Diferencia entre revisiones de «Empleos del siglo XVII»

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En su práctica totalidad estos mandos son dignidades otorgadas a personas afines a la Corte, bien sea por nobleza o por puro favoritismo. Salvo honrosas excepciones, el generalato no había pasado por los empleos inferiores, lo que sin duda favorece su inexperiencia e ineficacia ante situaciones críticas.<br />
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En su práctica totalidad estos mandos son dignidades otorgadas a personas afines a la Corte, bien sea por [[nobleza]] o por puro favoritismo. Salvo honrosas excepciones, el generalato no había pasado por los empleos inferiores, lo que sin duda favorece su inexperiencia e ineficacia ante situaciones críticas.<br />
 
Aunque con anterioridad a Felipe V, nunca existió una reglamentación sobre uniformidad, la mayoría de los retratos nos muestran a los oficiales con una faja de color rojo y a los generales con una banda y una bengala. Este objeto, parecido a un bastón corto, procede del escítalo que ostentaba el jefe supremo del Ejército lacedemonio (espartano) y que posteriormente se extendió al resto del generalato.<br />
 
Aunque con anterioridad a Felipe V, nunca existió una reglamentación sobre uniformidad, la mayoría de los retratos nos muestran a los oficiales con una faja de color rojo y a los generales con una banda y una bengala. Este objeto, parecido a un bastón corto, procede del escítalo que ostentaba el jefe supremo del Ejército lacedemonio (espartano) y que posteriormente se extendió al resto del generalato.<br />
 
En la primera mitad del siglo XVI, antes de la aparición de los tercios, el comisario general era el responsable de formar al ejército en batalla (lo que luego fue responsabilidad del maestre de campo general), e incluso le incumbía a él la decisión sobre si darla o no, a consulta del capitán general; pero su voto entonces era independiente y ejecutivo. Si creía que no debía darse la batalla porque el terreno no era favorable o por cualquier otra razón, el capitán general no podía darla. Por ejemplo, la famosa batalla de Bicoca, en abril de 1622, donde la temible infantería suiza fue completamente deshecha, estuvo a punto de no darse porque el comisario general no se decidió hasta el último instante.<br />
 
En la primera mitad del siglo XVI, antes de la aparición de los tercios, el comisario general era el responsable de formar al ejército en batalla (lo que luego fue responsabilidad del maestre de campo general), e incluso le incumbía a él la decisión sobre si darla o no, a consulta del capitán general; pero su voto entonces era independiente y ejecutivo. Si creía que no debía darse la batalla porque el terreno no era favorable o por cualquier otra razón, el capitán general no podía darla. Por ejemplo, la famosa batalla de Bicoca, en abril de 1622, donde la temible infantería suiza fue completamente deshecha, estuvo a punto de no darse porque el comisario general no se decidió hasta el último instante.<br />

Revisión del 19:49 30 mar 2017

Felipe III

En 1603 se instituye el cargo de Comisario General.

Felipe IV

En 1635 se crea el empleo de cabo, después llamado comisario, al que se le encomienda el mando de un trozo.
Cuando en 1649 se crean los primeros tercios, se ponen bajo el mando de un maestre de campo.
Sotto yerra en decir que el grado de brigadier data de 1668, ya que no entró en nuestra organización militar hasta 1701. Sin embargo, en 1668 apareció una graduación militar nueva que tenía algunas concomitancias con el futuro brigadier: el sargento general de batalla.

Carlos II

Generales

Al comenzar el reinado existían en España los siguientes empleos de general:

  • Capitán General
  • Maestre de Campo
  • General de la caballería
  • General de la artillería
  • General de batalla
  • Teniente general de la caballería

En su práctica totalidad estos mandos son dignidades otorgadas a personas afines a la Corte, bien sea por nobleza o por puro favoritismo. Salvo honrosas excepciones, el generalato no había pasado por los empleos inferiores, lo que sin duda favorece su inexperiencia e ineficacia ante situaciones críticas.
Aunque con anterioridad a Felipe V, nunca existió una reglamentación sobre uniformidad, la mayoría de los retratos nos muestran a los oficiales con una faja de color rojo y a los generales con una banda y una bengala. Este objeto, parecido a un bastón corto, procede del escítalo que ostentaba el jefe supremo del Ejército lacedemonio (espartano) y que posteriormente se extendió al resto del generalato.
En la primera mitad del siglo XVI, antes de la aparición de los tercios, el comisario general era el responsable de formar al ejército en batalla (lo que luego fue responsabilidad del maestre de campo general), e incluso le incumbía a él la decisión sobre si darla o no, a consulta del capitán general; pero su voto entonces era independiente y ejecutivo. Si creía que no debía darse la batalla porque el terreno no era favorable o por cualquier otra razón, el capitán general no podía darla. Por ejemplo, la famosa batalla de Bicoca, en abril de 1622, donde la temible infantería suiza fue completamente deshecha, estuvo a punto de no darse porque el comisario general no se decidió hasta el último instante.
Las funciones y competencias del comisario general fueron cambiando con el tiempo, pero incluso no parecen haber seguido la misma evolución en Flandes que en Italia, donde el cargo parece haber mantenido mayores prerrogativas en relación con los suministros para el Ejército (como los commis franceses). Queda claro, no obstante, sobre todo por los escritos de Giorgio Basta, que hacia finales del siglo XVI, y en Flandes, dichas competencias eran muy amplias en la caballería, aunque subordinadas al capitán general de la misma. Pero a lo largo del siglo XVII, fueron perdiéndolas en favor de los tenientes generales, que al principio no eran sino ayudantes (tenientes de capitán general).
El último registro disponible sobre el cargo de comisario general de la caballería de Flandes data de 1667, siéndolo Luis Cayro. Después, en 1668, se habla ya de jefes de la caballería (barón de Lombecq, monsieur de Louvignies, barón de Rocca, marqués de Risbourg) y luego... nada. La cadena de mando de los tenientes generales de la caballería de Flandes, permite conocer que fueron 2 desde 1636 hasta 1694, en que ya aparecen 3.
El asunto tiene además otra componente de enrevesamiento, pues en España, cuando se forman los trozos, se titulan comisarios generales a los mandos de ellos, apareciendo el cargo de teniente general de la caballería en la plana mayor del Ejército, de la cual acabaron siendo desplazados los comisarios pese a su mayor antigüedad en ellas (donde fueron anteriores a los maestres de campo generales) y haber ingresado en la misma con las altas funciones que hemos visto.

Oficiales

Desde las ordenanzas promulgadas por Felipe IV el 28 de junio de 1632, los tercios eran mandados por un maestre de campo, mientras que los trozos lo eran por un comisario. Ambos cargos, a diferencia del generalato, se escogían entre los militares "de carrera", debiendo acreditar un mínimo de 6 años al mando de una compañía si se era noble u 8 en caso contrario. Los regimientos alemanes al servicio de la Corona eran mandados por un coronel.
El sargento mayor era elegido por el general en jefe entre los capitanes más antiguos. Aunque no tenía mando directo sobre las tropas, era el responsable del abastecimiento y de vigilar a los soldados para evitar los abusos que pudieran cometerse contra la población civil.
Ocasionalmente podía nombrarse en algunas unidades un teniente de maestre de campo o un ayudante, cargos desempeñados por los capitanes más antiguos en ausencia del jefe de las mismas.
El capitán era el jefe de cada una de las compañías que componían un tercio o trozo. Se elegía entre la tropa y oficiales subalternos que hubiesen prestado un mínimo de 10 años de servicios efectivos como soldado aventajado, o bien 6 en caso de haber sido alférez durante un mínimo de 3. A los de origen noble les bastaba con 5 años de servicio.
El alférez era designado por el capitán, bien entre los sargentos más antiguos o entre los soldados que llevasen en filas 6 años efectivos. Este periodo podía reducirse a 4 en caso de haber intervenido en alguna guerra y a 2 en caso de origen noble. Cuando el capitán se encontraba ausente, ocupaba su puesto el alférez más antiguo, que pasaba a denominarse lugarteniente.

Tropa

En este periodo los suboficiales se consideraban parte de la tropa, siendo el más antiguo el sargento. Para este empleo el capitán de cada compañía seleccionaba de entre los cabos más antiguos a los más idóneos por sus dotes de mando o su grado de confianza. De similar forma se elegían a los cabos de escuadra entre los soldados más veteranos.
Finalmente los soldados eran profesionales y, en algunos casos, mercenarios. Con ocasión de conflictos armados, como en la Guerra de Sucesión, podían levarse nuevas unidades o completarse las existentes con reclutas, pero inmediatamente éstos comenzaban a percibir una paga completa. En cualquier caso, dadas las escasas salidas profesionales que ofrecía la sociedad de la Edad Moderna para aquellos que no tuvieran preparación artesanal, se dedicaran al comercio o a la agricultura, nunca faltaban voluntarios. La Milicia era entendida como una buena salida a la penuria, pues permitía amasar pequeñas fortunas con las que retirarse al final de las campañas. Eso contando, claro está, con que las pagas llegasen puntualmente.

Referencias