Diferencia entre revisiones de «Guerra de la Liga de Cognac»

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En Perusa se unen a Orange el marqués del Vasto con 2.500 españoles y Hernando de Gonzaga con 600 jinetes y 8.000 italianos enviados por el papa. Orange envía a Urbina a rendir Spello, rebelada contra el papa. Allí es herido de un arcabuzazo y muere. Tras rendir otras plazas, Orange llega ante Florencia a primeros de septiembre y le pone cerco.
 
En Perusa se unen a Orange el marqués del Vasto con 2.500 españoles y Hernando de Gonzaga con 600 jinetes y 8.000 italianos enviados por el papa. Orange envía a Urbina a rendir Spello, rebelada contra el papa. Allí es herido de un arcabuzazo y muere. Tras rendir otras plazas, Orange llega ante Florencia a primeros de septiembre y le pone cerco.
  
En Lombardía, el duque de Milán, Urbino, Saint Pol y 30.000 soldados cercan Pavía, defendida por Pedro Virago con 800 italianos y 200 alemanes. Leyva intenta socorrerle pero desiste. El 21 de junio deciden tomar Génova, lo que conoce Leyva por sus espías. Sabiendo que el emperador necesita este puerto para dirigirse a ser coronado en Bolonia, decide atacarles. Acampa en sus proximidades y envía al capitán Valdelomar a espiarlos. Por él sabe que Saint Pol estaba atascado intentando recuperar del río Lambarete unos cañones y lo envía con varias compañías de jinetes a capturarlo y arrebatarle la artillería, lo que consiguen. Posteriormente, paga su rescate y regresa a Francia. A primeros de julio Leyva ataca a los venecianos en Casal de Adda. Allí recibe 2.500 soldados recién llegados de España a las órdenes de Félix Cervellón<ref>Puede ser el Felipe anterior.</ref> y Álvaro Madrigal.
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En Lombardía, el duque de Milán, Urbino, Saint Pol y 30.000 soldados cercan Pavía, defendida por Pedro Virago con 800 italianos y 200 alemanes. Leyva intenta socorrerle pero desiste. El 21 de junio deciden tomar Génova, lo que conoce Leyva por sus espías. Sabiendo que el emperador necesita este puerto para dirigirse a ser coronado en Bolonia, decide atacarles. Acampa en sus proximidades y envía al capitán Valdelomar a espiarlos. Por él sabe que Saint Pol estaba atascado intentando recuperar del río Lambarete unos cañones y lo envía con varias compañías de jinetes a capturarlo y arrebatarle la artillería, lo que consiguen. Posteriormente, paga su rescate y regresa a Francia. A primeros de julio Leyva ataca a los venecianos en Casal de Adda. Allí recibe 2.500 soldados recién llegados de España a las órdenes de Félix Cerbellón<ref>Puede ser el Felipe anterior.</ref> y Álvaro Madrigal.
  
 
Entretanto, Francisco había sido liberado dejando como rehenes a sus hijos, el delfín y el duque de Orleáns. La reina Luisa de Francia va a Flandes y ruega a Margarita de Habsburgo que los libere, a lo que accede el emperador tras recibir dos millones en oro. El día 15 de agosto desembarca en Génova con su corte y 13.000 españoles como escolta, la mitad de los cuales queda en Lombardía con dos maestres de campo: Juan de Mercado y un tal Rivera. El resto marcha a Florencia al mando de Pedro Vélez de Guevara. Allí se les une la bandera de Grado, que había quedado subsistente tras la desmovilización del ejército de Calabria.
 
Entretanto, Francisco había sido liberado dejando como rehenes a sus hijos, el delfín y el duque de Orleáns. La reina Luisa de Francia va a Flandes y ruega a Margarita de Habsburgo que los libere, a lo que accede el emperador tras recibir dos millones en oro. El día 15 de agosto desembarca en Génova con su corte y 13.000 españoles como escolta, la mitad de los cuales queda en Lombardía con dos maestres de campo: Juan de Mercado y un tal Rivera. El resto marcha a Florencia al mando de Pedro Vélez de Guevara. Allí se les une la bandera de Grado, que había quedado subsistente tras la desmovilización del ejército de Calabria.

Revisión del 17:37 18 jun 2018

1526

En 1526 Francisco I fue puesto en libertad, pero rompió su juramento y se alió con el Papa, Inglaterra, Milán y Venecia en la Liga de Cognac.

En Milán habían quedado 4.000 españoles (Leyva), 4.000 alemanes (Frundsberg), 1.000 italianos, 800 lanzas y 1.000 jinetes (al mando del milanés Galeazzo Sanseverina). Leyva y Vasto someten un tumulto de los ciudadanos de Milán contra los soldados imperiales. El 8 de junio la Liga responde enviando un gran ejército contra Lodi. Vasto, Leyva y 3.000 españoles intentan recuperar la plaza, pero son rechazados. La Liga pone sitio a Milán, pero no consigue entrar y se retira.

Llega el duque de Borbón a Milán, donde su duque está siendo cercado en su castillo por los españoles. Al mismo tiempo, se unen a la Liga Octaviano Sforza con 14.000 suizos y el marqués de Saluzzo con 4.000 gascones, 500 lanzas y 500 jinetes franceses. El día de Santiago Borbón acepta la rendición de Francisco Sforza que se une así al ejército de la Liga.

En agosto, envían a Malatesta Vallon a tomar Cremona, defendida por el comendador Urrías con 1.500 españoles, 1.000 italianos, 200 jinetes y 150 lanzas. Una vez derribadas las murallas, la guarnición se rinde el 23 de septiembre. Se pacta que los españoles deben pasar a Nápoles, pero como la Liga incumple su promesa de proporcionarles una escolta, se encaminan a Milán.

El duque de Sessa intenta disuadir al papa para que abandone la Liga. Ante su negativa, ordena llamar a Pompeo Colonna y Hugo de Moncada, que aportan un contingente de 2.000 aventureros españoles que habían quedado en Nápoles. Casi inmediatamente muere Sessa de enfermedad. Los otros dos ponen sitio al Vaticano, debiendo el papa refugiarse en el castillo de Sant Ángelo. Finalmente, acepta las condiciones y sale de la Liga. Moncada saca a sus tropas de Roma y las acampa en Frosolon hasta que llega el virrey desde España. Entretanto, el archiduque Fernando ha reunido 12.000 alemanes y los envía con Frundsberg a Milán. Salen a su encuentro el duque de Urbino (veneciano) y Giovanni de Médici con toda la caballería y la mejor infantería. Jorge toma el camino de Mantua, donde Médici muere de un arcabuzazo.

El 22 de septiembre se levanta el asedio de Milán, donde los españoles andan disgustados por la falta de pagas. Lannoy parte de España con 5.000 españoles. Cerezeda solo cita a uno de sus capitanes: Charles de Esparza, que aún retenía este empleo a su muerte en Tosique en 1537. Les acompañan 4.000 alemanes al mando de Juan Baptista Lodron, que venían de someter una rebelión a los moriscos en la sierra de Espadán. Como una tempestad les impide desembarcar en Génova, lo hacen en Gaeta.

1527

Borbón deja Milán y se traslada a Plasencia, donde espera a Frundsberg. Inicialmente, pretende dejar a Milán desguarnecida pero se le opone Leyva que queda allí con 1.500 españoles, 4.000 alemanes, 2.000 italianos, 200 lanzas y 200 jinetes, repartidos por todo el Milanesado. Borbón se lleva a Florencia 6.000 españoles, 13.000 alemanes, 3.000 italianos, 600 lanzas y 1.000 jinetes, estos al mando del príncipe de Orange.

Urbino consigue reunir 50.000 hombres de la Liga y los intercepta a 12 millas de Bolonia. Allí Borbón recibe a Cesáreo Fieramosca, embajador del papa que les conmina a regresar a Lombardía, donde se les habrían de pagar las deudas a la tropa, que andaba inquieta y no lo acepta. Borbón se pone de su parte, pero Vasto se opone y se retira con algunos capitanes a Nápoles.

Borbón continúa camino de Florencia, pero antes de llegar a Bolonia topa con el conde Galeazzo, que le cierra el paso. Juan de Urbina sale a su encuentro con 200 arcabuceros y lo desaloja de sus posiciones. Después sale hacia Bolonia con 12 banderas españolas, otras tantas alemanas y 6 cañones para tomar Colonola.

Urbino llega a Florencia y Borbón a Siena, pero con una estratagema consigue adelantarle y llega al Vaticano el 5 de mayo. Durante el asalto a las murallas fallece Borbón de un disparo. La tropa saquea la ciudad y desde allí cruzan el Tíber para entrar en Roma, aprovechando que la guarnición del puente Sixto se da a la fuga. Viendo Urbino que llega tarde al saco, regresa a Lombardía con su ejército.

Moncada, Alarcón, Orange y Vasto (que había regresado) intentan poner freno a la matanza sin éxito. Saqueada la ciudad, se pone sitio al castillo Sant Ángelo, donde está refugiado el papa. Cuando revisaba las fortificaciones, Orange es herido en el rostro y debe ser evacuado a Siena.

El 4 de junio el papa rinde el castillo a Fernando de Alarcón, que deja de guardia a la compañía española de Felipe Cerbellón. Alonso de Córdoba es designado alcaide de Civita Vechia y Ripalda del castillo de Ostia.

A finales de junio el ejército abandona Roma, donde se había declarado la peste, y saquea Terni y Narni, dos villas del papa. Enterado el emperador, ordena que el papa sea liberado, que el cadáver de Borbón sea trasladado a Gaeta y que Orange asuma el mando una vez restablecido de sus heridas. Así se hace, una vez el papa consiente en pagar a la tropa de sus atrasos, el 28 de febrero de 1528.

Entretanto, el duque de Urbino había regresado a Lombardía, donde se une a Sforza e intentan plantar batalla a Leyva en Marignano. Viéndose este en inferioridad, se retira a Carate, que saquea y de allí regresa a Milán.

En esto llega de Francia Lautrec con un nuevo ejército, incluyendo al señor de Valdemote que venía como virrey francés de Nápoles. En el Piamonte se reúnen con el ejército de la Liga.

El 10 de junio cuatro banderas alemanas salen de Castelazo para reforzar Alessandria. En el camino traban escaramuza con la caballería francesa, de donde salen mal paradas. Se refugian en Castelazo, que es cercado por el ejército de Lautrec. Tras el derribo de las murallas se rinden incondicionalmente. A continuación Lautrec pone sitio a Génova, guarnecida por Martinengo con seis banderas españolas y donde se pasaba mucha necesidad.

Tres de ellas se embarcan al mando del alférez Zurita y capturan una flota que iba de Sicilia a Córcega con trigo. A la vuelta las embosca Andrea Doria con 22 galeras propias y francesas, debiendo refugiarse en Porto Fino. Doria desembarca en Santa Margarita y desde allí envía sus tropas a cercar a los españoles. Avisado Martinengo, sale de Génova y socorre a sus hombres. A su regreso, encuentra Génova tomada por la vanguardia de Lautrec, por lo que decide pasar a Milán, pero en el camino es capturado.

Leyva envía entonces al conde Belgioioso con 500 italianos a reforzar Alessandría., pero llega tarde porque Lodron y Balbiano la han rendido. El último es enviado por Leyva a Pavía. Ante la amenaza de un motín de los alemanes que guarnecen Milán, Leyva ordena que todos los capitanes españoles entreguen el mando de sus plazas a otros italianos y se reuniesen en Milán: Pedrarias desde Como, Villaturriel desde Lecco y Diego López de Sora desde Trezo. Llegados a Milán, los alemanes deponen su actitud.

A continuación Lautrec cerca Vigevano, donde ahorca a su castellano por intentar ganar tiempo con argucias, y desde allí marcha a Abbiategrasso, que se le rinde sin oposición. Pedro Navarro llega con su vanguardia a Milán el 26 de septiembre, en tanto Lautrec cerca Pavía con el grueso. Leyva socorre la plaza con la mitad de sus fuerzas. El capitán Alonso de Valdelomar realiza un raid en el campo francés con la caballería ligera, matando a muchos y obteniendo gran botín. No obstante, los franceses cuentan con 50.000 hombres, por lo que Pavía es finalmente tomada.

En esto llega el legado del papa reclamándoles que le liberen de las tropas imperiales. Lautrec accede y ordena al duque de Milán y a Pedro Navarro que tomen varias plazas fuertes en el Milanesado. Enterado Leyva, se lanza a detenerlos, por lo que aquellas cambian varias veces de mano.

Lecco es cercada por los venecianos y socorrida por Leyva, que envía a los capitanes Valdelomar, Parreño y Villaturriel con caballos y arcabuceros, entre ellos Cerezeda.

1528

Lautrec llega a la marca de Ancona con su ejército, lo que obliga a Orange a enviar a Vasto con 1.500 españoles y 4 cañones a cortarle el paso. En Valmontone, cercan a Jacobo Ursino quien, pese a su rendición, es asesinado junto al resto de su guarnición, por haber matado al capitán Galindo y 50 españoles.

El 18 de febrero llegan a Teramo, que ya estaba siendo sitiada por Lautrec. Allí se les reúne Orange con el resto del ejército. Envían 7 banderas españolas y 300 jinetes a defender Susa, donde estaba la aduana, pero llegan tarde.

Orange intenta dar batalla a Lautrec, pero el comisario Alarcón, Vasto y Urbina se lo impiden por su desventaja numérica. Se cruzan ambos ejércitos y el capitán Pedro de Córdoba sale con su compañía y algunos jinetes a hostigar la retaguardia francesa.

Muerto Lannoy, Hugo de Moncada es nombrado virrey. Inmediatamente, envía a sus nobles con 400 lanzas, (príncipes de Lusignano y Salerno, duque de Malta), 3.000 españoles recién llegados de España, 3.000 alemanes y 4.000 italianos (Fabrizio Marramaldo). En Lariano son interceptados por su duque que, aunque afín al emperador, les hace creer que el ejército de Orange había sido destruido, por lo que vuelven a Nápoles dejando a aquel sin refuerzos.

Horacio Vallon y el abad de Falfa llegan con 8.000 hombres de las banderas negras del papa, por lo que Orange se retira a Nápoles y envía a Pompeo Colonna a Gaeta con algunas banderas españolas.

Lautrec envía a Pedro Navarro sobre Canosa, donde resisten cuatro banderas españolas, que deciden rendirse para poder así engrosar las fuerzas de Nápoles. Lautrec pone entonces sitio a Melfi, cuyo príncipe la defendía con dos banderas de italianos cedidas por Orange. Como se niega a rendirse, Lautrec consigue tomar la plaza mediante una traición y pasa a cuchillo a sus habitantes. El príncipe de Melfi pide socorro a Orange, quien le conmina a aceptar los términos.

El 17 de abril Lautrec llega ante las murallas de Nápoles. Desde allí envía a Enrique de Tralto, al duque de Boyano y al aduanero de la Pulla a sitiar Gaeta, defendida por Colonna. Llegan en su socorro desde España Alonso Manrique, hijo del marqués de Aguilar, el mariscal de Zamora y otros capitanes al mando de 2.000 soldados, a quienes Colonna envía a la villa sienesa de Trano a por vituallas. Otra nave llega a Nápoles con el capitán Cornejo y 200 españoles.

La villa calabresa de Andria se rebela contra los franceses y es guarnecida por el virrey de Sicilia, conde Burrelo, y el maestre de campo Álvaro de Grado y Leguizamo con otros 2.000 españoles. Cerezeda no le incluye en su apéndice, pero menciona un contingente equivalente desembarcado en Gaeta al mando de Alonso Manrique quien, por ser hijo del conde de Aguilar, probablemente fuese capitán de caballería.

Moncada, Vasto y Ascanio Colonna salen de Nápoles con 7 galeras y gente de guerra para dar la batalla a otras 10 francesas que estaban en el puerto de Salerno. Cuando había tomado tres y hecho una gran mortandad, aparece el conde Felipín con la flota de Andrea Doria. Cogida entre dos fuegos, la flota española es derrotada, Moncada muerto, Vasto y Colonna capturados y llevados a Lerizi, donde son recibidos por Andrea Doria con todo respeto.

Francisco I le exige a Doria que los entregue, pero este los libera tras cobrar el rescate, granjeándose la enemistad del rey. Como este le debía al genovés una gran suma y algún desaire, Doria emprende el regreso a Génova y sitia el castillo, defendido por Teodoro Tribulzi. El conde Saint Pol acude en su ayuda con 3.000 infantes, pero fracasa y Tribulzi tiene que rendirse. Doria toma entonces Saona, a lo que el rey responde enviando al señor de Montejean para que lo embosque y capture, pero también fracasa.

El 12 de mayo atracan unas galeras en Magdalena con municiones y soldadas para Lautrec. Enterado Orange, envía a Juan de Urbina a capturarlas, apresando al coronel alemán conde Diego de Pere. A comienzos de agosto fallece Lautrec, pasando el mando a Pedro Navarro y al marqués de Saluzzo. En Nápoles se desata una epidemia de peste lo que, unido al hambre y otras calamidades, empuja a los alemanes a pedir la licencia. Orange decide plantear batalla, y envía a los alemanes entre Campo Viejo y Pozo Real con 15 banderas españolas el 28 de agosto. Allí estaba el señor de Boria con 7 cañones, pero tras un día de combate se rinden a Urbina. Navarro decide retirarse, pero el resto de la guarnición de Nápoles sale a su encuentro y le obliga a refugiarse en Aversa, donde al final se rinde. Pocos días después muere en Nápoles junto a otros nobles franceses e italianos.

En Gaeta, Alonso Manrique captura a muchos oficiales franceses cuando intentan evadirse, incluido el duque de Saboya, siendo decapitados en Nápoles. Enterado el emperador de lo sucedido, nombra a Orange nuevo virrey. Los soldados españoles reclaman veinte pagas, pero solo reciben diez.

Mientras tanto, Leyva envía a los condes Beljoioso y Torniel en socorro de Lecco con 3.000 hombres y artillería. Estos derrotan a Pietro Maria de Médici, que fue decapitado por Villaturriel en venganza por haberle ahorcado a su hermano y a 12 soldados. Después, los condes envían al maestre de campo Pedro Vélez de Guevara a levantar el cerco de Lecco, lo que consigue el 19 de marzo. De allí parte a Bellagio, entre los lagos de Como y Lecco, donde se reúnen ambas guarniciones para tomar el castillo de Mus. El castellano envía a su hermano Juan Baptista Médici a Milán para ofrecerle a Leyva el cambio de bando. Leyva acepta y le nombra marqués de Mus y conde de Lecco el 13 de abril.

El emperador envía a Diego Sarmiento, Juan de Mendoza, Beltrán de la Cueva y Machuca con 2.500 españoles a Génova. Como allí ya no quedan franceses, se encaminan a Milán pero en el camino les espera el conde Gayazo con 500 caballos y muchos arcabuces. Alertados por el conde Ludovico de Beljoioso, se desvían por los Apeninos y llegan a Plasencia. Enterado Leyva, les ordena encaminarse a Pavía, donde Pedro Vélez de Guevara y sus 7 banderas se reúnen con ellos y de allí expulsan al duque de Urbino. El 18 de mayo Leyva rinde también Abbiategrasso y se encamina a Bérgamo, donde espera la llegada del duque de Brunswick con 12.000 infantes, 800 lanzas, 1.000 jinetes y mucha artillería.

Francisco I ordena a Francisco de Borbón, conde de Saint Pol que persiga a Brunswick para evitar que entre en Nápoles, mas como este permanece en Milán, Borbón se alía con la Liga y toma Novara, Abbiategrasso, Vigevano y Mortara, invernando en Alessandria. Como no puede hacerle frente, Leyva establece un monopolio sobre el pan en Milán, de forma que los propios soldados le proveen de los mismos fondos que reciben luego como soldada.

1529

A comienzos de marzo el príncipe de Orange emprende la marcha hacia Monopoli, fortaleza veneciana en la costa de Calabria. Lleva con él 6.000 españoles, 6.000 alemanes, 5.000 italianos, 500 lanzas, 500 jinetes. Le empresa fracasa por la mucha artillería que guarnece la plaza, levantándose el cerco el 18 de mayo.

Unos meses antes, los republicanos florentinos se habían rebelado contra los Médici, aliados del papa, que son desterrados. El papa solicita ayuda al emperador, quien ordena a Orange que acuda a Florencia con su ejército. Este envía a Pompeo Colonna a Nápoles como regente, y a Hernando de Alarcón como capitán general con 3.500 españoles y 2.000 italianos (Marramaldo) y 5 compañías de jinetes para que tome el resto de fortalezas ocupadas por los venecianos. Con el resto del ejército sale de Monopoli hacia Florencia: 4.000 alemanes, 4.000 italianos y 600 lanzas. Al pasar por Perusa rinde la guarnición de Malatesta Vallon, que compra su libertad y se refugia en Florencia, donde le eligen condottiero.

En Perusa se unen a Orange el marqués del Vasto con 2.500 españoles y Hernando de Gonzaga con 600 jinetes y 8.000 italianos enviados por el papa. Orange envía a Urbina a rendir Spello, rebelada contra el papa. Allí es herido de un arcabuzazo y muere. Tras rendir otras plazas, Orange llega ante Florencia a primeros de septiembre y le pone cerco.

En Lombardía, el duque de Milán, Urbino, Saint Pol y 30.000 soldados cercan Pavía, defendida por Pedro Virago con 800 italianos y 200 alemanes. Leyva intenta socorrerle pero desiste. El 21 de junio deciden tomar Génova, lo que conoce Leyva por sus espías. Sabiendo que el emperador necesita este puerto para dirigirse a ser coronado en Bolonia, decide atacarles. Acampa en sus proximidades y envía al capitán Valdelomar a espiarlos. Por él sabe que Saint Pol estaba atascado intentando recuperar del río Lambarete unos cañones y lo envía con varias compañías de jinetes a capturarlo y arrebatarle la artillería, lo que consiguen. Posteriormente, paga su rescate y regresa a Francia. A primeros de julio Leyva ataca a los venecianos en Casal de Adda. Allí recibe 2.500 soldados recién llegados de España a las órdenes de Félix Cerbellón[1] y Álvaro Madrigal.

Entretanto, Francisco había sido liberado dejando como rehenes a sus hijos, el delfín y el duque de Orleáns. La reina Luisa de Francia va a Flandes y ruega a Margarita de Habsburgo que los libere, a lo que accede el emperador tras recibir dos millones en oro. El día 15 de agosto desembarca en Génova con su corte y 13.000 españoles como escolta, la mitad de los cuales queda en Lombardía con dos maestres de campo: Juan de Mercado y un tal Rivera. El resto marcha a Florencia al mando de Pedro Vélez de Guevara. Allí se les une la bandera de Grado, que había quedado subsistente tras la desmovilización del ejército de Calabria.

Leyva le sale a recibir en Plasencia el 6 de septiembre. El 13 Leyva regresa a Lardizago, donde ejecuta al capitán Zamudio por traición.

De allí parte a cercar Pavía, no sin antes sufrir un accidente que cuesta 200 muertos al explosionar unos depósitos de pólvora por haber entrado en ellos unos arcabuceros con sus mechas encendidas. Una vez tomada esta plaza, expulsados los venecianos y pacificada toda Lombardía, Leyva entrega el ejército a Pedro Vélez de Guevara para que lo lleve a Florencia.

Mientras, el emperador sale de Plasencia y llega a Bolonia el 5 de noviembre, tas pasar por Parma, Reco y Módena. Allí le espera el papa Clemente VII y toda la nobleza local.

El día de Navidad los florentinos envían cuatro banderas a Lastra, para bloquear el avituallamiento del virrey. Este toma el castillo a sangre y fuego al rechazar la rendición.

1530

El 15 de enero llega Pedro Vélez de Guevara con su ejército a Florencia: 3.500 españoles, 2.000 alemanes, 200 lanzas y 100 caballos ligeros.

El 24 de febrero Carlos es coronado emperador en Bolonia, asistiendo a la ceremonia el virrey y el marqués del Vasto. Para prevenir incidentes, Leyva ordena formar escuadrones a todo su ejército. El duque de Milán solicita el perdón al emperador, que este le concede a cambio de 900.000 florines de oro a pagar en diez años.

Después, Carlos nombra varios altos cargos, entre ellos al nuevo gobernador de Milán, Caracciolo y su castellano Juan Mercado, con 300 españoles de Leyva. Envía a Siena a Lope de Soria con una compañía; a Como, Lorenzo Manuel con 600 españoles; a Módena, Pedro Zapata de Cárdenas con una compañía; a Génova, el comendador Figueroa. En lugar de arrasar Florencia, ordena al virrey que contemporice hasta que los Médici y los Strozzi solventen sus diferencias, para no desagraviar al papa.

El 22 de marzo, el emperador deja Bolonia y se dirige a Mantua, donde es agasajado por el marqués, a quien concede el título de duque por sus servicios. De aquí parte hacia Alemania y Flandes, no sin antes ordenar al virrey que envíe una fuerza a Hungría para socorrer a Fernando contra los turcos y los venecianos de Luis Griti. Aquel nombra a ocho capitanes, pero la tropa se niega a cambiar las perspectivas del rico botín en Florencia por una aventura incierta en tierra tan lejana. Para evitar el motín, el virrey decide expulsarlos del campo, instalándose en la campiña toscana. Allí les visita periódicamente el maestre Guevara para llevarles víveres y pagas.

A primeros de mayo, el virrey envía a la coronelía de Marramaldo y al capitán Diego Sarmiento con la gente española que había llegado de Lombardía contra Empoli, donde algunos enemigos hostigaban al ejército. Como se niegan a rendirse, la plaza es tomada al asalto, falleciendo el capitán Francisco de Ávila. Allí queda Sarmiento como gobernador con un pequeño destacamento. El resto parte con Vasto a rendir Volterra, donde muere Sarmiento durante una visita. El asedio no tiene éxito y Vasto regresa a Nápoles, tras ordenar al capitán Rodrigo Machicao que vaya a Florencia. El maestre de campo Vargas se opone por quedar la fuerza muy mermada, pero enterado el virrey ordena levantar el cerco y reunir a toda la fuerza en Florencia. La gente de armas y la coronelía de Marramaldo quedan en Pistoria para asegurar el abastecimiento.

Estando de guardia en una abadía cercana a Florencia, los alemanes sufren un asalto por parte de los florentinos, que fueron masacrados con ayuda española. El 1 de agosto, el virrey Orange llama a todos sus coroneles y capitanes y les avisa de que un florentino llamado Francesco Ferrucci viene con 3.000 hombres a socorrer la ciudad. El virrey sale a su encuentro en Gavinana pero muere de dos disparos. En esto llegan Marramaldo con su tropa y Guevara con 200 españoles de los despedidos por no querer ir a Hungría. Rescatan el cadáver, apresan a Ferrucci y lo decapitan.

Enterado el emperador, nombra al duque de Mantua como nuevo general en jefe, este propone a su hermano Hernando Gonzaga como teniente y este, a su vez, al duque de Malfa (¿Melfi?) como gobernador del campo en tanto Vasto estuviese en Nápoles. Pocos días después se rinde Florencia con la promesa del papa de respetar su república, pero traman una masacre contra los españoles, ya que los consideran invasores.

Un día los 14.000 italianos se lanzan contra los 3.000 españoles que guarnecen la ciudad (había otros 3.000 entre las guarniciones y los despedidos), permaneciendo neutrales los alemanes. Pero cuando ven a los españoles acorralados y superados en número, se ponen de su parte, coincidiendo con el regreso de los españoles desmandados. Algunos florentinos aprovechan para sacar artillería y dispararle a los españoles, lo que indigna al resto de ciudadanos pues supone violar el tratado. Tres días después se firma la paz entre ambos bandos, los italianos reciben dos pagas y son despedidos. Gonzaga establece una corte marcial y decapita a los florentinos que se habían unido a la revuelta, tras lo cual quedó Florencia destruida y empobrecida.

El 30 de septiembre se despide también a los alemanes tras darles otras dos pagas. Los hombres de armas regresan a Nápoles y la infantería se aloja en Lusignano. La población se niega a darles sustento y prepara una emboscada, por lo que Gonzaga envía al maestre Juan de Vargas con tres banderas españolas. El muro resulta inexpugnable a la batería, pero un soldado llamado Somoza consigue colarse por una ventana tan estrecha que estaba desguarnecida. Tras él entran otros soldados del capitán Bocanegra, que mataron 200 ciudadanos y rinden la ciudad. El 15 de octubre el ejército abandona Luignano excepto tres banderas que quedan en guarnición.

1531

El 2 de enero se produce un motín en Siena entre los partidarios y enemigos del emperador. Gonzaga intenta mediar, pero los sieneses llaman en su auxilio a 3.000 corsos. Juan de Vargas es enviado a la costa de la Romaña con una parte de la infantería española y los caballos ligeros para evitar que desembarquen.

El 23 de febrero el emperador ordena a Mercado restituir la roca al duque de Milán, y un mes después ordena a Lorenzo Manuel restituir Como, quedando Leyva en Monza por voluntad del duque. Pero este pretende acabar con el castellano de Mus y ataca Como con Alejandro Gonzaga y 1.000 hombres, en tanto contrata otros 10.000 grisones y 5.000 suizos que llegaron ocho días después. El de Mus advierte a los 600 españoles de la celada y les promete ayuda. Estos se hacen fuertes en Morbegno, plaza de los grisones. Aunque matan a muchos de ellos, la inferioridad numérica era aplastante, por lo que los españoles abandonan la plaza y se embarcan en el lago hacia Mus. El castellano se niega a acogerlos, por lo que marchan a Rímini, en la Romaña, donde se encontraba el emperador. El duque de Milán se apodera de muchos territorios, por lo que el de Mus pide ayuda a Leyva, quien envía a Césaro de Nápoles. Este toma Lecco y Corsin de Sant Ángel. Los grisones les cercan hasta febrero de 1532, cuando el castellano pacta con el duque la entrega de sus tierras y se retira a Saboya como marqués de Marignan.

El 7 de abril llega a Siena procedente de Nápoles el marqués del Vasto como general y teniente del emperador en Italia, pasando Gonzaga a Mantua. Vasto decapita al capitán Fernando Montaner[2], paga al ejército y luego ordena la vuelta a Lombardía, el 17 de abril. El maestre Guevara queda en Siena con 500 españoles para asegurar la toma de posesión como gobernador del duque de Malfa, que residía en Nápoles. Juan de Vargas se adelanta al puente de Valiano para impedir el paso de soldados y bestias. Al día siguiente, domingo, Vasto ordena formar dos escuadrones en Perugia para distraer a la gente. De allí parten hacia Asís.

El lunes 1 de mayo el marqués toma muestra general a la infantería y jinetes, despidiendo a 10 capitanes con 1.000 hombres. Estos se resisten a abandonar el campo y recurren ante Machicao, a quien Vasto había nombrado maestre de campo mientras Vargas continuaba ausente[3]. Aquel consigue reenganchar a muchos en las compañías supervivientes, pero el resto tiene que partir hacia España. El ejército marcha entonces hacia Rímini.

El 24 de mayo Vasto pasa muestra a los soldados que habían salido de Milán y Como tras servir al castellano de Mus. A los capitanes les dice que la tropa debe darse por pagada y que solo permanecerán en activo 6.000 infantes por orden del emperador. Encomienda a los capitanes seleccionar a los mejores de cada compañía y despedir al resto, lo que provoca muchas protestas. El 2 de junio embarca hacia Nápoles a 400 de los excedentes al mando de un capitán. Al día siguiente se recibe una carta del cardenal Colonna en la que le avisa de una amenaza turca y le solicita 1.000 hombres, pero Vasto no los envía por parecerle suficiente con los salidos el día anterior.

El 4 de junio Guevara parte desde Siena hacia Alemania reclamado por el emperador, dejando sus compañías al alférez Martín Alonso de los Ríos a la espera de que llegase Malfa a finales de mes. El 13 de junio se pasa muestra general. La fuerza se había reforzado con las antiguas guarniciones de los castillos de Milán y Como, quedando organizada la unidad sobre el pie de 25 banderas de 250 efectivos cada una. Se paga a los hombres y se emprende la marcha hacia Bolonia, Módena, Ferrara y Mantua, al mando de Rodrigo Machicao.

El 8 de octubre se les une la compañía de Pedro Zapata de Cárdenas que guarnecía Módena, entregada al duque de Ferrara. El 20 de diciembre el ejército se reparte entre Milán y Ferrara para pasar el invierno.

A comienzos de 1532, Carlos I ordenó su marcha hacia Viena para intervenir en la primera guerra Habsburgo-Otomana.

Notas

  1. Puede ser el Felipe anterior.
  2. Cerezeda no especifica el motivo.
  3. Esto parece indicar que el primer maestre de campo del primer tercio es Machicao y no Vargas, salvo que tengamos en cuenta que algunas de esas compañía ya existían en tiempos de Juan de Urbina, por lo que podríamos remontar su antigüedad hasta 1521