Logística de Carlos III

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Armamento

Conocemos por una contrata de 1760 que los Guardias de Corps tenían, además de su espada reglamentaria, un espadín con puño de plata, supuestamente para paseo o servicio a pie.

La artillería a lomo nació en Prusia, estrenándose en Reichenbach (1762).

En 1767 publica D. García Ramírez de Arellano su Instrucción Metódica de la caballería, proponiendo algunas modificaciones en la forma de las hojas y sobre todo de las empuñaduras. Debió ser tenido en cuenta, pues en 1786 se fabrica una nueva espada con la guarnición propuesta, aunque con hoja en tres mesas, de 880 mm de largo y 40 de ancho en el nacimiento de la guarnición. 22 años antes de que se decretara el cambio de llave, ya advirtió Arellano de los accidentes que provocaba la llave francesa por la facilidad con que se montaban accidentalmente al introducir las pistolas en sus fundas.

Al tiempo que publicaba su obra, se adoptó un nuevo sable para dragones, manteniendo la guarnición de latón en forma de concha simple, pero con una hoja recta de 894 mm. Aunque del tratado de Morla se deduce que se acabó imponiendo la guarnición de hierro, parece ser que algunos regimientos mantuvieron la de latón, por conservarse un ejemplar en el Museo del Ejército[1] del regimiento Numancia, con una hoja de 900 mm.

En una contrata de 1769 se habla ya de pares de pistolas para dragones, por lo que se deduce que a partir de ese año comenzaron a emplear dos en lugar de una.

Desde 1753 los asientos de la Compañía de Guipuzcoana de Caracas se sucedieron cada 7 años[2], de modo que fue renovada en 1761, 1768, 1775 y 1783. Este último periodo no llegó a completarlo, trasladando la contrata y capitales a la Real Compañía de Filipinas en 1785. Esta última lo mantuvo hasta 1797 en que cesó, a causa del expediente que se formó a instancias de los gremios de fabricantes de Plasencia, sobre las pérdidas que habían tenido en el pago de las armas, tras la invasión de los franceses. En 1798 propuso la mencionada compañía un nuevo pliego de condiciones, que parece que llegara a cuajar.

Por una Real Orden de 11 de febrero de 1760 se desestima la petición de la Compañía Guipuzcoana para subir el precio del fusil a 96 reales. Pese al monopolio asentístico ostentado por dicha compañía, este año se encarga 600 carabina y 642 pares de pistolas de a 16 en libra para las Guardias de Corps al armero barcelonés D. Joseph Martínez.

En 1761 ordena S.M. construir una fábrica de armas blancas en Toledo, que ha llegado hasta nuestros días.


Material de campamento

Como complemento a los sueldos, se otorgan a todo el personal de las RRGGCC diversos utensilios:

  • Brigadieres y sub-brigadieres: una mesa con mantel y dos bancos, una toalla y una cama compuesta por dos banquillos, dos colchones, dos sábanas, dos almohadas y una manta.
  • Cadetes, portaestandartes, capellanes y cirujanos: además de lo anterior libra y media de carbón y media vela de sebo por día.
  • Guardias, timbaleros, trompetas y herradores: una cama similar pero con una sola almohada y sustituyendo uno de los colchones por un jergón. Para cada cuatro se daba además una mesa, dos bancos, un mantel, una toalla, una vela y cuatro libras de carbón diarias.

Las camas se sustituían cuando se deterioraban, las sábanas cada mes y los manteles y toallas cada 8 días.


Referencias

  1. Pieza 25.202.
  2. AGS. y SHM. Leg. 799.

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