Pedro de la Puente

De Caballipedia
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Se alistó como soldado del ejército imperial en 1624, pasando por todos los grados hasta el de teniente coronel de caballería del Regimiento Coraceros de Reiffenberg, su futuro suegro, empleo que ya tenía en 1631, cuando asistió al sitio y toma de Magdeburgo, hallándose después en la de Regensburg (1634) antes de cooperar con las tropas españolas en la victoriosa batalla de Nördlingen (6-9-1634). Tras la derrota del ejército imperial en Wittstock (4-10-1636), el regimiento fue desmovilizado y el emperador le concedió un entretenimiento con el grado de coronel reformado, recomendando sus servicios al rey de España. El 7 de mayo de 1637, mediante patente de don Fadrique Enríquez de Luján (1594-1660), castellano de Milán y embajador de Felipe IV en Viena, levantó en el Tirol un regimiento de dragones de 6 compañías y 600 hombres, que pasó a servir en Milán.

Tras distinguirse en diversas acciones (Chivasso, Ivrea, Pontestura, Coniolo, Turín, etc.), y restaurar su regimiento mediante una leva de 300 croatas (1640), regresó a Alemania para reclutar 5.500 hombres (1642), servicio que le fue recompensado con la castellananía de Otranto (1643-45), mejorada en 1645 con la Gaeta, ambas en el reino de Nápoles. En 1646, ante la amenaza de un ataque francés a los presidios toscanos, materializada poco después, fue designado gobernador de Orbetello. A pesar del éxito, a Pedro de la Puente se le formarían cargos en 1648,cuyo tenor desconocemos porque el sumario desapareció durante su instrucción. Chavarría apunta a «ciertas acusaciones vertidas contra él por el conde de Oñate, sucesor del duque de Arcos en el virreinato», probablemente en relación con la pérdida de Portolongone, en la isla de Elba, que se había rendido a los franceses el 29 de octubre de 1646. El suceso parece lejano y ajeno a las competencias del gobernador de Orbetello, que no era vicario general de los Presidios y, en todo caso, solo tenia jurisdicción sobre su plaza y la vecina Talamone.

El interesado se presentó con su descargo en la Corte pero, al saber que en el Consejo de Italia que entendía el asunto se había "traspapelado" el sumario y temiendo alguna encerrona, optó por refugiarse en Roma. Allí permanecía cuando, en el verano de 1650, Felipe IV le comunicó por mediación de Rodrigo de Sandoval, VII Duque del Infantado y su embajador ante la Santa Se - de, que nada le impedía regresar a Nápoles si era su deseo. La solución tardaría aún dos años en cuajar, debido a un conflicto de competencias suscitado entre el Consejo de Italia y el de Estado, pero finalmente Pedro de la Puente era promovido a la castellanía de Pavía, por patente de 6 julio de 1652, «en sustitución del fallecido Pedro de Tapia, conservando la gobernación de Orbetello», con el doble del salario ordinario, justificado mediante pluses de dotación y acrescentamiento.


Su hijo Francisco de la Puente mandaría un tercio de caballería española en los Países Bajos, reformado en 1698.