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La caballería española del siglo XX

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España, que se había librado de la [[Primera Guerra Mundial]], acabó perdiendo la estabilidad política conseguida en la Restauración tras el [[desastre de Annual]]. La dictadura de Primo de Rivera resolvió momentáneamente la creciente agitación social, puso fin a la tercera [[guerra de Marruecos]] y realizó numerosas obras públicas, pero su caída arrastró a la propia monarquía que la había sustentado. La II República no hizo más que agravar la inestabilidad política y social, hasta desembocar en una revolución y una desastrosa [[guerra Civil]].<br />
En el plano [[táctico|táctico]], ya desde principios del [[siglo XX]] se detecta una total desorientación en cuanto a la [[orgánica]] y el empleo de la [[caballería]]. Al igual que en Europa, el [[combate]] a pie se consideraba denigrante, mientras la [[carga]] constituía el recurso decisivo. Para las grandes [[unidadesunidad]] es lo idóneo era el [[despliegue]] en tres [[línea|líneas]] de [[entidad]] similar, formadas respectivamente por:<br />
* [[Fuerza|Fuerzas]] de [[combate]]: encargadas de romper la [[línea]] [[enemigo|enemiga]].
* [[Fuerza|Fuerzas]] de [[apoyo]]: responsables de llevar a cabo la [[maniobra]].
Ajeno por completo a las corrientes de posguerra, el [[Ejército]] español permanecía aislado de los demás y sumido en una sensible atonía. Ni siquiera la [[campaña]] de Marruecos sirvió de revulsivo para romper la inercia. Aunque en la misma llegó a intervenir un reducido número de [[carros]], fueron empleados como complemento de la [[infantería]], siguiendo la [[doctrina]] francesa. Su escasez y la abrupta naturaleza del terreno dificultaron su empleo y restaron trascendencia a su intervención, de ahí que apenas se pudieran vislumbrar sus posibilidades.<br />
La [[caballería]] seguía a [[caballo]] y armada de [[sable]] y [[lanza]] pero, por anacrónico que ello pudiera parecer, sus [[unidadesunidad]] es llenaron de gloria las páginas de la historia. En [[1909]], por ejemplo, en la [[acción de Taxdirt|aldea de Taxdirt]] un [[escuadrón]] de los [[Regimiento de Caballería Alfonso XII|"Cazadores de Alfonso XIII"]] cargó tres veces contra más de mil rifeños al mando del [[teniente coronel]] [[José Cavalcanti]], salvando de un seguro desastre a los [[batallones]] propios, que estaban peligrosamente acosados. Dieron la primera [[carga]] 65 [[cazadores]], 40 la segunda y los 20 supervivientes la tercera. En otras acciones igualmente heroicas de esa [[campaña]] ganaron también la laureada los oficiales Samaniego, Pacheco, Cebollino, Aláez, Hernández Menor y Sáez de Tejada.<br />
La mayor gesta del periodo, incomprensiblemente acallada por la propia cúpula militar y nunca premiada con la Laureada que se merecía hasta 91 años después, la constituyó la protección de la retirada de [[desastre de Annual|Annual]] por parte de los [[Regimiento de Caballería Alcántara|"Cazadores de Alcántara"]] en [[1921]]. Cada [[escuadrón]], cada [[jinete]] se revolvió cuantas veces pudo sobre un enemigo muy superior hasta que la extenuación de sus [[caballos]] les obligó a dar al [[paso]] la última [[carga]]. Este hecho justifica por sí solo la razón de ser de la [[caballería]] que, en momentos como estos y olvidándose de sí misma, es capaz del [[sacrificio]] máximo en beneficio de las demás [[armas]].<br /><br />
==Segunda República==
En [[1931]] se creó la primera [[unidad]] [[mecanizada]] del [[arma]], en el [[núcleo de tropas]] de la [[División de Caballería]]. Lamentablemente, ese mismo año se emprendió una masiva disolución de [[unidadesunidad]] es que estaba más orientada a la reducción del personal, especialmente de los [[oficiales]], que a potenciar las posibilidades del [[arma]]. Ello no solo se debió a las desacertadas decisiones políticas, sino a la testarudez de nuestros [[jinetes]] que sobrevaloraron al [[caballo]] frente a los medios más modernos. Interpretaron mal las experiencias de la [[Primera Guerra Mundial]] y ni siquiera la [[guerra de Marruecos]] sirvió de revulsivo para romper la inercia.<br />
Mientras todos los países, excepto Polonia, desmontaban a sus [[escuadrones]] para convertirlos en [[unidadesunidad]] es [[acorazado|acorazadas]], la única [[División de Caballería]] española mantenía una [[orgánica]] similar a la de comienzos de siglo, desplegando en tres líneas. Como la acción seguía basada en el [[caballo]], el [[armamento]] preferido era el [[sable]]. Según la [[doctrina]] de [[1930]] la [[División de Caballería]] tenía encomendadas las siguientes misiones:<br />
* Adelantarse al [[enemigo]] en la ocupación de zonas de interés.
* Proteger los [[flanco|flancos]] del [[ejército]].
La forma de realizarlo implicaba que en todas las fases de la [[batalla]] debía procurar llegar al [[choque]], combatiendo al [[arma|arma blanca]]. Si la conservación del contacto obligaba a combatir a pie, se conducía como la [[infantería]], pero aprovechando cualquier ocasión favorable para volver a [[montar]] y continuar el [[combate]].<br />
En esta situación se llegó al año [[1936]], con una [[caballería]] en pésimas condiciones y [[unidadesunidad]] es escasamente operativas. Las dificultades para su reorganización parecían insalvables, por cuanto la [[caballería]] era un [[arma]] cara, se carecía de fondos y se necesitaban muchos [[caballos]], precisamente, cuando más se notaba el descuido de la política ganadera.<br />
Al estallar la [[guerra Civil]], el [[arma]] estaba compuesta por 10 [[regimientos]] en la península y 5 [[tabor|tabores]] de [[Regulares]] en Marruecos. 3 [[regimientos]], el único [[grupo]] [[blindado]], el [[Depósito Central de Remonta]] y la [[Escuela de Equitación]] quedaron en la zona republicana, lo que suponíae según Ramón Salas el 40% de los efectivos del [[arma]]<ref>Esta cifra parece demasiado alta, pero confirma que, en cualquier caso, fue el arma que en mayor proporción apoyó al bando nacional.</ref>. De su [[personal]], una pequeñísima parte consiguió pasarse al bando nacional a lo largo de la [[guerra]], mientras que muchos [[oficiales]] retirados por la Ley Azaña se incorporaron también como [[jefe|jefes]] de [[unidadesunidad]] es de [[infantería]] y [[milicia|milicias]].<br />
A lo largo de la [[guerra Civil]] no se dio a la [[caballería]] demasiada importancia por ninguno de los dos bandos. Entre las causas podríamos citar:<br />
La [[batalla de Teruel]] fue una de las excepciones de la [[guerra Civil]], pues allí se efectuó una [[maniobra]] combinada de [[ala]] y doble envolvimiento para cercar dicha plaza. Es sintomático que allí la [[caballería]] tuviese una destacada actuación a pesar de que el [[terreno]] no le resultaba favorable. Trasladada la [[División de Caballería]] al frente de Aragón, tomó parte en la [[batalla de Belchite]] y en la ofensiva republicana sobre [[batalla de Teruel]]. En la tercera fase, la [[División de Caballería]] estaba encargada, junto con la 5ª de Navarra, de servir de [[enlace]] entre el Cuerpo de Ejército Marroquí de Yagüe y el de Galicia de Aranda, además de reducir las bolsas creadas y proteger los [[flanco|flancos]] interiores de ambas [[columna|columnas]]. Mientras los navarros envolvían Sierra Palomera, los [[escuadrones]] en arrolladores avances conquistaron Argente, Visiedo y Lidón, y llegaron a orillas del Alfambra, capturando gran cantidad de prisioneros.<br />
Posteriormente, la [[División de Caballería]] participó en la [[batalla de Aragón]], en el avance hacia el Maestrazgo y en la [[batalla del Ebro]]. Al iniciarse esta última, tuvo que realizar [[marcha|marchas]] de 90 km por jornada para desplazarse desde Alcañiz hasta la zona asignada. Dos [[brigadas]] fueron destinadas a la [[defensa de Gandesa]], [[objetivo]] principal del [[Ejército]] republicano, y al sector de Mequinenza-Fayón. Tras durísimos [[combate|combates]] que duraron 12 días, se obligó a las [[unidadesunidad]] es republicanas a volver a cruzar el río, aunque a costa de perder un 50% de efectivos y de ganar un [[escuadrón]] de [["Alhucemas"]] la [[Laureada de san Fernando]] colectiva. La tercera [[brigada]] consiguió detener el [[avance]] [[enemigo]] en el Alto Tajo (Muelas de San Juan).<br />
Rehecha la [[División de Caballería]], tomó parte en las [[operaciones]] que permitieron la conquista de Cataluña y, trasladada a Talavera de la Reina en marzo de [[1939]], participó en las últimas acciones que permitieron la conquista de Madrid.<br />
Mientras tanto, en el Sur se había formado una segunda [[División de Caballería]] bajo el mando del [[general]] Gete, destacando entre sus muchas acciones las llevadas a cabo entre el 20 y el 24 de julio de [[1938]] en Extremadura, concretamente las [[carga|cargas]] de los [[tabor|tabores]] de [[Regulares]] de la I Brigada contra fuerzas muy superiores en Monterrubio, o la [[defensa de Castuera]] y [[defensa de Campanario]] ante los [[contraataque|contraataques]] de los [[carros]] republicanos. También combatió en este sector la tercera gran [[unidad]] del [[arma]], la [[Brigada Móvil de Caballería]].<br />
Por último, hay que señalar que un gran número de [[escuadrones]] combatieron a pie por falta de [[ganado]] y que, junto a muchas [[unidadesunidad]] es de [[infantería]] mandadas por [[oficiales]] de [[caballería]] tuvieron también un comportamiento heroico, como el 4º Escuadrón de [["Numancia"]], que obtuvo la [[Laureada de san Fernando]] en la [[acción de las Minas]] (Vizcaya), o el 6º y 7º de [["Castillejos"]], que la consiguieron en la [[defensa de Corbalán]] (Teruel).<br />
Las [[unidadesunidad]] es de [[caballería]] del Ejército Popular aún fueron más reducidas en número y actuaron más diseminadas, viéndose afectadas por las incesantes reorganizaciones de aquel a lo largo de todo el conflicto. En la [[batalla de Brunete]] se emplearon dos [[regimientos]] en el [[ataque]] principal y aunque la [[aviación]] nacional les causó un grave quebranto, fueron los encargados de frenar la desbandada republicana tras la fracasada [[ofensiva]].<br />
En la [[batalla de Belchite]] se empleó por primera vez una importante masa de [[caballería]]: la IV Brigada, que venía de participar en la frustrada toma de Zaragoza junto a otras 27 de [[infantería]], si bien actuó por primera vez reunida y en [[vanguardia]]. Pese a su extraordinario comportamiento durante los dos primeros días de [[ofensiva]], cedió al llegar a Mediana por haber sido diezmada.<br />
En el [[núcleo de tropas]] del [[ejército]] de [[maniobra]] existía una [[brigada]] de [[carro de combate|"tanques"]] y otra de [[blindado|blindados]], que apenas podían identificarse con una supuesta [[arma]] de [[caballería]] [[acorazada]]. Según el informe del [[general]] Walter y del [[teniente coronel]] Galán sobre la [[ofensiva]] de Segovia en mayo de [[1937]], estas [[unidadesunidad]] es fracasaron por no estar debidamente conjuntadas con la [[infantería]]. En su afán de esperarse la una a la otra, no avanzó ninguna.<br />
El [[teniente coronel]] Matallana, en su informe sobre la [[batalla de Brunete]], culpó del bajo rendimiento de los [[carros]] a la casi absoluta falta de coordinación con la [[infantería]]. En las ''Directivas del ejército de maniobra para la operación sobre Brunete'' se observa que dicha [[brigada]] de [[carro de combate|"tanques"]] se encontraba diseminada en [[compañías]] de 15 [[carros]], actuando sus [[capitán|capitanes]] con completa independencia. Matallana se quejaba de que no se explotara el éxito, tarea harto difícil si la [[caballería]] se encontraba diseminada por [[grupo|grupos de escuadrones]] y los [[carros]] acompañaban a la [[infantería]].<br />
En otro artículo publicado en el número 12 de [[1941]], el [[comandante]] José Escaso afirmaba que era precisamente el [[espíritu jinete]] lo que debía estimular a la [[caballería]] a sufrir las transformaciones necesarias: "para que la caballería mantenga su espíritu ofensivo es necesario dotarla de medios de combate que aumenten su movilidad, tan esencial en el Arma… motos, carros ligeros, autoametralladoras-cañón, le permitirán emprender más arriesgadas empresas". En el número 20, el [[comandante]] Ramón de Meer consideraba imprescindible que "en todos los casos se refuercen las tropas a caballo por ingenios blindados, en la medida de lo posible". En el 21, el [[comandante]] Valero Valderrábano transcribía un párrafo del [[teniente general]] Marx en ''Militar Wochemblatt'': "La caballería ha renovado y ampliado su antigua importancia… La nueva arma de los tanques significa una nueva forma de caballería imbuida del antiguo espíritu jinete".<br />
Tales opiniones mostraban cómo bastantes [[oficiales]] deseaban y propiciaban la transformación de las [[unidadesunidad]] es a [[caballo]] nada más acabar la [[guerra Civil]], pero aunque constituían una minoría de gran influencia en el [[arma]] y muchos les seguían, tendrían por delante un camino muy difícil de recorrer.<br />
Como muestra de ello, en julio de [[1939]] se reorganizaba la [[División de Caballería]], bautizada poco después como "Jarama", y constituida por elementos de [[reconocimiento]] (ciclistas y motociclistas), otros de [[combate]] ([[cazadores]] y [[autoametralladora|autoametralladoras]]) y, finalmente, otros de apoyo ([[dragones]] sobre [[blindado|blindados]] de [[transporte]]). Esta [[orgánica]], calcada de la rusa, solo daría resultado en Stalingrado gracias a las peculiaridades del terreno.<br />
En [[1943]], una comisión presidida por el [[general]] Alonso Martín, realizaba una visita a Alemania con el fin de realizar un estudio de la [[doctrina]], [[orgánica]] y [[material|materiales]] de la ''Panzerdivision''. A su regreso se elaboró un documento titulado ''Estudio de las unidades blindadas'', que sirvió de fundamento para la Instrucción General nº 2 de [[1943]] del Estado Mayor Central, por la que se creó la División Acorazada nº 1 de la Reserva General. Lamentablemente, la forma de creación de las [[unidadesunidad]] es [[acorazado|acorazadas]] alemanas era la más desfavorable para el [[arma]] de todas las occidentales. Esta circunstancia, unida a la formación militar de Franco y sus [[general|generales]], hizo que la [[caballería]] española se viera marginada en la carrera para constituir la nueva [[arma acorazada]], al contrario que la británica o la francesa. Al final, esta nunca llegaría a crearse en nuestro país, tanto por la renuencia de algunos [[jinetes]] a apearse del [[caballo]], como por el rechazo de la [[infantería]] a desprenderse de sus [[carros]].<br />
Al terminar la [[Segunda Guerra Mundial]], volvió a reorganizarse el [[Ejército]] español y el [[arma]] quedó constituida por una [[División de Caballería]], que mezclaba una [[brigada]] de [[cazadores]] a [[caballo]] y otra de [[dragones]] en fase de [[mecanizado|mecanización]], además de varios [[regimientos]] independientes repartidos entre ambos [[instituto|institutos]]. La evidente desproporción entre lo que se deseaba, las [[plantilla|plantillas]] que se aprobaron y las existencias reales, tuvo su reflejo en los artículos publicados durante los años [[1945]] a [[1950]] en la revista ''Ejército''. El [[teniente coronel]] Valderrábano en '"La caballería y la mecanización", incluido en el nº 60 de [[1945]], tras analizar una vez más la composición de las [[divisiones]] rusas, estadounidenses, italianas y francesas, insistía en que la [[caballería]], para cumplir las misiones asignadas, necesitaba estar bien dotada de [[autoametralladora|autoametralladoras]] y [[carros]]. A continuación, expresaba su temor de que solo los países ricos pudieran alcanzar tales deseos.<br />
Y es que, pese al estallido de la [[guerra Fría]], España había sido excluida del plan Marshall y no sería hasta [[1949]] cuando la [[ONU]] levantase el embargo y permitiera a sus miembros tratar con España. El 26 de septiembre de [[1954]] Eisenhower firmó los Acuerdos de Defensa y Ayuda Mutuas, que concedían a nuestro país diverso [[material]] [[militar]] a cambio del permiso para establecer [[base|bases]] americanas en nuestro suelo. La consecuencia más importante para el [[Ejército de Tierra]] fue que al fin pudo abordarse la sustitución de los medios heredados de la [[guerra Civil]], en especial los [[blindado|blindados]] y [[acorazado|acorazados]].<br />
Desde entonces, el [[caballo]] sería definitivamente sustituido por el [[carro de combate]] y los [[vehículos]] [[mecanizado|mecanizados]]. Aunque los jóvenes [[jinetes]] vieron aquí la posibilidad de recuperar la [[velocidad]], la [[movilidad]] y la potencia perdidas, las altas esferas llegaron a plantearse incluso la desaparición de la [[caballería]] junto al [[caballo]], en beneficio del [[arma acorazada]]. La creación de esta tuvo que afrontar dificultades tan insalvables, que se optó por organizar [[unidadesunidad]] es [[acorazado|acorazadas]] dentro de ambas [[armas]]. Para distinguir en lo posible sus [[misión|misiones]], se encomendó a la [[caballería]] las [[estrategia|estratégicas]] de [[exploración]], [[reserva]] móvil y [[destrucción]] del [[enemigo]], así como las [[táctica|tácticas]] de [[seguridad]], [[asalto]] y [[explotación]]. De todas ellas, solo la [[destrucción]] del [[enemigo]] correspondía anteriormente a la [[infantería]]; el resto eran las [[misión|misiones]] tradicionales y casi exclusivas de la [[caballería]], que sufrió un gran revés al ver como la División Acorazada se asignaba a la [[infantería]] en lugar de copiar el modelo estadounidense, donde el ''Armor'' se había creado tomando como base la ''7th Cavalry Brigade''.<br />
Como consecuencia de la ayuda americana, se difundió por el arma un ambiente de esperanza y optimismo que hacía a sus componentes analizar exhaustivamente la [[orgánica]] y [[doctrina]] estadounidenses. Su influencia sustituyó a la alemana, cuyas carencias habían quedado patentes tras la guerra. El [[general]] Mateo Marco, en un artículo del nº 172 de la mencionada revista ([[1954]]), razonaba que "los carros de la División Acorazada debían jugar el mismo papel que la caballería de Napoleón, que impedía al enemigo reorganizarse, paralizándole por el terror y destrozándolo antes de que pudiera reaccionar. El arma acorazada ha sustituido a la caballería. Si queremos mantener nuestro prestigio, tenemos que saber cuidar, manejar y emplear el material automóvil como supimos hacer con los caballos". Esta opinión estaba en consonancia con lo que había expresado Fuller varios decenios antes.<br />
El [[general]] López de Letona reconocía en el nº 184 de [[1955]] "la necesidad de que todos los oficiales del arma entiendan de motores tanto como entendían de caballos, ya que la caballería ha sido siempre el arma de la velocidad y debe continuar siéndolo porque las armas se definen por las misiones que han de cumplir y no por los medios de que se valen para ello". Quizás sea este el comienzo de la tradición de bautizar cada [[carro de combate]] con el nombre de alguno de los [[caballos]] a los que había sustituido.<br />
El [[general]] [[jefe]] de la [[División de Caballería]], Julio García Fernández, comentaba en el nº 192 de [[1956]] "el cóctel de cebada y gasolina" en que se habían convertido las [[unidadesunidad]] es de [[caballería]] y afirmaba que la tendencia a [[mecanizado|mecanizarlas]] debía desembocar en la necesaria dotación de [[helicóptero|helicópteros]], con lo que ganarían en [[velocidad]] y flexibilidad en sus [[reconocimiento|reconocimientos]]. Aunque reconocía que las [[unidadesunidad]] es [[mecanizada|mecanizadas]] se encontraban prácticamente al completo de [[personal]], sus medios [[blindado|blindados]] eran escasos, desfasados y no se adaptaban a las necesidades del [[arma]].<br />
La División Acorazada seguía ostentando la prioridad para recibir los nuevos medios, siendo exiguos los que llegaban a la [[caballería]]. Pese a ello, estimulaban notablemente a los [[mando|mandos]] en su afán de ponerse al día, aunque ello no era óbice para que, con frecuencia, se detectase cierto disgusto al comprobar cómo su [[arma]] se veía relegada a [[misión|misiones]] secundarias, relacionadas exclusivamente con el [[reconocimiento]] y la [[seguridad]]. El reparto de los medios parecía ignorar que la [[caballería]] era el [[arma]] de la decisión e indispensable en la [[explotación]]. Pese a ello, la [[Escuela de Aplicación de Caballería]] derrocharía celo para elevar la [[preparación]] [[técnica]] de los [[mando|mandos]] a tal nivel que tuvo que ser reconocido por otras [[armas]].<br />
Los [[comandante|comandantes]] Quintero y Lobo publicaron en [[1965]] uno de los trabajos más interesantes y mejor documentados sobre la necesaria creación del [[arma acorazada]]. Tras estudiar la evolución del empleo de los [[carros]] y de las grandes [[unidadesunidad]] es [[acorazado|acorazadas]] en el [[Ejército]] estadounidense, británico, alemán y francés, transcribían un párrafo del reglamento de las [[unidadesunidad]] es [[blindado|blindadas]] galas, en las que supuestamente se había basado la última reorganización: "entre las tropas blindadas, la caballería es el arma básica que tiene la parte preponderante durante la batalla".<br />
La mejora de la economía española era ya evidente hacia [[1965]], hasta el punto de hablarse del "milagro económico español". Sus efectos por fin comenzaron a notarse en las [[Fuerzas Armadas]], aunque todavía con parsimonia. Se aumentaron los cupos de [[carburante]], comenzaron a llegar piezas de repuesto, se dotó a las [[unidadesunidad]] es de [[material]] de [[transmisiones]] y se abordó una nueva reorganización del Ejército de Tierra. El 17 de noviembre de [[1966]] se declararon extinguidas las responsabilidades derivadas de la [[guerra Civil]] y, por primera vez, una generación de españoles consiguió vivir en paz, dando comienzo a la reconciliación entre las dos Españas. Sin embargo, pese a la aprobación en referéndum de la Ley Orgánica del Estado (14 de diciembre), nuevas amenazas a la [[paz]] comenzaban a despuntar en el horizonte vasco.<br />
En enero de [[1968]] España entregó Ifni a Marruecos. El movimiento estudiantil promovió fuertes revueltas que se unieron a la agitación social promovida desde el otro lado del Telón de Acero. Como consecuencia, se tuvo que declarar el estado de excepción en toda la nación entre el 24 de enero y el 25 de marzo. [[1970]] fue también un año turbulento, pues aunque se firmó el acuerdo de cooperación entre España y Estados Unidos, se produjeron numerosas reacciones internacionales en contra del juicio de Burgos. La reacción popular a favor del régimen permitió normalizar la situación. Este mismo año se concentró el esfuerzo militar de la nación con la creación del [[Ministerio de Defensa]]. El 20 de noviembre de [[1975]] fallecía [[Francisco Franco]] tras una larga agonía, que fue aprovechada por el rey de Marruecos para organizar la "Marcha Verde" contra el Sahara, territorio que acabaría siendo entregado prácticamente sin lucha.<br /><br />
Durante los primeros años del reinado se recibieron nuevos medios y se transformaron otros anteriores, mejorando sensiblemente la [[dotación]] y la capacidad operacional de las unidades. Sin embargo, ni la [[orgánica]], ni las [[plantilla|plantillas]], ni las [[misión|misiones]] del [[arma]] se correspondían con lo deseado.<br />
En [[1978]], el [[capitán]] Mena Aguado escribía acerca de la inminente y necesaria reorganización del [[Ejército]]. Exponía cómo debía organizarse la futura [[caballería]] y deseaba que el [[arma]] estuviese, por fin, a la altura que había alcanzado en otros [[ejército|ejércitos]] extranjeros con los que en el futuro tendría el nuestro que actuar y homologarse. Se lamentaba de las escasas posibilidades que las sucesivas reorganizaciones y la [[doctrina]] vigente concedían al [[arma]] y expresaba su sorpresa ante una [[orgánica]] que, pese a estar inspirada en la americana, difería tanto en la proporción de las [[armas]] que la integraban: la [[división]] española tenía un 50% más de [[batallones]] de [[infantería]] y un 50% menos de [[escuadrones]] de [[caballería]]. Se había privado a esta de la posibilidad de organizar [[unidadesunidad]] es [[acorazado|acorazadas]], [[mecanizado|mecanizadas]] e, incluso, aerotransportadas mientras que en los Estados Unidos el ''Armor'' guardaba celosamente la tradición y espíritu de los [[regimientos]] a [[caballo]].<br />
Pese a todo, la década de los 70 fue la mejor para el [[Ejército]] desde el término de la [[guerra Civil]]. El cambio de la gasolina al gasoil permitió abaratar los movimientos, aumentar la [[autonomía]] y operatividad de los [[vehículos]] lo que junto a las nuevas [[dotación|dotaciones]] de [[armamento]] y [[transmisiones]] aproximaron la [[caballería]] a los niveles actuales. Las [[maniobra|maniobras]] ''alfa'' de [[escuadrón]], ''beta'' de [[grupo]] y ''gamma'' de [[regimiento]] elevarían el [[adiestramiento]] de las [[unidadesunidad]]es, que no tenían problemas de personal y fueron adquiriendo [[material]] de [[campamento]] cada vez más completo y moderno.<br />
La Ley Orgánica 6/1980 estableció los principios básicos de la Defensa Nacional y de la organización militar. No es de extrañar que muchos componentes del [[arma]] tuvieran cierta expectación por vislumbrar la dirección e intensidad de la reforma que se intuía inminente y radical como nunca. Todos ellos confiaban en que se diera a la [[caballería]] un tratamiento similar al otorgado a sus homólogas de otros países de la [[OTAN]]. De ahí que se multiplicaran sus colaboraciones en todos los medios de comunicación, incluida la recién fundada revista ''Jarama'', hoy ''[[Memorial de Caballería]]''. El miedo a perder el tren del futuro les imbuía de una generosidad que no era recíproca hacia otras [[armas]] y les llevaba a preconizar le necesidad de un [[arma acorazada]] en la que también participase la [[infantería]].<br />
Inspirado por la experiencia de la 1st (US) Cavalry División en Vietnam, el coronel Durán ([[1978]]) realizó un repaso histórico sobre los [[helicóptero|helicópteros]] con la conocida frase de Livorsky de que "un helicóptero hace todo lo que un caballo y, además, vuela". Con el cambio de década, fueron muchos los que comenzaron a reclamar con insistencia y argumentos sólidos la constitución de la [[caballería]] aérea. El [[capitán]] Arenas ([[1980]]) aseguraba que "montados en helicópteros, los jinetes de caballería aérea podrían extender inconmensurablemente la tercera dimensión del campo de batalla, llevando a cabo las tradicionales misiones de la caballería de seguridad y reconocimiento". Sin embargo, en [[1980]] se organizaron las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET), constituyéndose el Batallón de Helicópteros de Ataque I y el de Transporte V. Los tres anteriores tomaron la denominación de maniobra y se numeraron sucesivamente entre ambos. En ningún momento se planteó entregar unas [[unidadesunidad]] es interarmas sólidamente consolidadas a la [[caballería]]. La [[batalla]] estaba definitivamente perdida.<br />
Dos años después, el mismo [[capitán]] Arenas, dejándose llevar por el pesimismo, anunciaba alarmado que "la crisis llevará a la caballería española a una de las páginas más negras de su historia. Resulta chocante que precisamente cuando las características de velocidad, movilidad, flexibilidad, fluidez, potencia de fuego y choque y gran radio de acción son consideradas como idóneas en las unidades que hayan de participar en un futuro conflicto, sea este convencional o nuclear, y siendo estas precisamente las características del arma de caballería, estemos discutiendo su ser o no ser". La culpa de todo se la achaca a la [[doctrina]] vigente, por no diferenciar claramente las [[misión|misiones]] asignadas a la [[infantería]] y la [[caballería]].<br />
Sin embargo, la dimisión del presidente Suárez el 29 de enero de [[1981]] y el fallido golpe de estado del 23 de febrero de ese año, retrasarían esa reorganización hasta [[1984]], una vez que el PSOE ganó las elecciones por aplastante mayoría. El conjunto de medidas fue bautizado como [[Plan META]] (Modernización del Ejército de Tierra) y, aunque diseñado a finales de [[1982]], no se completaría hasta [[1988]].<br />
Mientras tanto, volvían de forma unánime los artículos en demanda de [[unidadesunidad]] es de [[caballería]] aérea hasta el punto de que en el editorial del nº 29 del ''[[Memorial de Caballería]]'' se plantease la creación de una [[especialidad]] aeromóvil como segunda y propia de la [[caballería]]. Por otra parte, el [[campo de maniobras de Renedo]], el aeropuerto de Villanubla, las instalaciones de la [[Academia de Caballería]] y el apoyo de la [[Brigada de Caballería "Jarama"]] avalaban la propuesta de establecer en Valladolid una escuela de medios acorazados. Intelectualmente, los [[mando|mandos]] de [[caballería]] estaban preparados para afrontar los retos que se avecinaban, pero todo iba a depender de las posibilidades reales de nuestra nación y de que la política de Defensa que se adoptase confiase en el [[arma]].<br />
Muchas de estas esperanzas se vieron frustradas cuando pasó el tiempo y tras un inicio esperanzador se paralizó la economía española. El paro y la corrupción que marcaron esta década ensombrecieron el panorama e impidieron la renovación y transformación de las [[Fuerzas Armadas]], que fueron relegadas a segundo plano, mientras se las miraba con recelo tras el 23-F, sin darse cuenta de que esta [[institución]] se había autovacunado.<br />
Paralelamente, en el gran conflicto bélico de fin de siglo, la [[guerra del Golfo]], las grandes [[unidadesunidad]] es de [[caballería]] aliadas desempeñaron un papel crucial en un enfrentamiento resuelto fundamentalmente por una [[maniobra]] lejana, rápida y violenta. Las [[divisiones]] de [[caballería]] británica, estadounidense y francesa fueron las [[unidadesunidad]] es que decidieron la [[batalla]] terrestre, dejando a la poderosa Infantería de Marina norteamericana como fuerza de fijación del [[despliegue]] iraquí, mediante la amenaza de su desembarco. El propio [[general]] Meer, durante su toma de posesión de la Jefatura de la [[Inspección de Caballería]] a finales de [[1990]], evocaba la famosa cita de von Seelz en [[1929]]: "Quien busque en el futuro la victoria en la guerra del movimiento no renunciará al arma del movimiento".<br />
El [[general]] Lobo (1991), después de estudiar esta [[campaña]] y preconizar la constitución de una [[brigada]] de acción rápida de [[caballería]], con la movilidad estratégica y la flexibilidad necesaria para cumplir sus [[misión|misiones]] en cualquier parte, gritaba "¡Renovarse o morir!". Y Ortega Martín añadía: "con lanzas o sin ellas, con un carro o unas palas en las solapas, el Ejército siempre precisará de alguien que se mueva más deprisa y más lejos que el resto, alguien capaz de pensar con rapidez, pensar con osadía y ejecutar con la mayor energía".
La participación española en las nuevas operaciones internacionales patrocinadas por la [[OTAN]] y la [[ONU]] demostraron la necesidad de crear nuevos [[grupo|grupos]] de [[caballería]] en todas las [[brigadas]] de infantería. Por el contrario, el [[plan NORTE]] (Nueva Organización del Ejército de Tierra) suprimió la [[Brigada de Caballería "Jarama"]], heredera de la centenaria [[División de Caballería]], y cuatro [[regimientos]]. El [[arma]] alcanzaba así su mínimo histórico en cuanto a número de [[unidadesunidad]] es pese a ser estas, precisamente, las menos demandantes de [[personal]] y las que desempeñaban una labor más importante en [[operaciones]] internacionales, como [[reconocimiento]] de itinerarios, [[seguridad]] [[táctica]], reserva, etc. En el colmo del agravio, se creó una nueva [[especialidad]] interarmas de [[inteligencia]] para asumir el rol que tradicionalmente había desempeñado la [[caballería ligera]]. Ajenos a esta realidad, muchos [[oficiales]] del [[arma]] aún seguían soñando con lucir palas en lugar de lanzas en sus solapas.
==Referencias==

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