La guerra contra Estados Unidos supuso la pérdida de las tres últimas colonias del otrora cuarto mayor imperio de la historia: Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Los batallones expedicionarios fueron repatriados y el ejército de ultramar disuelto. Como consecuencia, todo el Ejército español se encontraba en 1899 acantonado en la metrópoli por primera vez desde el descubrimiento de América.
La reorganización emprendida el 31 de mayo de ese año articuló la península en ocho regiones, segregándole a la RM 7 las provincias gallegas. Los intensos debates y el tiempo desperdiciado desde la Ley de 1878 se demostraron estériles, pues se decidió suprimir todos los cuerpos de ejército para evitar que unos tuvieran cuatro divisiones y otros solo una, en función de su potencial demográfico o estratégico. Los cuerpos volverían a constituirse ad hoc en caso de guerra.
A fin de facilitar su identificación, las divisiones pasaron a numerarse de forma correlativa, no así las brigadas. La infantería ligera contaba con quince batallones de cazadores: tres de ellos agrupados en la Media Brigada de Gibraltar y el resto, en dos brigadas subordinadas a las divisiones 3 y 9. La División de Caballería se articuló en una brigada de húsares y otra de lanceros. Los restantes regimientos de este instituto se repartieron entre tres brigadas, reuniéndose en la de Barcelona los tres de dragones.
El Regimiento Luzón 54 cambia su denominación por la de Isabel la Católica. Como sus nombres estaban duplicados en los archipiélagos, los regimientos peninsulares Baleares 41 y Canarias 42 toman los de Gravelinas y Ceriñola. Los destinados en África toman el nombre de la plaza respectiva.
La infantería ligera contaba con quince batallones de cazadores: tres de ellos agrupados en la Media Brigada de Gibraltar y el resto, en dos brigadas subordinadas a las divisiones 3 y 9.
Por Real Decreto de 7 de mayo de 1899 se le cambió a cinco batallones la denominación relacionada con ultramar, pero por el de 31 de mayo perdieron también el nuevo, adoptaron la especialidad de montaña y se numeraron aparte.
García Ferrer, Carlos et al. Vigilantes en las cumbres. Lérida: Ministerio de Defensa, 1995.
Gómez Ruiz, Manuel y Vicente Alonso Juanola. El Ejército de los Borbones, t. 7 Gobierno provisional, Amadeo I, Alfonso XII, la Regencia. Madrid: Ministerio de Defensa, 2006.