Diferencia entre revisiones de «Tercera campaña de Picardía»

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En diciembre de 1556 Enrique rompe la tregua y se alía con el papa Paulo IV. Un ejército invade Artois al mando de Coligni. Felipe convence a su esposa, la reina María de Inglaterra, para que le declare la guerra.
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Los tercios de Sicilia II y Hungría intervienen en la batalla de San Quintín<ref>Cabello La piedra, Luis María. 1927.</ref>.
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Los tercios de Sicilia II y Hungría intervienen en la batalla de San Quintín, donde resulta capturada la mayor parte de la nobleza francesa. Como el camino hacia París ha quedado expedito a las tropas españolas, Enrique II llama en su defensa al duque de Guisa, que había invadido Nápoles con un segundo ejército. Cuando llega a Picardía, este se divide en dos columnas. La primera consigue recuperar Calais, en manos inglesas desde hacía 200 años. La segunda, penetra en Flandes pero es derrotada en Gravelinas por el conde Lamoral de Egmont, que había mandado la caballería en San Quintín. Simultáneamente, la flota inglesa abre fuego contra los vencidos desde la costa. Las mujeres flamencas dieron buena cuenta de los despojos de este ejército, en represalia por las atrocidades cometidas.
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En abril, Cristina de Dinamarca negocia unas nuevas paces en Cateau-Cambresis. Francia conserva Calais y recupera San Quintín y los tres obispados de Lorena. A cambio, renuncia para siempre a Italia, devuelve Saboya, Córcega y Montferrato. España retiene el Franco Condado y recupera diversas plazas flamencas. Para consolidar la paz, se realiza un doble casamiento: Felipe II con Isabel de Valois, hija de Enrique II, y de Manuel Filiberto de Saboya con Margarita, hermana de aquel. Durante los festejos siguientes, el hugonote conde de Montgomery atraviesa con una lanza el ojo del rey, que fallece poco después.
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Felipe pretende crear un reino unificado en los Países Bajos pero, ante la multiplicidad de jurisdicciones y fueros, desiste y reparte los gobiernos entre la nobleza local y los 50 caballeros del Toisón:
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* Ducado de Brabante: Margarita de Parma, hermanastra del rey y gobernadora de los Países Bajos;
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* Ducado de Luxemburgo: conde Ernesto de Mansfeld;
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* Ducado de Namur: conde Carlos de Berlaymont;
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* Ducado de Limburgo: conde Juan de Frisia;
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* Ducado de Güeldres y condado de Zutphen: Carlos Brimeu, conde de Mega;
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* Condado de Henao: Juan de Lannoy > Juan Glimeau, marqués de Berghes;
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* Condados de Flandes y Artois: conde Lamoral de Egmont;
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* Condados de Holanda, Zelanda y Utrecht: Guillermo de Nassau, príncipe de Orange;
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* Condado de Borgoña: Claudio Vergio, señor de Camplit;
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* Señoríos de Flandes valón: Juan de Montmorancy, señor de Montigny;
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* Señoríos de Frisia y Overijssel: Juan de Ligny, conde de Arenberg.
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Hecho esto, reforma la milicia: el gobierno de la Armada recae en Philip de Montmorancy, conde de Horn, y el de la artillería a Philip EStaveleu, señor de Glayoni; se reducen las bandas de ordenanza a 3.000 caballos repartidos entre 14 cornetas, cuyos capitanes eran los mismos gobernadores de las provincias excepto Juan de Frisia, complementados por:
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* Philip de Croy, duque de Arschot;
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* Conde Maximiliano Henni de Bossu;
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* Conde Antonio Laligni de Hoectrat;
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* Conde Juan Croy de Reyx;
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* Conde Henrico Borederod.
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Inmediatamente, los estados generales solicitan al rey que saque de las provincias todas las tropas extranjeras. Este accede a licenciar a las tropas alemanas e italianas, pero se resiste a deshacerse de los dos tercios españoles, que guarnecen los presidios fronterizos y son de su plena confianza. Al final, consigue una demora de cuatro meses para encontrar una solución. En septiembre emprende Felipe su regreso a España sin comprobar que el gobierno de las provincias comience a rodar sin sobresaltos.
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Inmediatamente, el príncipe de Orange, molesto por haber quedado el cardenal Granvela como lugarteniente de Margarita, comienza a conspirar con algunos partidarios para que los tercios abandonen el país, acusando a su tropa de promover revueltas en las ciudades.
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Las tropas españolas salen de los Países Bajos, dejando vía libre a los movimientos rebeldes y a la expansión del calvinismo.
  
 
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Revisión del 12:15 5 sep 2018

1556

En diciembre de 1556 Enrique rompe la tregua y se alía con el papa Paulo IV. Un ejército invade Artois al mando de Coligni. Felipe convence a su esposa, la reina María de Inglaterra, para que le declare la guerra.

1557

Los tercios de Sicilia II y Hungría intervienen en la batalla de San Quintín, donde resulta capturada la mayor parte de la nobleza francesa. Como el camino hacia París ha quedado expedito a las tropas españolas, Enrique II llama en su defensa al duque de Guisa, que había invadido Nápoles con un segundo ejército. Cuando llega a Picardía, este se divide en dos columnas. La primera consigue recuperar Calais, en manos inglesas desde hacía 200 años. La segunda, penetra en Flandes pero es derrotada en Gravelinas por el conde Lamoral de Egmont, que había mandado la caballería en San Quintín. Simultáneamente, la flota inglesa abre fuego contra los vencidos desde la costa. Las mujeres flamencas dieron buena cuenta de los despojos de este ejército, en represalia por las atrocidades cometidas.

1559

En abril, Cristina de Dinamarca negocia unas nuevas paces en Cateau-Cambresis. Francia conserva Calais y recupera San Quintín y los tres obispados de Lorena. A cambio, renuncia para siempre a Italia, devuelve Saboya, Córcega y Montferrato. España retiene el Franco Condado y recupera diversas plazas flamencas. Para consolidar la paz, se realiza un doble casamiento: Felipe II con Isabel de Valois, hija de Enrique II, y de Manuel Filiberto de Saboya con Margarita, hermana de aquel. Durante los festejos siguientes, el hugonote conde de Montgomery atraviesa con una lanza el ojo del rey, que fallece poco después.

Felipe pretende crear un reino unificado en los Países Bajos pero, ante la multiplicidad de jurisdicciones y fueros, desiste y reparte los gobiernos entre la nobleza local y los 50 caballeros del Toisón:

  • Ducado de Brabante: Margarita de Parma, hermanastra del rey y gobernadora de los Países Bajos;
  • Ducado de Luxemburgo: conde Ernesto de Mansfeld;
  • Ducado de Namur: conde Carlos de Berlaymont;
  • Ducado de Limburgo: conde Juan de Frisia;
  • Ducado de Güeldres y condado de Zutphen: Carlos Brimeu, conde de Mega;
  • Condado de Henao: Juan de Lannoy > Juan Glimeau, marqués de Berghes;
  • Condados de Flandes y Artois: conde Lamoral de Egmont;
  • Condados de Holanda, Zelanda y Utrecht: Guillermo de Nassau, príncipe de Orange;
  • Condado de Borgoña: Claudio Vergio, señor de Camplit;
  • Señoríos de Flandes valón: Juan de Montmorancy, señor de Montigny;
  • Señoríos de Frisia y Overijssel: Juan de Ligny, conde de Arenberg.

Hecho esto, reforma la milicia: el gobierno de la Armada recae en Philip de Montmorancy, conde de Horn, y el de la artillería a Philip EStaveleu, señor de Glayoni; se reducen las bandas de ordenanza a 3.000 caballos repartidos entre 14 cornetas, cuyos capitanes eran los mismos gobernadores de las provincias excepto Juan de Frisia, complementados por:

  • Philip de Croy, duque de Arschot;
  • Conde Maximiliano Henni de Bossu;
  • Conde Antonio Laligni de Hoectrat;
  • Conde Juan Croy de Reyx;
  • Conde Henrico Borederod.

Inmediatamente, los estados generales solicitan al rey que saque de las provincias todas las tropas extranjeras. Este accede a licenciar a las tropas alemanas e italianas, pero se resiste a deshacerse de los dos tercios españoles, que guarnecen los presidios fronterizos y son de su plena confianza. Al final, consigue una demora de cuatro meses para encontrar una solución. En septiembre emprende Felipe su regreso a España sin comprobar que el gobierno de las provincias comience a rodar sin sobresaltos.

Inmediatamente, el príncipe de Orange, molesto por haber quedado el cardenal Granvela como lugarteniente de Margarita, comienza a conspirar con algunos partidarios para que los tercios abandonen el país, acusando a su tropa de promover revueltas en las ciudades.

1560

Las tropas españolas salen de los Países Bajos, dejando vía libre a los movimientos rebeldes y a la expansión del calvinismo.

1560

Tras la paz de Cateau-Cambresis, Felipe II pretende mantener los tercios de Sicilia II y Hungría en los Países Bajos, para impedir la expansión del calvinismo, fusionándolos en el Tercio de Flandes I al mando de Navarrete (Sicilia) y dejando activos otros 16 capitanes. Pese a las gestiones de la duquesa Margarita de Parma, los estados generales se niegan a mantenerlo y exigen su retirada, por lo que en octubre de 1560 parte hacia Holanda y Zelanda, donde es embarcado en la flota a la espera de un viento propicio para zarpar. Allí muere Navarrete.

1561

La partida se retrasa hasta el 10 de enero de 1561, pero la flota se dispersa y no llega a Laredo, como estaba previsto: Juan de Mendoza (Nápoles) y catorce compañías desembarcan en Coruña, Betanzos, Ribadeo y otros puertos del Cantábrico; Julián Romero (Sicilia) llega a Portugal con tres compañías, desde donde viaja hasta Cádiz y luego a Toledo para informar al rey el 23 de febrero. Allí recibe órdenes de partir a reforzar La Goleta con tres compañías. En junio de 1561 Mendoza embarca el resto hacia Sicilia y Nápoles, donde despliega en diversas fortalezas junto a las del Tercio de Nápoles IV.

Referencias

Notas

Bibliografía

  • Sandoval, Prudencio. Historia de la vida y hechos del emperador Carlos V. Bartolomé París. 1512/1634.