Vexilología del siglo XIX

Carlos IV

Guardias de Corps

Hasta la organización de 1807 los estandartes y paños de timbales siguieron siendo los mismos de la ordenanza de 1769, con el añadido de los morados para la Americana, creada en 1793. En 1790, junto con el uniforme grande, se construyeron nuevos estandartes.

En 1807 la primera compañía mantiene el color rojo, la segunda adopta el morado de la americana y a la tercera se le diseñan estandartes celestes. La compañía flamenca depositó sus dos estandartes en el Cuartel de Conde Duque de Madrid, de donde los tomaron los franceses como trofeo para depositarlos en la Asamblea Nacional. Se ignora el destino de los estandartes de la compañía italiana.

Los guardias huidos del Escorial en 1808, combatieron con los dos estandartes rojos de la primera compañía, recuperándose los tres colores con la reorganización de 1811.

Brigada de Carabineros

Al regresar de la campaña del Rosellón, la brigada ofrendó sus estandartes a la Virgen del Pilar, en Zaragoza, donde probablemente fueron robados durante la guerra. Ese mismo año de 1795 recibió estandartes nuevos con las armas Reales.

Uno de ellos acompañó al escuadrón que se fugó desde Ocaña en 1808 y fue capturado por los franceses, que lo devolvieron en 1823. Fue depositado primero en la Basílica de Atocha, pasando posteriormente al Museo del Ejército.

Fernando VII

A la división de caballería de la nueva Guardia Real se le señaló un estandarte por cada escuadrón, pero en la práctica solo dispuso de uno por regimiento, que actualmente se custodian en el Museo del Ejército. Son de damasco carmesí con las siglas GR en las esquinas de los anversos y en los reversos motivos alegóricos de cada instituto: corazas y casco, lanzas, gorras de pelo, sables y tercerolas. En el centro, las armas reales.

El 1 de junio de 1833 regaló la reina regente Dª María Cristina un nuevo estandarte al Real Cuerpo de Guardias de la Persona, que le acompañó hasta su disolución en 1841, siendo entonces depositado en la Real Armería, donde se conserva. Bordado en plata con un coste de más de 4.000 duros, fue bendecido en la capilla del cuartel por el obispo de Pamplona, D. Severino Adriani, antiguo capellán del cuerpo. Luce en su anverso las armas Reales y la leyenda María Cristina de Borbón premia la lealtad y en los cuatro ángulos las cifras de Fernando VII, Mª Cristina e Isabel. En el reverso aparecen enlazadas la F y la C y el lema Valor y lealtad será siempre nuestra divisa. Los efectos del incendio de 1884 obligaron a pasar el bordado del tafetán original a un paño que actualmente se conserva en la Real Armería.

Sexenio Revolucionario

El Gobierno Provisional organiza en 1869 el Escudo Nacional con los cuarteles de Castilla, León, Aragón y Navarra, con Granada en punta, las columnas de Hércules y la corona mural.

Con Amadeo I se volvió al escudo contracuartelado de castillos y leones y la corona real, pero añadiéndole el escusón de la casa de Saboya.

La I República volvió a introducir las barras y cadenas en los dos últimos cuarteles y suprimió la corona.

En la práctica en los regimientos se limitaron a rascar el escusón y a romper la corona, como demuestra los numerosos restos que se conservan.

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