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Regimiento de Caballería Alcántara

1 byte eliminado, 10:19 22 feb 2017
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:"La retaguardia (en la cual, y quiero salvar una omisión que indeliberadamente cometí), se distinguió, cumpliendo con su deber, la fuerza de caballería de Alcántara".
Después de los acuerdos hispano-franceses de 1912, se había establecido nominalmente el protectorado español sobre parte del territorio marroquí, pero desde el primer momento, varias cabilas no estaban dispuestas a tolerar la injerencia extranjera en sus territorios. Se sucedieron numerosos ataques por parte de los rebeldes rifeños que lograron intranquilizar a toda la población española. En 1920 el general Silvestre comenzó una campaña consistente en la conquista y pacificación de los territorios y cabilas hostiles. Todas estas acciones, exitosas a primera vista, no lograron sino incrementar la hostilidad de los rifeños, lo que llevó a las tropas españolas a un peligroso punto agravado por su excesiva dispersión, dado lo extenso del terreno a dominar. Fueron numerosas las advertencias que recibió Silvestre, pero de nada sirvieron. Tras varios ataques a las desguarnecidas posiciones españolas, los rifeños, comandados por Abd El Krim, se dieron cuenta de que su momento había llegado. Conocían de sobra lo precario de la situación. El material estaba obsoleto, el personal era escaso y estaba falto de motivación e instrucción.
En junio la posición de Abarran fue atacada y, con la ayuda de la Policía Indígena, sublevada contra las propias tropas españolas, fue finalmente tomada por los rifeños tras asesinar a toda la guarnición. Inmediatamente, Abd El Krim decidió pasar a la ofensiva, iniciando un ataque sobre Igueriben, que estaba al mando del comandante Benítez y que ya llevaba tiempo sufriendo hostigamiento. Quedó aislada, pudiendo ser abastecida solo por un convoy protegido por el capitán de caballería Cebollino Von Lindeman, quuien se hizo acreedor de la Cruz Laureada de San Fernando. La situación de la posición, sin ayuda, sin munición y, lo que es peor, sin agua, se hizo desesperante, llegando sus heroicos defensores a beber el líquido de las patatas estrujadas, el de las conservas de pimiento y, en la desesperación, incluso colonia, tinta y orina mezclada con azúcar. Tras un intento fallido de socorrer la posición y tras repartir los últimos cartuchos, incendiar el material e inutilizar las piezas de artillería, la guarnición salió a la desesperada, siendo masacrada a las mismas puertas de la posición. Sólo llegaron a Annual 25 supervivientes, de los cuales 16 murieron posteriormente de agotamiento o por beber demasiada agua. Por su heroísmo en la defensa de Igueriben, les fue concedida al comandante Benítez y al capitán de la Paz Orduña la Cruz Laureada de San Fernando.

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