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Cambios

Reclutamiento del siglo XIX

No hay cambio en el tamaño, 11:53 21 feb 2017
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Texto reemplazado: «regimientos» por «regimientos»
En 1887 el teniente general Manuel Cassola Fernández proyecta una Ley constitutiva del Ejército que básicamente debía de consistir en definir su esencia y articulación orgánica y que además, buscaba soluciones. Pero lo único que logra es romper la armonía cívico-militar imperante desde 1875 y abrir una brecha irreparable en sus relaciones con el sistema político a cuya degeneración contribuye aún más la crisis económica. Aunque su proyecto nunca pasa de tal, desagrada tanto a los mandos militares como a la burguesía por ello es ampliamente contestado. La nueva organización hubiera debido responder al cumplimiento de su trascendental misión y, en segundo término, a la satisfacción interna de sus miembros. Es evidente que se necesitan reformas pero los cambios están mal orientados y los medios a aplicar son más que escasos. El Ejército necesita ante todo recobrar su tranquilidad moral, su espíritu y lograr unas condiciones de vida de las que carece. Queda patente, una vez más, la debilidad de los gobernantes de la Restauración. Cassola es destituido pero algunos de sus postulados se acaban llevando a la práctica<br />
Como consecuencia de su plan, se implanta un nuevo sistema de reserva, que significa la supresión de los escuadrones de depósito que hasta entonces tenían las unidades. Según este sistema, cada regimiento de caballería debe tener en pie de paz 441 caballos y en el de guerra 806. Incluyendo los 14 [[regimientosregimiento]] s de reserva, la cifra alcanza los 22.000 caballos. En la situación en la que se encuentra la cría caballar, es imposible encontrar tan gran número en el plazo exigido para la movilización general. Por otra parte, si se entra en guerra hay que instruir y entrenar un gran número de jinetes y caballos en muy poco tiempo, cosa difícil de conseguir. Los mentores de este sistema olvidan de la máxima de Federico II de que "el caballo de guerra debe cuidarse como si valiera un millón y montarse como si costara un sueldo".<br />
En Europa se procura, por entonces, que los [[regimientosregimiento]] s activos de caballería tengan en pie de paz una fuerza aproximada a la necesaria para la guerra, pues son conscientes de la gran dificultad que supone la improvisación de las unidades del arma. Para ello mantienen en cada regimiento un escuadrón de depósito. En caso de movilización general, el coronel designa uno de sus escuadrones como depósito, para que los restantes le envíen al personal y ganado de menor confianza, mientras que reciben lo más selecto de este para completar sus plantillas.<br />
Por el contrario, según el Reglamento del servicio en campaña, al decretarse la movilización, los oficiales, sargentos y cabos de los [[regimientosregimiento]] s de reserva constituirían la cuarta sección de cada escuadrón. Por su parte, cada reserva formaría un depósito para instruir a los reservistas, reclutas y caballos de requisa, trasladándolos después al frente para cubrir las bajas producidas.<br />
Por la reorganización de 1891 se suprimen los [[regimientosregimiento]] s de reserva y se vuelve a los escuadrones de depósito, pero 2 años después son restaurados 14 de ellos. Ese año, el reclutamiento pasa de ser provincial a regional, pero deben de existir graves deficiencias pues no faltan voces que abogan por acabar con<br />
<ul>
<li>La supresión de las licencias ilimitadas</li>