Diferencia entre revisiones de «La caballería de los Reyes Católicos»

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* Parker, Geoffrey. ''La revolución militar y el apogeo de Occidente, 1500-1800''. Alianza. 2002.
 
* Parker, Geoffrey. ''La revolución militar y el apogeo de Occidente, 1500-1800''. Alianza. 2002.
  
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Revisión del 13:39 27 sep 2017

La guerra Civil Castellana

Con la subida al trono de Fernando V de Trastámara, la caballería española nació como arma. En primer lugar, la unificación de España provocó el nacimiento de un nuevo sentido de nacionalidad y el comienzo de la formación del Estado español. La caballería se integró en el gran ejército que se organizó para la expansión y la defensa de la nación, aunque estas misiones se confundirán primero con los intereses de la casa de Habsburgo y después con la de Borbón. En segundo lugar, la creación de las Guardas de Castilla en 1493 supuso la aparición de la primera unidad permanente del Ejército español.

Anteriormente, la caballería constituía el único componente profesional del ejército y estaba imbuida de las virtudes y defectos de sus equivalentes europeos, con la salvedad de que nunca llegó a abandonar del todo la movilidad por la protección. A mediados del siglo XV hicieron su aparición los primeros jinetes con armas de fuego, pero en grupos tan pequeños que solo cumplían misiones muy limitadas, dado lo difícil de su empleo. La formación en batalla se convirtió en una verdadera unidad táctica, que tendió a hacerse diferente para cada tipo de caballería, especializadas progresivamente en misiones diferentes.

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Batalla de Toro

La conquista de Granada

Rendición de Granada

Las campañas de Italia

Roberts acuñó el término revolución militar moderna para referirse a los profundos cambios acaecidos en Suecia y Holanda entre 1560 y 1660 debido al declive de la caballería pesada, al resurgir de la infantería dotada ahora con nuevas armas de fuego, a la necesidad de una administración central para suministrarle dinero y provisiones y, en consecuencia, al nacimiento del Estado moderno.

Quatrefages adelantó su inicio a 1494, para hacerlo coincidir con el final de la reconquista y la creación del Imperio español, verdadero motor de la transformación militar durante este periodo. En apenas cincuenta años, la España recién reunificada extendió su dominio por los cinco continentes gracias al desarrollo de la construcción naval (carabelas, galeones) y a las innovaciones procedentes de Oriente que los árabes habían introducido en la península Ibérica (brújula, astrolabio).

En Italia, el Gran Capitán se adelantó a su tiempo en el aprovechamiento de los nuevos medios. Forjado y experimentado en la guerra de Granada, fue el primero en aprovechar el progreso generalizado de las armas de fuego. Sus vastas concepciones estratégicas, que le capacitaron para superar y vencer a ejércitos siempre más numerosos que el suyo, la organización de sus tropas y el modo de emplearlas en el combate fueron los elementos principales que sirvieron de base para el desenvolvimiento de la ciencia militar moderna. Esto no siempre ha sido reconocido por los historiadores militares extranjeros, salvo excepciones, entre las que cabe destacar al general Montgomery.

El Gran Capitán transformó a los peones campesinos y villanos en una auténtica infantería, organizándolos en compañías especializadas en diferentes armas. En primera línea formaban los rodeleros, armados con espada y escudo y que se deslizaban por debajo de las picas propias para destripar al adversario. En la segunda se situaban los piqueros, que constituían el grueso de la unidad y combinaban eficazmente el arma de la falange macedónica y la formación en cuadros compactos de la legión romana. A sus flancos se situaban los ballesteros, sustituidos progresivamente por espingarderos, encargados de hostigar al enemigo y dar protección al resto frente a la caballería enemiga.

Como puede verse, introdujo una táctica eminentemente defensiva en la que la caballería solo realizaba misiones auxiliares, rompiendo así el concepto medieval. Pero frente a la falta de movilidad de la extranjera, la caballería española no llegó a perderla del todo, como demostró la emboscada que tendieron sus hombres de armas, mandados por Diego de Mendoza, a la retaguardia francesa durante los preliminares de la batalla de Ceriñola (1503). Tras la misma, cuando casi todo el ejército francés se encontraba vencido y desorganizado por la muerte del duque de Nemours, la caballería pesada de Próspero Colonna persiguió al enemigo destruyéndolo por completo. En la batalla de Garellano (1503), la caballería ligera cortó el camino hacia Gaeta a las fuerzas francesas que se retiraban, lo que facilitó su destrucción y la conquista de esa plaza.

Gonzalo de Córdoba, que había sido capitán de una compañía de lanzas jinetas, empleó más a estas últimas que a sus hombres de armas, por lo que llegaron a ser más numerosas. Mientras la caballería pesada se empleaba para cargar contra los piqueros enemigos y neutralizar a sus jinetes, la caballería ligera se utilizaba para explorar, prestar seguridad a los despliegues propios, realizar golpes de mano y perseguir.

Posteriormente, estas misiones pasaron a los arcabuceros a caballo, mientras que las lanzas jinetas comenzaron a formar en línea con los hombres de armas, a los que acabaron sustituyendo. Estos ya no eran invulnerables a las nuevas armas de fuego y tampoco se mostraron capaces de desbaratar las filas de piqueros, por lo que dejaron de ser una fuerza decisoria en las batallas. Por otra parte, su escasa movilidad les impedía prolongar las acciones, por lo que tendrían que haber dejado paso a fuerzas más ligeras. En lugar de eso, los gendarmes europeos aumentaron sus armaduras en un intento desesperado de conservar sus privilegios y la tradición caballeresca.

Muerte del duque de Nemours en Ceriñola

Referencias

Notas


Bibliografía

  • Barudio, Gunter. "La época del Absolutismo y la Ilustración". Historia Universal, vol. 25. Siglo XXI. 1981.
  • Dülmen, Richard van. "Los inicios de la Europa moderna". Historia Universal, vol. 24. Siglo XXI. 1982.
  • García Cárcel, Ricardo et al. "Siglos XVI-XVII". Manual de Historia de España. Historia 16, vol. 3. 1991.
  • Lión Valderrábano, Raúl y Juan Silvela Miláns del Bosch. La caballería en la historia militar. Academia de Caballería. 1979.
  • Parker, Geoffrey. La revolución militar y el apogeo de Occidente, 1500-1800. Alianza. 2002.

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