Diferencia entre revisiones de «Segunda campaña de Saboya»

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Francisco I avanza hacia el Rosellón con 24.000 alemanes, 8.000 gascones, 8.000 franceses, 7.000 italianos, 12.000 suizos, 5.000 caballos y muchos nobles y aventureros. Al mismo tiempo, ordena al duque de Cleves que haga la guerra en Flandes (desgraciadamente, Cerezeda omite todo lo relacionado con este frente, adonde fue destinado, precisamente, su antiguo tercio de Sicilia).
 
Francisco I avanza hacia el Rosellón con 24.000 alemanes, 8.000 gascones, 8.000 franceses, 7.000 italianos, 12.000 suizos, 5.000 caballos y muchos nobles y aventureros. Al mismo tiempo, ordena al duque de Cleves que haga la guerra en Flandes (desgraciadamente, Cerezeda omite todo lo relacionado con este frente, adonde fue destinado, precisamente, su antiguo tercio de Sicilia).
  
Carlos ordena al virrey de Sicilia que envíe a Álvaro de Sande con 10 banderas a España, a Juan Jacobo de Médici, marqués de Marignano, que envíe a 3.000 italianos a Hungría y al duque de Alba que defienda el Rosellón. Para eso, envía al maestre de campo Juan Cervellón a Perpiñán con 5.000 infantes, y a Luis Pizaño a reparar la fortaleza de Gerona y reforzarla con otros 20 cañones.
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Carlos ordena al virrey de Sicilia que envíe a Álvaro de Sande con 10 banderas a España, a Juan Jacobo de Médici, marqués de Marignano, que envíe a 3.000 italianos a Hungría y al duque de Alba que defienda el Rosellón. Para eso, envía al maestre de campo Juan Cerbellón a Perpiñán con 5.000 infantes, y a Luis Pizaño a reparar la fortaleza de Gerona y reforzarla con otros 20 cañones.
  
 
La vanguardia francesa, al mando del Delfín, topa en el paso de Pertús con las 6 banderas del conde de Perelada. Después se estrella contra otros 2.000 hombres de Luis Nicarde. El delfín ordena plantar batería a la ciudad de Perpiñán, de donde salen los capitanes Machuca y Becerra con 200 hombres para clavarle la artillería.
 
La vanguardia francesa, al mando del Delfín, topa en el paso de Pertús con las 6 banderas del conde de Perelada. Después se estrella contra otros 2.000 hombres de Luis Nicarde. El delfín ordena plantar batería a la ciudad de Perpiñán, de donde salen los capitanes Machuca y Becerra con 200 hombres para clavarle la artillería.

Revisión del 17:37 18 jun 2018

1542

La tregua de Niza no había acabado con las apetencias territoriales de Francisco I en Lombardía, por lo que se alía con Solimán el Magnífico. La correspondencia secreta entre ambos es descubierta, lo que pone en alerta al ejército de Italia.

El 28 de mayo, el marqués del Vasto ordena al capitán San Miguel y al alférez del conde de la Novelara que dejen Vercelli a una guarnición alemana y se reúnan en Cherasco con Prado (Lombardía). Este transporta dos cañones desde Asti y llega a Cherasco el 5 de junio. Al día siguiente sale con el capitán Morales a recoger las restantes banderas de su tercio[1], y parte para guarnecer la importante plaza de Ivrea (en la frontera entre el Piamonte y la Saboya francesa).

Al mismo tiempo, ordena al conde Juan Bautista Lodron que reclute 10.000 alemanes (18 banderas) y a sus coroneles italianos que levantasen 4.000 infantes y toda la caballería disponible. Se les unen el coronel Julián Cesarino, con 7 banderas de infantería y 100 jinetes romanos. Hecho esto envía una carta al emperador dándole novedades, pero recibe órdenes de este de no ser él quien rompa la tregua.

Francisco I avanza hacia el Rosellón con 24.000 alemanes, 8.000 gascones, 8.000 franceses, 7.000 italianos, 12.000 suizos, 5.000 caballos y muchos nobles y aventureros. Al mismo tiempo, ordena al duque de Cleves que haga la guerra en Flandes (desgraciadamente, Cerezeda omite todo lo relacionado con este frente, adonde fue destinado, precisamente, su antiguo tercio de Sicilia).

Carlos ordena al virrey de Sicilia que envíe a Álvaro de Sande con 10 banderas a España, a Juan Jacobo de Médici, marqués de Marignano, que envíe a 3.000 italianos a Hungría y al duque de Alba que defienda el Rosellón. Para eso, envía al maestre de campo Juan Cerbellón a Perpiñán con 5.000 infantes, y a Luis Pizaño a reparar la fortaleza de Gerona y reforzarla con otros 20 cañones.

La vanguardia francesa, al mando del Delfín, topa en el paso de Pertús con las 6 banderas del conde de Perelada. Después se estrella contra otros 2.000 hombres de Luis Nicarde. El delfín ordena plantar batería a la ciudad de Perpiñán, de donde salen los capitanes Machuca y Becerra con 200 hombres para clavarle la artillería.

Simultáneamente, el rey de Romanos consigue derrotar al gran Turco con un ejército de 6.000 lanzas, 4.000 jinetes húngaros, 20.000 infantes alemanes y los 6.000 italianos enviados por el emperador y el Papa. Al conocer la noticia, Francisco ordena al delfín que se retire hasta Narbona.

Por su parte, el 24 de agosto el señor de Lange envía 2.000 hombres a tomar Cherasco y al conde Benibelo a tomar Alba. La primera plaza estaba guarnecida por 600 italianos al mando del coronel Jerónimo del Sangüe quien la rinde a los franceses antes de que le lleguen refuerzos. En cambio, el duque de Mantua consigue rechazarlos de Alba.

Vasto alerta a sus tres tercios de que la guerra ya ha comenzado: Prado en Chieri (Lombardía II), Vargas en Felican (Túnez) y Morales en Ivrea (Hungría)[2]. Los dos primeros plantan sitio a Villanova de Asti, donde Prado resulta herido en la cabeza por un arcabuz. Los españoles se emplean con saña y matan a toda la guarnición, tras lo que queda Vargas en la plaza y el tercio de Prado se retira a Chieri, donde sufren una plaga de langosta que arruina la cosecha.

El 16 de septiembre llega Vasto a esta plaza y, reuniendo cinco banderas de Prado con dos italianas de Césaro de Nápoles toma Chivasso y Castellon para interrumpir el tránsito de vituallas al ejército francés. El 24 de septiembre regresa Vasto a Chieri, donde convoca a los tres tercios españoles y a la coronelía italiana, excepto aquellas compañías que guarnecen determinadas fortalezas. Al mando de Antonio de Aragón las envía hacia Turín. Sin embargo, la guarnición francesa ya está sobre las armas, por lo que desisten de sus propósitos y se retiran sobre Cambia. Cuando llegan, es incendiada por su guarnición francesa y saqueada por los españoles. Desde allí, marchan contra Carignan, Carmagnola, Orfanella y Mambaruce. Todos los soldados que habían sido vasallos del emperador o del duque de Saboya son ejecutados, mientras que los franceses son liberados previo pago del rescate.

Teniendo noticias Vasto de que un gran ejército francés se aproxima desde Narbona, ordena que la compañía de arcabuceros de Ramón Cardona (Lombardía), la de Pedro Valenciano (Túnez) y otra de alemanes guarnezcan Alba, y él se traslada con su guardia a Casale Monferrato. El coronel alemán Félix de Arcos y los capitanes de jinetes Juan Calderón, Pedro de Alaerva y Silva van a Chieri.

Crístóbal Morales y 4 de sus banderas vuelven a Ivrea, donde releva al capitán Mendoza junto a otra de alemanes parte a Gulpián para reforzar a Césaro. Así mismo ordena destruir los muros de aquellas fortalezas que no pueden ser defendidas. Prado se compromete a guardar Chieri a toda costa, como así hace el 1 de diciembre. Coni también resiste varias embestidas francesas, pese a que su guarnición española es más reducida.

El 7 de diciembre, el general Aninbau decide tomar Coni con 18.000 infantes, 1.500 caballos y 15 cañones. Como para ello abandonan Fossano, Luis Pérez de Vargas envía a tomarla al capitán Mardones con 300 arcabuceros, con orden de intentar reforzar Coni con 100 de ellos. Aninbau da batería y batalla a Coni, pero no puede tomarla ni impedir que entren refuerzos.

Una vez asegurada Chieri, Prado (Lombardía II) decide tomar Avillon para protegerla de una banda de forajidos que habían sido expulsados del ejército francés. Allí resulta herido de muerte el 12 de diciembre. Vasto entrega la compañía a su sobrino, Pedro González de Prado, y el mando del tercio a Sebastián de San Miguel.

Vasto ordena a Vargas (Túnez) que defienda Gavian antes de que la tomen los franceses, para lo que le refuerza sus cinco banderas con otras tres de Chieri y con los caballos ligeros de Pirro Colonna. Allí se les unen el tercio de Morales y la coronelía de Césaro de Nápoles, por lo que deciden expulsar de Chivas a los franceses. El triunfo es completo y provoca la rendición de varias villas cercanas.

1543

El marqués del Vasto decide arrebatar Turín a los franceses pero, como está muy bien guarnecida, decide emplear una treta: unos soldados deben entrar ocultos en unos carros cargados de heno y abrir las puertas. Varias compañías les escoltan hasta una distancia prudencial de la ciudad, y el resto de los tercios les siguen a mayor distancia para no delatarlos. Pese a la bravura que demuestran los hombres del capitán Juan de Guevara, el ardid fracasa por la incompetencia de los encamisados, muriendo los capitanes Antonio de Ferrera y Juan de la Isla el 11 de febrero.

Al día siguiente llega a Ceva el tercio de Sande con las 9 compañías que habían ido desde Sicilia a Cataluña para el socorro de Perpiñán. El general francés Botier decide tomar Chieri, aprovechando que el tercio que lo guarnece se ha acercado hasta Turín. Allí queda San Miguel tras la muerte de Prado.

Entre tanto, Carlos I levanta 3.000 infantes para pasar a Flandes y ordena a Alba y Pizaño que refuercen la frontera catalana. Desembarca en Génova el 25 de mayo, escoltado por tres compañías de infantería española y muchos caballeros. Desde allí parte a Milán y Cremona, donde recibe al papa. Este le promete 5.000 infantes para la guerra en Hungría.

El 27 de junio parte hacia Alemania con las banderas de Sande y Vargas (4.000), los italianos de Antonio Doria y Camilo Colonna (4.000), 800 jinetes del conde de Ferrara, todos ellos al mando del virrey de Sicilia Hernando de Gonzaga.

El general Botier aprovecha su partida para intentar tomar Ceba, adonde Vasto envía al duque de Malfa con toda su caballería (Jerónimo de Siloa, Saavedra, Zapanda, Pedro de Ayerbe, Juan Calderón), algunos arcabuceros españoles y 1.500 alemanes. La carga de la caballería pone en fuga a los franceses, frustrando sus intenciones y obligándoles a refugiarse en Andesana.

Contra ellos envía Pirro Colonna a 600 españoles de las banderas que mandaba Vargas (el resto iba camino de Flandes), a tres compañías que tenía San Miguel en Chieri, a los italianos del conde Félix de Arcos (600), a la artillería del capitán Gonzalo Hernández y a la caballería ligera el 8 de julio. Los franceses contraatacan con 12 banderas de infantería y 400 jinetes al mando de Juan de Turín, pero son rechazados y se retiran a Cambia perseguidos por Pirro.

Enterado de lo sucedido el marqués del Vasto, que tenía su cuartel general en Monferrato, ordena a Césaro de Nápoles y al coronel Ludovico Bistarion que tomen 7 banderas italianas y los caballos ligeros y se reúnan con Pirro. Ante el temor de perder toda la artillería, los franceses se retiran a Carignan. Pirro ordena a San Miguel que tome varias fortalezas francesas y, al mando del resto del ejército pone sitio a Andesana, que se rinde en cuanto recibe las primeras descargas de artillería. La codicia de los soldados de las tres naciones provoca que la villa arda por completo el 14 de julio.

El 18 salen de Chieri las 7 banderas españolas, dejando la guardia a las 7 italianas de Bistarino. Los 600 rezagados del tercio de Vargas se reparten entre los capitanes Acuña, Quijada y Quevedo. El 2 de agosto se pasa muestra en Isca, cuyo castillo ha sido abrasado por el propio conde para que no lo tomara Césaro. El 17 de agosto salen de San Jorge Canabes Pirro Colonna, Césaro y el conde Félix de Arcos con 10 banderas españolas, 3 alemanas, 2 italianas, la caballería y 6 cañones. Desde allí se dirigen a Chivas, que está muy bien guarnecida.

Entre tanto, el 6 de agosto Barbarroja ha reunido una gran flota de turcos y corsarios y desembarca en Villafranca un ejército de 8.000 provenzales e italianos al mando del duque de Enguien, quien inmediatamente cerca Niza. Tras un intenso bombardeo por mar y tierra, la plaza se rinde el 18 de agosto, no así su castillo, defendido por 400 soldados al mando del prior de Lombardía. Para vencer su resistencia, es bombardeado desde la propia ciudad.

Vasto ofrece al coronel italiano Jerónimo del Sangue que recupere Niza como compensación por su pésima actuación en Cherasco, lo que este acepta agradecido, para lo que le entrega 5.000 infantes italianos, pero fracasará en su intento. Luego ordena reunir a todo su ejército el 26 de agosto. El 1 de septiembre sale de Asti hacia Ceva, acompañado por el duque de Saboya, dejando en la guarnición a los enfermos, mujeres y bagajes. El 9 sale Vasto con los españoles en la vanguardia y el 10 Saboya con los alemanes e italianos, llegando a Albenga el 18. Allí llega la flota de Giovanni Doria con las 5 banderas españolas (1.500) que habían participado en las jornadas de Orán y Tremecén al mando del maestre Santillana[3].

Al verles aproximarse, Barbarroja teme que le derroten en tierra y capturen su flota a falta de infantería que la proteja. Enguien ordena retirar la artillería, prender fuego a la tierra y reembarcar a su infantería. El duque de Saboya asume el mando del ejército y toma las plazas fuertes de Mondivi y Asti, en el Piamonte. En esta acción participan los maestres de campo Cardona (Hungría) y San Miguel (Lombardía), que resulta herido, como también los capitanes Guevara, Bracamonte y Godoy, así como muchos otros oficiales.

Desde allí, Vasto envía a Pirro Colonna, San Miguel con sus nueve banderas, y Césaro con las italianas sobre Rocca, Carignan, Carmagnola, Racconigi y otras plazas tomadas por los franceses. El 18 de noviembre, Cardona (Hungría) se acuartela en Carmagnola y San Miguel (Lombardía II) en Carignan, donde se levanta una formidable fortaleza.

El general francés Botier informa al rey de los avances españoles, enviándole 12.000 franceses, 4.000 suizos, 250 lanzas y 400 jinetes. Con estos refuerzos el 13 de diciembre recupera Racconigi, Carmagnola y otras villas cercanas a Carignan. De todas ellas se retiran Cardona y Césaro para no verse en inferioridad.

1544

El 4 de enero los franceses ponen sitio a Carignan, pero el asalto inicial es rechazado. Sale en su persecución el capitán de caballería Figueroa, que es abatido. Al enterarse Vasto de la noticia, entrega su compañía a su propio maestresala, Andrés de Rivera.

Los franceses se retiran entonces a Crescentino, defendida por el conde de Gavia. Este se rinde antes de que se inicie la batería, por lo que es arrestado por Vasto. Los invasores toman todo el Piamonte occidental, obligando a Vasto a cruzar el río Sesia y replegarse hasta Novara. Allí recibe como refuerzo la compañía de Álvaro de Luna, hijo homónimo del alcaide de Milán. Creyendo que Vasto no se habría alojado en Novara sin protección, el general francés Botier decide sitiar Ivrea, guarnecida por el maestre de campo Morales[4]. Le planta la batería pero no se decide a presentar batalla, pues calcula que le harían muchas bajas.

Llega entonces de Francia Francisco de Borbón, conde de Enguien, como nuevo virrey del Piamonte y capitán general del ejército francés. Este ordena a Botier que levante el sitio de Ivrea, refuerce las fortalezas que ya tiene en su poder y se repliegue sobre Turín.

El 26 de enero sale San Miguel de Carignan con una bandera de españoles y dos de alemanes a proveerse de ganado y vituallas. La carestía era tan grande que a finales de febrero ordena salir a toda la población civil de la plaza. Enterado de esto Vasto, ordena al gobernador de Fossano que les suministre una treintena de bueyes, para lo que envía al señor de la Trinidad y varios jinetes, quienes con grave riesgo lo consiguen.

Para impedir nuevos suministros, el 10 de marzo Enguien ordena tomar y fortificar Estalon, donde deja como guarnición algunas banderas de bisoños recién llegadas de Francia. Por su parte, el 4 de abril Vasto recibe cuatro compañías de infantería española desde Roma (Alonso Osorio, Juan de Viamonte, Cristóbal de Amaya, Pedro de Bretan), 2.000 italianos (Rodolfo Vallon), 7.000 alemanes (Eriprando Madruzzo) y 150 jinetes aportados por el duque de Florencia (Baglioni). A ellos se les unen los 5.000 italianos (príncipe de Salerno), los 1.500 españoles del maestre Cardona, otros 1.000 alemanes (barón de Cisne) los 300 jinetes napolitanos (Felipe de Lannoy, príncipe de Sulmona) y las 200 lanzas lombardas (Carlo Gonzaga). Todos juntos, parten al socorro de Carignan bajo una intensa lluvia.

Enguien les sale al encuentro el 14 de abril y se produce la batalla de Cerisoles, al sur de Turín. Comienza con las escaramuzas entre los arcabuceros franceses y los españoles, mandados estos por el capitán Gutierre Quijada quien se apodera de tres cañones. Juan de Guevara desbarata con sus arcabuceros una carga de la caballería francesa contra el escuadrón italiano. El español avanza y captura la artillería, matando a todos sus oficiales y ahuyentando a la tropa.

La caballería florentina, en cambio, cede ante la francesa y en su huida desbarata al escuadrón alemán, que es masacrado por la francesa, los suizos y los gascones. La caballería española llega ante Cardona y le aconseja replegarse, pero este decide plantar cara antes que morir huyendo. Enguien ordena cargar a su caballería contra ellos, pero sufre muchas bajas. Le ofrece entonces la rendición y, viendo que pronto llegarían los suizos y gascones, Cardona decide aceptar y es capturado. Lo mismo hace Césaro de Nápoles, imposibilitado de cambiar el curso de la batalla. Vasto intenta inicialmente contener la retirada pero, herido como estaba, decide retirarse a Asti.

La batalla se cobra un total de 10.000 vidas, incluyendo 3 coroneles y 22 capitanes (Cerezeda estima que la mayor parte de las bajas eran francesas, pero en realidad fueron alemanas). Muchos oficiales y soldados resultaron heridos, y unos 600 capturados. De estos, 200 consiguieron evadirse a Milán y el resto fue entregado en España tras el pago de su rescate.

Cuando Pirro Colonna, San Miguel y Félix de Arcos ven el humo de la artillería, envían exploradores a informarse y a reclamar suministros, pues la situación en Carignan es ya desesperada. Enardecido por su victoria, Enguien refuerza el sitio y les conmina a rendirse el 1 de mayo, mientras toma varias villas de Monferrato. El 22, el hidalgo Villagómez consigue burlar el bloqueo y trae noticias de Vasto, quien estaba inmovilizado en la Mirandola por 12.000 piamonteses afrancesados. Ese mismo día comienzan a llegar los heridos de la batalla, que cuentan los detalles de lo sucedido a los defensores. Para colmo, en el campo francés aparecen algunos oficiales turcos enviados por Barbarroja.

El 4 de junio, la caballería española e italiana mandada por el príncipe de Salerno masacra a 30 banderas italianas reclutadas por Pedro Strocis cuando querían pasarse al bando francés. Pese a todo, Vasto se ve imposibilitado de socorrer Carignan por lo que el 22 de junio Pirro acepta rendirse con la condición de marchar con todas las armas y banderas, y sin la obligación de tener que volver a España o Alemania, como le había exigido Enguien.

Los supervivientes alemanes forman una columna de a 4 y los españoles otra de a 3, que una vez fuera de la villa se unen en un escuadrón de a 7. Juntos marchan desfilando delante de las tropas francesas, con la arcabucería en vanguardia y retaguardia. Una vez cruzado el Po, despliegan las banderas y tocan los tambores, continuando la marcha durante dos días hasta llegar a Alessandria, donde les recibe Vasto.

Sin darles tiempo a descansar, el marqués envía a San Miguel a tomar Vercelli, que se había pasado al bando francés y hostigaba continuamente a los españoles. La rendición de la plaza con tan escasos hombres y en tan mal estado, hace desistir al resto del ducado de Ferrara de oponerse al emperador.

Pedro Strocis recluta otro contingente en Cremona, con el que intenta llegar al Piamonte. El 30 de julio, los tercios de San Miguel (Lombardía II) y Juan de Guevara[5] intentan cortarle el paso, pero Strocis los evita internándose en los montes de Génova. Allí le hace gran daño la bandera de Mendo de Benavides, con 400 españoles recién llegados de España, impidiéndole llegar a la plaza. Strocis toma Alba, obligando al maestre de campo general Césaro a que sustituya las guarniciones italianas de Asti y Chieri por los tercios de San Miguel y Guevara.

Mientras tanto, Carlos I había pactado con Enrique VIII de Inglaterra un ataque conjunto al norte de Francia. Tras la toma de Chateau Thierry (Champagne) por el emperador, el rey de Francia les ofrece una tregua, la paz de Crépy (18 de septiembre), que duraría hasta que Enrique II retomase las armas en 1551.

Los dos soberanos acuerdan devolverse mutuamente los territorios y plazas ocupadas desde la tregua de Niza de 1536. En consecuencia, el marqués del Vasto paga y licencia a todos los alemanes e italianos, y manda 8 banderas del tercio de Cardona (Hungría)[6] a Monferrato y 4 a Saboya. El tercio de San Miguel (Lombardía II) se reparte entre Siena y Luca.

1545

El tercio de Túnez se reforma en el de Sicilia II en Arlón (Luxemburgo) antes de que este parta hacia Hungría.

Notas

  1. Aquí vuelve Cerezeda a emplear este nombre.
  2. Como había ocurrido en 1536, se recupera la denominación de tercio cuando vuelve a articularse el ejército de Vasto en tres contingentes, si bien ahora están todos en el Piamonte.
  3. Se ignora la procedencia y destino final de este tercio.
  4. Se ignora si se había desdoblado el tercio de Hungría o solo era el castellano de Ivrea
  5. Es probable que asumiera el mando del tercio de forma interina tras la captura de Cardona en Cerissoles.
  6. Se ignora si había sido ya liberado Cardona o es un error de Cerezeda por haber sucedido en Guevara o Arce.