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Las reformas de Godoy de [[1803]] introdujeron dos novedades: la adscripción de las [[unidad]]es a un [[instituto]] determinado en función de su forma de combatir ([[húsares]], [[cazadores]]), y la asignación a cada una de ellas de un número de orden (Regimiento de la Princesa, 1º de Húsares). En los reinados siguientes, unas veces se numeraba a las [[unidad]]es en una escala única y otras por instituto, provocando numerosos cambios en su nomenclatura (Regimiento de Caballería Príncipe, 4º de Coraceros; Regimiento Coraceros del Príncipe, 4º de Caballería). En [[1943]] se asignó a cada unidad un número relacionado con su despliegue territorial. Ese número se mantiene inmutable en la actualidad, pese a que ha quedado completamente desfasado y no permite conocer la prelación entre [[unidad]]es.
A partir del plan NORTE ([[1994]]) comenzaron a emplearse las comillas para diferenciar la evocación histórica de la entidad, del instituto y del número (Regimiento de Caballería Acorazado "Pavía" n.º 4). En realidad, al ser un esto constituye una falta de ortografía ya que, como cualquier nombre propio castellano, no precisa de comillas diacríticas. De hecho, como tampoco en el propio Ejército no las llevan las denominaciones de las personas(Coronel "Martínez"), instituciones(arma de "Caballería"), etc.
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