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Cambios

Sitio de Malta

9563 bytes añadidos, 18:05 18 sep 2018
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El 22 de junio las baterías han arruinado completamente las murallas de san Telmo, por lo que Mustafá ordena el tercer asalto general. Mueren 2.000 turcos y 50 defensores, incluidos el bailío de Negroponte, el comendador Montserrat y el capitán Maso. Los supervivientes avisan a Valette de que están ya en el último trance, sin fuerzas suficientes para sostener otro asalto. Este les envía 5 barcos cargados de gente y municiones. Pero encuentran cerrado el paso y, tras tres intentos infructuosos, tienen que desistir. Los defensores encomiendan su alma a Dios y se disponen a morir. El 24 de junio los otomanos toman el castillo, matan a todos sus defensores, clavan las cabezas de sus cuatro capitanes en otras tantas picas, y arrojan sus cuerpos en tablas para que la marea los lleve a Sanglea.
Mustafá reflexiona: " ¿si el hijo ha costado un mes y 4.500 de vidas, cuánto costará la madre?". Pese a ello, ofrece al gran maestre una rendición honrosa, que este rechaza tan enfurecido, que poco falta para que mate al mensajero. De hecho, prohibe a sus hombres que, en adelante, hagan prisioneros. Ese mismo día envía noticia de lo sucedido a García de Toledo y le conmina a enviar el socorro prometido antes de que la pérdida sea total.
Cinco días después Juan de Cardona llega a la vista de Malta con sus 4 galeras y envía a Martínez a reconocerla y encontrar un punto seguro de desembarque. Salvago sale a su encuentro y le pide que no comunique a Cardona la pérdida de san Telmo, para no disuadirle de la empresa. El día de san Pedro desembarcan 1.000 españoles en Petra Nera, a 6 millas de Sanglea. Desde allí son conducidos por un turco renegado y, tras un amplio rodeo, llegan a la costa, donde se embarcan en unos esquifes y consiguen entrar en el burgo, gracias a que la cadena impedía a las naves otomanas adentrarse en el estrecho golfo oriental.
Los El 5 de julio Mustafá planta su batería en san Telmo y comienza a batir el fuerte de san Ángel. En el lado opuesto, los otomanos ciñen san Miguel con tres cuarteles y numerosas trincheras pero con sus campamentos abiertos a retaguardiacomo símbolo de despreco hacia los cobardes isleños de quienes no espera ataque alguno. Las flotas española e italianas se reúnen en Mesina, donde Álvaro de Bazán escribe al pontífice rogándole que le envíe los 600 italianos que tienen en Terracina Pompeo Colonna y Ascanio della Corgna, aunque este está en prisión por culpa de una calumnia y sale bajo juramento. Para llevar la flota a Malta, rodeada por la superior otomana, necesitan de un engaño. Gian Andrea Doria se ofrece a entrar en el golfo de Sengloa con solo 3 galeras, 2 compañías de españoles viejos y 1.200 caballeros y aventureros. Pompeo se ofrece voluntario para embarcar con su gente. Toledo acepta el ofrecimiento de ambos, pero antes envía al primero a recoger 4.000 toscanos levados por el rey al mando de Chiappino Vitelli. En Malta, Valette ha levantado un puente sobre barcas que permite la comunicación entre los dos castillos. El 15 de julio Aluch Alí, que había tomado posesión de Trípoli a la muerte de Dragut, sortea la cadena con 50 chalupas y se interna en el golfo, pero recibe nutrido fuego desde las murallas cuando intenta escalar los muros, pero es rechazado por la gente de Francisco Sanoguera, que cae muerto de un balazo. Simultáneamente, Mustafá inicia el ataque terrestre, aprovechando que los muros han quedado arrasados, pero los españoles de Robles también lo rechazan. Mueren 4.000 turcos y 80 cristianos. Mustafá pasa varios días planeando un nuevo ataque, construyendo plataformas y asentando nuevos cañones, lo que aprovechan los defensores para descansar, reparar las murallas, construir trampas, atender a los heridos y enterrar a los muertos. Los turcos cavan una mina, pero los españoles la inutilizan con un foso interior. Los turcos construyen un puente para entrar por el sector más desguarnecido de la muralla. Robles solicita permiso para destruirlo mediante un golpe de mano, pero Veletta se lo niega. Lo intenta también, sin permiso, su propio sobrino Pariseto, que muere de un arcabuzazo. Al final, lo destruyen desde la fortaleza abriendo una cañonera en el muro y lanzándole dos balas encadenadas. Valette envía a Tomás Coronel con un nuevo mensaje para Toledo. Este le conmina a resistir durante un mes pues piensa atacar en agosto una vez regrese Doria con los toscanos. Cavan los turcos una nueva mina, pero es descubierta por el soldado Muñatones de la compañía de Robles quien, junto a algunos compañeros, la derriban sobre sus enemigos. Enfadado, Mustafa lanza el segundo asalto el 2 de agosto. Tras un día y una noche de combate, vuelven a ser rechazados. El 7 de agosto da el tercer asalto, con 3.000 turcos por la posta de Castilla y 8.000 por San Miguel. Los defensores realizan una gran escabechina, que obliga a Mustafá a amenazar y azotar a sus propios hombres para que no retrocedan. En mitad del asalto, suena la alarma en el campo turco porque un contingente de caballería e infantería le está atacando por retaguardia. Creyendo que se trata de los socorros italianos, los turcos se dan a la fuga pero, en realidad, eran Juan de Lugry y Vicencio Ventura que habían salido de san Ángel para crear una diversión, atacando inmisericordes el campamento otomano donde no dejaron un herido, enfermo o sirviente con vida. Llega a Malta el espía Cornison, quien consigue aproximarse al campo turco y reconoce su despliegue, que luego describe a Toledo en Sicilia. Vitelli ya ha llegado con los toscanos y se les ha unido además Pedro Antonio Lunato con soldados levados en Urbino, lombardos levados por Cesaro de Nápoles y veteranos de la Goleta con Sancho de Leiva. Los generales se reúnen en consejo y acuerda plantar batalla naval a la flota turca y, simultáneamente, desembarcar a Álvaro de Sande, Chiappino Vitelli y Ascanio della Corgna. Mustafá libera a 4.000 galeotes prometiéndoles la vida a cambio de que luchen como infantes. Además, promete a sus hombres que todo cuanto saqueen será para ellos, pues ni él ni Solimán recibirán nada más que la gloria. El 19 de agosto lanza el cuarto asalto general, pero es de nuevo rechazado aunque se cobra la vida del maestre Robles, que recibe un arcabuzazo en la cabeza sin llevar puesta la celada. Sin dar tiempo a descansar a los defensores, al día siguiente lanza el quinto, en la que se llega a combatir a espada sobre los destruidos muros. Una bala arranca el turbante de la cabeza a Mustafá, obligándole a refugiarse en el foso. Una mina turca consigue penetrar en el castillo, pero es defendida espada en mano por el propio Valette. El ejército sitiador comienza a sufrir falta de víveres, por lo que se envía un mensajero a Constantinopla. Allí los cristianos rezan por la salvación de Malta y cuando se entera Solimán, ordena quemar la iglesia salvándose solo una cruz que milagrosamente no llega a arder. Toledo se echa finalmente al mar a comienzos de septiembre. Aunque había reunido 100 galeras, por falta de galeotes solo puede llevar las 63 más ligeras. En ellas embarca:* 6.000 españoles: Álvaro de Sande, Sancho de Londoño y Gonzalo de Bracamonte;* 3.000 italianos: Ascanio della Corgna y Vincenzo Vitelli<ref>El marqués Chiappino rehúsa la coronelía al haberse dado el cargo de maestre de campo general a della Corgna.</ref>.* 1.500 aventureros. La flota se dispersa por un temporal, llegando unas naves a Gozo y otras a Lampedusa tras capturar algunas otomanas. Tanto Toledo como Doria deciden regresar a Sicilia una vez desembarcados en la isla un par de exploradores que debían hacer una señal convenida si la costa occidental fuese segura al desembarco. Regresan a Malta durante la noche, pero no aparece la señal porque una flotilla de 40 galeras turcas patrullaba las aguas. A la noche siguiente ven la señal y consiguen desembarcar a la mitad de la infantería en menos de cuatro horas gracias a unos lanchones que las galeras llevan a remolque. Los turcos alertan a Mustafá del desembarco, pero al ser inferior el número estimado de cristianos que el de los turcos, este no se inmuta y ordena a su gente que se prepare para un ulterior asalto. Un morisco huido del tercio de Bracamonte le advierte de que lo desembarcado es solo una parte del ejército y que se espera una segunda oleada, por lo que ordena comenzar el embarque. En ese momento, las galeras de Toledo aparecen en la salida del golfo y realizan una gran descarga de artillería contra las galeras otomanas, inutilizando muchas antes de partir hacia Sicilia a recoger al resto de la infantería. Tras un rápido consejo, los turcos vuelven a desembarcar 12.000 soldados y los envían contra el ejército cristiano. Advertida su llegada por un esclavo genovés, este forma los escuadrones a dos millas de la ciudad y espera sereno la acometida. Cuando los turcos avistan el despliegue se desordenan asustados, y son fácilmente desechos por una carga de los arcabuceros españoles e italianos mandada por Sande. Los turcos llegan en su huida adonde se encuentra fondeada la flota y comienzan a embarcar, pero justo entonces regresa la española y comienza a bombardearla. Los otomanos aterrados sobrecargan los esquifes, por lo que muchos se hunden. Al día siguiente se cuentan 2.000 muertos por disparos y 3.000 ahogados devueltos a la orilla por el mar. Los españoles apenas pierden 14, algunos exhaustos por el calor y el peso de las armaduras. Mustafá y Pialí regresan derrotados a Constantinopla jurando que regresarían a arrasar Malta donde, tras cuatro meses de cerco y once asaltos han muerto 30.000 soldados otomanos y berberiscos. Malta está completamente arrasada, los bosques talados, los edificios derrumbados. Han muerto 2.500 caballeros y soldados, 7.000 naturales de todos los sexos y 500 esclavos. Solo sobreviven 600 defensores de los castillos. Toledo embarca al tercio de Nápoles y las 8 compañías de Sicilia que no habían participado en el sitio y el 15 de septiembre sale en persecución de la armada otomana pero, al haber demorado tanto su salida, no consigue darle alcance y decide regresar diez días después. Solimán recibe a los restos de su flota como si fueran vencedores y ordena construir 50 nuevas galeras para volver a atacar Malta a la primavera siguiente. El gran maestre pide ayuda para fortificarse al papa, despreciando a Felipe II y a todos los príncipes cristianos pero, siguiendo los isleñosconsejos de Sande y della Corgna, la nueva fortaleza no se levanta en la península de Sanglea sino en la de Sceberra. En honor a su defensor, que no llega a verla terminada, recibe el nombre de la Valeta. Contribuye a su construcción el marqués de Pescara, enviado por el rey con 1.000 españoles, 3.000 italianos, 2.000 alemanes y 2.000 caballeros de San Juan. ==1566==El 15 de marzo de 1566 Solimán apresta una nueva flota de 500 velas en la que embarca 30.000 egipcios, 10.000 anatolios, 10.000 griegos, 9.000 jenízaros, 2.000 caballos regulares y otros tantos de su guardia personal, además de 10.000 remeros, todo ello subvencionado con un impuesto especial. Pero justo antes de la partida, Felipe II convence al emperador de que inicie una campaña en los Balcanes en las que este formidable ejército será también derrotado, muriendo la mitad de sus soldados en Hungría durante una epidemia de peste.
==Referencias==