GCEE-1943-001

De Caballipedia
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Carlos I

Para hacer frente a los franceses en la campaña de 1525, el flamante emperador Carlos levantó un formidable ejército de maniobra formado por 2.300 caballeros (Antonio de Leyva) y 6.000 arcabuceros españoles (Fernando de Ávalos), 3.000 rodeleros italianos (Próspero Colonna) y 13.000 lansquenetes alemanes (Jorge de Frundsberg). Al año siguiente derrotó con humillante facilidad a los franceses y venecianos en la Bicoca, y en 1525 llegó a capturar al propio Francisco I en Pavía.

En 1526 Francisco I fue puesto en libertad pero rompió su juramento y se alió con el Papa, Inglaterra, Milán y Venecia en la Liga de Cognac. Un nuevo ejército, al mando esta vez del condestable Carlos III de Borbón, les derrotó primero en Milán y luego puso sitio a Roma. Al año siguiente, las tropas imperiales se amotinaron ante la falta de pagas y saquearon la ciudad. El Papa fue humillado y, en adelante, renunciaría a interponerse en los intereses españoles.

En el invierno de 1528 partió de España un nuevo contingente de 2.000 infantes y caballeros al mando del maestre de campo Álvaro de Grado, con el objetivo de expulsar a los franceses de Calabria. Este ejército fue también desmovilizado tras la paz de Cambrai, pero la compañía de Grado quedó subsistente y se integró en un nuevo contingente que, al mando de Pedro Vélez de Guevara, se constituyó en agosto de 1530 para someter a la república de Florencia e instaurar al duque Alejandro Médici, hijo del Papa Clemente VII.

A raíz de la campaña de Hungría de 1531 contra el Imperio otomano, volvieron a reunirse las 24 compañías de Vélez de Guevara. Pasaron su primera muestra en Asís el 1 de mayo y, una vez concluida la campaña dos años después, regresaron a Italia, donde se dividieron en tres partes iguales que se estacionaron en Sicilia, Nápoles y Lombardía.

En 1534 Carlos I pasó revista en Cagliari al ejército expedicionario que iba a participar en la jornada de Túnez, y que ascendía a 25.000 infantes, 2.000 jinetes y 374 navíos. Fue donde los tres contingentes de infantería española recibieron por primera vez el nombre de tercio, que tuvo tal fortuna que se haría extensivo a las unidades creadas con posterioridad a las ordenanzas de Génova de 1536.

Cuando se produjo la sublevación de los Países Bajos en 1567, el III duque de Alba se trasladó desde Italia con los tres tercios primigenios y el de Cerdeña. Les acompañaban unos mil hombres de armas y 250 arcabuceros a caballo, a los que se unieron posteriormente 14 bandas de ordenanza valonas (3.000 caballos) y 1.500 herreruelos alemanes. Cuando acabó la guerra de los Ochenta Años solo sobrevivía uno de esos tercios, el de Sicilia, mientras que el resto había sido disuelto disciplinariamente tras haberse amotinado por la falta de pagas. En su lugar se levantaron otras muchas unidades, compuestas tanto por españoles como por súbditos de las naciones del Imperio (napolitanos, lombardos, borgoñones, valones, flamencos) y mercenarios (suizos, alemanes, croatas, escoceses, irlandeses).

Por su parte, la caballería peninsular siguió combatiendo en compañías sueltas hasta que en 1640 se agruparon también en trozos para hacer frente a la sublevación de Cataluña y Portugal. En cambio, las compañías desplegadas en los Países Bajos se agruparon en tercios debido a que, como las de infantería, no tenían la misión de defender sino la de ofender.

Carlos II

Durante el reinado de los Habsburgo menores existían únicamente tres ejércitos de maniobra: Cataluña, Milán y Flandes. La frontera portuguesa, el reino de Nápoles (incluyendo Sicilia y Cerdeña), los presidios africanos y los territorios de ultramar eran guarnecidos por tropas locales, mitad regulares y mitad milicianas. El mando de cada ejército lo ostentaba un capitán general, noble designado por el rey para la ocasión. Le auxiliaban un gobernador de las armas, un maestre de campo general para la infantería, un general para la caballería y otro para la artillería. Los tres últimos contaban con sendos tenientes generales, llamados así porque "tenían" el mando cuando faltaba el titular. No existía un estado mayor permanente a nivel nacional, pero cada gobernador o virrey contaba en su territorio con una réplica de ese estado mayor operacional. Las unidades supervivientes serían repatriadas a España tras la pérdida de Italia y los Países Bajos durante la guerra de Sucesión.

Los ejércitos del Imperio español en el viejo continente se distribuyen de la siguiente forma:

  • Ejércitos de maniobra:
    • Cataluña;
    • Milán;
    • Países Bajos:
  • Guarniciones, fortalezas y presidios;
    • España:
      • Castilla;
      • Navarra;
      • Galicia;
      • Extremadura;
      • Costa de Granada.
    • Italia:
      • Nápoles;
      • Sicilia;
      • Cerdeña;
      • Toscana.
    • África:
      • Melilla;
      • Ceuta;
      • Orán.

Cada ejército mezcla unidades de distinta procedencia:

  • Súbditos de la monarquía:
    • Españoles;
    • Italianos;
    • Borgoñones[1].
  • Súbditos imperiales contratados mediante capitulaciones:
    • Alemanes altos (alsacianos, sajones; prusianos);
    • Alemanes bajos (suizos, bávaros, austriacos).
    • Croatas.
  • Mercenarios:
    • Ingleses;
    • Escoceses;
    • Irlandeses.

La cadena de mando de cada ejército consiste en:

  • Capitán general, normalmente coincide con el gobernador del territorio.
  • Gobernador de las armas.
  • Maestre de campo general de la infantería.
  • General de la caballería.
  • General de la artillería.
  • Tenientes generales de la caballería (ligera, pesada, extranjera).
  • Sargentos generales de batalla de infantería.

Los oficiales solo pueden servir en las unidades de su propia nacionalidad, salvo los españoles que pueden mandarlas todas. Los soldados suelen ser voluntarios y muchos, en realidad, oficiales reformados. Esto es, aquellos que habían cesado en el mando de su unidad y aceptaban servir por un sueldo inferior a la espera de recibir una nueva patente. De ellos, algunos son nobles que se equipan a sus propias expensas, tanto como símbolo de valentía y honor, como para presentar posteriormente su relación de servicios a la corona en busca de algún título o privilegio. Este detalle resulta crucial para comprender el elevado grado de preparación y disciplina de las tropas.

En caso de necesidad, la corona puede ordenar a los gobernadores respectivos que trasladen tropas de un territorio a otro, o bien que levanten unidades nuevas. Estas, generalmente, son reformadas al término de cada campaña de forma que las unidades más antiguas acaban siendo las más longevas. Algunas retienen las denominaciones geográficas de procedencia o de guarnición, pero la mayoría se conoce por el nombre de su maestre de campo o coronel, por lo que mudan con cada relevo. Esto ha complicado tradicionalmente la labor de los historiadores debido a cuatro factores:

  • Un mismo oficial podía pasar del mando de una unidad a otra de mayor preferencia: española sobre el resto; caballería sobre dragones y estos sobre infantería; coraceros sobre arcabuceros.
  • La particular grafía con la que cada escribano interpretaba los nombres extranjeros en los documentos oficiales.
  • La coincidencia en un mismo personaje de varios títulos nobiliarios, empleándose uno u otro de forma indistinta.
  • Los cometidos, voluntaria o involuntariamente por el cronista oficial de la época (conde de Clonard) y que serán repetidos impenitentemente por sus epígonos.


En la siguiente tabla se resume la evolución de los diferentes ejércitos expedicionarios de los Habsburgo.

EJÉRCITO PRIMER JEFE INICIO FINAL DESTINO
Caribe Cristóbal Colón 1492 1898 Repatriado a España
Nápoles Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán 1495 1707 Capturado por Austria
África Pedro Estopiñán Virués 1497 Permanece activo
Navarra Fadrique Álvarez de Toledo, II duque de Alba 1512 1527 Desmovilizado
México Hernán Cortés 1521 1821 Repatriado a España
Lombardía Antonio de Leyva 1706
Cataluña Pedro Folc de Cardona 1716 Reorganizado por la Nueva Planta
Perú Francisco de Pizarro 1532 1826 Repatriado a España
Filipinas Miguel López de Legazpi 1565 1898
Países Bajos Fernando Álvarez de Toledo, III duque de Alba 1567 1710
Portugal 1580 1668
  1. En la nomenclatura de la época se las conocía como unidades del pays, pero se prefiere el primer término por aludir a su pasado común como parte del antiguo reino de Lotaringia, luego ducado de Borgoña.