Diferencia entre revisiones de «Conquista de las Azores»

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Los consejeros de Felipe II no son partidarios de ocupar militarmente Terceira, y apuestan por estrangular la economía de la isla trasladando las arribadas de la flota de Indias a San Miguel. Otros advierten que puede convertirse en nido de piratas o base de franceses y apuestan por reducirla cuanto antes a la obediencia real. Al final se opta por esta opción.
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Los consejeros de Felipe II no son partidarios de ocupar militarmente Terceira, y prefieren estrangular la economía de la isla trasladando las arribadas de la flota de Indias a San Miguel. Otros advierten que puede convertirse en nido de piratas o base de franceses y apuestan por reducirla cuanto antes a la obediencia real. Al final se opta por esta opción.
  
El marqués de Santa Cruz apresta en Cádiz una flota, aunque los preparativos se retrasan por un brote de peste. El almirante Juan Martínez de Recalde aporta la escuadra de Vizcaya. Se ordena a la nobleza lusa que contribuya con su propia flota. Se apresta un nuevo ejército con las siguientes unidades:
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Comienza el rey por nombrar a Ambrosio de Aguiar como gobernador de las Azores, y lo envía a la isla de San Miguel escoltado por 2 compañías de infantería a cargo de Lorenzo de Noguera. Pedro Peixoto da Silva aporta naves e infantería portuguesa. Posteriormente llegan 4 naves guipuzcoanas con otros 500 infantes españoles.
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El 10 de julio, el marqués de Santa Cruz sale de Lisboa 30 naves, llevando embarcada la siguiente infantería:
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* Tercio de Figueroa (llamado de la Liga): 1.300;
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* Tercio de Francisco de Bobadilla: 2.000;
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* Tercio de Galeones<ref>Cabrera menciona a Cristóbal de Eraso, pero este es el almirante de la escuadra, no el gobernador del tercio.</ref>: 1.500
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* 500 alemanes.
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Figueroa actúa como maestre de campo general. Les acompañan muchos nobles y aventureros, entre ellos, Pedro de Toledo.
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Los franceses parten de Nantes con 60 velas y 2.500 franceses, al mando de Felipe Strozzi, el conde de Brissac y Antonio de Crato. Llegan a San Miguel el 15 de julio. Noguera intenta impedirles el desembarco, pero es derrotado y muerto, sucediéndole Juan del Castillo. Esa noche, Peixoto abandona la isla en una carabela y se dirige a Lisboa en busca de refuerzos.
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El 23 de julio llega la flota española, con el marqués en vanguardia, Bobadilla a la izquierda, Figueroa a la derecha y Eraso en retaguardia. Como los franceses tienen noticia de que otra flota ha partido de Andalucía, deciden plantearle batalla a la primera antes de que se reúnan. Tras una breve escaramuza, la falta de viento obliga a las flotas a retirarse, marchando los franceses a tierra y los españoles a alta mar. El día de Santiago Bazán se apresta para el combate, pero la nave de Eraso se ha desarbolado, por lo que lo aplaza hasta el 26.
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Los franceses amanecen a barlovento y hacia medio día el galeón San Mateo que transporta a Figueroa se separa de la línea. Los franceses le atacan inmediatamente con 5 galeones. Figueroa acepta el combate y deja que la capitana y la almiranta la aborden por ambas amuras. En ese momento, dispara toda su artillería, provocándoles graves daños. Los arcabuceros españoles barren las cubiertas y, una vez rendida la capitana, abordan la almiranta.
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El marqués suelta la nave de Eraso, que llevaba a remolque y acude en socorro del San Mateo. Cuando llega a su altura, otras naves españolas se le han adelantado y tienen controlada la situación, por lo que ataca a la nave de Strozzi, que se rinde poco después. Viendo capturadas su almiranta y su capitana, el resto de naves franceses que no están trabadas a las españolas se retiran, concluyéndose el combate tras cuatro horas. No se pierde ningún barco español, pero muchos quedan averiados. Se contabilizan 220 muertos y 500 heridos. Los franceses pierden 10 navíos y 3.300 muertos, incluyendo a Strozzi.
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Santa Cruz llega a San Miguel con su armada victoriosa, y recibe la sumisión de los lugareños en nombre del rey. Allí ordena a Bobadilla ejecutar a todos los prisioneros franceses e ingleses acusados de piratería, ya que oficialmente sus naciones están en paz con España. Una vez llegadas a la isla las naves de la India, el marqués las escolta hasta Lisboa, donde es agasajado. Quedan en San Miguel 2.000 españoles al mando de Agustín Íñiguez.
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Crato había huido a Terceira antes de la batalla, y se está ganando mucha impopularidad entre sus propios seguidores, al extorsionarles para obtener dinero y abusar de las lugareñas, ejemplo que imitan sus hombres. Como su ejército supera la capacidad de sostenimiento de la isla, decide partir en 30 naves a la conquista de Madeira y Canaria. Queda por gobernador rebelde de la isla Manoel da Silva Cotiño, con 500 franceses.
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Portugal ya está completamente sometida, por lo que Felipe concentra sus recursos en construir una gran armada con la que señorear el océano, prestar escolta a los convoyes de Indias y expugnar la Terceira. Juan Ruiz de Velasco llega a Lisboa con dos galeazas de 100 cañones fletadas en Nápoles.
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El 11 de diciembre fallece el duque de Alba. El duque de Braganza y el marqués de Villarreal aspiran a sucederle, pero Felipe II tiene otros planes.
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==1583==
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Habiendo muerto también el príncipe Diego, el rey convoca cortes en Portugal el 26 de enero de 1583 para que juren como heredero al príncipe Felipe. Poco después muere el duque de Braganza, y queda por gobernador el archiduque Alberto de Austria. El 11 de febrero parte el monarca hacia España, con gran disgusto de sus partidarios y alegría de sus enemigos, que creen que mientras se mantenga la rebelión de Terceira conseguirán más prebendas. La isla sigue gobernada por Manuel de Silva que, aprovechando el vacío de poder metropolitano, comete toda clase de tropelías. Quedan allí 3.000 soldados portugueses, 700 franceses, una compañía inglesa y 300 piezas de artillería. Todas las playas donde pueden desembarcarse tropas están fortificadas y atrincheradas. Además, Antonio Crato solicita refuerzos a la corte francesa, obteniendo de la reina madre 1.500 hombres al mando del señor de la Xata, caballero de san Juan.
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Al tener noticias de que don Antonio pretende desembarcar en la provincia de entre Duero y Miño, ordena a Hernando de Toledo que apreste un ejército para resistirle. Envía por delante a Luis Enríquez con un tercio de infantería.
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El 15 de julio los franceses desembarcan 2.000 hombres en San Miguel, donde acaba de morir el gobernador Ambrosio de Aguiar. Manda la tropa portuguesa Pedro Peixoto da Silva y a la española, el capitán Lorenzo Noguera.
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Simultáneamente el marqués de Santa Cruz apresta en Cádiz una flota, aunque los preparativos se retrasan por un brote de peste. El almirante Juan Martínez de Recalde aporta la escuadra de Vizcaya. Se ordena a la nobleza lusa que contribuya con su propia flota. Cuando parten de Lisboa el 24 de junio, suman 20 galeras, 2 galeazas y 30 naves gruesas. El ejército consta de 10.000 soldados:
 
* Tercio de Lope de Figueroa: 20 banderas con 3.722 infantes.
 
* Tercio de Lope de Figueroa: 20 banderas con 3.722 infantes.
 
* Tercio de Francisco Arias de Bobadilla: 12 banderas (incluyendo 4 viejas de Flandes) con 2.200 infantes.
 
* Tercio de Francisco Arias de Bobadilla: 12 banderas (incluyendo 4 viejas de Flandes) con 2.200 infantes.
* Tercio de Juan de Sandoval: 11 banderas de Nápoles y Lombardía que habían quedado en los presidios de Lisboa y Oporto, y otras 4 banderas andaluzas, sumando 1.544 infantes.
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* Tercio de Juan de Sandoval: 11 banderas de Nápoles, Sicilia y Lombardía que habían quedado en los presidios portugueses, y otras 4 banderas andaluzas, sumando 1.544 infantes.
* Tercio de Agustín Íñiguez de Zárate: 17 banderas con 2.600 infantes que habían quedado en San Miguel el año anterior.
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* Tercio de Galeones: Cristóbal de Eraso.
* Tercio italiano de Lucio Pignatelli: 3 banderas y 240 infantes.
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* Regimiento alemán del conde Girolamo Lodron: 4 banderas y 1.600 infantes.
* Regimiento alemán del conde Geronimo Lodrone: 4 banderas y 1.500 infantes.
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* Compañías italianas de Lucio Pignatelli y Ludovico Aflitto: 240 infantes.
 
* Compañía portuguesa de Félix de Aragón: 120 infantes
 
* Compañía portuguesa de Félix de Aragón: 120 infantes
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En San Miguel se les une el tercio de Agustín Íñiguez de Zárate: 17 banderas con 2.600 infantes que habían quedado en la isla el año anterior. El 24 de julio llegan a Terceira, cuyos insurrectos rechazan el perdón que el rey les había concedido. Un reconocimiento previo y el contacto con algunos nativos aconsejan desembarcar en el puerto de las Muelas, cercano a San Sebastían, lo que se ejecuta el 26 tras amagar en otras playas para distraer fuerzas enemigas. Estas tienen que guarnecer 30 fuertes muy distantes entre sí.
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Cubiertos por el fuego de las galeras encabezan el desembarco 4.000 hombres de los tercios de Bobadilla e Íñiguez. Defienden el fuerte 200 franceses y portugueses, pero apenas pueden resistir una hora. Al escuchar las campañas pidiendo socorro, Manuel de Silva se dirige con sus hombres a socorrerles, pero llega tarde debido a la distancia y da tiempo a Santa Cruz a ordenar sus escuadrones, por lo que son fácilmente derrotados.
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Los isleños reúnen 1.000 bueyes para intentar repetir la táctica empleada contra Pedro de Valdés, pero Xata se opone porque ahora se enfrentan a tropas veteranas y tomarían a las reses como alimento. Esa noche los rebeldes portugueses abandonan a los franceses y se retiran a las montañas. Silva intenta escapar en una barca, pero es detenido y ejecutado junto a otros líderes sediciosos.
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El ejército español se dirige a Angra, pasando grandes calamidades por el calor y la falta de agua en todo el recorrido. Llegados al lugar, lo saquean durante tres días. No obstante el botín es escaso y solo tiene algo de valor los 3.000 esclavos que se apresan. Xata intenta pactar unas condiciones ventajosas con Pedro de Padilla, a quien había conocido en Malta, pero los soldados no lo permiten y amenazan con cargar por su cuenta contra las posiciones montañosas para exterminarlos. Al final, los primeros aceptan una rendición incondicional el 3 de agosto.
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Pedro de Toledo marcha a someter las islas menores con algunas galeras. En el Fayal, su capitán Antonio Guedez asesina al mensajero, por lo que Toledo le corta las manos antes de ahorcarle. Toda la isla es saqueada a placer.
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Una vez aseguradas todas las Azores, el marqués ordena el regreso de la flota a Cádiz antes de que comience el otoño. Queda allí como guarnición Juan de Urbina con 2.000 españoles.
  
 
==Referencias==
 
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===Notas===
 
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<references />
 
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Revisión actual del 19:16 15 sep 2023

1581

Tras haber sido derrotado y haber huido de Portugal Antonio de Crato, la isla Terceira le mantenía su fidelidad, negándose a jurarla al rey Felipe. Este envía a la isla la flota de Pedro de Valdés, con cartas para su magistrado, pero le ordena que no intente acción militar alguna hasta la llegada del tercio de Lope de Figueroa, que había escoltado a la emperatriz María desde Génova a Lisboa.

Pese a esta orden, Valdés decide tomar la ciudad de Angra con la escasa gente de guerra que lleva embarcada, para así asegurarse la gloria de la conquista, pues una vez desembarcado Figueroa le correspondía a este el mando. Así pues, desembarca el día de Santa Ana (26 de julio) en una playa protegida por algunas piezas de artillería, cuyos sirvientes huyen. Los de Valdés comienzan a hacer reparos que les sirvan para defenderse de un contraataque y para amparar a los isleños realistas que vengan a unírseles. El gobernador acude con 2.000 hombres, amparados por un rebaño de vacas que levanta gran polvareda hasta que se traban con los castellanos. Tras una hora de combate, estos se retiran hasta la orilla, donde les esperan las barcas para llevarlos a las naves. Valdés no dispara su artillería para proteger esta retirada, en la que mueren 400 hombres. Cuantos quedan en la playa son despedazados y llevados a Angra junto a las banderas capturadas. Cuando llega Valdés, es enviado a prisión.

Entretenido con este combate, Valdés no se percata de la llegada a las proximidades de la isla de la flota de la India, a la que los isleños informan de cuanto ha sucedido en su ausencia. Su general, Manuel de Melo, decide permanecer en la isla en lugar de continuar travesía hasta Lisboa, pero son encontrados antes de desembarcar por Figueroa, quien los escolta hasta Lisboa. Esto satisface a Felipe, pues de haber caído en manos de Crato le habrían proporcionado recursos económicos para proseguir la sublevación.

1582

Los consejeros de Felipe II no son partidarios de ocupar militarmente Terceira, y prefieren estrangular la economía de la isla trasladando las arribadas de la flota de Indias a San Miguel. Otros advierten que puede convertirse en nido de piratas o base de franceses y apuestan por reducirla cuanto antes a la obediencia real. Al final se opta por esta opción.

Comienza el rey por nombrar a Ambrosio de Aguiar como gobernador de las Azores, y lo envía a la isla de San Miguel escoltado por 2 compañías de infantería a cargo de Lorenzo de Noguera. Pedro Peixoto da Silva aporta naves e infantería portuguesa. Posteriormente llegan 4 naves guipuzcoanas con otros 500 infantes españoles.

El 10 de julio, el marqués de Santa Cruz sale de Lisboa 30 naves, llevando embarcada la siguiente infantería:

  • Tercio de Figueroa (llamado de la Liga): 1.300;
  • Tercio de Francisco de Bobadilla: 2.000;
  • Tercio de Galeones[1]: 1.500
  • 500 alemanes.

Figueroa actúa como maestre de campo general. Les acompañan muchos nobles y aventureros, entre ellos, Pedro de Toledo.

Los franceses parten de Nantes con 60 velas y 2.500 franceses, al mando de Felipe Strozzi, el conde de Brissac y Antonio de Crato. Llegan a San Miguel el 15 de julio. Noguera intenta impedirles el desembarco, pero es derrotado y muerto, sucediéndole Juan del Castillo. Esa noche, Peixoto abandona la isla en una carabela y se dirige a Lisboa en busca de refuerzos.

El 23 de julio llega la flota española, con el marqués en vanguardia, Bobadilla a la izquierda, Figueroa a la derecha y Eraso en retaguardia. Como los franceses tienen noticia de que otra flota ha partido de Andalucía, deciden plantearle batalla a la primera antes de que se reúnan. Tras una breve escaramuza, la falta de viento obliga a las flotas a retirarse, marchando los franceses a tierra y los españoles a alta mar. El día de Santiago Bazán se apresta para el combate, pero la nave de Eraso se ha desarbolado, por lo que lo aplaza hasta el 26.

Los franceses amanecen a barlovento y hacia medio día el galeón San Mateo que transporta a Figueroa se separa de la línea. Los franceses le atacan inmediatamente con 5 galeones. Figueroa acepta el combate y deja que la capitana y la almiranta la aborden por ambas amuras. En ese momento, dispara toda su artillería, provocándoles graves daños. Los arcabuceros españoles barren las cubiertas y, una vez rendida la capitana, abordan la almiranta.

El marqués suelta la nave de Eraso, que llevaba a remolque y acude en socorro del San Mateo. Cuando llega a su altura, otras naves españolas se le han adelantado y tienen controlada la situación, por lo que ataca a la nave de Strozzi, que se rinde poco después. Viendo capturadas su almiranta y su capitana, el resto de naves franceses que no están trabadas a las españolas se retiran, concluyéndose el combate tras cuatro horas. No se pierde ningún barco español, pero muchos quedan averiados. Se contabilizan 220 muertos y 500 heridos. Los franceses pierden 10 navíos y 3.300 muertos, incluyendo a Strozzi.

Santa Cruz llega a San Miguel con su armada victoriosa, y recibe la sumisión de los lugareños en nombre del rey. Allí ordena a Bobadilla ejecutar a todos los prisioneros franceses e ingleses acusados de piratería, ya que oficialmente sus naciones están en paz con España. Una vez llegadas a la isla las naves de la India, el marqués las escolta hasta Lisboa, donde es agasajado. Quedan en San Miguel 2.000 españoles al mando de Agustín Íñiguez.

Crato había huido a Terceira antes de la batalla, y se está ganando mucha impopularidad entre sus propios seguidores, al extorsionarles para obtener dinero y abusar de las lugareñas, ejemplo que imitan sus hombres. Como su ejército supera la capacidad de sostenimiento de la isla, decide partir en 30 naves a la conquista de Madeira y Canaria. Queda por gobernador rebelde de la isla Manoel da Silva Cotiño, con 500 franceses.

Portugal ya está completamente sometida, por lo que Felipe concentra sus recursos en construir una gran armada con la que señorear el océano, prestar escolta a los convoyes de Indias y expugnar la Terceira. Juan Ruiz de Velasco llega a Lisboa con dos galeazas de 100 cañones fletadas en Nápoles.

El 11 de diciembre fallece el duque de Alba. El duque de Braganza y el marqués de Villarreal aspiran a sucederle, pero Felipe II tiene otros planes.

1583

Habiendo muerto también el príncipe Diego, el rey convoca cortes en Portugal el 26 de enero de 1583 para que juren como heredero al príncipe Felipe. Poco después muere el duque de Braganza, y queda por gobernador el archiduque Alberto de Austria. El 11 de febrero parte el monarca hacia España, con gran disgusto de sus partidarios y alegría de sus enemigos, que creen que mientras se mantenga la rebelión de Terceira conseguirán más prebendas. La isla sigue gobernada por Manuel de Silva que, aprovechando el vacío de poder metropolitano, comete toda clase de tropelías. Quedan allí 3.000 soldados portugueses, 700 franceses, una compañía inglesa y 300 piezas de artillería. Todas las playas donde pueden desembarcarse tropas están fortificadas y atrincheradas. Además, Antonio Crato solicita refuerzos a la corte francesa, obteniendo de la reina madre 1.500 hombres al mando del señor de la Xata, caballero de san Juan.

Al tener noticias de que don Antonio pretende desembarcar en la provincia de entre Duero y Miño, ordena a Hernando de Toledo que apreste un ejército para resistirle. Envía por delante a Luis Enríquez con un tercio de infantería.

El 15 de julio los franceses desembarcan 2.000 hombres en San Miguel, donde acaba de morir el gobernador Ambrosio de Aguiar. Manda la tropa portuguesa Pedro Peixoto da Silva y a la española, el capitán Lorenzo Noguera.

Simultáneamente el marqués de Santa Cruz apresta en Cádiz una flota, aunque los preparativos se retrasan por un brote de peste. El almirante Juan Martínez de Recalde aporta la escuadra de Vizcaya. Se ordena a la nobleza lusa que contribuya con su propia flota. Cuando parten de Lisboa el 24 de junio, suman 20 galeras, 2 galeazas y 30 naves gruesas. El ejército consta de 10.000 soldados:

  • Tercio de Lope de Figueroa: 20 banderas con 3.722 infantes.
  • Tercio de Francisco Arias de Bobadilla: 12 banderas (incluyendo 4 viejas de Flandes) con 2.200 infantes.
  • Tercio de Juan de Sandoval: 11 banderas de Nápoles, Sicilia y Lombardía que habían quedado en los presidios portugueses, y otras 4 banderas andaluzas, sumando 1.544 infantes.
  • Tercio de Galeones: Cristóbal de Eraso.
  • Regimiento alemán del conde Girolamo Lodron: 4 banderas y 1.600 infantes.
  • Compañías italianas de Lucio Pignatelli y Ludovico Aflitto: 240 infantes.
  • Compañía portuguesa de Félix de Aragón: 120 infantes

En San Miguel se les une el tercio de Agustín Íñiguez de Zárate: 17 banderas con 2.600 infantes que habían quedado en la isla el año anterior. El 24 de julio llegan a Terceira, cuyos insurrectos rechazan el perdón que el rey les había concedido. Un reconocimiento previo y el contacto con algunos nativos aconsejan desembarcar en el puerto de las Muelas, cercano a San Sebastían, lo que se ejecuta el 26 tras amagar en otras playas para distraer fuerzas enemigas. Estas tienen que guarnecer 30 fuertes muy distantes entre sí.

Cubiertos por el fuego de las galeras encabezan el desembarco 4.000 hombres de los tercios de Bobadilla e Íñiguez. Defienden el fuerte 200 franceses y portugueses, pero apenas pueden resistir una hora. Al escuchar las campañas pidiendo socorro, Manuel de Silva se dirige con sus hombres a socorrerles, pero llega tarde debido a la distancia y da tiempo a Santa Cruz a ordenar sus escuadrones, por lo que son fácilmente derrotados.

Los isleños reúnen 1.000 bueyes para intentar repetir la táctica empleada contra Pedro de Valdés, pero Xata se opone porque ahora se enfrentan a tropas veteranas y tomarían a las reses como alimento. Esa noche los rebeldes portugueses abandonan a los franceses y se retiran a las montañas. Silva intenta escapar en una barca, pero es detenido y ejecutado junto a otros líderes sediciosos.

El ejército español se dirige a Angra, pasando grandes calamidades por el calor y la falta de agua en todo el recorrido. Llegados al lugar, lo saquean durante tres días. No obstante el botín es escaso y solo tiene algo de valor los 3.000 esclavos que se apresan. Xata intenta pactar unas condiciones ventajosas con Pedro de Padilla, a quien había conocido en Malta, pero los soldados no lo permiten y amenazan con cargar por su cuenta contra las posiciones montañosas para exterminarlos. Al final, los primeros aceptan una rendición incondicional el 3 de agosto.

Pedro de Toledo marcha a someter las islas menores con algunas galeras. En el Fayal, su capitán Antonio Guedez asesina al mensajero, por lo que Toledo le corta las manos antes de ahorcarle. Toda la isla es saqueada a placer.

Una vez aseguradas todas las Azores, el marqués ordena el regreso de la flota a Cádiz antes de que comience el otoño. Queda allí como guarnición Juan de Urbina con 2.000 españoles.

Referencias

Notas

  1. Cabrera menciona a Cristóbal de Eraso, pero este es el almirante de la escuadra, no el gobernador del tercio.

Bibliografía

  • Cabrera de Córdoba, Luis. Filipe Segundo Rey de España. Aribau. 1619/1876.