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Campaña de Roma

7133 bytes añadidos, 10:21 12 sep 2018
1557
Alertado de la llegada de los franceses, el duque de Florencia moviliza su ejército y levanta 3.000 tudescos. En cambio, el duque de Ferrara aspira a engrandecer su estado a costa de los Farnesio de Parma con el apoyo francés. Trento y Pescara levantan 2.600 coseletes, 3.000 arcabuces y 10.500 picas. Aperciben también la infantería y la caballería españolas y alemanas, muy resentidas por la falta de pagas. Guarnecen Milán, Pavía, Alessandria, Lodi, Cremona, Asti, Guastalla y Valenza, donde meten una compañía española, tres italianas y otras tantas de grisones al mando del conde Horacio Campegna y del capitán Spolberino. Gastaldo se opone, al considerar el sitio infortificable.
Los italianos ofrecen tres millones de escudos, pero Alba solo acepta uno y medio. Levanta 30.000 infantes, incluyendo 2.000 alemanes de Gaspar de Feltz, 4.000 de Lodron, 1.000 españoles de Sicilia, 3.000 bisoños de la coronelía de su hijo, Fernando de Toledo, 1.500 jinetes, 9 estandartes de hombres de armas y muchas piezas de artillería. Nombra comisario general al maestre de campo Lope de Mardones<ref>Es probable que Puede deberse a un error de Cabrera se refiera a (pág. 127) porque después le llama Sancho Mardones, maestre de Nápoles(pág. 144).</ref>. Escribe a Luis Barrientos para que encamine los 6.000 alemanes de la coronelía de Hans Walter a Fiume y Trieste, para conducirlos por el Adriático a Pescara, plaza litoral de los Abruzzos defendida por el marqués de Treviso. Simultáneamente, envía al conde de Santaflor a fortificar Capua, Gonzaga a Nola, y García de Toledo a Santa Ágata. El ejército francés cruzó los Alpes con gran trabajo, debido a las nieves invernales. El duque de Guisa llevaba por lugarteniente al duque de Aumâle, al conde de Brissac con 6.000 suizos y al duque de Nevers con 4.000 franceses, además de 3.000 caballos<ref>Estas cifras son muy escasas para un ejército que aspira a conquistar el reino de Nápoles. Cabrera y/o su copista debieron omitir algún dato relevante.</ref>. Envía por delante mensajeros para los duque de Ferrara, Parma y Ubino, exigiéndole paso libre por sus tierras a cambio de no dañarlas. En Casal de Monferrato es hostigado por su gobernador, Manuel de Luna. Trento envía a Juan de Guevara, castellano de Piacenza, a guarnecer Vercelli con 400 infantes y 50 jinetes de Lope de Acuña. Los franceses sitian Valenza durante cinco días, hasta que Espolverino rinde el castillo. A pesar de contar con tantas tropas veteranas y con tantos maestres de campo guarneciendo plazas fuertes, Pescara no se decide a presentar batalla campal ni tan siquiera una línea coordinada de defensa. Guisa, en cambio, reparte sus guarniciones por todo el Piamonte, dejando allí a Brissac con 8.000 infantes y caballos, con órdenes de molestar a Milán, tras lo cual, marcha hacia Piacenza. César Dávalos, hermano de Pescara, le hostiga con su caballería italiana. Expirada la tregua, Paulo IV envía a Gian Battista Tiraldo a levantar gente en la marca de Ancona para recuperar Ostia. Bonifacio Salmoneta cobra Piperno, Sezza y Rocaseca. Capezuqui embosca un convoy de municiones que se dirigía a Rocca di Papa al mando de Pompeyo Tutavila, capturando 200 españoles. Doria desembarca en Gaeta 7 compañías del barón de Feltz, muy exiguas y enfermas, que Alba envía a Fiorentino excepto una que queda en Neptuno. Populi marcha a visitar sus posesiones en los Abruzzo y deja en su lugar a Pompeo Colonna. Strozzi sitia Ostia con 800 caballos y 6.000 italianos y gascones, rindiéndose los españoles por no estar reparada la batería anterior. En el fuerte de la isla resisten Juan Vázquez de Ávila y Francisco Hurtado de Mendoza, pero las abundantes lluvias habían provocado una crecida del Tíber, el empantanamiento del foso y el derrumbe de las murallas de arena y fajina. Strozzi consigue que se rindan a cambio de marchar libremente a Neptuno, pero Alba sospecha que lo hacen por dinero y escribe al rey en Flandes pidiéndole su decapitación. En Castel Gandolfo resiste Juan Tomás Epifanio del Nardo con 75 infantes y sin provisiones. Resiste una batería y un asalto, pero habiéndosele escapado un cabo con algunos hombres, decide rendirse para salvar al resto. Populi intenta prenderle y degollarle, pero consigue escapar a Venecia. En Sampolo los lugareños matan media compañía de españoles. Populi vuelve de Abruzzo a Tívoli con dos compañías españolas y la caballería ligera. Al verse rodeado por Paliano y Estrozzi, cambia de opinión y se dirige a Vicobaro, donde el mismo día llega Feltz con sus alemanes. Allí deja las compañías de Pedro de Castilla y Gómez de la Torre, y pasa después a Arzoli y Auriola. Los romanos baten Vicobaro durante cinco días, donde la guarnición resiste el primer asalto pero es masacrada en el segundo. Guisa atraviesa Parma y Piacenza sin contratiempos, siendo alojado por el propio duque Ottavio. El duque de Ferrara con 6.000 infantes y 800 jinetes desmantela San Martín, plaza fuerte de Segismundo D'Este. Desde allí pasa a Correzo, Novelara, Guastalla y Rezo, donde se reúne con Guisa, su yerno. Ferrara pretende atacar Milán en un ataque conjunto con Brissac desde Monferrat, pero Guisa decide marchar hacia Nápoles. El cardenal Carafa le propone atravesar la Campania, como había hecho Lautrec en 1528, pero Guisa se niega por no contar con plazas fuertes donde poder guarnecer al ejército en caso de ser repelidos por Alba. En su lugar, exige que se le entreguen Civitavecchia y Ancona, al lo que se niega el cardenal. Como no llegan a un acuerdo, Guisa decide convocar a todos los generales en Roma, donde plantea al papa renunciar a la empresa napolitana porque su ejército está muy menguado, en cinco meses solo ha conseguido tomar una plaza importante (Valenza), tiene noticia de que los regimientos tudescos han cruzado los Alpes, y han perdido el factor sorpresa lo que ha permitido a Alba fortificar la frontera del reino. En su lugar, propone atacar la Toscana, donde saben que cuentan con el apoyo de los seneses. El papa se opone y le ordena atacar Nápoles, empresa harto difícil por ser marítimas la mayoría de sus plazas fuertes y estar el mar controlado por Doria. Enrique ha aprestado 32 galeras en Marsella y espera otras 100 prometidas por el turco, pero estas no salen de Constantinopla porque la arrogancia del nuevo embajador enfada a Solimán. Guisa y Caraffa escriben al duque de Florencia, conminándole a pasarse a su bando. Este hace llegar la misiva a Alba, que le pide un mes antes de acudir en su defensa. Ferrara acude a Venecia en busca de apoyo, pero el dux se lo niega por haber entrado en liga contra el rey de España sin provocación y por haber permitido la entrada en Italia de tropas francesas. Gian Andrea Doria embarca en la Spezia a la coronelía de Walter en 20 galeras, desoyendo las peticiones de Trento para que permanezcan en Milán. En Elba se cruza con la flota francesa, que rehúye el combate y permite que aquel aporte en Nápoles. Entretanto, Brissac aumenta su campo con 10.000 suizos y provenzales, así como nueva caballería. Con estas fuerzas, su lugarteniente Termes sitia Valfenera, plaza intermedia entre Turín y Asti defendida por 4 banderas españolas, 4 alemanas y 3 italianas. Como están amotinadas por la falta de paga y saben que no recibirán refuerzos del inane Pescara, deciden rendirse en cuanto los franceses comienzan a minar la muralla. Desde allí, Brissac rinde Cherasco, guarnecida por solo 100 infantes que resisten tres asaltos. Doria aporta en la Spezia con 28 galeras y 3.000 españoles, coincidiendo con la llegada de 800 herreruelos alemanes. Advertido Alba del nefasto gobierno del triunvirato lombardo, los sustituye por el duque de Sessa. El 11 de abril, Alba ordena al comisario general Sancho de Mardones que parta desde Nápoles hasta la Campania para visitar las plazas y pagar a la tropa, acompañado del conde de Santaflor y los capitanes Todaro (albanés), Francisco del Porto, Antonio de Guzmán, Francisco de Valencia, Montes de Oca y Orejón, con una compañía de caballos. El 18 llegan a Civitela, defendida por Carlos de Lofredo, un mozo de apenas 20 años hijo del marqués de Treviso al mando de 1.000 italianos. Atri, Cheti, y Pescara también están protegidas por la nobleza local. El 15, Juan Antonio Tiraldo ataca Campoli con 1.500 italianos, 500 franceses y 50 jinetes. Como la guarnición se niega a rendirse, toman la plaza al asalto y la someten a un furioso saqueo en la que no respetan a las mujeres ni a los templos. Cansado de esperar inútilmente los refuerzos papales para poder entrar en el reino, Guisa entretenerse tomando Civitela.
==Referencias==

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