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La caballería europea del siglo XIX

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Texto reemplazado: «[infante]» por «[infantería|infante]»
Mientras los franceses impulsaban el desarrollo de la [[infantería]] ligera, que en nutridas avanzadillas precedía a las [[columna]]s, Wellington seguía formando en las dos [[línea]]s clásicas, aunque suavizando algo la rigidez prusiana. Ahora pasa a ser más fuerte la segunda [[línea]], que normalmente se mantiene apartada del combate y protegida por obstáculos naturales o por la [[artillería]] y [[caballería]] propias hasta la fase decisiva del [[combate]].
Todos los [[ejército]]s forman sus [[batallón|batallones]] en unos cuadros compactos y disciplinados para resistir a la [[caballería]]. Si se organizaba con tiempo y adecuadamente, rara vez se rompía esta formación pero, en caso contrario, los [[infantería|infante]]s eran presa fácil de una [[caballería]] más veloz y efectiva que nunca. Muchas [[batalla]]s de esta época se resuelven gracias al arrojo de los [[jinete]]s. En no pocas ocasiones los [[infantería|infante]]s, especialmente los bisoños, rompen [[fila]]s atemorizados por la majestuosa visión de miles de [[caballo]]s lanzado al [[galope]] sobre ellos.
Respecto a la [[lanza]], las controversias fueron constantes durante todo el periodo. Montecuccoli y Saxe la llamaron la reina de las [[arma]]s, pero Vasallo ([[1852]]) ponía en duda su superioridad y recordaba que los [[cazadores]] de la [[Guardia Real]] vencieron en todas sus [[batalla]]s empleando solo el [[sable]]. Aunque reconoce la superioridad del [[lancero]] en el [[choque]] directo, no es partidario de dotar con esta [[arma]] a [[cazadores]] ni [[coraceros]], postura defendida por Ragusa. Jomini matizaba su incontestable ventaja en la [[carga]] con su ineficacia en el cuerpo a cuerpo, y proponía formar una [[línea]] de [[lanceros]] y otra de [[sable]]s. Esta formación, de hecho, sería muy empleada por los rusos. Durante esta época la [[pistola]] quedó relegada a ser un [[arma]] de defensa inmediata.
A la Francia revolucionaria le costó tiempo y esfuerzo reconstruir su [[caballería]], al desaparecer prácticamente la [[oficial]]idad aristocrática. La mayor parte de los nuevos [[jinete]]s apenas sabía montar y casi ninguno de ellos cuidaba a sus [[caballo]]s de forma adecuada. La [[guerra de la Primera Coalición]] (1792-1797) acentuó la tendencia de especializar el [[armamento]], la [[instrucción]] y, a la postre, los [[instituto]]s del [[arma]].
La [[caballería pesada]] disponía de [[caballo]]s de gran [[alzada]], y formaba en [[fila]]s macizas y apretadas, armada con [[espada]]s largas y rectas concebidas para herir de punta. Esto se había demostrado más eficaz que la [[estocada]] lateral, ya que el [[infantería|infante]] podía desviar esta con su [[fusil]], la [[mochila]] y/o la manta. El éxito de los [[coraceros]] franceses, temibles bajo su doble [[peto]], hizo que prusianos y rusos devolvieran las suyas a los [[regimiento]]s de [[línea]], como también hicieron los ingleses después de la batalla de Waterloo (1815). Allí los ''Scott Greys'' cargaron sobre una [[brigada]] de [[infantería]] francesa y consiguieron apoderarse de una [[batería]] y un águila imperial, sin embargo el [[contraataque]] de los [[coraceros]] galos los puso en fuga con grandes pérdidas.
De igual forma, el éxito de los ulanos polacos motivó que la [[lanza]], prácticamente desparecida desde el [[siglo XVII]], fuera recuperada para los [[regimiento]]s de [[línea]] en toda Europa. En realidad, rusos y polacos nunca la habían desterrado, y en España se había conservado en Ceuta desde el [[siglo XVI]]. Con el paso del tiempo, y ante la importancia que cobraba el [[choque]], se fueron reduciendo las diferencias entre la [[caballería de línea]] y la [[caballería pesada|pesada]], adoptando la primera unos [[caballo]]s de mayor envergadura para favorecer la acometividad de los [[lanceros]] y el efecto psicológico que producían sobre los cuadros de [[infantería]].
==Iberoamérica==
En las [[guerras de Independencia Hispanoamericanas]] hubo una alta proporción de [[caballería]] respecto a la [[infantería]], a pesar de que solamente las regiones de Los Llanos (Venezuela) y La Pampa (Argentina) tenían un terreno adecuado. El caso más evidente se dio en la [[batalla de Carabobo (1821)]], donde la columna de Apure tenía 1.500 [[jinete]]s y 2.000 [[caballo]]s de [[reserva]] para solo 1.000 [[infantería|infante]]s. Pese a ello, los efectivos solían ser escasos, raras veces superaban los 10.000 hombres y, en caso contrario (Cura Hidalgo), la masa era tan heterogénea e indisciplinada que sucumbían fácilmente ante fuerzas muy inferiores (Calleja).
Los realistas dispusieron de algunas fuerzas regulares de veteranos europeos, casi exclusivamente formadas por [[infantería]], mientras que la [[caballería]] estaba formada mayoritariamente por [[voluntario]]s locales, instruidos según el [[Reglamento de milicias de 1801]]. Los [[regimiento]]s del [[arma]] solían constar de 4 [[escuadrón|escuadrones]] a 3 [[compañía]]s, pero estas tenían más plazas que en la metrópoli por disponer de más [[ganado]].
==Austria==
En la [[batalla]] de Custozza (1866), la [[brigada]] Pulz de la [[caballería]] austriaca cargó contra las [[división|divisiones]] Humberto y Bixio desplegadas en correcta formación, rompiendo varios cuadros e inutilizando 36 [[batallón|batallones]] de [[infantería]]. Una segunda [[carga]] efectuada con 2.400 [[jinete]]s detuvo a 25.000 [[infantería|infante]]s que aún no habían combatido, pese a que estaban armados ya con [[fusil]]es de retrocarga (aunque de ánima rayada). Sin embargo, los [[coraceros]] austriacos, que siempre habían llevado ventaja en las [[carga]]s de Königgrätz, se dispersaron en Langenhof ante el [[fuego]] rápido de los [[fusil]]es de aguja. Las victorias de Custozza, Villafranca y Mongabia sobre [[infantería]] intacta desaconsejaban renunciar a la [[carga]], pese al nuevo y temible [[fusil]] Chassepots.
En sus [[carga]]s contra la [[caballería]] [[enemigo|enemiga]], los [[coraceros]] austriacos, protegidos solo por el [[peto]], experimentaron grandes pérdidas, como ocurrió en la [[batalla]] de Eckmüll, cuando se enfrentaron con las [[división|divisiones]] de [[coraceros]] de Nasauty y Saint Sulpice. De esta [[batalla]] dejó Rocquancourt un relato memorable.
El propio príncipe Hohenlohe confesaba tras la [[campaña]] que no habría obtenido tan brillantes resultados si el [[enemigo]] hubiera empleado su [[caballería]] de la misma forma. En lugar de eso, fiel a la tradición, la mantuvo en [[reserva]] para dar un golpe decisivo que nunca tuvo lugar. Pese a que la proporción de [[caballería]] en el [[ejército]] prusiano era de 1:4, Hohenlohe se quejaba de su escasez. En el francés no llegaba a 1:6.
Bismarck llegó a decir que la [[caballería]] triunfaba con su sola presencia pues, a la larga, los tiros y cañonazos ensordecían al [[infantería|infante]], lo fatigaban y le dejaban inerte y a merced de la [[caballería]] [[enemigo|enemiga]] si se presentaba en ese instante. La guerra Franco-Prusiana (1870-1871) fue la última en la que se emplearon las [[carga]]s masivas de [[caballería]], pues la eficacia y densidad del [[fuego]] ocasionaban bajas terribles. Sin embargo, durante varios decenios la [[caballería]] seguiría siendo insustituible en la persecución, protección de la retirada, exploración y seguridad. Hohenlohe consideraba que, a partir de la aparición del [[fusil]] de aguja, sería muy difícil que el [[arma]] pudiese [[carga]]r con efectividad contra [[infantería]] bien guarnecida por el terreno. Pese a todo, la [[brigada]] de Bredow fue capaz de detener a 40.000 [[infantería|infante]]s a costa de perder unos 400 [[jinete]]s, la mitad de sus efectivos.
Tras estudiar estas [[batalla]]s, el príncipe de Hohenlohe insistía en que la única forma de disminuir las bajas consistía en [[carga]]r efectuando un envolvimiento de [[ala]], para aprovechar hasta el último momento la eficacia del [[fuego]] propio. Para ello, había que preparar los [[caballo]]s mediante una doma sistemática, recorriendo al menos 7 km entre el [[trote]] y el [[galope]], efectuando después la [[carga]] sin merma de potencia. Habida cuenta de que lo normal era realizar un [[ataque]] de 800 pasos entre los tres [[aire]]s, les exigía a sus [[caballo]]s un esfuerzo considerable para el que, sin embargo, estaban bien entrenados. El [[teniente]] de [[lanceros|ulanos]] von Ziegler recorrió 150 km en un día para llevar información de suma importancia y muchas veces los [[explorador]]es prusianos estuvieron 16 horas a [[caballo]].

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