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Rebelión de las Alpujarras

3853 bytes añadidos, 09:45 24 sep 2018
1569
Aunque el ataque debía ser simultáneo, Padilla llega primero y sus veteranos se lanzan al asalto del fuerte sin esperar al resto. Al principio los moriscos resisten, pero cuando llega el resto de las tropas se ven rodeados y se dan a la fuga. Muchos son alcanzados por la caballería de Zuazo y solo algunos heridos consiguen llegar a las Alpujarras. Las moras pelean como amazonas y algunas prefieren despeñarse a ser cautivadas. Se hacen 3.000 prisioneros y un gran despojo de oro, plata, seda, ganado y trigo. Mueren 200 cristianos, entre ellos, Pedro de Sandoval. Casi todos los capitanes resultan heridos. Al día siguiente, se desbarata el fuerte y se emprende el regreso a Málaga. Los milicianos de Loja, Alhama, Alcalá la Real y Archidona llegan tarde a la empresa, por lo que durante la vuelta se dedican a asaltar granjas para resarcirse.
PÁGDon Juan refuerza el campo del marqués de los Vélez, que se había desplazado a Adra tras su victoria en Berja, permaneciendo allí ocioso entre el 10 de junio y el 20 de julio. Para ello le envía 4.000 infantes y 150 caballos, las banderas de Nápoles y 1.500 catalanes conocidos como "delados" (fugitivos), mandados por Antic Ça Riera. Esta unidad se levó en Cataluña entre bandidos y perseguidos de la justicia a quienes se prometió el perdón a cambio de servir en la guerra sin sueldo, que solo cobraban sus capitanes. 17 
Entre 1569 y 1570 la corona levanta ocho nuevos tercios para sofocar la rebelión:
* Diego Venegas (SGM): 22;
* Bartolomé Pérez Zumelzo: 10;
* Francisco de Molina: 5;* Rodrigo Benavides: 2.000 hombres;* Marqués Lorenzo Téllez de Silva, marqués de la Favara: 700 hombres<ref>Aunque el maestre es portugués, sus soldados son levados en Granada.</ref>;
* Lope de Figueroa.
Aunque Clonard adelanta la fecha de creación del último a 1566, en esa época Figueroa era capitán del tercio de Sicilia, con el que combatiría dos años después en Jemmingen. Hasta que llegó a la corte para dar cuenta de esta victoria, no pudo Felipe II concederle el mando de un nuevo tercio. En el conflicto intervienen, además, el Tercio tercio de Francia (10), mandado por Juan de Solís; y el Tercio tercio de Nápoles IV (10 + 2 de Lombardía), al mando de Pedro Padilla. Caso especial fue el Tercio Antonio de los Delados (fugitivos) mandado por Antic Ça Riera, que se levó en Cataluña entre bandidos y perseguidos de la justicia a quienes se prometió el perdón a cambio de servir en la guerra sin sueldo, que solo cobraban sus capitanesLuna gobierna 1.200 caballos.
Otros tercios fueron levantados y pagados a expensas de las ciudades y concejos. Así, por ejemplo:
* Granada (: Alonso Portocarrero);* Guadix: Antonio Moreno;
* Úbeda;
* Baeza;
* Lorca (Pardillos).
Finalmente, tomó parte en el conflicto un gran número de compañías sueltas costeadas por villas, pueblos y lugares. Con la excepción de las tropas veteranas de Italia, el desempeño del resto era muy escaso, pues las milicias concejiles se deshacían al primer choque, carecían de instrucción militar, de capacidad de sacrificio, eran indisciplinadas y codiciosas. A ello se suma la rivalidad entre los marqueses de Vélez y Mondéjar, molesto este último por haber sido privado del mando a pesar del éxito de su primera campaña. El 20 de julio sale Vélez de Adra con 2.000 peones, 200 caballos y vituallas para 8 días. En Berja encuentra a Humeya con 6.000 moros, la mitad arcabuceros y ballesteros, pero en lugar de plantear batalla inmediatamente, les concede dos días de descanso a sus hombres, que aprovechan los moriscos para poner a salvo familias y bagajes. Al tercer día, Humeya ataca a los veteranos de Pedro Padilla y los aventureros de Favara, quienes sostienen sus posiciones hasta poner en fuga a los moriscos. El marqués no consiente en la persecución y mueve el campo a la Calahorra para avituallarse. Allí se repiten las deserciones, hiriendo algunos fugitivos a Diego Fajardo cuando intenta detenerlos. Antonio Enríquez es enviado a socorrer el castillo de Seron con 500 arcabuceros y 60 caballos. Es atacado por el Mocebé, quien le hace 200 bajas. Al ver el desastre, Diego de Mirones, alcaide del castillo, sale a buscar socorro con 30 soldados, de los que le matan 14. Mirones es capturado y rinde el castillo para liberar a su familia, pero todos son asesinados cumpliendo órdenes de Humeya. Este pretende tomar Almería para convertirla en la capital de su reino, por lo que infiltra 1.000 moriscos a reconocerla. La encuentran guarnecida por la compañía de escuderos de García Villarroel y otra de infantería. Alertado este, sale el 23 de julio con 200 arcabuceros y 30 caballos y ataca a las hordas de Humeya, que huyen sorprendidas. Cuando se repliegan a Almería, este contraataca pero no consigue estorbarles el paso. Desde entonces, García descuartiza a todos los moriscos que llegan a la ciudad para disuadir a los posibles espías. El Malech intenta tomar Oria con 3.000 moriscos el 25 de julio, pero hallándola bien reforzada por Diego Ramírez, decide levantar el sitio. En Argel, Hernando Abaquí consigue que el bey les socorra con 400 escopeteros y 8 fustas cargadas de suministros. El 22 de agosto, 2.000 moriscos del valle de Lecrín y las Guajaras se dirigen al Padul, defendida por la compañía de caballos de Alonso de Valdolomar. El marqués de los Vélez ha consumido 12.000 peones y 700 caballos sin efecto alguno, y se mantiene ocioso con los 1.500 y 200 restantes en Granada, quejándose a don Juan de Mondéjar, Sessa y Quijada. El 12 de septiembre el rey manda llamar a Mondéjar a la corte para que explique su versión. Mientras tanto, Vélez decide salir en campaña contra el Xargal en la zona de Baza. Reúne 5.000 peones y 200 caballos con los que refuerza al tercio de Padilla. Cuando alcanzan al enemigo, este huye dejando el bagaje y las familias para que se ceben los soldados. Estando estos dedicados al saco, el Xargal los ataca y les causa muchas bajas. Humeya ataca Adra con 2.000 hombres pero, encontrándola bien defendida, pasa a Vera. El alcaide de su castillo emplea las atalayas para avisar al de Lorca. Este junta 970 peones y 80 caballos y expulsa a los moriscos de Vera. Los berberiscos enviados desde Argel conspiran para derrocar a Humeya y entregar las Alpujarras a su bey. Aunque aquel tiene 400 guardias y 1.600 soldados, ninguno impide su arresto. Eligen como rey títere a Abdallah Abenaboo, tintorero granadino, quien comienza por enviar presentes a Argel y Constantinopla en demanda de auxilio.
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