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La caballería española del siglo XX

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Alfonso XIII
==Alfonso XIII==
La idealización de su padre "el Pacificador" y la educación que le dio su augusta madre "doña Virtudes", inculcaron en [[Alfonso XIII de Borbón]] una auténtica vocación militar. Desde niño gustó de vestir de [[uniforme]] siempre que la ocasión lo permitiese y, ya de mayor, manifestó una total identificación con el [[Ejército]], como lo demostraría su voluntad de participar en sus asuntos más importantes. Como ejemplos basten su presencia en el teatro de [[operaciones]] de Marruecos en [[1910]], los numerosos retratos que se hizo vistiendo [[uniforme]]s de todas las [[arma]]s o la omnipresencia de su anagrama "AXIII" en multitud de efectos militares. Ello no fue óbice para que, llevado por sus sentimientos humanitarios, durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) estableciera en el propio palacio de Oriente una oficina de enlace entre los [[prisionero]]s prisioneros de guerra y sus familias, logrando el canje de algunos de ellos y la repatriación de heridos graves.
Sin embargo, lejos de ser pacífico, su reinado se vio sumido en varios desgraciados acontecimientos que impidieron que España alcanzara las cotas de prosperidad y grandeza de otros países al término de la Gran Guerra, Ni su gran talento ni su gran corazón ni su gran amor por la patria bastaron para superar la crisis social de los años 30. Por eso, y antes de que por su persona se librase una guerra civil que, pese a todo, se desencadenaría años después, prefirió abdicar y partir al exilio, lleno de tristeza y desesperanza.
La situación estructural del [[Ejército]] era muy deficiente en todos los sentidos: escasez y antigüedad del [[armamento]], politización de la jerarquía, dilapidación de recursos humanos y económicos, injusticia del [[reclutamiento]], insatisfacción interna, incapacidad de movilización rápida. Todavía eran acerbas las críticas por la traumática pérdida de las colonias ultramarinas, apenas disimuladas durante la conmemoración del centenario de la [[guerra de Independencia (1808-1814)]], cuando el país tuvo que prepararse para una nueva [[campaña]] fuera de sus fronteras. Se precisaba elevar la moral mediante una [[instrucción]] constante y la adquisición de los mejores medios materiales. Sin embargo, la realidad era bien distinta. Se vivía un ambiente de claro desprecio por todo lo [[militar]] por parte de los paisanos y de desatención del Estado. Los sueldos eran escasos, los [[ascenso]]s ascensos estaban detenidos a causa de unas [[plantilla]]s desproporcionadas y los [[destino]]s destinos forzosos eran frecuentes, influyendo de forma negativa en la [[moral]] y el rendimiento de la [[oficial]]idad.
Por otra parte, la progresiva industrialización continuó atrayendo al campesinado hacia las grandes ciudades en las que las duras condiciones de trabajo le hicieron fácil presa de las teorías marxistas. A su antimilitarismo ideológico se sumaba el práctico, fruto de la sangría continua que suponía la [[segunda guerra de Melilla (1909)]]. Esta se produjo como consecuencia del convenio suscrito entre Francia y Gran Bretaña el 8 de abril de [[1904]], por el que se reconocía a la primera el derecho a intervenir en Marruecos para introducir medidas políticas que acabasen con su atraso y anarquía. A dicho tratado se adhirió España el 6 de octubre, recibiendo la encomienda de una zona al Norte para la que se designaron fuerzas de policía propias en Tetuán y Larache, e hispano-francesas en Tánger y Casablanca.
La [[conferencia de Algeciras]], celebrada entre el 16 de enero y el 7 de abril de [[1906]] , concedió a España formalmente el protectorado sobre una zona montañosa, de clima áspero, habitada por tribus de bereberes hostiles. La intervención comenzó muy tímidamente en [[1908]], produciéndose las primeras agresiones el 9 de julio de [[1909]]. El 27 de julio e se produjo el [[desastre del barranco del Lobo (1909)]] cuando la Brigada de Cazadores de Madrid, que avanzaba en dos [[columna]]s con un frente de más de un kilómetro, fue diezmada por harkas rifeñas. La movilización subsiguiente fue la [[espoleta]] que hizo detonar la Semana Trágica de Barcelona, entre el 26 al 31 del mismo mes.
Dos años después España comenzó la [[ocupación del protectorado (1911-1914)]], que se vería interrumpida al estallar la Primera Guerra Mundial ya que se prefirió no provocar a ninguna de las partes. Finalizada esta, se reanudaron las operaciones con una fuerte oposición de las cabilas rifeñas, que desembocaría en la [[guerra de Marruecos (1919-1927)]]. Una larga y sangrienta campaña que tuvo su punto álgido en el [[desastre de Annual (1921)]], el mayor sufrido por el [[Ejército]] español en toda su historia: 13.500 muertos. Las [[operaciones]] en el protectorado dieron lugar a una división interna en el [[Ejército]], entre africanistas fogueados y peninsulares renuentes.
* [[Fuerza]]s de reserva.
Ajeno por completo a las corrientes de posguerra, el [[Ejército]] español permanecía aislado de los demás y sumido en una sensible atonía. Ni siquiera la [[guerra de Marruecos (1919-1925)]] sirvió de revulsivo para romper la inercia. Aunque en la misma llegó a intervenir un reducido número de [[carroscarro]]s, fueron empleados como complemento de la [[infantería]], siguiendo la [[doctrina]] francesa. Su escasez y la abrupta naturaleza del terreno dificultaron su empleo y restaron trascendencia a su intervención, de ahí que apenas se pudieran vislumbrar sus posibilidades.
La [[caballería]] seguía a [[caballo]] y armada de [[sable]] y [[lanza]] pero, por anacrónico que ello pudiera parecer, sus [[unidad]]es llenaron de gloria las páginas de la historia. Así, por ejemplo, en la [[acción de Taxdirt (1909)]] un [[escuadrón]] del [[Regimiento de Caballería Alfonso XII|Regimiento Cazadores de Alfonso XIII]] cargó tres veces contra más de mil rifeños al mando del [[teniente coronel]] [[José Cavalcanti]], salvando de un seguro desastre a los [[batallón|batallones]] propios, que estaban peligrosamente acosados. Dieron la primera [[carga]] 65 [[cazadores]], 40 la segunda y los 20 supervivientes la tercera. En otras acciones igualmente heroicas de esa [[campaña]] ganaron también la laureada los oficiales Samaniego, Pacheco, Cebollino, Aláez, Hernández Menor y Sáez de Tejada.

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