Empleos del siglo XIX
Fernando VII
El Ejército español era, por esta época una institución hipertrofiada a causa de la guerra, en la que los ascensos por méritos de guerra habían dado lugar a una situación macrocefálica. Los 277 generales de 1788, habían pasado a 439 en 1807, de los que solo 201 tenían unidades a su cargo o sentaban plaza en el estado mayor, para un ejército de 200.000 hombres. La situación se agravó después de la Guerra de Independencia, y así para unas fuerzas reducidas a la mitad, el número de generales que sentaban plaza en 1816 era de 733.
El reglamento de 2 de junio de 1816 crea las primeras divisiones y brigadas permanentes de infantería y caballería:
- En el título III se especifica que el mando de las divisiones recae en un teniente general y, en su defecto, en un mariscal de campo. Este puede mandar también una brigada, aunque puede ser sustituido por un brigadier. En ningún caso puede mandar un mariscal o brigadier de infantería una brigada de caballería y viceversa. En ambos casos, el comandante general está auxiliado por un mayor, de la clase de coronel o teniente coronel efectivo, respectivamente.
- El título IV concede el mando de todas las unidades que se encuentren dentro de su demarcación al capitán general, en todo lo referente a instrucción, revistas, maniobras, etc., pero no en lo relativo a manejo de caudales, que es misión de los inspectores del arma.
- En el artículo VIII se establecen las gratificaciones y raciones mensuales para los jefes y ayudantes de estos cuerpos:
En la primera reorganización emprendida por el gobierno constitucional, el 1 de noviembre de 1820 se intentó disminuir el número de oficiales, concediéndoles la licencia temporal indefinida con media paga y aumentando el sueldo de la tropa. Claro que también se subió el sueldo a los generales afines al nuevo régimen, así a Riego se le señaló una renta anual de 80.000 reales y la mitad a otro buen puñado de mariscales. El 16 de julio de 1823, las Cortes, con el rey y el gobierno ya en Cádiz, decretaron la supresión del empleo de brigadier, lo que no se pudo llevar a efecto por la caída del régimen poco después. La situación mejoró sensiblemente a raíz de las depuraciones que siguieron al trienio liberal y que lógicamente comenzaron por los mandos superiores. Finalmente, en el decreto de 31 de mayo de 1828 se establece la plantilla del estado mayor general:
| CADA COMPAÑÍA | REALES | PLANA MAYOR | REALES |
| Capitán más antiguo | 14.400 | Coronel | 32.400 |
| Capitán | 13.200 | Teniente coronel | 21.600 |
| Teniente | 6.000 | Comandante | 19.200 |
| Alférez | 4.800 | Ayudante | 8.400 |
| Sargento primero | 2.160 | Portaestandarte | 4.800 |
| Sargento segundo | 1.800 | Capellán | 4.560 |
| Cabo primero | 1.140 | Cirujano | 6.000 |
| Cabo segundo | 900 | Mariscal mayor | 7.200 |
| Trompeta | 1.440 | Mariscal segundo | 4.800 |
| Soldado | 732 | Picador | 6.000 |
| Trompeta mayor | 2.880 | ||
| Cabo de trompetas | 1.800 | ||
| Armero | 2.520 | ||
| Sillero | 2.520 | ||
| Maestro sastre | 2.520 | ||
| Maestro zapatero | 2.520 | ||
| Forjador | 1.440 | ||
| Subtotal | 74.736 | Subtotal | 191.400 |
| 8 COMPAÑÍAS | 597.888 | TOTAL REGIMIENTO | 789.288 |
Los correspondientes a los regimientos de la Guardia Real, son algo superiores:
| CADA COMPAÑÍA | REALES | PLANA MAYOR | REALES |
| Capitán | 11.464 | Coronel | 36.000 |
| Teniente | 10.800 | Teniente coronel | 33.600 |
| Alférez | 5.592 | Comandante | 26.400 |
| Sargento primero | 2.280 | Ayudante | 11.592 |
| Sargento segundo | 1.920 | Portaestandarte | 5.592 |
| Cabo primero | 1.200 | Capellán | 9.000 |
| Cabo segundo | 1.020 | Cirujano | 9.000 |
| Trompeta | 1.560 | Mariscal mayor | 8.400 |
| Soldado | 888 | Mariscal segundo | 5.400 |
| Picador | 7.200 | ||
| Trompeta mayor | 2.880 | ||
| Cabo de trompetas | 1.920 | ||
| Armero | 2.880 | ||
| Sillero | 2.880 | ||
| Forjador | 6.240 | ||
| Subtotal | 99.576 | Subtotal | 273.336 |
| 8 COMPAÑÍAS | 796.608 | TOTAL REGIMIENTO | 1.069.944 |
Las gratificaciones ascendían a 28 reales y 2 maravedíes por cada uno de los 546 hombres (15.328,5) y 30 reales por cada uno de los 185 caballos (14.550), lo que arroja un total de 119.040 reales y 5 maravedíes. De los haberes percibidos por el personal, un tanto por ciento se retenía en concepto de Montepío (oficiales) o inválidos (tropa). Este porcentaje era variable en función de los empleos, oscilando entre el 6% del soldado y el 10% del coronel. Los guardias de corps lucían una charretera en el hombro izquierdo, por su condición de alférez de caballería, mientras que los cadetes llevaban una en cada hombro como capitanes. Finalmente, el 7 de diciembre de 1827 se concedió el tratamiento de Excelencia a los mariscales de campo y tenientes generales mientras ostentasen el mando de una capitanía general. Dicho tratamiento, que se haría posteriormente extensivo a los que no tuvieran mando y a los brigadieres, se mantiene en la actualidad.
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1802 -
1814 -
1823
Isabel II
Empleos y grados
Desde finales del siglo XVIII y durante todo el siglo XIX, el problema de los grados y los empleos fue una constante en el Ejército. El empleo era la efectividad de la jerarquía militar que se ostentaba, lo que determinaba el servicio a prestar, el mando que se había de ejercer y los haberes a percibir. El grado era una especie de recompensa que se otorgaba a aquellos en los que concurrían determinados méritos y que podría equivaler hoy día a un avance en el escalafón. Solo se otorgaba en las armas combatientes y no en los cuerpos facultativos. Un oficial de infantería o caballería podía obtener un grado superior a su empleo, sin que variara su situación, pero cuando le correspondía ascender, tomaba la antigüedad de concesión del grado, por lo que adelantaba a otros más antiguos. En artillería, ingenieros y estado mayor los ascensos eran por riguroso orden de antigüedad, pero podían recibir un grado de infantería o caballería. De esta forma podemos encontrarnos con tenientes de artillería con el grado de capitán de infantería, lo que les permitía continuar la carrera en esta nueva arma y llegar incluso al generalato. Esta situación dio lugar a toda clase de abusos, pues hubo quien llegó a acumular tres grados por encima de su empleo efectivo. Para intentar subsanarlos, se promulgó la RO de 2 de agosto de 1835, por la que se determinaba que los grados solo se concedían por méritos de guerra, en un máximo de dos y conservando antigüedad solo en el primero.
Generales
Al acabar la segunda guerra Carlista el número de oficiales generales era desproporcionado. Un estudio anónimo de 1850, basado en una plantilla teórica de 160.000 ajustada al papel de España en el concierto internacional, con 15 cuerpos de ejército, 20 divisiones y 40 brigadas, además de los estados mayores, inspecciones y comandancias correspondientes, arrojaba unas necesidades de 61 tenientes generales, 95 mariscales de campo y 160 brigadieres. En su lugar la plantilla efectiva era de 72, 194 y 315 respectivamente. Para solucionarlo, el desconocido autor proponía crear una situación de "segunda actividad" y otra de "reforma", pero nadie lo tomó en serio y todos los generales permanecieron en activo como hasta entonces. Las divisas de los generales siguieron siendo los entorchados siguientes:
Oficiales
La RO de 23 de diciembre de 1844 modifica el diseño de las charreteras para oficiales de todos los institutos montados, desde capitán a subteniente. La pala tendrá galón liso de con cinco órdenes de escamas guarnecidas por un canutillo duro y en la concha un junquillo de dos líneas de largo. Sobre la pala se disponen los atributos de cada instituto. Por RO de 21 de abril de 1849 se suprime el empleo de segundo comandante en el arma de caballería. La RO de 2 de julio de 1860 establece la divisa de galones y estrellas:
Tropa
Por RO de 23 de septiembre de 1844 los sargentos de todas las armas llevarán en los hombros, en lugar de las ginetas, las prendas designadas para la tropa de sus respectivos escuadrones. Como divisa se establecen las siguientes:
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1840 oficiales -
1840 tropa -
1860 gorras -
1860 jefes -
1860 oficiales -
1860 tropa
Sexenio
Por RD de 25 de marzo de 1871 (CL 232) se reconoce legalmente la categoría de oficiales generales a los brigadieres, aunque ya venían disfrutándola de forma extraoficial, al menos desde 1866. Se mantiene su divisa, consistente en un galón similar al del mariscal de campo, pero de color plateado, así como la prohibición de que lleven faja o pluma en el sombrero.
Alfonso XII
Generales
Por RD de 7 de mayo de 1879 se divide el número de oficiales generales en dos secciones, estando la primera compuesta por los que ostentan mando operativo y la segunda por los que se encuentran en la reserva por edad (entre 72 años para los tenientes generales y los 66 para los brigadieres). El número máximo de generales dentro del primer grupo es de 264, repartiéndose por empleos de la forma siguiente:
Oficiales
Por la Ley constitutiva del Ejército de 1878 se establece que todos los empleos, hasta coronel se alcanzarían, en tiempo de paz, por antigüedad. Se prohibía expresamente la concesión de grados y las gracias colectivas. Todos los empleos de general serían por elección. Sin embargo, aún no aparecían los suboficiales. Por RD de 7 de enero de 1884 (CL 4) se publicó un nuevo reglamento de divisas, que no llegó a entrar en vigor, y le costó el cargo al Ministro de la Guerra. Se basaba en series de estrellas de 4 u 8 puntas acompañadas de entorchados, galones o trencillas. El 24 de enero se publicó el reglamento definitivo, que derogaba el anterior y establecía las siguientes divisas. Las estrellas significan la efectividad en el Ejército, los galones y trencillas la efectividad en el arma y en la manga o bocamanga el grado:
Tropa
El reglamento de 24 de enero de 1884 dispone una trencilla en la bocamanga sin estrella para los sargentos 1º graduados de oficial. El resto de empleos no presenta variación respecto al reglamento anterior. Las misiones del cabo carrero, aparte de las generales marcadas por la ordenanza eran repartir por carros las cargas que no fuesen homogéneas y establecer turnos para aquellos transportes que no necesitaban la presencia de todos los carros. También cuidar de que éstos se lavasen a diario y recibiesen sebo cada quince días.
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1884 jefes -
1884 resto
Alfonso XII
Por real orden circular de 27 de julio de 1889 (CL 342), los empleos de mariscal de campo y brigadier se denominan en lo sucesivo general de división y general de brigada.
Referencias
- ↑ En las armas y cuerpos donde se mantuviese este empleo.