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Tercera campaña de Saboya

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==1554==
En marzo el emperador llama a Hernando de Gonzaga, que deja el ejército de Lombardía a Gómez Suárez de Figueroa, embajador en Génova, que se traslada a Casal de Montferrato. Sande permanece en Valfanera Valfenera con la infantería y la caballería, asaltando continuamente las guarniciones que Brissac había dejado en el Piamonte. Este pone cerco a ValfaneraValfenera, obligando a Sande a pedir refuerzos a Figueroa. El socorro parte de Asti el 4 de septiembre. Figueroa releva a Sande por el capitán Retuerta, que lleva 3 compañías de españoles, 3 de italianos y 2 de alemanes en sustitución de las anteriores.
El 23 de septiembre, Brissac se aproxima a Asti pero es detenido por la caballería de Juan de Figueroa y la infantería del maestre Manuel de Luna. Como los franceses venían cansados, los españoles les apresan 50 lanzas y 150 jinetes, y rescatan al capitán Juan Bautista Romano y otros soldados que llevaban cautivos.
Los franceses se dirigen entonces Ulpian, donde resistían las compañías de jinetes de Cesaro de Nápoles y el albanés Demetrio Basta, cuyos hombres estaban casi todos enfermos. Alba la refuerza inicialmente con la compañía de jinetes de Garcilaso de la Vega y otros 600 infantes españoles. Pero aquel, siendo bisoño, no se atrevió a cruzar el Po al encontrarlo muy crecido por deshielo estival. Al enterarse Alba, envía un segundo socorro al mando de Manuel de Luna con 300 arcabuceros del tercio de Lombardía, escoltados por 2 compañías de jinetes de Lope de Acuña, quien a la sazón también se encontraba enfermo. Para agilizar el movimiento, todos los infantes de Luna se montan en rocines confiscados a los lugareños.
Por el camino a Ulpian, se cruzan con Cesaro de Nápoles quien había abandonado la plaza argumentando que llevaba 18 años gobernándola y no pensaba morir allí.Cuando llegan al vado, encuentran infantería y caballería francesa esperándole, pese a lo cual deciden cruzar y poner a estos en fuga aprovechando que era de noche y no daban a conocer su número. A 800 pasos de Ulpian les espera un escuadrón de 6.000 esguízaros formado en orden de combate, pero los españoles aprovechan la sorpresa y la nocturnidad para rebasarlos por el flanco izquierdo, tomando de paso muchos prisioneros. Solo 184 españoles consiguieron culminar esta hazaña. Al día siguiente, Segismundo Gonzaga, lugarteniente de Cesaro, les muestra la fortificación a Luna y Acuña, que desfallecen al comprobar el ruinoso estado de las defensas, de la artillería y de los hombres, contabilizando 480 sanos y 600 enfermos. Los franceses le ponen batería pero, lejos de amilanarse, los defensores organizan una salida con todos los caballos disponibles (230), llevando por capitán a Teodoro Basta y, tras él, Acuña, Mezuca y Vivero. Cuando los franceses consiguen llegar con sus trincheras a 50 pasos del caballero principal, se reúne el consejo para replantear la defensa: Luna, Acuña, Gonzaga y los capitanes Lucas Hernández, Pedro Montañes, Pedro Venegas, Luis Venegas, Lázaro Mezuca, Tiberio Brancaccio, Piantanida, Leon de Bellaguarda y Garcilaso, quien había participado en el socorro para demostrar que el fracaso del primero no había sido un acto de cobardía sino de inexperiencia y mal consejo por parte de sus subordinados. Cuando llegan a 30 pasos, los franceses se lanzan al asalto. La primera línea de defensa es rápidamente superada, por lo que Luna ordena abandonar el foso y retirar la gente al interior de la fortaleza. Los franceses adelantan un cañón grueso y derriban en apenas 6 horas las dos casamatas que protegían la puerta principal, debido a su ineficaz construcción. Allí comenzaron a emplear una caseta de madera emplazada sobre una plataforma levadiza, desde la que podían hacer fuego de arcabuz contra los defensores sin recibir daño alguno. Los franceses revientan una mina que derriba una parte de la muralla, por la que intentan el asalto, pero son rechazados por los piqueros españoles tras cinco horas de lucha. Mueren en este asalto Garcilaso, Lucas y otros capitanes, de cuya muerte se culpa a Luna por no haberles ordenado replegarse tras volar la mina. A la mañana siguiente solo quedan en pie 18 españoles, otros tantos italianos y un número indeterminado de alemanes. Luna acude a las habitaciones donde Acuña yace enfermo para proponerle la rendición. Este se niega y le ordena que resista hasta el último hombre en el castillo, pero Luna lo desobedece y se rinde a Aumale. La empresa de Ulpian le había costado 3.000 bajas, incluyendo 52 capitanes. Alba recibe 4.000 infantes y 500 jinetes alemanes, además de los españoles que habían tomado Porto Ercole. Su plana mayor era la siguiente:* Lugarteniente: García de Toledo, marqués de Villafranca;* General de la caballería: marqués de Pescara;* General de los italianos: Vespasiano Gonzaga Colonna, príncipe de Sabioneda;* Maestre de campo general: Cesaro de Nápoles. ==1556==Diezmados ambos ejércitos por la triple guerra en los frentes picardo, saboyano y napolitano, agotadas las arcas y abdicado el emperador, se reúnen en Vaucelles Carlos de Lalaing, conde de Henao, y el almirante Coligny, gobernador de Picardía. Allí acuerdan una tregua de cinco años que debe comenzar el 5 de febrero, conservando cada monarca los territorios conquistados. Cuando los franceses vulneran la tregua aliados con el papa, Felipe nombra a Alba nuevo virrey de Nápoles. Esta deja el gobierno civil de Milán al cardenal de Trento, y el militar al marqués de Pescara y a Gian Battista Gastaldo. Alba se embarca en Génova y aporta en Nápoles, agitada por Mateo Estendardo en nombre de los Caraffa. Sande parte también hacia Siena en calidad de superintentendente general. Le acompañan el regimiento de Feltz y 1.500 españoles. ==1557==Tras ser derrotado en Roma por el duque de Alba, Guisa embarca en Civitavecchia acompañado solo de 4 compañías de gascones, dada la urgencia de reunirse con su rey en Picardía. El resto de su ejército se retira por tierra, desorganizado y medroso tras su infortunada campaña. Para no atravesar el Milanesado, algunos deciden pasar por el Véneto, donde son presa de los forajidos. Los que se atreven a cruzarlo tienen mejor suerte porque tanto los españoles como los alemanes están amotinados por falta de pagas. A su paso por el Piamonte, Termes recoge la mayor parte de las guarniciones, a sabiendas que en caso de contraataque, Alba las enviaría a galeras. Este envía al conde de Lodron a Córcega con 1.500 alemanes y 500 italianos. Simultáneamente, el barón Nicolao de Poleville intenta recuperar la Saboya ocupada por los franceses con 6.000 infantes y 1.500 caballos alemanes. Temerosa la plaza de Ginebra de verse de nuevo sometida a su legítimo duque, decide ponerse bajo la protección del cantón de Berna. La campaña se prolonga más de lo deseado y, falto de dinero, Poleville decide retirarse al Franco Condado. Cansados los milaneses de los desafueros del cardenal de Trento, escriben al rey y este lo releva de sus funciones financieras, nombrando en su lugar a Juan de Figueroa. Su puesto como castellano de Milán lo confiere a Alonso de Pimentel y la gobernación del ducado a Gonzalo Hernández de Córdoba, duque de Sessa y nieto del Gran Capitán. Alba se traslada desde Porto Ercole a Lombardía con su ejército para continuar la campaña, delegando el virreinato de Nápoles en Juan Manrique de Lara, general de la artillería, y la embajada en Roma en Luis de Zúñiga y Requeséns. Figueroa se apresta para combatir al duque de Ferrara cuando Sande regresa de Picardía y le transmite la orden real de que despida a los alemanes y dé tres pagas a los españoles para que dejen el motín. A continuación, escribe al duque de Florencia conminándole a cumplir lo acordado de socorrer con tropas el Milanesado. Cansado de esperar estas tropas, el duque de Parma inicia la campaña por su cuenta, llevando 1.600 infantes y 600 caballos gobernados por Álvaro de Sande. En Canosa se reúne con Cesaro de Nápoles, que lleva 4 compañías de lanzas, 4 de jinetes y 2.000 infantes españoles y alemanes. Desde allí toman varias plazas, guarnecidas por tropas francesas que el de Ferrara había contratado durante su retirada. En Ribalta se traba una gran escaramuza, tras la cual Ottavio deja a Sande en Escandiano con 1.000 españoles y 400 alemanes. El resto del ejército lo envía a Lombardía a invernar. Alba llega a Milán, donde reprende a sus gobernantes por el poco provecho que habían sacado de la retirada francesa debido al motín. Deja parte de las tropas españolas y alemanas que habían combatido en Roma y estudia la posibilidad de recuperar las plazas piamontesas, especialmente Valenza. Nombra gobernador de Pontestura a Lope de Acuña, quien se había destacado en todos sus años de servicio. ==1558==El duque de Parma se queja al rey del escaso socorro que ha tenido para la campaña de Ferrara, por lo que propone al rey que se concierte la paz. Felipe acepta, e impone a Hércules la renuncia a su alianza con Francia y la restitución del feudo a Segismundo D'Este. A cambio, Ottavio Farnese se compromete a devolver los territorios apropiados durante la guerra en torno a Rezo. Para sellar la paz, queda Cosme de Médici como aval y se concierta la boda entre su hija Lucrecia y el príncipe de Ferrara, con 200.000 escudos de dote. De esta forma, el ducado de Milán se ve libre de amenazas por su flanco Sur. Esto permite a Lope de Acuña y Juan de Guevara organizar una expedición de 4.000 infantes para recuperar algunas plazas que habían quedado en posesión de los franceses. Caen así Trebila y Ceret, cuyas murallas son desmanteladas. Acuña toma después Mocentin, donde capturan a Bogadavia. El milanés Birago, que servía como gobernador francés de Santian, organiza una encamisada para ocupar Sn Germán, defendida por Juan Andrea de Correzo con 4 compañías italianas destacadas de Vercelli. Su gobernador, el maestre San Miguel, avisa a Acuña, quien manda las compañías de Antonio Mercado y Gonzalo de Ayala, con algunas picas alemanas y una compañía de caballos. Cuando pasan por Trin, Francisco de Mendoza les proporciona otros 100 italianos. Acuña dispone también que su caballería patrulle la zona para evitar que le lleguen refuerzos a Birago. Se previene al maestre de campo Hernando de Silva para que, en caso de fracasar la empresa, socorra Pontestura desde Alessandria. Cuando llega a San Germán, San Miguel se encuentra con 250 lanzas y arcabuceros que Birago había sacado de la plaza, pero la arcabucería española los pone en fuga. La victoria no es completa debido a la indisciplina de la tropa. El gobernador de Casal de Monferrato, la Motte, realiza una salida y deja diversas guarniciones en torno a Pontestura con la intención de emboscar a Acuña en su siguiente salida. Como cebo, envía 10 caballos a la plaza española. Lope sale contra ellos con sus 60 jinetes, pero se hace acompañar del capitán español Palomino y del alemán Rafael Groto con 150 picas y otros tantos arcabuceros. Una espesa niebla impide a los franceses consumar la emboscada y acaban retirándose. La Motte pretende vengarse de Acuña, para lo que pide refuerzos a Brissac y emprende la conquista de Fossano a fin de franquear el paso hacia la Provenza y evitar los pasos alpinos. Llega a Milán el duque de Sessa quien, tras poner orden en la hacienda, socorre Fossano con 12.000 infantes y 1.500 caballos. Tras esto guarnece Chieri, Villafranca y Villanova y toma varias plazas en poder de los franceses. En Asti pasa muestra y paga a sus tropas, antes de marchar sobre Moncalvo. Los capitanes Delgado y San Román asaltan la muralla sin esperar al grueso, obligando a Piquini a retirarse al castillo. Tras su rendición, Sessa nombra gobernador a Juan de Molina. Brissac intenta guarnecer Casal con 12 banderas italianas, francesas y suizas, pero Lope de Acuña le sale al paso con 700 alemanes y 300 españoles que saca de Pontestura. Los primeros dan contra 6 banderas italianas al servicio de España que estaban al otro lado del Po y, pensando que eran afrancesadas, las cargan haciéndoles algunas bajas. Tras este desencuentro, marchan a Casal, guarnecida inicialmente por 800 franceses, pero que había alcanzado las 17 banderas y 200 caballos gracias a los refuerzos. Falto de personal y de dinero, el duque decide regresar a Milán, donde recluta otros 4.000 infantes y 15.000 caballos de todas las naciones, además de otros 12.000 herreruelos alemanes que contrata por tres meses. 
==Referencias==
 
===Notas===
<references />
===Bibliografía===
* Sandoval, Prudencio. ''Historia de la vida y hechos del emperador Carlos V''. Bartolomé ParísGeronymo Verdussen. 15121614/16341681.* Cabrera, de Córdoba, Luis. ''Filipe Segundo, rey de España''. Aribau. 1619/1876.
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