por el camino y el trato no se cerró hasta nueve meses después gracias a Merino Caracciolo. Pescara viaja a España para ser recibido por el emperador.
A comienzos de septiembre el almirante de Francia entra en el Piamonte con 30.000 franceses, 1.000 lanzas, 2.000 jinetes y 2.000 ballesteros a caballo, reuniendo a todos los partidarios que tenía en esa región. Próspero ordena a Leiva que se repliegue de Asti a Alessandria, enviando a su guarnición de 2.000 italianos a Cremona, al mando de Francisco Salomón.
Antonio Leiva deja a la compañía de Francisco Villaturriel Villaturiel de guardia en un puente del Tesino entre Vigevano y Abbiategrasso, donde retienen durante un día y medio a todo el campo francés<ref>Bautismo de fuego de CerezedaCereceda.</ref>. Llega en su defensa Giovanni de Médici (que había vuelto al bando imperial) con 100 jinetes y 100 arcabuceros. Próspero los refuerza con tres banderas italianas.
El 14 de septiembre envía Próspero a Antonio de Leiva a Pavía con 8 banderas de infantería, 3 estandartes de jinetes y 2 de lanzas españoles, más el conde Filippo Tornielli con una coronelía de infantería y dos compañías de jinetes italianos. Pero se enfrascan unos contra otros y, finalmente, los italianos abandonan Pavía.
El almirante contrata a una espía, que traba amistad con Morgante de Parma, cabo de la coronelía de Médici que tenía a su custodia una de las puertas de la ciudad. Este intenta la colaboración de Giovanni de Ferrara, cabo de la coronelía de Stefano Colonna, que montaba guardia a la entrada adyacente. Pero este cabo se lo cuenta a su coronel y este a Médici, que ordena pasar por las picas a Ferrara y a sus cómplices. Días después, Juan de Urbina protagoniza otra encamisada en la que tomó 5 banderas sin perder ningún hombre.
A finales de noviembre, el almirante se entera de que el virrey de Nápoles se aproxima con refuerzos, por lo que decide levantar el cerco a Milán. Alarcón sale en su persecución con 500 jinetes, 300 lanzas, 1.000 infantes españoles y 1.000 alemanes. Refugiado en Abbiategrasso, envía a Renzo de Ciere a tomar Arona, que resiste un mes. En diciembre llega el virrey, Carlos de Lannoy, y le obliga a retirarse. Lleva consigo 6 banderas españolas, 4.000 italianos, 4 cañones y la caballería del reino<ref>Cerezeda Cereceda no incluye este aporte en su apéndice</ref>. En Nochebuena arriban a Pavía y a finales de año a Milán. El 23 había fallecido Próspero Colonna.
Paralelamente, la curia elige como nuevo papa a Julio de Médici con el nombre de Clemente VII. Como pretende hacer las paces entre los reyes cristianos, decide abandonar la liga aunque renuncia a los diezmos de Nápoles para ayudar a sostener el ejército imperial.
==1524==
El 10 de enero el marqués de Pescara regresa a Milán desde España acompañado de un contingente de 1.500 infantes, entre los que se encuentra el capitán Juan de Lepe<ref>Cerezeda Cereceda menciona este año como maestre de campo al comendador Urrías, quien debía serlo de caballería.</ref>.
Lannoy pasa revista al ejército, tras la que organiza una encamisada con 3.000 españoles, 2.000 alemanes, 200 lanzas y 500 jinetes para combatir al almirante, junto a Pescara, Vasto, Alarcón y Urbina. El resto queda de guarnición en Milán con Borbón, Leiva y Médici. Los franceses son sorprendidos dormidos, y acaban muertos o despojados de todas sus pertenencias en apenas dos horas. Muchos de los que intentan huir son apresados por Giovanni de Médici.
El virrey plantea batalla al almirante en Romananchi, donde Urbina es herido por un arcabuzazo en el muslo. Hay numerosas bajas en ambos bandos hasta que a finales de abril llega Chaban con refuerzos suizos. Pescara, Alarcón y Leiva ordenan a los arcabuces que monten a las grupas de los caballos y salen a su encuentro, poniéndoles en fuga.
En contra del criterio del virrey, los generales españoles acuerdan perseguirlos. Bayard es capturado pero muere de un arcabuzazo, siendo entregado su cadáver al almirante con las honras que se merecía.
A comienzos de mayo el ejército imperial llega a Yvrea, donde el virrey ordena a Alarcón que continúe la persecución con 11 banderas españolas, 300 lanzas y 500 jinetes. Alcanzan a los franceses y les arrebatan otros 30 cañones, tras lo cual los supervivientes cruzan a Francia por Aosta.
El 16 de agosto alcanzan Marsella, que les recibe con mucha artillería tanto desde la fortaleza como desde la flota anclada en las islas Pomégues. Guarnecen la plaza Renzo da Ceri y Fadrico de Bozzoli con 9.000 italianos y gascones.
En una escaramuza hieren al alférez de Urbina, Rodrigo de Cuero, y a muchos soldados. Como Moncada no puede fondear en Marsella, lo hace en Tolón, adonde es enviado el capitán Biurre con sus caballos ligeros y 7 compañías de infantería a recoger la artillería. Allí queda de guardia la compañía de VillaturrielVillaturiel<ref>Cerezeda Cereceda describe a la perfección la fortaleza ''porque la medí muchas veces haciendo guardia en lo más alto della''.</ref>.
Cuando llegan a Marsella, el capitán ingeniero Martinengo comienza a trazar una trinchera, periodo durante el cual se producen algunas escaramuzas. En una de ellas, un italiano reta a Pizaño a duelo de picas pero, al comprobar los defensores que este cobraba ventaja, le arrancaron media mandíbula de un arcabuzazo. Pescara y Vasto también participaron en sendas justas. En otras escaramuzas mueren los capitanes Guzmán y Cantelano.
Acabada la trinchera, se asentó la artillería de Moncada y la capturada en Tolón, derribándose un lienzo de la muralla. Borbón no se decide a dar batalla por considerar que le costaría muchas vidas. Además, los espías en la corte francesa<ref>Sandoval añade a un informante de la propia Marsella.</ref> le avisan de que Francisco I encabeza en persona una nueva invasión de Lombardía, al saberla desguarnecida. Se decide enterrar los cañones más gruesos para que no estorben el repliegue ni sean capturados por los franceses. Los capitanes Pedro y Juan de Mercado regresan a Tolón con el resto de la artillería para reembarcarla hacia Génova el 28 de septiembre.
El ejército comienza el repliegue, hostigado por Renzo da Ceri. Este consigue arrebatar una pieza a los alemanes, pero Pescara la recupera y desde entonces los españoles siempre forman a retaguardia. En Fréjus se les unen los Mercado y Villaturriel Villaturiel con sus compañías, que Pescara manda en vanguardia para que vayan haciendo acopio de vituallas.
Tras pasar por Mónaco, San Remo<ref>Donde Urbina embarca hacia Nápoles para resolver ''cosas que a su honra tocaban''.</ref> y Finale, se internan en Saboya y cruzan el Po por Stradella. El 21 de octubre se reúnen en Pavía la plana mayor del ejército expedicionario y la del lombardo. Se acuerda que Leiva siga guarneciendo Pavía con 4.000 alemanes (Festtefriz), 1.200 españoles (Aponte, Pedro de Bracamonte, García de Manrique), 200 lanzas y 200 jinetes (comendador Urrías). El virrey y el duque de Borbón se van a Lodi con la caballería pesada, los italianos a Cremona; Pescara, Vasto y Alarcón a Milán. El duque Sforza había desamparado la ciudad, muy debilitada por la peste, y había ordenado a sus habitantes que se dispersaran por la campiña. Pescara y Lannoy le escriben para que mantenga su fidelidad del emperador, pero el duque pondera los beneficios de aliarse con el rey de Francia para salvarse.
Villaturriel Villaturiel y los Mercado intentan destruir un puente de barcas en el Tesino para que no lo tomasen los franceses, pero su vanguardia se les adelanta. Alguna caballería milanesa toma partido por Francia y hostiga al ejército imperial. Sus capitanes son Jerónimo Tribulzi, que sería muerto en Monza, Beljoyoso, Somaria y Popol.
En Milán, Alarcón y Pescara intentan salir a capturar informantes, pero el capitán Rodrigo de Ripalda se lo impide por miedo a lo que pudiera acontecerles y envía a su sargento Cristóbal Arias con 30 arcabuceros. Capturan a dos franceses que les informan que el rey estaba a tres millas con 2.000 gendarmes, 2.000 archeros, 6.000 suizos, 6.000 alemanes, 5.000 gascones y 5.000 italianos. A la vista de su inferioridad numérica, Pescara decide abandonar Milán y marchar a Lodi.
De Pavía llegan noticias de que los alemanes están a punto del motín por falta de pagas, por lo que el virrey envía al alférez Cisneros de la compañía de Ripalda con 5.000 florines de oro. Aquel reparte el dinero con un soldado de su confianza llamado Romero, y consiguen engañar a Guevara, quien guarda los accesos a Pavía con su gente. Una vez en la plaza, entregan el dinero a Leiva, quien consigue así calmar a los alemanes. El 7 de noviembre, Francisco planta una batería de siete horas, pero resulta infructuosa, perdiéndose 3.000 infantes italianos y 300 gendarmes en el asalto posterior. El rey intentó desviar el curso del Tesino, pero cuando casi había acabado la obra el 17 de noviembre sobrevinieron unas lluvias tan torrenciales que destrozaron todos sus reparos.
Ese mismo día, el papa Francisco I envía contra Nápoles a sir John ScottJuan Estuardo, duque de Albany, con 2.000 alemanes, 2.000 italianos, 600 lanzas y 500 jinetes. En ponte Tremol se unió a Renzo de Chieri, que venía por mar con otros 6.000 infantes, y con otros muchos del bando de los Ursinos. Se les une Giovanni de Médici, sobrino del papa con otros 3.000 infantes. Pescara pone sobre aviso a Juan de Urbina, que seguía en Nápoles. Esta expedición tardó tanto en llegar a su destino, que antes se decidiría el destino de Italia en la batalla de Pavía, donde esos refuerzos habrían resultado vitales para el rey francés.
Leya apresta una salida con los capitanes Aponte, Pedro Bracamonte, Cristóbal de Torralba y el alemán Coradin junto a 1.000 hombres de todas las naciones para que destruyan un bastión del cerco defendido por cinco compañías de Médici. Les matan 800 hombres y les arrebatan cuatro banderas, a costa de solo seis heridos. Una nueva encamisada consigue matar otros 600 grisones y arrebatarles tres cañones.
Francisco, enfurecido, ordena a un coronel alemán a su servicio que convenza a Festtefritz para que les abra las puertas de la ciudad cuando le toque guardia. El engaño es descubierto por una prostituta alemana, y Leiva envía al puente a Bracamonte con 200 arcabuceros españoles. Cuando llegan los franceses, son recibidos a tiros y los alemanes ajusticiados, siendo nombrado nuevo coronel Juan Bautista LodroneLodron. Francisco vuelve a dar varias baterías y batallas, pero todas son ineficaces ante la férrea defensa de Leiva y sus hombres por lo que, finalmente, decide levantar el campo y retornar a Bereguardo.
==1525==
Este año Cerezeda Cereceda menciona a un maestre de campo llamado Francisco Guastaldo, si bien le atribuye el mando de una compañía de caballos ligeros y solo cita a dos capitanes de infantería: Luis de Viacampo y Juan de Vargas.
El 6 de enero el duque de Borbón regresa de la corte del archiduque Fernando con 10.000 alemanes al mando del coronel Frundsberg y 200 caballeros alemanes y borgoñones. El marqués de Pescara reúne a los españoles y les ruega que no solo renuncien a sus pagas, sino que aporten de sus ahorros el capital suficiente para pagar a los alemanes, a fin de salir en campaña y abastecer la artillería, lo que todos aceptan. El contador Angilberto toma nota de cada préstamo a fin de reembolsarlo cuando llegase el dinero de España.
Estas iban encabezadas por el escuadrón de 500 gendarmes del duque de Alençon, flanqueado por 5.000 esguízaros. Detrás vienen el rey Francisco, Enrique de Navarra, el príncipe de Escocia, el almirante de Francia, el duque de la Paliza, el conde de Sant Pol, el marqués de Aubernia con otros 60 príncipes y 2.000 lanzas profusamente engalanadas. Les sigue la banda negra de infantería alemana, con más de 15.000 hombres. Tras ellos, tres escuadrones con 10.000 esguízaros, 15.000 italianos y 10.000 gascones y bearneses. Otros 10.000 franceses e italianos de a pie y a caballo quedaron sobre Pavía para impedir la salida de sus defensores.
El escuadrón italiano sufre el ataque de la caballería francesa y es deshecho, perdiéndose las escasas piezas. Los alemanes dudan y se echan al suelo, por el gran daño que les provoca la artillería francesa, pero Jorge de Frundsberg les convence de dar la talla como los españoles. A los capitanes Alonso de Córdoba y Rodrigo de Ripalda les ordena Pescara que tomen 200 arcabuceros<ref>Entre ellos, CerezedaCereceda.</ref> y protejan a los hombres de armas de la carga de la gendarmería francesa. Como Pescara les había dicho que los franceses no pensaban ofrecer cuartel, los arcabuceros no lo aceptaron y mataron a cuanto gendarme se les puso a tiro, incluyendo al almirante Paliza. El marqués de Civita de Sant Angel no empleó cadenas en lugar de riendas, lo que le costaría la vida al desbocarse su caballo y meterse entre las filas francesas, siendo alanceado por el propio Francisco.
Los españoles se dividen en dos escuadrones, el primero de los cuales carga contra Mirabel. El segundo acomete de costado contra un cuadro suizo que se encontraba trabado contra el alemán, y lo deshace. Luego 300 arcabuceros españoles se apoderan de la artillería francesa desjarretando a sus caballos, que utilizan como parapetos frente a los lanceros franceses. La banda negra se tropezó contra el escuadrón español de Pescara que en varias rociadas acabó con la mitad de sus filas. En este momento, Leiva que estaba enfermo, ordena salir de Pavía a 1.000 infantes para entretener a los italianos que cercaban la plaza y evitar que socorrieran al campo francés.
Temeroso el papa de que el emperador quiera extender su dominio a toda Italia, convoca a los nobles de las principales señorías y crea una liga a la que invitan a unirse a Pescara, que informa al emperador, traslada el ejército a Saboya y envía al maestre de campo Francisco Guastaldo con 11 banderas españolas (incluidas las de Luis de Viacampo y Juan de Vargas) y algunos caballos ligeros tomen el Carpio, donde resiste una guarnición francesa. El conde de Carpio pacta su rendición pero luego trama una emboscada. Esta fue descubierta por una moza que tenía amores con Francisco de Prosley, teniente de Guastaldo.
Alertados por Jerónimo Morón de las intrigas de la Liga, Pescara y Leiva envían a la compañía de Villaturriel Villaturiel a Villana, un paso fronterizo entre Francia e Italia donde se hacían postas y allí capturan una estafeta. Por ella conocen un complot para degollar a todas las guarniciones españolas el día de Santiago. Para evitarlo, Pescara ordena reunir a todas las fuerzas en Pavía, Lodi y otras plazas fuertes.
A finales de septiembre regresan de Francia once capitanes italianos a los que Pescara conmina a atravesar las líneas españolas con las banderas plegadas y en grupos de a veinte. Los italianos se niegan y se hacen fuertes en el castillo de Rebel. Cuando intentan desalojarlos, el maestre Urbina, que había regresado al campo, es herido de un arcabuzazo. A medianoche los italianos intentan salir del castillo sin ser vistos, mas son detectados y masacrados por los españoles.
==Levas a Italia==
En la siguiente tabla se desglosan las levas que llegaron a Italia durante las guerras que enfrentaron a Carlos I y Francisco I entre [[1521]] y [[1545]], extraídas del Tratado de CerezedaCereceda:
{| class="wikitable sortable" style="margin: auto;"
|-
| 08/[[1521]]
| Fernando Francisco de Ávalos Aquino y Cardona, V marqués de Pescara<ref>Cerezeda Cereceda (I, 9-148)lo cita como general de la infantería mientras que Sandoval (Sandoval I, 397) lo hace como coronel. En el primer caso, estaba a las órdenes de un contingente de 1.500 veteranos reenganchados en Nápoles y de 1.000 bisoños que habían desembarcado en Piombino. Según Cerezeda Cereceda (I, 8) tros 1.500 marchan a Génova con Jerónimo Adorno, condottiero genovés. Según Sandoval eran 3.000 (I, 397).</ref>
| Nápoles
| Parma
|-
| 07/[[1529]]
| Álvaro Madrigal, Félix Cerbellón<ref>Aparece citado como capitán en Cerezeda Cereceda I 23-46 (1522-1529). Es posible que ese año ascendiera a maestre de campo y se le encomendara el mando de esta expedición.</ref>
| España
| Italia
|-
| 15/08/[[1529]]
| [[Carlos I de Habsburgo]], ¿Rivera?<ref>Citado por Cerezeda Cereceda en I, 238-239, pero no en el apéndice.</ref>
| España
| Savona
| align="right" | 1.000
|-
| 07/09/[[1543]]<ref>En el apéndice, Cerezeda Cereceda data este refuerzo en 1544, pero en el cuerpo del tratado lo menciona ya en 1543.</ref>
| Giovanni Doria, Santillana
| España
* Otros: 8.100
==Referencias==
 
===Notas===
<references />
===Bibliografía===
* García CerezedaCereceda, Martín: ''Tratado de las campañas y otros acontecimientos del emperador Carlos V''. Sociedad de Bibliófilos Españoles. 1546/1873.
* Sandoval, Prudencio: ''Historia de la vida y hechos del emperador Carlos V''. Geronymo Verdussen. 1614/1681.
[[Categoría:Guerras Italianas]]

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