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La caballería española del siglo XX

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Como muestra de ello, en julio de [[1939]] se reorganizaba la [[División de Caballería]], constituida por elementos de reconocimiento (ciclistas y motociclistas); de [[combate]] ([[cazadores]] y [[autoametralladora]]s); y de apoyo ([[dragones]] sobre transportes [[blindado]]s). Esta orgánica, calcada de la rusa, solo daría resultado en Stalingrado gracias a las peculiaridades del terreno.
En [[1943]], una comisión presidida por el [[general]] Alonso Martín, realizaba una visita a Alemania con el fin de realizar un estudio de la [[doctrina]], orgánica y [[material]]es de la ''Panzerdivision''. A su regreso se elaboró un documento titulado ''Estudio de las unidades blindadas'', que sirvió de fundamento para la Instrucción General n.º 2 de [[1943]] del Estado Mayor Central, por la que se creó la División Acorazada n.º 1 de la Reserva General. Lamentablemente, la forma de creación de las [[unidad]]es [[acorazado|acorazadas]] alemanas era la más desfavorable para el [[arma]] de todas las occidentales. Esta circunstancia, unida a la formación militar de Franco y sus [[general]]es, hizo que la [[caballería]] española se viera marginada en la carrera para constituir la nueva [[arma acorazada]], al contrario que la británica o la francesa. Al final, esta nunca llegaría a crearse en España, tanto por la renuencia de algunos [[jinete]]s a apearse del [[caballo]], como por el rechazo de la [[infantería]] a desprenderse de sus [[carro]]s.
En [[1944]] volvió a reorganizarse el [[Ejército]] español y el [[arma]] quedó constituida por una [[División de Caballería]], que mezclaba una [[brigada]] de [[cazadores]] a [[caballo]] y otra de [[dragones]] en fase de mecanización, además de varios [[regimiento]]s independientes repartidos entre ambos [[instituto]]s. La evidente desproporción entre lo que se deseaba, las [[plantilla]]s que se aprobaron y las existencias reales tuvo su reflejo en los artículos publicados durante los años [[1945]] a [[1950]] en la revista ''Ejército''. El [[teniente coronel]] Valderrábano en "La caballería y la mecanización", incluido en el n.º 60 de [[1945]], tras analizar una vez más la composición de las [[división|divisiones]] rusas, estadounidenses, italianas y francesas, insistía en que la [[caballería]], para cumplir las misiones asignadas, necesitaba estar bien dotada de [[autoametralladora]]s y [[carro]]s. A continuación, expresaba su temor de que solo los países ricos pudieran alcanzar tales deseos.
Cuatro años más tarde, el [[teniente coronel]] Mateo Marcos recordaba en otro artículo del n.º 118 que si la [[caballería]] subsistía era porque subsistían sus misiones:
: ''Para el cumplimiento de estas no es ya bastante la velocidad del caballo, al que hay que sustituir por la moto y el carro. Los nuevos jinetes han cambiado la vistosidad de los antiguos uniformes por las manos manchadas de grasa y los monos ennegrecidos de los carburadores y escapes, pero trabajan duramente para que renazcan las glorias de la caballería y su eterno espíritu, mientras se sienten tan jinetes como el que más''.
Todavía en un artículo del n.º 133 ([[1951]]), el ya [[coronel]] Valderrábano consideraba imprescindible que se aplicasen a todas las [[operaciones]] modernas la velocidad y la potencia de [[choque]], cualidades del [[arma acorazada]]. Tras exponer cómo en todos los países del entorno se habían convertido las [[cuadra]]s en aparcamientos, los herraderos en talleres e, incluso, los hipódromos en pistas para la [[instrucción]] de [[conductor]]es, se lamentaba amargamente de la lentitud de la transformación en España.
Y es que, pese al estallido de la guerra Fría, España había sido excluida del plan Marshall y no sería hasta [[1949]] cuando la ONU levantase el embargo y permitiera a sus miembros tratar con España. El 26 de septiembre de [[1954]] Eisenhower firmó los Acuerdos de Defensa y Ayuda Mutuas, que concedían España [[material]] [[militar]] a cambio del permiso para establecer [[base]]s americanas en su suelo. La consecuencia más importante para el [[Ejército de Tierra]] fue que al fin pudo abordarse la sustitución de los medios heredados de la [[guerra Civil Española (1936-1939)|guerra Civil]], en especial los [[blindado]]s y [[acorazado]]s.
Desde entonces, el [[caballo]] sería definitivamente sustituido por el [[carro de combate]] y los [[vehículo]]s [[mecanizado]]s. Aunque los jóvenes [[jinete]]s vieron aquí la posibilidad de recuperar la velocidad, la movilidad y la potencia perdidas, las altas esferas llegaron a plantearse, incluso, la desaparición de la [[caballería]] junto al [[caballo]], en beneficio del [[arma acorazada]]. La creación de esta tuvo que afrontar dificultades tan insalvables, que se optó por organizar [[unidad]]es [[acorazado|acorazadas]] dentro de ambas [[arma]]s. Para distinguir en lo posible sus misiones, se encomendó a la [[caballería]] las [[estrategia|estratégicas]] de exploración, [[reserva]] móvil y destrucción del [[enemigo]], así como las [[táctica]]s de seguridad, asalto y explotación. De todas ellas, solo la destrucción del [[enemigo]] correspondía anteriormente a la [[infantería]]; el resto eran las misiones tradicionales y casi exclusivas de la [[caballería]], que sufrió un gran revés al ver como la División Acorazada se asignaba a la [[infantería]] en lugar de copiar el modelo estadounidense, donde el ''Armor'' se había creado tomando como base la ''7th Cavalry Brigade''.
Como consecuencia de la ayuda americana, se difundió por el [[arma]] un ambiente de esperanza y optimismo que hacía a sus componentes analizar exhaustivamente la orgánica y la [[doctrina]] estadounidenses. Su influencia sustituyó a la alemana, cuyas carencias habían quedado patentes tras la [[guerra]]. El [[general]] Mateo Marco, en un artículo del n.º 172 de la mencionada revista ([[1954]]), razonaba que
: ''los carros de la División Acorazada debían jugar el mismo papel que la caballería de Napoleón, que impedía al enemigo reorganizarse, paralizándole por el terror y destrozándolo antes de que pudiera reaccionar. El arma acorazada ha sustituido a la caballería. Si queremos mantener nuestro prestigio, tenemos que saber cuidar, manejar y emplear el material automóvil como supimos hacer con los caballos''.
Esta opinión estaba en consonancia con lo que había expresado Fuller varios decenios antes. Por su parte, el [[general]] López de Letona reconocía en el n.º 184 de [[1955]]
: ''la necesidad de que todos los oficiales del arma entiendan de motores tanto como entendían de caballos, ya que la caballería ha sido siempre el arma de la velocidad y debe continuar siéndolo porque las armas se definen por las misiones que han de cumplir y no por los medios de que se valen para ello''.
El [[general]] [[jefe]] de la [[División de Caballería]], Julio García Fernández, comentaba en el n.º 192 de [[1956]] "el cóctel de cebada y gasolina" en que se habían convertido las [[unidad]]es de [[caballería]] y afirmaba que la tendencia a mecanizarlas debía desembocar en la necesaria dotación de [[helicóptero]]s, con lo que ganarían en velocidad y flexibilidad en sus reconocimientos. Aunque reconocía que las [[unidad]]es [[mecanizado|mecanizadas]] se encontraban prácticamente al completo de [[personal]], tenían escasos medios [[blindado]]s que no se adaptaban a las necesidades del [[arma]].
La División Acorazada seguía ostentando la prioridad para recibir los nuevos medios, siendo exiguos los que llegaban a la [[caballería]], pese a lo cual estimulaban notablemente a los [[mando]]s en su afán de ponerse al día. Ello no era óbice para que, con frecuencia, se detectase cierto disgusto al comprobar cómo su [[arma]] se veía relegada a misiones secundarias, relacionadas exclusivamente con el reconocimiento y la seguridad. El reparto de los medios parecía ignorar que la [[caballería]] era el [[arma]] de la decisión e indispensable en la explotación. Pese a ello, la [[Escuela de Aplicación de Caballería]] derrocharía celo para elevar la preparación técnica de los [[mando]]s a tal nivel que tuvo que ser reconocido por otras [[arma]]s.
<references />
===Bibliografía===
* Arenas Cano, Francisco. "Unidades de caballería aérea". ''Revista Ejército'' n.º 488. Ministerio de Defensa. 1980.* Arenas Cano, Francisco. "La crisis de la caballería". ''Revista Ejército'' n.º 506. Ministerio de Defensa. 1982.* Durán Heras, Mario. "La caballería y los helicópteros". ''Revista Ejército'' n.º 465. Ministerio de Defensa. 1978.* Favtski, Coronel. "Aeromovilidad ¿de qué se trata?" ''Revista Ejército'' n.º 324. Ministerio de Defensa. 1967.
* Lión Valderrábano, Raúl y Juan Silvela Miláns del Bosch. ''La caballería en la historia militar''. Academia de Caballería. 1979.
* Lobo García, Ángel. "La caballería ligera en la operación Tempestad del Desierto". ''Memorial de Caballería'' n.º 31. Academia de Caballería. 1991.* Mena Aguado, José. "La caballería ante la próxima reorganización". ''Revista Ejército'' n.º 456. Ministerio de Defensa. 1978.* Quintero Morante, Federico y Luis Lobo García. "El arma acorazada en los ejércitos de occidente". ''Revista Ejército'' n.º 308. Ministerio de Defensa. 1965.* Sánchez García, Fabián. "La Brigada de Caballería y los helicópteros". ''Revista Ejército'' n.º 510 y 511. Ministerio de Defensa. 1982.
* Tusell, Javier. "Siglo XX". ''Manual de Historia de España''. Historia 16, vol. 6. 1990.
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