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Cambios

Rebelión de las Alpujarras

3473 bytes añadidos, 21:08 24 sep 2018
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Juan redacta un bando por el cual concede la vida y la libertad a cualquier morisco que le entregue la cabeza de uno de sus líderes o de un berberisco. Tras mover el campo a Terque, envía a Tello de Aguilar con 100 lanzas y a Jordán de Valdés con 2.000 peones contra los turcos y berberiscos que se han refugiado en la sierra de Filabres. Tras un breve combate, les hacen 100 bajas y capturan 400 mujeres y 1.000 cabezas de ganado. Por su parte, Padilla con 1.200 de su tercio y Diego de Argote con 70 lanzas de Córdoba y 30 de Écija corren la campiña matando 400 moriscos y capturando 5.000 mujeres, niños y ancianos, a costa de 12 jinetes y muchos soldados.
El 30 de abril Aben Aboo escribe a don Juan para que se celebre una reunión en el Fondón, villa distante una legua del Padul. Este envía a Alonso de Granada Venegas a tratar la reducción de los rebeldes con el Abaqui. Concluidas las condiciones, este se arrodilla a los pies de Juan, entregándole su cimitarra y la bandera de Aben Aboo mientras pide clemencia para ambos y todos los suyos. En nombre del rey les perdona la vida pero destierra a todos los moriscos de sus hogares al interior del reino. Sin embargo, los de la serranía de Ronda se niegan a abandonarla. Antonio de Luna parte de Antequera con 4.000 infantes y 60 caballos, y en Ronda se le juntan otros 150 peones de la guardia y 50 caballos del rey a cargo de Pedro Bermúdez. Cuando intentan forzar a los moriscos a que abandonen sus hogares, algunos soldados se dedican al saqueo, lo que empuja a los moros a matarlos. El resto abandona sus banderas y regresa a sus casas con el botín. En vista del desorden Luna decide retirarse e informar al rey. Incumpliendo lo pactado, el Abaquí se embarca en Casteldeferro con algunos cautivos cristianos, pero es divisado desde el castillo y las galeras cristianas prenden la fusta berberisca. Los moros de la Axarquía atacan Alozaina, defendida por solo 10 escuderos de Ginés Martín. Este consigue introducir a todas las doncellas del pueblo en la torre y juntos la defienden hasta que los moriscos se retiran con 3.000 reses y 4 cautivas. Llegan a Istán desde Cádiz Luis Cristóbal Ponce de León, duque de Arcos con 4.000 peones y 150 caballos, y desde Málaga Arévalo de Zuazo con 2.000 peones y 100 caballos. Envían a Pedro Bermúdez y a Pedro de Mendoza con 150 infantes cada uno a reconocer las cotas donde se refugian los moriscos. Los moros arremeten contra Mendoza y ponen en fuga a sus tropas bisoñas. Mendoza consigue reunirlos y lanza otro ataque, siendo ahora los moriscos los que optan por retirarse al amparo de la noche. Aunque el duque autoriza la persecución, esta no consigue alcanzarlos debido a lo agreste del terreno si bien captura 400 mujeres y niños. En cambio, la compañía de Murillo es exterminada a la altura de Monda. El duque ordena a Sancho de Leiva que le envíe 800 galeotes, los cuales llegan al mando del hijo de aquel, Alonso de Leiva. Se hacen tres escuadrones y se bate la zona, sin efecto por haberse dispersado los moriscos. Zuazo regresa a Málaga, Alonso a las galeras, y el duque a Marbella. Viendo Juan de Austria que Aben Aboo ha incumplido su palabra y tiene tratos con los berberiscos, regresa a la Calahorra con 5.000 hombres. Allí se reúne con Pedro Padilla y Juan de Soto, maestre de campo del tercio que llamaron de Frncia, con 3.200 peones y 1.500 mulos cargados de bastimentos. En Valor está Lope de Figueroa con otros 800 peones y 40 caballos. El de Austria autoriza a la gente a que recorra la tierra, haga prisioneros, saquee las viviendas y se apropie del ganado, entregando el quinto real al gobernador de día. En Mecina capturan a la familia de Aben Aboo. Este intenta huir pero es muerto por el Seniz, quien entrega el cadáver en Granada para cobrar la recompensa. Finalizada definitivamente la campaña, el 1 de noviembre Felipe II ordena el traslado a Castilla de los moriscos supervivientes, que marchan acompañados de comisarios reales para evitar que sean desvalijados. Muchos prefieren huir a Berbería y solo algunos permanecen en las sierras, donde son perseguidos por las cuadrillas y exterminados. Juan de Austria despide a su ejército y parte hacia Madrid para disponer su viaje a Italia.
==Referencias==