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→Israel
===Israel===
Hacia 1250 AC los hebreos (''habiru'') procedentes de Egipto iniciaron la conquista de la tierra prometida por Yahveh a Abraham. Carentes de [[carro]]s y de[[caballo]]s, evitaron los choques directos con los contingentes cananeos y explotaron al máximo el factor sorpresa, las emboscadas y los combates nocturnos. Como las llanuras les resultaban inasequibles por el potencial de la [[caballería]] enemiga, sus conquistas se circunscribieron a las regiones montañosas. En el relato de Débora, por ejemplo, se narra cómo los hebreos dirigidos por Barak eligieron como base de operaciones el monte Tabor y esperaron a que la lluvia dejase impracticable el campo de [[batalla]] para los [[carro]]s cananeos, que serían arrastrados por la crecida de un torrente.
Para intentar contener a los hebreos se reunió una gran coalición de pueblos: hititas, amorreos, jiveos, pereceos y yebuseos. Poco después, unos y otros debieron unirse para intentar hacer frente a los pueblos del mar, que ya habían arrasado Hatti, Amurru y Fenicia, al tiempo que su flota conquistaba Chipre. Sin embargo, el gran objetivo de estos pueblos era Egipto, por lo que la mayoría de ellos pasaron de largo.
Solo los ''peleset'' decidieron establecerse en Canaán tras ser rechazados en la frontera del Sinaí, fundando una pentápolis desde la que sojuzgaron a los hebreos durante dos centurias, gracias a su dominio sobre el hierro y el [[caballocaballería]]y su metalurgia del hierro. El propio David se reservaría, tras derrotar al rey de Sobá, cien [[carro]]s con sus troncos de [[caballo]]s, el máximo número que creía poder mantener, desjarretando al resto para evitar su uso por parte del [[enemigo]].
En tiempos de Gideón los judíos serían atacados por tribus madianitas, cuya [[caballería]] estaba compuesta por [[camello]]s, siendo esta la primera mención a su empleo militar<ref>Biblia: Jueces, 6-5.</ref>.
En tiempos de Salomón (965-928 AC), desaparecido ya el poder de Hatti, decadente Egipto e invadida Mesopotamia por hordas madianitas, Israel pudo prosperar por fin, gracias al comercio en el mar Rojo que practicó con la flota y los navegantes facilitados por Hiram de Tiro. El monarca llegó a tener en su [[ejército]] 12.000 [[caballo]]s de silla y 1.400 [[carro]]s, habiendo pagado 150 siclos por los primeros y 600 los segundos. En Meggido han aparecido las ruinas de una de sus [[cuadra]]s que aún hoy parecerían lujosas, ya que contaban con boxes individuales provistos de conducción de agua y [[pesebre]]s, suelo cardado para evitar resbalones y capaces para 450 [[caballo]]s y 150 [[carro]]s. La importancia de su [[cabaña]], heredera según ''El Libro de los Reyes'' de las yeguadas cilicias, estriba en que el [[caballo]] árabe desciende, en su mayoría, de estos sementales y de otros que regaló a la reina de Saba<ref>Otros autores defienden su procedencia del líbico, cuyos caracteres subconvexos se habrían mostrado recesivos.</ref>.
Tras la muerte de Salomón en 928 AC, el reino hebreo se dividió entre sus hijos Roboam (Judá) y Jeroboam (Israel). A este último le sucedieron varios reyes fugaces, lo que debilitó el reino y favoreció la invasión de Seshonq I de Egipto. En 885 AC Omrí fundó una dinastía propia que trasladó la capital de Siquem a Samaria y estableció vínculos con los reinos vecinos. Su sucesor Acab contribuyó con 2.000 carros y 10.000 infantes a la coalición que derrotó a Salmanasar III de Asiria en Qarqar (853 AC). Tras una nueva sucesión de reyes débiles, Israel fue conquistado por Sargón II en 722 AC. Las diez tribus norteñas fueron dispersadas entre otras naciones, donde perdieron su cultura.
Los que consiguieron escapar al yugo asirio, emigraron a la capital de Judá, Jerusalén, que incrementó su población en un 500%. Ezequías y Manasés resistieron los intentos asirios por anexionar el reino hasta que aquellos fueron aniquilados por una coalición de persas y babilonios. En 609 Judá fue invadido por Necao II hasta que fue derrotado en Karkemish por Nabucodonosor II de Babilonia. Este impuso como rey a Sedecías pero en 587 AC arrasó Jerusalén y deportó a la elite judía a Mesopotamia. 50 años después, Babilonia fue conquistada por Ciro II de Persia, quien permitió a los judíos regresar a su tierra y reconstruir el templo.
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