Regimiento de Caballería Guardias de Italia

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El 8 de abril de 1702 viaja el rey Felipe V a Italia acompañado de los archeros y alabarderos de la vieja guardia. A causa de la última conspiración de Nápoles y en prevención de una invasión austriaca, se forma allí un regimiento de diez compañías de a cincuenta hombres, levantadas por los principales señores napolitanos. El virrey, duque de Escalona, intenta conceder el mando a Pedro Manso de Zúñiga, antiguo teniente coronel de un regimiento español, lo que provoca el disgusto de los italianos.

Para solucionarlo, el rey designa el regimiento como guardia real y nombra para su mando a tres nobles del país:

Tras confeccionársele un uniforme de mayor realce que el inicialmente previsto, acorde con la dignidad que le ha sido conferida, el 3 de mayo de 1702 se embarca el regimiento hacia Finale. Una semana antes había partido el monarca, tras declararlo "Guardia de su Persona". Parte desmontado, pues sus caballos deben ser entregados al Tercio de Dragones de Belvalet que se dirigía a reforzar Milán.

Aún en la revista de 1 de diciembre de 1703, mandado ya por Francesco Gaetano de Aragona, permanece el regimiento desmontado. Pasa en mayo del año siguiente a España, trasladándose desde Cádiz a Badajoz, para hacer frente a la amenaza portuguesa. En 1705 se remonta por fin en Barcelona, donde se une a los 42 cadetes que trae el duque de Populi para los Reales Guardias de Corps.

Tras la rendición de la plaza, los restos del regimiento (unos 107 hombres incluyendo oficiales) parten hacia Carbonera (Almería) donde se disuelve oficialmente. Los supervivientes se encaminan a Madrid para formar la compañía italiana de las Reales Guardias de Corps, cuyo primer teniente sería, precisamente, Francesco Gaetano de Aragona.