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Categoría:Caballería pesada

1 byte eliminado, 10:30 22 feb 2017
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El renacimiento de la caballería pesada se inició con los partos y sármatas, cuyos jinetes y caballos portaban armadura. Los griegos les llamaron ''kataphraktós'' (encerrado), mientras los romanos los conocieron como ''clibanarii'' (horno), por las elevadas temperaturas que debían soportar. Si bien es cierto que su poder de choque era más que significativo y su invulnerabilidad casi total, adolecía de defectos notorios: tanto el jinete como el caballo se cansaban pronto, se movían más lentamente que otras caballerías y eran poco aptos para una lucha prolongada en climas cálidos. Por el contrario, poseían una capacidad de maniobra mucho mayor que la de las indisciplinadas caballerías ligeras occidentales, que únicamente podían cargar de tomada (esto es, repasando la línea enemiga) ya que, al carecer de [[estribo|estribos]], podían quedar desmontados al embestir a la [[infantería]] durante el [[choque]]. Los [[catafractos]], que cargaban en formación más ordenada, podían efectuar ataques envolventes, por el flanco, cargas frontales e incluso hostigamiento, ya que en ciertos periodos se les dotó de arcos y dardos. Durante la etapa bajo imperial, fueron adoptados como tropas de elite romanas, siendo el germen de la caballería pesada en Europa occidental y dando lugar, en el Imperio Bizantino, a una fuerza de choque casi irresistible. En la época de Justiniano, constituyeron uno de los factores determinantes para la reconquista, por parte del general [[Belisario]], de gran parte de lo que había sido el Imperio romano de Occidente. Durante siglos fueron en Europa oriental lo que habían sido antes los legionarios romanos: soldados profesionales y fiables, reclutados en su mayoría de Asia Menor. Tras su derrota en la [[batalla de Manzikert]] (1071) por la caballería ligera de turcos seljúcidas, los [[catafractos]] prácticamente desaparecieron de Asia.<br />
Sin embargo, la caballería pesada mantuvo su primacía incuestionable sobre el campo de batalla en toda Europa. Sus componentes se conocían en España como [[hombres de armas]] y en Francia como ''gen d'armes''. Cada uno de ellos tenía dos caballos: un [[corcel]] de guerra encubertado a la divisa del señor feudal, y un capón o [[palafrén]] llamado ''de dobladura'', que montaba un [[paje]]. Iban armados de punta en blanco, con lanzón de armas de arandela y ristre, maza de armas, estoque, escudo y espada con pavés. Entre sus miembros se contaba lo más florido de la nobleza europea. Sin embargo, esta caballería llevaba en sí misma el germen de su autodestrucción: al hipotecar su velocidad y movilidad a cambio de protección, se convirtió en un arma anquilosada, de gran ventaja táctica pero nula estratégica. Mientras en los ejércitos semitas e indoeuropeos de la Edad de los Metales la caballería no conocía límite en la profundidad de sus objetivos, los pesados caballeros medievales no podían extenderse más allá de unos cientos de metros, de ahí que las batallas carecieran de persecución.<br />
El [[siglo XVI]] relegó rápidamente esta caballería a un papel muy secundario, especialmente por su empeño en seguir cargando [[lanza]] en [[ristre]] sobre unos [[cuadro|cuadros]] de [[infantería]] que combinaban la [[pica]] para la defensa próxima y el [[arcabuz]] para la lejana.

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