Campaña de Guipúzcoa

De Caballipedia
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1521

Mientras los ejércitos imperiales combatían en Lombardía y Flandes, el francés sitió Fuenterrabía, defendida por el capitán Diego de Vera. En Vitoria se juntaron el almirante de Castilla, el marqués de Astorga, el conde de Alba de Liste y otros caballeros con toda la gente de guerra que pudieron recoger. Mas no llegaron a tiempo y Vera hubo de entregar la plaza a comienzos de octubre, tras doce días de asedio. Vera fue acusado de traidor y se nombró general de la frontera a Beltrán de la Cueva, primogénito del duque de Alburquerque, quien inmediatamente fortificó San Sebastián para impedir el avance francés.

1522

De la Cueva toma el castillo de Beobia, obligando a los franceses a salir de Fuenterrabía para socorrerlo. Desde allí marcha sobre el puerto de San Juan de Luz y posteriormente sobre la comarca de Bayona, que saquea, regresando después a San Sebastián. Por su parte, el conde de Miranda recupera la fortaleza de Amaya. Los alemanes que la defendían marcharon a Santander para intentar esconderse entre los 4.000 que escoltaban al emperador en su venida desde Flandes, pero este los mandó ejecutar y envió a su escolta al sitio de Fuenterrabía, al mando de su capitán Rochandulfo.

Francisco I preparó un refuerzo de 10.000 infantes y 400 caballos, pero hubo de enviarlos a Bretaña, que había sido invadida por un ejército anglo-español.

El 20 de noviembre tuvo lugar un combate naval en aguas de La Coruña, en el que tres navíos franceses abordaron otro inglés cargado de mercaderías pero cuando intentaban regresar a Francia fueron interceptados por tres navíos vizcaínos. Tras 26 horas de combate la victoria quedó de parte de estos, que liberaron al inglés y apresaron los franceses.

En el sitio de Fuenterrabía se destaca Juan Pérez de Ascua, que sirve al emperador con 500 vizcaínos, hasta que muere de un disparo de artillería. Francisco I envía dos flotas de refuerzo a Fuenterrabía, una desde la Rochella y otra desde Burdeos, la única que consiguió aportar. Por tierra envía un nuevo socorro con Mr. de la Paliza de 10.000 infantes y 600 caballos, a cuyo encuentro sale el campo imperial, al mando del virrey de la Cueva, el coronel Rochandulfo y don Rodrigo de Rojas, capitán de caballos ligeros. El gobernador de Vizcaya mandaba los hombres de armas y Filiberto de Chalons, príncipe de Orange, la caballería borgoñona. Murieron de los franceses 400 y otros muchos quedaron presos, así como 7 banderas. Las bajas imperiales se redujeron a 30.

Los franceses botan una nueva armada de socorro, que fue capturada por la española en vísperas de Navidad.

1523

Jacobo Aillo, señor de Luda y defensor de Fuenterrabía escribió a Mr. de la Paliza que no podría resistir más allá de febrero, debido a la falta de víveres y a la peste. Paliza intentó socorrer la plaza con 20.000 infantes, 2.000 caballos y 30 cañones. El ejército imperial intentó cortarles el paso en Andavia pero ante su inferioridad numérica, de la Cueva rehuyó el combate. Los franceses relevaron a Luda por Fraugeto.

El 6 de noviembre el emperador nombró capitán general del ejército que había reunido para recuperar Fuenterrabía al condestable de Castilla, Íñigo Fernández de Velasco. Los principales jefes de este ejército eran:

  • El príncipe de Orange: general de la infantería española.
  • Rochandulfo: general alemán.
  • Terramonda: capitán de la artillería.
  • Antonio Vaguerot: capitán de la puente.

A pesar de lo avanzado de la estación atravesaron los Pirineos e invadieron el Bearne. Tomaron Melon y San Pelayo y plantaron batería a Salvatierra, villa natural del rey Enrique de Navarra. Tras rendir la plaza se reunieron con el ejército de Aragón, que había entrado en Francia desde Jaca. Constaba de 12 banderas de infantería y caballos, cuyo capitán era Carlos de Pomar, gobernador de Aragón. El emperador les ordena poner sitio a Fuenterrabía hasta rendirla, acudiendo él mismo al sitio. Allí estaba el mariscal Pedro de Navarra, que se había pasado al bando francés al comienzo de la guerra.

1524

Como el invierno fue muy duro, enfermaron numerosos soldados. El condestable plantó una recia batería a Fuentarrabía y, finalmente, consiguió que el mariscal de Navarra, Pedro Marques de Cortes, se pasase al bando imperial con sus 600 hombres. Al final, los franceses se rindieron con la condición de que se respetara su vida y pudieran llevar sus bagajes. El condestable no accedió a que llevasen sus banderas desplegadas y tambores. Los nobles navarros fueron perdonados por el emperador, con la excepción de un centenar que fue ejecutada. La villa se entregó a finales de septiembre de 1524, tomando posesión de ella don Fernando de Toledo, nieto y sucesor del II duque de Alba, que venía sirviendo en el ejército como caballero sin licencia, pese a contar solo 17 años.

Los alemanes que habían participado en el sitio fueron enviados al Rosellón, en previsión de un contraataque francés por la invasión de Marsella.

Cuando el capitán Frange regresó a París, Francisco le afrentó públicamente, rayando las armas de su escudo, privándole de espada y convirtiéndole en plebeyo.

Referencias

Notas

Bibliografía

  • Sandoval, Prudencio: Historia de la vida y hechos del emperador Carlos V. Geronymo Verdussen. 1614/1681.