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Campaña de María de Hungría

De Caballipedia

En el marco de las guerras contra Francisco I, María de Austria, hermana de Carlos V y gobernadora de los Países Bajos, consiguió que los Estados Generales aprobaran una importante ayuda para hacer frente a la proyectada invasión de Francia de 1537. La ciudad de Gante se negó a contribuir alegando antiguos privilegios, pese a que tanto los Estados Generales como el tribunal de Malinas se pusieron de parte del emperador. En respuesta, los ganteses se levantaron en armas, destituyeron a las autoridades reales y enviaron emisarios al rey de Francia, ofreciéndole la corona de Flandes a cambio de su apoyo.

Estando el emperador en las cortes de Toledo, le llegan noticias de que la ciudad de Gante le ha quitado la obediencia y se ha infeudado a Francia. Inmediatamente escribe a Francisco solicitándole permiso para atravesar su reino, pues no hacía tiempo para viajar por mar. Francisco accede encantado y Carlos rechaza los rehenes reales que aquel le ofreció pues le bastaba con su palabra.

Carlos emprende la marcha el 11 de noviembre, escoltado por Alba, Luis de Ávila, otros 18 caballeros de su corte, 4.000 alemanes y 600 lanzas. El 25 pasa a Francia por Fuenterrabía y a finales de diciembre entra en París, donde el rey le hizo un solemne recibimiento y le entrega las llaves de Gante que le habían hecho llegar sus habitantes.

Tras ser agasajado durante una semana en París, sale de París escoltado por la reina, el delfín, el duque de Orleáns y otros grandes señores. En Cambrai se vuelven todos y es recibido por la reina María, quien le acompaña a Bruselas. Allí descansará dos meses a la espera de su corte.

El 11 de febrero entró en Gante espada en mano, ejecutó a 26 de los cabecillas rebeldes, hizo humillarse a sus pies a los nobles a los que confiscó sus haciendas, prohibió las asociaciones e instauró un nuevo impuesto para que fueran los propios ganteses quienes costearan a la guarnición de una nueva fortaleza que ordenó levantar. Desde allí, recorre todos los Países Bajos y Lorena, pasando después a Ratisbona, donde permanece durante cinco meses.

El César se aseguró de esta forma la paz en los Países Bajos durante el resto de su reinado y la supresión de molestos privilegios de esos territorios, al igual que años antes había hecho en Castilla con las comunidades. Desgraciadamente para los intereses españoles, Felipe II y sus sucesores no supieron actuar con la misma energía ni aún personarse en aquellos territorios.


Referencias