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La caballería española del siglo XIX

No hay cambio en el tamaño, 13:00 21 feb 2017
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Texto reemplazado: «caballos» por «caballos»
:''mas todo lo compensa en un instante de gloria salvando la existencia de todo un ejército''.
Opinaba que la persecución no debía ser tan obstinada y a fondo que se rompiese la armonía del [[ejército]] atacante, otra muestra de que menospreciaba el valor estratégico de la [[caballería]]. Era partidario de la organización cuadripartita (esto es de 4 [[caballoscaballo]]s), por lo que un [[regimiento]] debía constar de 4 [[escuadrón|escuadrones]] a 96 o 128 [[jinete]]s agrupados en 4 [[sección|secciones]] de 24 o 32, por ser el número máximo que un [[oficial]] podía conducir con acierto. A su vez, proponía dividir la [[sección]] en 3 o 4 [[pelotón|pelotones]] de 8 [[caballo]]s. Se inclinaba por la [[lanza]] como el [[arma]] por excelencia para la [[caballería]] durante el [[choque]], pero pasando luego al [[sable]] durante el [[combate]] y la persecución, por su juego rápido al [[frente]] y los [[flanco]]s. Sin embargo, se oponía a dotar con [[lanza]] y [[carabina]] a una misma [[unidad]] por romper la orgánica y complicar la innata sencillez que debían presidir los asuntos de la [[milicia]].
Distinguía cuatro tipos de [[carga]]: en [[línea]], en [[columna]], en escalones y en desbandada, siendo partidario como el resto de autores de la época de la tercera. Cualquiera de ellas tenía cinco momentos: la preparación, la [[carga]] propiamente dicha, el [[choque]], la pelea y la persecución. La describía de la siguiente forma:

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