Capas del caballo

Razas del caballo

Clasificación

A lo largo de milenios se dieron numerosos cruces entre las dos subespecies equinas, lo que unido a la influencia del medio en el que vivían, la alimentación y la mano del hombre produjo numerosas razas que estudiaremos a continuación. No obstante, podemos establecer ciertos puntos clave:

• En el aspecto zootécnico: ni la gimnasia funcional ni la acción del hábitat puede convertir un perfil convexo en otro recto.
• En el aspecto genético: las frentes planas y las grupas horizontales son caracteres recesivos frente a los perfiles convexos y las grupas caídas.

Para diferenciar la morfología de las diferentes razas de caballos, se estudian tres grupos de características:

• Según el perfil: carácter invariable y dependiente de la procedencia étnica
• Convexos: descendientes del mongol
• Rectos: descendientes del tarpán
• Cóncavos: variante acondroplástica funcional
• Según las proporciones: depende del hábitat
• Hipermétricos (>500 Kg.): suelos ricos en fosfatos y aguas carbonatadas
• Eumétricos (500-350 Kg.): suelos loéssicos de praderas
• Elipométricos (<350 Kg.): suelos graníticos y ácidos, desprovistos de sales y de calcio, generalmente en zonas montañosas o próximas al mar
• Según el tamaño:
• Longilíneo: predominan los elementos longitudinales
• Mediolíneo: equilibrio proporcionado
• Brevilíneo: predominan los elementos de anchura

Atendiendo a esta clasificación, las dos razas originales de caballos euroasiáticos eran:

• El Equus c. Gmelini Antonius, llamado también tarpán:
• Rectilíneo-eumétrico-mediolíneo
• De cabeza corta, frente recta, orejas pequeñas, crin corta, grupa horizontal, patas largas y cascos anchos.
• Capa preferiblemente torda, con vientre grisáceo claro y patas blancas.
• Habitó en las estepas rusas y ucranianas hasta que se extinguió hacia 1876.
• El Equus c. Przewalskii Poljakov, llamado también ferus:
• Convexo-elipométrico-mediolíneo
• De cabeza larga, orejas grandes, cuello ancho, largas crines, grupa inclinada, patas cortas y cascos estrechos.
• Abundan las capas castañas y alazanas, con vientre oscuro y patas negras.
• Habitó en las estepas frías de Mongolia y China hasta su extinción hacia 1960, aunque los programas de reproducción en cautividad permiten la subsistencia actual de dos millares de ejemplares en zoológicos y reservas.

Como consecuencia de la profunda modificación experimentada en sus organismos por el cambio alimenticio y fisiológico que supuso la domesticación, estas dos subespecies originales, se desdoblaron dando lugar a otras cuatro:

• Céltico (elipométrico): originalmente en el norte de Rusia, se extiende posteriormente por toda la fachada atlántica europea, dando lugar a numerosas razas tanto de ponis como de percherones.
• Ario (eumétrico): habitaba en Europa meridional, donde fue domesticado por los tracios hacia el año 1000 a.C; posteriormente se extendió a Noruega, Hungría, Arabia e Irak.
• Mongol (elipométrico): habitante de las praderas de Asia Central; se extiende posteriormente por China, India e Indochina
• Germánico (eumétrico): traído a Europa por avaros y hunos, alcanzó su gran talla gracias a la selección humana y a los mejores pastos centroeuropeos ; en tiempos recientes se concentró en los Países Bajos, dando lugar a varias razas hipermétricas

Sin embargo, el largo periodo de convivencia de estas especies en la zona central de Rusia, favoreció el desarrollo de una raza que mezclaba caracteres de las otras dos. Esto explicaría la presencia de capas pías entre las jacas del Tíbet y las bayas y ruanas en el Turquestán. Por esta razón, aunque ningún pueblo mongol montó nunca caballos de perfil recto, sí hubo tribus arias con caballos subconvexos.
En el siguiente cuadro, adaptado del Trígamo Signaléptico de Baron<a href="#_ftn1" name="_ftnref1"></ref>, veremos cómo se combinan las nueve características anteriormente mencionadas para determinar las diferentes razas:
 

TAMAÑO	HIMPERMÉTRICO	EUMÉTRICO	ELIPOMÉTRICO	PERFIL
Brevilíneo	Shire	Berberisco	Poni Andino	Convexo
Mediolíneo	Germánico	Español	Poni Asiático
Longilíneo	Holandés	Limousin	Poni Astur
Brevilíneo	Bolonés	Ucraniano	Poni Corso	Recto
Mediolíneo	Percherón	Árabe	Poni Bohemio
Longilíneo	Flamenco	Kurdistaní	Poni Gascón
Brevilíneo	Bretón	Volga	Poni Shetland	Cóncavo
Mediolíneo	Ardenas	Iraquí	Poni Vasco
Longilíneo	Frisón	Yemen	Poni Sumatra

 

El caballo árabe

Originaria, como su nombre indica, de la península arábiga, en la actualidad se conserva en su meseta central, en la región de Nedschad, donde se reproducen bajo una cuidadosa vigilancia que evita cruces indebidos y la salida de ejemplares.
Son caballos sobrios y resistentes, de temperamento muy vivo y voluntarioso. Aunque no son muy aptos para el combate ni para los deportes ecuestres, producen unos extraordinarios ejemplares al cruzarse con otras razas.
Los árabes dicen que el caballo tiene que tener:

• 4 cosas anchas: frente, pecho, miembros y pulmones
• 4 cosas largas: costado, vientre, cuello y extremidades
• 4 cosas cortas: cola, orejas, ranilla y sacro

Morfología

Las capas

La capa del caballo se define atendiendo a la combinación de los colores de los pelos del cuerpo por un lado y de crines, cola y extremidades por otro. El caballo salvaje tenía un pelaje mezclado de pelos rojizos y negros, con algunas zonas blancas donde faltaba la pigmentación. La domesticación aisló sus cromosomas produciendo las 21 variantes que se reflejan en la tabla siguiente:

Archivo:Capas del caballo.png

Capas del caballo

El código de colores es el siguiente:

• Rojo: las tres capas básicas de caballo salvaje: negro zaíno, rojo alazán y blanco albino.
• Azul: las seis variaciones primarias producidas al combinarse estos tres colores en crines y cabos.
• Negro: las nueve variantes secundarias tras aplicar uno o dos alelos diluyentes (marrón, crema y gris).
• Verde: patrones caracterizados por manchas sólidas generados en América al cruzarse los potros españoles en libertad.

La proporción de los colores de las capas que se dan con más frecuencia en España, han sido y son las siguientes:

• Tordo: 50%
• Castaño: 30 %
• Negro: 10%
• Alazán: 5%
• Bayo e Isabelo: 4%
• Resto: 1%

Dada la importancia de los trompetas y tambores como medio de transmisión de órdenes, solían montar caballos tordos, en contraposición con los de capa castaña que eran predominantes en el resto de la unidad, excepto en la Guardia Real, donde se apelaban por secciones. Para los batidores se reservaban los caballos negros y los oficiales, por su parte, al montar caballos particulares, mostraban una mayor variedad de capas.

Las crines

Durante la Tercera Guerra Carlista se adoptó la costumbre de recortar la cola a 4 cm del corvejón, para mejorar su higiene. Esta práctica se demostró bastante dañina, pues a algunos animales se les llegaba a cortar algunas vértebras, por tener el maslo más largo de lo prevenido, mientras que al resto se les privaba gratuitamente de la forma natural de librarse de los insectos.
Las crines debían dejar los ojos despejados y se peinaban siempre hacia el lado de montar, comenzando por 10 cm de largo en las orejas y acabando con 20 cm en la cruz. Una nueva norma de 1877 modificó lo anterior, ordenándose que se dividiesen las crines por igual a ambos lados del cuello, para evitar la caída de la cerviz. Asimismo se ordenó que la cola se dejase crecer hasta dos dedos (35 mm) por debajo de los espejuelos.

Las marcas

A todos los caballos del Ejército se les cortaba el extremo de su oreja derecha, para poder identificarlos en caso que fuesen robados o simplemente capturados tras un combate. Por esta señal se conocían como "reyunos". Esta práctica cayó en desuso tras la Revolución de 1868, más por la pretensión del gobierno de desvincularse de la realeza que por alivio del ganado.

Los cascos

El casco es una protuberancia de naturaleza córnea, situada en la terminación de las extremidades del caballo, que le sirve para apoyarse sobre el terreno, evitando daños a los tejidos vivos. Consta externamente de tres partes:

• Tapa: es la parte del casco que se ve cuando está apoyado en el suelo
• Palma: es la parte que apoya en el suelo y se divide a su vez, de delante atrás en lumbres, hombros, cuartas partes y talones.
• Ranilla: es un cono córneo situado en la escotadura de la palma.

Para proteger los cascos de un excesivo y desigual desgaste motivado por el aumento antinatural del peso correspondiente al jinete o a la carga, desde la alta edad media se acostumbra a aplicarles herraduras. Estas son unas láminas de hierro de forma análoga a la del casco, del que toman los nombres de sus partes. Van atravesadas de unas estampas para dar paso a los clavos, normalmente siete, cuatro por fuera y tres por dentro, por lo que resultan simétricas a pares. Las de las manos son más redondeadas y las de los pies más ovaladas. Unas y otras presentan dos salientes:

• Pestañas: láminas que se sacan por el borde exterior
• Ramplones: relieves que van en la parte posterior de su cara inferior.

La técnica del herraje tiene los siguientes principios:

• Que el casco conserve su elasticidad
• Que el trabajo no produzca dolor
• Que se conserven los aplomos

El reglamento prescribía que el caballo se herrase de 9 a 12 de la mañana, aunque podía ser antes en verano. Debían estar presentes tres personas:

• El jinete, que lo sujetaba por la cabezada de pesebre, le habla, le acaricia y le tranquiliza durante toda la faena
• Un segundo herrador que sujeta el caso apoyándolo contra su muslo
• El herrador preferente

Las herramientas para herrar eran:

• Un martillo
• Un martillejo de menor tamaño
• Una cuchilla para cortar las excrecencias del caso
• Unas tenazas de cortar para separar las dos partes del clavo según su acodo
• Unas tenazas para sacar cada una de las partes
• Una escofina, lima de dientes gruesos y triangulares, para desbastar
• Un puntero, especie de punzón de acero con punta cuadrangular, que sirve para abrir las claveras en las herraduras, a golpe de martillo
• Un banquillo de madera mara escofinar

Los aires

Según un artículo incluido en El porvenir militar, publicado en Buenos Aires (Argentina) en 1899, la velocidad y el tiempo que puede mantenerla un caballo a los distintos aires eran los siguientes:

• Al paso: 90 metros por minuto durante 8 horas con un descanso de 30 minutos a la mitad. Suman 28,8 Km. en 8 horas y media a una velocidad media de 3,4 km/h.
• Al trote: 150 m/min durante 30 min. Alternando con 10 min. al paso y así durante 4 h. Suman 32,4 Km en 4 h. a una velocidad media de 8 km/h.
• Al galope: 270 m/min. no pasando de 5 min. Suman 1,35 km en 5 min. a una velocidad media de 16 km/h.
• A la carga: 380 m/min. no pasando de 1 min. a 22 km/h.