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La caballería europea en la Baja Edad Media

8 bytes añadidos, 15:14 4 mar 2017
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Básicamente, el feudalismo consistía en que un hombre libre (el vasallo) recibía la concesión de un bien (el feudo) por parte de otro hombre libre (el señor), ante el que se encomendaba en una ceremonia codificada (el homenaje) que representaba el establecimiento de un contrato sinalagmático (de obligaciones recíprocas). El feudo se dividía entre la reserva señorial (donde se concentraba la producción del excedente) y los mansos (donde se concentraba la producción imprescindible para la reproducción de la fuerza de trabajo campesina). Además, los siervos se obligaban a distintos tipos de pago, como una parte de la cosecha o un pago fijo, que podía realizarse en especie o en moneda (forma poco usual hasta el final del Medievo.
 
En torno al año 1000, en toda Europa se había implantado ya el régimen señorial. La sociedad feudal se caracterizaba por su división en tres estados: los que luchaban (''bellatores''), los que rezaban (''oratores'') y los que trabajaban (''laboratores''), es decir, los [[guerrero]]s, los sacerdotes y los campesinos. Pero ello no quería decir, ni mucho menos, que una tercera parte de la sociedad fuera guerrera. De hecho, los [[ejército]]s medievales distaban mucho de ser numerosos. Por el contrario, la arquitectura [[militar]] se desarrolló vigorosamente entre los años 1000 y 1300, erigiéndose el [[castillo]] como el símbolo más visible del poder feudal. Los señores no podían mantener grandes [[ejército]]s ni acometer empresas de gran envergadura, pero tampoco se prestaba a ello el individualismo de la época. La [[guerra]] en Europa quedó reservada a los poderosos.
==La caballería feudal==
En torno al año [[1000]], en toda Europa se había implantado ya el régimen señorial. La sociedad feudal se caracterizaba por su división en tres estados: los que luchaban (''bellatores''), los que rezaban (''oratores'') y los que trabajaban (''laboratores''), es decir, los [[guerrero]]s, los sacerdotes y los campesinos. Pero ello no quería decir, ni mucho menos, que una tercera parte de la sociedad fuera guerrera. De hecho, los [[ejército]]s medievales distaban mucho de ser numerosos. Por el contrario, la arquitectura [[militar]] se desarrolló vigorosamente entre los años [[1000]] y [[1300]], erigiéndose el [[castillo]] como el símbolo más visible del poder feudal. Los señores no podían mantener grandes [[ejército]]s ni acometer empresas de gran envergadura, pero tampoco se prestaba a ello el individualismo de la época. La [[guerra]] en Europa quedó reservada a los poderosos.
 
Efectivamente, los señores feudales europeos no dudaron en abandonar la seguridad de sus [[castillo]]s, para asumir voluntariamente la responsabilidad de limpiar Occidente de bandidos y extranjeros, sin más ayuda que su valor, su [[armamento]] y su [[caballo]]. Esta extraña mezcla de pureza y crueldad fue aprovechada por la Iglesia Católica para convertir al rudo [[jinete]] altomedieval en el perfecto [[caballero]]. Así nació la [[caballería]] como institución, a la que entraron voluntariamente la mayoría de los [[guerrero]] medievales. Solo se exigía vocación de sacrificio y entrega a un modo de vida que exigía bravura sin límites, lealtad hacia el señor, benevolencia hacia el vasallo y juego limpio contra el adversario. Quien incumplía su juramento y no ajustaba su conducta con la propia del [[caballero]] era sancionado con la degradación y la infamia de ver rotas sus [[arma]]s y [[espuela]]s.
Las fuerzas de [[caballería]] se organizaban de forma bastante homogénea en todo el continente, siendo la [[lanza]] ''fornida'' o completa la [[unidad]] base. Estaba compuesta por un [[caballero]], un doncel o [[escudero]], varios lacayos armados de [[arco]] o [[ballesta]], y un número variable de criados, incluyendo generalmente un [[paje]] de [[lanza]] y/o un [[palafrenero]]. La [[bandera]] estaba compuesta por varios [[caballero]]s hidalgos unidos por lazos feudales y mandados por un [[abanderado]]. La [[mesnada]] se componía de un número impreciso de [[bandera]]s de un mismo linaje o región en torno a su señor. Varias [[mesnada]]s constituían una [[hueste]], que mandaba un título nobiliario o el propio monarca.
La [[táctica]] elemental de esta [[caballería pesada]] residía en presentar al [[enemigo]] un frente amplio y compacto llamado [[batalla]], para dar después una [[carga]] a la mayor velocidad posible, a poder ser desde los flancos. Al [[choque]] le seguía una desordenada pelea en la que el triunfo dependía del valor individual y de su destreza con las [[arma]]s, pero casi nunca de la acción conjunta. En el siglo XII la [[cota de malla]] se alargó hasta la rodilla, mientras que se adoptaba un pesado [[yelmo]] para proteger la cabeza. A la [[panoplia]] fueron añadiéndose los mitones, los guanteletes de malla, las casacas acolchadas para usar bajo la cota y las sobrevestes de lana o lino para cubrirla de las inclemencias del tiempo.
==Las cruzadas==
Tras cada cruzada quedaban en Tierra Santa miles de peregrinos, para cuya defensa frente a los musulmanes nacieron las [[orden de caballería|órdenes militares]]:
* [[Orden del Santo Sepulcro]] (1098)
* Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, luego [[orden de Malta]] (1099);
* [[Orden del Temple]] (1119).
Sus componentes son eran [[caballero]]s mitad [[guerrero]]s y mitad monjes, que hacen hacían votos de castidad, pobreza y obediencia. A los habituales deberes del [[caballero]], que eran los de fidelidad al señor y protección de la Iglesia y los desvalidos, se añade añadían ahora la asistencia a los peregrinos y la propagación de la fe.
Pese a sus innegables virtudes militares, los [[caballero]]s solían hacer tal gala de arrogancia y desprecio por los más elementales principio estratégicos y tácticos, que cinco grandes [[ejército]]s perecieron en las cruzadas hasta el último hombre. Durante la Primera Cruzada tuvo lugar la [[batalla de Dorilea (1097)]]. El elevado número de voluntarios participantes en la campaña y la presencia de unos notables caudillos hicieron de esta batalla un modelo clásico con un ritmo impropio de la época en que se dio. Constituye por tanto una excepción en la historia bélica medieval donde se puso de manifiesto la limitada capacidad combativa de las mesnadas caballerescas.
Este éxito, que dejó expedito el camino de Siria, no se repitió en [[1104]], cuando el propio rey Balduino escapó por los pelos de una celada similar a la de Carrae, a la que le atrajeron los turcos junto al propio Bohemundo.
La [[táctica]] de la [[caballería]] turca, heredada de árabes y partos, buscaba el envolvimiento del enemigo, hostigándole con nubes de [[flecha]]s hasta agotarle o forzarle a una [[carga]] suicida. Para combatirla, los pesados [[caballero]]s cruzados se esforzaban en maniobrar como si fueran de [[caballería ligera]], realizando emboscadas y persecuciones. Durante la tercera cruzada, Ricardo Corazón de León apoyó la acción de sus [[mesnada]]s con [[caballero]] a pie.
Tras una breve participación en las primeras cruzadas, los [[caballeroscaballero]] s de la [[orden Teutónica]] se lanzaron a una cruzada particular para conquistar y evangelizar Europa Oriental, poblada en esta época por varias tribus eslavas mayoritariamente paganas. En esta tarea colaboraría la nueva orden de los Caballeros Livonios Portaespadas.
A finales del siglo XIII aparecieron las [[armadura]]s de planchas, compuestas de piezas de acero que resguardan todas las zonas del cuerpo:
* [[Coraza]] para el torso;
* [[Escarcela]]s Escarcelas para las caderas;* [[Quijote]]s Quijotes para los muslos;* [[Bacinete]] con visera móvil para la cabeza.
Simultáneamente, aumentó la preocupación por recubrir al [[caballo]] de planchas metálicas para neutralizar [[ballesta]]s, [[arco]]s y [[pica]]s, llegando a límites descabellados al hacerle cargar con casi 200 kg. Este aumento de peso relegó en España a los caballos "del país" en beneficio de unas razas especiales criadas especialmente en Bretaña y Flandes capaces de tales proezas. Para que llegasen enteros al combate, el caballero se trasladaba en un [[palafrén]] más ligero.
==Los mongoles==
Mientras en toda Europa se reducían progresivamente las [[hueste]]s montadas ante la imposibilidad de los señores feudales para mantenerlas, en Asia se mantenía la tradición semita, indoeuropea o helenística de los grandes [[ejército]]s. Tras haber conquistado China en [[1220]], Gengis Khan llevó a cabo la conquista del Imperio islámico, mediante una gran maniobra envolvente de su [[caballería ligera]] sobre los [[catafractos]] persas. La subsiguiente destrucción de todo rastro de vida causó un profundo impacto psicológico en las poblaciones invadidas. Sometida Asia, sus sucesores se dirigieron hacia Europa, saqueando Rusia, Polonia y Hungría durante veinte años. Pero en cuanto se acabaron las llanuras y se tropezaron con los profundos bosques germanos y con las grandes cordilleras centroeuropeas, volvieron grupas para instalarse definitivamente en las estepas asiáticas que les eran propicias.
Poco después, todo el Oriente Medio se vio sacudido por una nueva invasión, esta vez por parte de tribus turcomanas dirigidas por Tamerlán, que superó a su predecesor en cuanto a hechos sanguinarios.
Paralelamente a su ineficacia, creció la pompa de la [[caballería]] que desde el siglo XII tiene ya carácter hereditario y se cierra en banda a cualquier aportación exterior. El sentimiento de clase superior degenera en el desprecio del peligro y la subestimación del [[enemigo]], abandonándose la [[táctica]] más elemental en beneficio de la [[carga]] frontal. Como pasaría siglos después cuando el paso del [[caballo]] al [[carro de combate]], la [[caballería]] precipitó su propia ruina al olvidar sus características esenciales. Si en el [[siglo XX]] se aferró al [[caballo]], antes que reconocer la ventaja que ofrecían los nuevos vehículos blindados para realizar sus misiones, en el siglo XIV se olvidó de estas en beneficio del [[blindaje]].
El primer descalabro serio sufrido por un contingente de [[caballería pesada]] tuvo lugar en Courtrai ([[1302]]) cuando una [[hueste]] flamenca de piqueros a pie destruyó a otra francesa de 1.500 [[caballero]]s. Estos quedaron atrapados en un terreno pantanoso y fueron presa fácil de los piqueros. No se adoptó medida alguna porque se culpó al barro de la derrota.
El segundo descalabro fue la victoria de los alabarderos suizos sobre los [[caballero]]s austriacos en Mongarten ([[1315]]). Los [[jinete]]s cayeron en una emboscada en un angosto paso alpino y fueron degollados. Esta vez se culpó al terreno y a la falta de un [[reconocimiento]] previo.
Veinticuatro años después, los mismos alabarderos suizos formaron el erizo en Laupen frente a sus propios señores feudales, que se vieron imposibilitados para vencerlos. La llegada de refuerzos cogió a la [[caballería]] por el flanco y por retaguardia. La victoria fue tan clara que esta vez no pudo culparse a nadie.
Simultáneamente, en las islas Británicas se venían desarrollando las unidades de [[arquero]]s desde las guerras galesas. Con casi dos metros de altura, su [[arco]] requería un esfuerzo muscular de 50 kg para tensarlo, pero lanzaba una [[flecha]] de un metro con mucha precisión a 230 metros, con una cadencia de una docena por minuto. Comenzada en [[1337]] la Guerra de los Cien Años contra Francia, el primer gran encuentro tuvo lugar nueve años más tarde en las proximidades de Crêcy. Eduardo III de Inglaterra dividió a sus [[caballero]]s en tres fracciones y les hizo echar pie a tierra. Mantuvo una de ellas como [[reserva]] y alineó las otras dos con tres amplias cuñas de [[arquero]]s. En total 12.000 hombres. Frente a ellos, Felipe VI de Francia presentó 30.000 hombres, que incluían a toda la nobleza francesa, a los reyes de Bohemia y Roma y a 6.000 [[ballestero]]s genoveses, que situó al frente de sus tres filas de [[caballero]]s. Cien metros antes de que pudieran emplear sus [[ballesta]]s, fueron diezmados por una granizada de [[flecha]]s que desconcertó sus filas. Cuando los ingleses hicieron tronar su único [[cañón]], no dudaron en darse a la fuga, pese a que no tuvo más efecto que el psicológico. La gendarmería francesa, que venía ya a la [[carga]], pasó por encima de sus [[mercenario]]s, para estrellarse infructuosamente hasta quince veces contra una lluvia de [[flecha]]s que la diezmó. Los que sobrevivían a la caída de su [[caballo]], eran rematados en tierra por los peones ingleses, mientras se debatían inútilmente para levantarse por el peso de sus [[armadura]]s.
Crêcy demostró que la [[caballería]] ya no era la reina de las batallas y que había perdido su hegemonía por apartarse de sus características esenciales en busca de una protección que ahora resultaba insuficiente, incluso antes de que la [[infantería]] se dotase con las nuevas [[arma]]s de fuego.

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