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Campaña de Margarita de Parma

147 bytes añadidos, 12:56 15 sep 2018
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* Conde Antonio Laligni de Hoectrat;
* Conde Juan Croy de Reyx;
* Conde Henrico BoederodBrederode.
Inmediatamente, los estados generales solicitan al rey que saque de las provincias todas las tropas extranjeras. Este accede a licenciar a las tropas alemanas e italianas, pero se resiste a deshacerse de los dos tercios españoles, que guarnecen los presidios fronterizos y son de su plena confianza. Al finalTras arduas negociaciones, consigue una demora de cuatro meses para encontrar una solución. El 8 de septiembre Felipe llega a España sin comprobar que el gobierno de las provincias comience a rodar sin sobresaltos.
Se promueve una conspiración para que los tercios abandonen el país, acusando a su tropa de promover revueltas en las ciudades. Participan en ella el príncipe de Orange, molesto por haber quedado el cardenal Granvela como lugarteniente de Margarita, y frustrado en sus aspiraciones de casar con la hija de Cristina de Dinamarca; Horn, que aspiraba al gobierno de Güeldres; Egmont, burlado por Granvela cuando aspiraba al gobierno de Hesdin; y Lazaro Zuvend, cabo coronel de las tropas alemanas en durante las guerras de Hungría y San QuintínPicardía. Paralelamente, la herejía calvinista se va extendiendo desde Westfalia y Frisia al resto de los Países Bajos.
==1560==
Los tres tercios que habían servido en Picardía Las 15 compañías españolas supervivientes se fusionan en uno un único tercio mandado por Alonso de Navarrete, quedando activos otros 14 capitanes. Pese a las gestiones de la duquesa, los estados generales se niegan a aportar el dinero necesario para pagarlos y exigen su retirada. Margarita tiene que pagarles de su propio bolsillo, debiendo solicitar créditos para ello. El 4 de octubre Margarita escribe al rey que las quejas de la población contra los desmanes de la tropa española han conducido a una situación insostenible, y que tienen que salir inmediatamente de Flandes. Este envía el dinero necesario y ordena que el tercio parta hacia Flesinga (Zelanda), donde es embarcado en octubre a la espera de un viento propicio para zarpar.
Poco después, las cartas de Granvela advierten al rey de su error, por lo que este ordena a Margarita que contemporice. En carta del 15 de octubre de 1560, ella le contesta que las ciudades se niegan a pagar sus impuestos mientras los extranjeros no salgan del país y que, de producirse una revuelta general, esos 3.500 españoles no bastarían para sofocarla. El 12 de diciembre el rey accede a que el tercio de los españoles se haga a la mar, ya que así podrá emplear sus pagas en levantar nuevas tropas en Italia, muy mermadas tras la derrota de los Gelves. También ordena que, una vez en tierras españolas, las compañías partan deshiladas a Nápoles o Sicilia, responsabilizándose sus maestres de campo de la disciplina general. Justo antes de la partida, muere Navarrete y todas las compañías quedan a cargo de los siguientes capitanes:
La flota se hace finalmente a la mar el 10 de enero de 1561, pero una tormenta la dispersa y no llega a Laredo, como estaba previsto: Juan de Mendoza (Nápoles) y catorce compañías desembarcan en Coruña, Betanzos, Ribadeo y otros puertos del Cantábrico; Julián Romero (Sicilia) llega a Portugal con tres compañías, desde donde viaja hasta Cádiz y luego a Toledo para informar al rey el 23 de febrero. Allí recibe órdenes de que las tres partan a reforzar La Goleta. En junio de 1561 Mendoza embarca el resto hacia Sicilia y Nápoles, donde despliega en diversas fortalezas junto a las del tercio del reino.
En Flandes, Margarita decide nombrar ella misma a los capitanes de la nueva milicia local, como había hecho María de Hungría, a fin de garantizarse su lealtad. De esta forma, queda extinto el empleo de maestre de campo, lo que enfurece a los nobles. De hechoComo el rey no apoya sus pretensiones de desposar a la hija de la duquesa de Lorena, Orange decide casarse con la luterana Ana de Sajonia. Esta comienza a promover misas protestantes en las que atrae a numerosos nobles, contrariando la opinión de sin que Margaritase decida a atajarlo.
El papa Pío IV nombra cardenal a Granvela el 25 de febrero de 1561, pero este retrasa su aceptación hasta contar con el beneplácito del rey. Se sospecha la injerencia de los rebeldes para alejarle de Flandes, pero fracasan porque Margarita consigue que le envíen las credenciales en lugar de tener que acudir él a Roma como era habitual.
Cuando los nobles sediciosos se confederaron en Termonde, solo le quedó al monarca el recurso de la fuerza, por lo que decidió enviar al ejército, al mando de don Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, duque de Alba, a pacificar los Países Bajos. La partida de las tropas se retrasó hasta la primavera por motivos logísticos, lo que aprovecharon los rebeldes para provocar nuevos enfrentamientos con la excusa de la revocación del edicto de libertad religiosa, debido a que no habían depuesto las armas. El levantamiento se generalizó en Valenciennes, Tournai, Amberes, Maastricht, Bois-le-Duc, Utrecht, Rotterdam y Groninga. Mientras Guillermo de Orange se mostraba abiertamente partidario de la insurrección, otros nobles flamencos permanecieron en el bando real: Cressonniere, Beavoir, Noirquermes, Berlaymont, Meghem, Arschot, Arembergh y Mansfeld. Egmont por su parte, permaneció fiel a la gobernadora, pidiéndole el perdón general de los sublevados.
Ésta decidió no esperar a Alba y levantó un pequeño ejército que puso bajo las órdenes de sus aliados. Noirquermes, al mando de 8 banderas de infantería valona y 300 hombres de armas, asaltó Tournai en marzo, degollando de paso a 2.000 calvinistas que se dirigían a defender Valenciennes. Tras dos días de intenso bombardeo, esta ciudad también se rindió, así como las de Maastricht y Bois-le Duc. Sus privilegios fueron abolidos, sus rebeldes desarmados y sus cabecillas ejecutados. Simultáneamente, los civiles católicos expulsaban a los rebeldes de Amberes, el feudo de Guillermo de Orange, y aunque buscaron refugio en Ousterweel, fueron derrotados por Berghes. A continuación llegó el turno de Ámsterdam, donde Noirquermes y Meghem con solo 13 compañías derrotaron a los 14.000 sublevados del caudillo BreberodeBrederode. Finalmente, Groninga se sometió al conde de Arembergh. Margarita ordenó ejecutar a los profanadores de imágenes y a los cabecillas rebeldes, reconstruir los templos católicos y derruir los protestantes. A sabiendas de que la llegada del duque de Alba no conseguiría mejorar la situación, escribió al rey, aconsejándole que detuviera la marcha de los tercios y que en su lugar, acudiera personalmente a confirmar la sumisión de las provincias, mostrando clemencia. Por su parte, temiendo la llegada del duque de Alba, Guillermo vendió todas sus posesiones en los Países Bajos y huyó a Alemania junto a sus hermanos. Sin embargo, no pudo convencer a Egmont y a Horn, que valientemente prefirieron quedarse a defender la causa protestante.
==Referencias==