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Cambios

Campaña de Roma

4597 bytes añadidos, 11:57 12 sep 2018
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El papa Paulo IV, de la familia napolitana Caraffa, hereda el odio de sus ancestros a los españoles por considerarlos invasores.
En CivitaviejaCivitavecchia, el prior de Lombardía, hermano del cardenal Santa Fiora, tiene dos galeras con las que ha servido al rey de Francia. El emperador le ordena, por medio de su embajador marqués de Sarria, que pasen al servicio imperial. El cardenal acata la orden temiendo por su vida, pero el papa, enfadado, lo envía a prisión.
El papa ordena que todos aquellos príncipes que tengan feudos eclesiásticos acudan a Roma para renovar su vasallaje. Marco Antonio Colonna sospecha una trampa y se refugia en Nápoles.
Alertado de la llegada de los franceses, el duque de Florencia moviliza su ejército y levanta 3.000 tudescos. En cambio, el duque de Ferrara aspira a engrandecer su estado a costa de los Farnesio de Parma con el apoyo francés. Trento y Pescara levantan 2.600 coseletes, 3.000 arcabuces y 10.500 picas. Aperciben también la infantería y la caballería españolas y alemanas, muy resentidas por la falta de pagas. Guarnecen Milán, Pavía, Alessandria, Lodi, Cremona, Asti, Guastalla y Valenza, donde meten una compañía española, tres italianas y otras tantas de grisones al mando del conde Horacio Campegna y del capitán Spolberino. Gastaldo se opone, al considerar el sitio infortificable.
Los italianos ofrecen tres millones de escudos, pero Alba solo acepta uno y medio. Levanta 30.000 infantes, incluyendo 2.000 alemanes de Gaspar de Feltz, 4.000 de Lodron, 1.000 españoles de Sicilia, 3.000 bisoños de la coronelía de su hijo, Fernando de Toledo, 1.500 jinetes, 9 estandartes de hombres de armas y muchas piezas de artillería. Nombra comisario general al maestre de campo Lope de Mardones<ref>Puede deberse a un error de Cabrera (pág. 127) porque después le llama Sancho (pág. 144).</ref>. Escribe a Luis Barrientos para que encamine los 6.000 alemanes de la coronelía de Hans Walter a Fiume y Trieste, para conducirlos por el Adriático a Pescara, plaza litoral de los Abruzzos defendida por el marqués de Treviso. Simultáneamente, envía al conde de Santaflor Santa Fiora a fortificar Capua, Gonzaga a Nola, y a García de Toledo a Santa Ágatay a della Corgna visitarlas y enmendarlas.
El ejército francés cruzó los Alpes con gran trabajo, debido a las nieves invernales. El duque de Guisa llevaba por lugarteniente al duque de Aumâle, al conde de Brissac con 6.000 suizos y al duque de Nevers con 4.000 franceses, además de 3.000 caballos<ref>Estas cifras son muy escasas para un ejército que aspira a conquistar el reino de Nápoles. Cabrera y/o su copista debieron omitir algún dato relevante.</ref>. Envía por delante mensajeros para los duque de Ferrara, Parma y Ubino, exigiéndole paso libre por sus tierras a cambio de no dañarlas.
Gian Andrea Doria embarca en la Spezia a la coronelía de Walter en 20 galeras, desoyendo las peticiones de Trento para que permanezcan en Milán. En Elba se cruza con la flota francesa, que rehúye el combate y permite que aquel aporte en Nápoles. Entretanto, Brissac aumenta su campo con 10.000 suizos y provenzales, así como nueva caballería. Con estas fuerzas, su lugarteniente Termes sitia Valfenera, plaza intermedia entre Turín y Asti defendida por 4 banderas españolas, 4 alemanas y 3 italianas. Como están amotinadas por la falta de paga y saben que no recibirán refuerzos del inane Pescara, deciden rendirse en cuanto los franceses comienzan a minar la muralla. Desde allí, Brissac rinde Cherasco, guarnecida por solo 100 infantes que resisten tres asaltos.
Doria aporta en la Spezia con 28 galeras y 3.000 españoles, coincidiendo con la llegada de 800 herreruelos alemanes. Advertido Alba del nefasto gobierno del triunvirato lombardo, los sustituye por el envía al duque de Sessapara que tome el mando. El 11 de abril, Alba ordena al comisario general Sancho de Mardones que parta desde Nápoles hasta la Campania para visitar las plazas y pagar a la tropa, acompañado del conde de Santaflor Santa Fiora y los capitanes Todaro (albanés), Francisco del Porto, Antonio de Guzmán, Francisco de Valencia, Montes de Oca y Orejón, con una compañía de caballos. El 18 llegan a CivitelaCivitella, defendida por Carlos de Lofredo, un mozo de apenas 20 años hijo del marqués de Treviso al mando de 1.000 italianos. Atri, Cheti, y Pescara también están protegidas por la nobleza local.
El 15, Juan Antonio Tiraldo ataca Campoli con 1.500 italianos, 500 franceses y 50 jinetes. Como la guarnición se niega a rendirse, toman la plaza al asalto y la someten a un furioso saqueo en la que no respetan a las mujeres ni a los templos. Cansado de esperar inútilmente los refuerzos papales para poder entrar en el reino, Guisa entretenerse tomando CivitelaCivitella.Los hombres de Santa Fiora y Lofredo resisten su acometida y les hacen 200 muertos. Guisa se retira furioso, descargando su culpa en Antonio Caraffa por no enviarle los refuerzos prometidos. Para colmo de males, pasa muestra a su campo y se percata de que los oficiales italianos falsificaban las muestras para quedarse con la paga de los caídos y desertores. Alba parte a Chieti, donde pasa muestra al ejército, que dispone para el combate:* Vanguardia: García de Toledo* Sancho de Mardones: 3.000 españoles;* Barón de Feltz: 1.800 alemanes.* Batalla: Vespasiano Gonzaga** Conde de Nicontera: 8.000 napolitanos y sicilianos;** Salvatore Spinelli: 3.000 napolitanos de las centurias;** Carlo Spinelli, conde de Seminara: hombres de armas.* Retaguardia:** Conde de Lodron: 3.200 alemanes;** Juan Portocarrero: 700 hombres de armas.** Pedro Enríquez y Lope de Acuña: jinetes españoles.* Flancos:** Conde de Populi: 1.500 jinetes. Salen de la plaza los coroneles Matalon y Buchianico, y deja de guarnición al capitán Gian Battista de la Tolfa. En Atri deja a Tiberio Brancaccio. El 10 de mayo llega a Pescara, donde se había reunido la artillería y municiones traídos de Apulia. Como sabe que se enfrenta con tropas experimentadas, Alba procede con cautela y envía por delante al cuartelmaestre o furriel<ref>Primera mención de este empleo.</ref>, así como a los gastadores para ir construyendo campamentos al estilo romano y cavar trincheras. El 1 de mayo Brissac sitia Cuneo, en el Piamonte, defendida por la compañía italiana del capitán Menicone y los vecinos. Este pide ayuda a Pescara, que está defendiendo Correzzo del duque de Ferrara. Acude con 500 caballos y 5.000 infantes españoles, italianos y alemanes, obligando a los franceses a retirarse. Algunos nobles y mercaderes son apresados por Brissac en Carmagnola, pudiendo escapar el conde de Novelara gracias al auxilio de Julián de Carvajal. El príncipe de Ferrara y Cornelio Bentivoglio salen a campaña y obligan al conde Francisco Gonzaga a permitir presidio en Nogarola. A continuación, ponen sitio a Guastalla, defendida por Juan Francisco Sanseverino, conde de Colegno. Cuando abandona Cuneo, Pescara es emboscado por Brissac con 15.000 infantes y 1.500 caballos, pero consigue refugiarse en Asti. Allí se traba un duelo entre Pescara, Jorge Manrique y Cesare Milarot, por parte española; y el duque de Nemours, Vasseu y Anvila, por la francesa. Entretanto, Guisa tiene noticia de la llegada de Alba y envía 300 jinetes y 100 lanzas a reconcer su campo. El duque envía delante a García de Toledo que es emboscado en la plaza costera de Giulianova pero salva la vida gracias a la oportuna llegada del conde de Populi. Allí desembarca Hans Walter con sus 6.000 alemanes, lo que obliga a Guisa a retirarse hacia la Toscana el 31 de mayo. Durante su retirada son hostigados por Santa Fiora, Lofredo, Monteseoca y Orejón, que salen de Civitella a vengar el duro asedio al que habían sido sometidos. Alba recompensa su sacrificio con grandes mercedes y luego envía 7 compañías de Walter a Marco Antonio Colonna, reteniendo otras 8. Poco después envía también a Fletz, al tener noticia de que el obispo de Tarracina se había hecho fuerte en Tarracina con 3.000 suizos a sueldo del pontífice. El romano Estendardo ataca Montefortino, llevando consigo 3.000 italianos, las 2 compañías alemanas de Toscana, alguna caballería y 7 cañones. Populi hostiga a los franceses durante su retirada con 200 jinetes, si bien reforzados por Alba con 3.000 infantes de della Corgna. Cuando cruzan el Tronto, río que separa Nápoles de las tierras del papa, Alba reúne a su consejo para decidir qué hacer, pues la mitad de sus generales optan por tenderle puente de plata y replegarse al reino antes que arriesgar el ejército en una batalla incierta. Guisa había ordenado a su gente en dos escuadrones: 4.000 franceses a la diestra y 6.000 suizos a la siniestra, con 11 cañones entre ambos y la caballería a retaguardia para impedir reconocer su despliegue. Alba licencia a las centurias de Nápoles, a los sicilianos y a los calabreses tras pagarles y agradecerles sus servicios, y atraviesa el Tranto con el tercio viejo de Nápoles y el nuevo que había traído de España su hijo Hernando. La primera plaza papal en ser sitiada es Ancarrano, que desoye la solicitud de rendición y es, por tanto, saqueada, ahorcándose a los 12 cabecillas y enviándose muchos a galeras. Desde allí se trasladan a Maligno, Felignano
==Referencias==