Diferencia entre revisiones de «Campaña de Milán»

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Marco Antonio Colonna y Camilo Tribulzi intentan espiar las murallas para Lautrec, pero son sorprendidos por un artillero español que los mata. Próspero llora a su traidor hermano en el Duomo.
 
Marco Antonio Colonna y Camilo Tribulzi intentan espiar las murallas para Lautrec, pero son sorprendidos por un artillero español que los mata. Próspero llora a su traidor hermano en el Duomo.
  
Lescun llega a Génova con refuerzos y es enviado a tomar Novara, defendida por el conde Felipe Torniel. Tras eso se une a Lautrec en el cerco de Pavía, que es reforzada por tres banderas españolas: comendador Cervera, Felipe Cervellón y Santa Cruz (arcabuces).
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Lescun llega a Génova con refuerzos y es enviado a tomar Novara, defendida por el conde Felipe Torniel. Tras eso se une a Lautrec en el cerco de Pavía, que es reforzada por tres banderas españolas: comendador Cervera, Felipe Cerbellón y Santa Cruz (arcabuces).
  
 
El 7 de abril Próspero sale de Milán para defender Pavía, produciéndose una gran escaramuza donde mueren muchos franceses y se les arrebata tres estandartes. Giovanni de Médici se pasa al bando francés y traba combate singular con Juanote de la Rosa, que queda muy malherido. Viéndose rodeado, Lautrec se retira a Milán con su ejército, en el que aparece el español renegado Pedro Navarro.
 
El 7 de abril Próspero sale de Milán para defender Pavía, produciéndose una gran escaramuza donde mueren muchos franceses y se les arrebata tres estandartes. Giovanni de Médici se pasa al bando francés y traba combate singular con Juanote de la Rosa, que queda muy malherido. Viéndose rodeado, Lautrec se retira a Milán con su ejército, en el que aparece el español renegado Pedro Navarro.

Revisión del 17:37 18 jun 2018

1521

El papa y el emperador se coaligan contra el rey de Francia, por tener ocupadas Parma y Plasencia. El emperador nombra capitán general a Próspero Colonna y el papa al marqués de Mantua. Se trasladan por tierra a Lombardía con un campo (ejército) de 6.000 italianos, 2.600 guardias vaticanos y 500 caballos ligeros.

El 1 de agosto llegan a Parma, defendida por el señor de Lescu y Fadrico Bozzolo de la casa Gonzaga. Llega el marqués de Pescara (antes Aterno) comandando 1.500 españoles reclutados en Nápoles y Roma, otros 1.000 que habían desembarcado en el puerto de Piombino y los hombres de armas, cuyos capitanes eran:

  • Fernando Alarcón (comisario general).
  • Marqués del Vasto;
  • Pietro Cardona, conde de Collesano (Golisano);
  • Antonio de Leyva;

Otros 1.500 españoles habían partido hacia Génova en las galeras de Jerónimo Adorno. Cuando llegan no pueden tomarla y se unen al resto. Pocos días después llega el coronel Jorge de Frundsberg con 4.000 lansquenetes alemanes y 2.000 grisones a Mantua, donde les espera el marqués de Pescara con 2.000 infantes españoles, 300 hombres de armas y 300 caballos ligeros, para evitar la injerencia veneciana. El 29 de agosto hay una nueva escaramuza en Parma.

El 8 de septiembre se toma del barrio de Ponte, pero el otro lado del río resiste y recibe refuerzos del general francés Lautrec, hermano de Lescun: 4.000 infantes, 8.000 esguízaros, 5.000 gascones, 6.000 aventureros, 1.000 hombres de armas, 1.000 caballos ligeros. Se les une Teodoro Tribulzi, milanés al servicio de Venecia con 8.000 italianos, 500 hombres de armas y 1.000 caballos ligeros. Viendo Próspero que no puede tomar Parma, el 12 de septiembre levanta el campo y se encamina a tomar Milán. Lautrec avanza hasta Parma y saca a Lescun con todos los franceses y se dirige a defender Milán, dejando a los italianos con Fadrico Bozoli.

Llega el cardenal de Sión con 12.000 suizos para reforzar el ejército papal. El maestre de campo Juan de Urbina cruza el río Adda en barca con 30 escopeteros y toma un palacio en Babar[1]. Cuando llega en su ayuda Giovanni de Médici con caballería ligera, los franceses se retiran a Milán. Pescara toma 500 escopeteros y va a Betyno, uno de los bastiones de la ciudad, guardado por los venecianos de Tribulzi, que es herido y capturado. Lautrec se retira a Como, después a Lecco y finalmente a Cremona con Lescun.

El 22 de noviembre Próspero toma finalmente Milán. Después envía a Pescara y Urbina a Como con 1.000 infantes, 50 lanzas y 50 jinetes. Allí se rinde Vendome, pero los españoles la saquean.

1522

En 1522 el papa Adriano levanta un nuevo contingente de 5.000 infantes entre los españoles que habían servido como mercenarios en Roma, poniéndolo a las órdenes del condottiero italiano Próspero Colonna, capitán general del emperador en Italia.

Próspero envía a Adorno a Alemania a reclutar 4.000 lansquenetes, regresando con el duque Francisco Sforza de Milán. Lautrec recluta 22.000 suizos, que suma a los 8.000 suizos y 5.000 gascones, 6.000 aventureros, 1.200 lanzas y 2.000 jinetes que ya tenía, además de 8.000 infantes, 500 lanzas y 1.000 jinetes de Venecia. Con ese ejército pone cerco a Milán.

Próspero deja Pavía al marqués de Mantua con 4.000 italianos, 300 lanzas y 100 jinetes, y retorna a Milán con 4.000 españoles, 9.000 alemanes, 2.000 italianos, 600 lanzas y 1.000 jinetes.

Marco Antonio Colonna y Camilo Tribulzi intentan espiar las murallas para Lautrec, pero son sorprendidos por un artillero español que los mata. Próspero llora a su traidor hermano en el Duomo.

Lescun llega a Génova con refuerzos y es enviado a tomar Novara, defendida por el conde Felipe Torniel. Tras eso se une a Lautrec en el cerco de Pavía, que es reforzada por tres banderas españolas: comendador Cervera, Felipe Cerbellón y Santa Cruz (arcabuces).

El 7 de abril Próspero sale de Milán para defender Pavía, produciéndose una gran escaramuza donde mueren muchos franceses y se les arrebata tres estandartes. Giovanni de Médici se pasa al bando francés y traba combate singular con Juanote de la Rosa, que queda muy malherido. Viéndose rodeado, Lautrec se retira a Milán con su ejército, en el que aparece el español renegado Pedro Navarro.

El 27 de abril tiene lugar la batalla de Bicoca. Próspero embosca a Lautrec con su ejército, siendo sus jefes: Pescara, duque de Tratto, duque de Termenes, marqués de Civita de Sant Angelo, conde de Collesano, Antonio de Leyva, Jorge Frundsberg y el comisario Fernando de Alarcón (que tiene que dar su consentimiento). Antes de que comience la batalla, llega al campo el duque de Milán con 6.000 infantes y 400 jinetes, que saquean el bagaje español y se vuelven a la ciudad.

Los españoles destrozan el cuadro suizo, que se da a la fuga perdiendo 5.000 hombres, además de otros 7.000 de otras naciones. Los venecianos también reciben gran daño de las tres banderas, 300 lanzas y 200 jinetes españoles. Y lo mismo le ocurre a Vendome, que había atacado la retaguardia con sus gascones, pero es recibido por Leyva y Collesano, muriendo este por una saeta.

Lautrec se retira a Monza, donde licencia a sus hombres excepto una guarnición para Lodi. De allí son desalojados por Pescara. Lautrec pasa entonces a Vicenza y deja la defensa de Cremona a Lescun. Próspero la rinde y pone después sitio a Génova, defendida por Pedro Navarro, quien sería capturado por Juan de Urbina. Este había servido a sus órdenes como soldado durante las campañas del Gran Capitán. De allí parte el ejército a Saluzzo, en el Piamonte, donde el ejército francés prefiere retirarse a combatir.

El día de Santiago, el capitán general Próspero Colonna pasa muestra al Ejército de Italia, entre cuyos capitanes se encuentra Francisco Villaturriel[2]. En su bandera sirve un joven cordobés llamado Martín García Cerezeda que alternará sus funciones de soldado con las de escritor, regalando a la posteridad el Tratado de las campañas de los ejércitos del emperador Carlos V en Italia, Francia, Austria, Berbería y Grecia, desde 1521 hasta 1545. Una joya redescubierta por la Sociedad de Bibliófilos Españoles donde cuenta en primera persona las operaciones de los ejércitos españoles, la orgánica y plantilla de sus unidades, el personal que las integra desde general a soldado, las bajas que sufren en combate, los lugares por los que desfilan sus banderas y muchos otros datos de interés.

Después parten a Lombardía, donde Próspero manda tres banderas a tomar el domo de Ossola, en la frontera suiza, otras seis van con Pescara a Iseo, frontera con los grisones. Tras rendir su castillo, Próspero se retira con su ejército a invernar a Milán y Pescara viaja a España para ser recibido por el emperador. Pescara viaja a España para ser recibido por el emperador.

1523

En 1523 llegan a Italia dos nuevos contingentes de infantería española, uno de 800 mercenarios al servicio del almirante de Francia y otro de 900 efectivos al mando de los capitanes Juan de Mendoza, Clavero y Segura.

Cuando Próspero aloja a su ejército en el ducado de Saboya, el rey de Francia decreta una movilización general para desalojarlo. El duque Carlos de Borbón, condestable de Francia, se pasa al bando imperial. Carlos recluta 12.000 alemanes con los que invade Borgoña. Renato de Saboya ocupa las tierras de Borbón, y el almirante de Francia, Guillermo Bonnivet, marcha al Piamonte.

Carlos pacta una liga con el papa y las señorías de Florencia, Venecia, Génova, Siena y Luca para defender Italia de los franceses. Próspero recluta 6.000 alemanes y 5.000 italianos. Leyva deja tres banderas en Alessandria y se desplaza a Asti con la mayor parte de la infantería y la caballería. Desde allí cerca Valenza del Po, donde se ha levantado Galeazo Virago en favor de los franceses. El alcaide de Milán, Massaron, rinde el castillo a Próspero el 25 de julio, quien lo entrega al duque de Milán. El almirante de Francia entra en el Piamonte con 30.000 franceses, 1.000 lanzas, 2.000 jinetes y 2.000 ballesteros a caballo, reuniendo a todos los partidarios que tenía en esa región. Próspero ordena a Leyva que se repliegue de Asti a Alessandria, enviando a su guarnición de 2.000 italianos a Cremona, al mando de Francisco Salomón.

Antonio Leyva deja a la compañía de Francisco Villaturriel de guardia en un puente junto al puerto de la Stradella. De allí pasan a puerto Falcón, un paso del Tesino entre Vigevano y Abbiategrasso, donde los atacan los franceses (bautismo de fuego de Cerezeda). Llega en su defensa Giovanni de Médici (que había vuelto al bando imperial) con 100 jinetes y 100 arcabuceros. Próspero los refuerza con tres banderas italianas.

El 14 de septiembre envía Próspero a Antonio de Leyva a Pavía con 8 banderas de infantería, 3 estandartes de jinetes y 2 de lanzas españoles, más el conde Felipe Torniel con una coronelía de infantería y dos compañías de jinetes italianos. Pero se enfrascan unos contra otros y, finalmente, los italianos abandonan Pavía.

El 17 de septiembre llega el ejército francés a las puertas de Milán. El almirante envía a su lugarteniente, Pierre Bayard con 8.000 infantes y 10 cañones a tomar Lodi, defendida por el marqués de Mantua con 500 infantes italianos y 500 jinetes. Viéndose en inferioridad, abandona la ciudad y se reúne con el duque de Urbino.

Bayard pone sitio a Cremona, donde su guarnición había sido reforzada por los italianos salidos de Pavía. Una tormenta que dura cuatro días les deja sin vituallas, por lo que levanta el cerco y regresa a Milán, cercada por el almirante. Próspero ordena a Mantua que entre en Pavía y desde allí hostigue las columnas de avituallamiento francesas.

Llega de Nápoles Fernando de Alarcón para aconsejar a Próspero en ausencia de Pescara. Inmediatamente traba una escaramuza contra los franceses para reconocer sus fuerzas. Otra noche, Juan de Urbina organiza una encamisada con 600 españoles. Pocos días después, Alarcón manda al capitán Martín Sancho capturar a dos nobles franceses, pero muere en la escaramuza y es relevado por su alférez Cristóbal Arias.

El almirante contrata a una espía, que traba amistad con Morgante de Parma, cabo de la coronelía de Médici que tenía a su custodia una de las puertas de la ciudad. Este intenta la colaboración de Giovanni de Ferrara, cabo de la coronelía de Stefano Colonna, que montaba guardia a la entrada adyacente. Pero este cabo se lo cuenta a su coronel y este a Médici, que ordena pasar por las picas a Ferrara y a sus cómplices.

A finales de noviembre, el almirante se entera de que el virrey de Nápoles se aproxima con refuerzos, por lo que decide levantar el cerco a Milán. Alarcón sale en su persecución con 500 jinetes, 300 lanzas, 1.000 infantes españoles y 1.000 alemanes. Refugiado en Abbiategrasso, envía a Renzo de Ciere a tomar Arona, que resiste un mes. Entonces llega el virrey, Carlos de Lannoy, y le obliga a retirarse. Lleva consigo 6 banderas españolas, 4.000 italianos, 4 cañones y la caballería del reino[3]. En nochebuena arriban a Pavía y a finales de año a Milán.

1524

El 1 de enero muere Próspero, que sería enterrado junto a su hermano en Fondi (Nápoles) cuando el ejército regresó de la campaña. El propio Lannoy se hace cargo del mando.

El 10 de enero el marqués de Pescara regresa a Milán desde España acompañado de un contingente de 1.500 infantes, entre los que se encuentra el capitán Juan de Lepe. No obstante, Cerezeda menciona ese año como maestre de campo al comendador Urrías.

Algunos días después regresa también el duque de Borbón. Leyva sale de Pavía, donde deja al duque de Tratto, hijo del virrey, con su infantería italiana.

Lannoy pasa revista al ejército, tras lo que aparta 3.000 españoles, 2.000 alemanes, 200 lanzas y 500 jinetes para combatir al almirante, junto a Pescara, Alarcón y Urbina. El resto queda de guarnición en Milán con Borbón, Leyva y Médici.

El 26 de marzo toman Robecco y Mortara. El almirante abandona Vigevano y decide retirarse a Francia. El virrey envía a las coronelías del duque de Milán y de Médici a tomar Abbiategrasso y Lodi. Luego envía al marqués de Civita de Sant Angelo a que tome Vercelli con su compañía de lanzas (50) y dos de infantería española (500). El almirante recluta 10.000 suizos, 5.000 grisones y 400 lanzas para proteger su retirada. El duque de Milán envía a Médici a cortarles el paso, y aquellos deciden regresar a Suiza. De allí, toma Abbiategrasso, donde mata a sus 2.000 defensores. Pero allí contraen la peste que contagian a Milán, donde mueren 100.000 personas.

Entretanto, el virrey plantea batalla al almirante en Romananchi, donde Urbina es herido por un arcabuzazo en el muslo. Hay numerosas bajas en ambos bandos hasta que a finales de abril llega Chaban con refuerzos suizos. Pescara, Alarcón y Leyva ordenan a los arcabuces que monten a las grupas de los caballos y salen a su encuentro, poniéndoles en fuga. El almirante decide acompañarlos, pero tanto él como Bayard son heridos por algunos españoles que hostigan a su retaguardia y les quitan dos cañones.

En contra del criterio del virrey, los generales españoles acuerdan perseguirlos. Bayard es capturado pero muere de un arcabuzazo, siendo entregado su cadáver al almirante con las honras que se merecía.

A comienzos de mayo el ejército imperial llega a Yvrea, donde el virrey ordena a Alarcón que continúe la persecución con 11 banderas españolas, 300 lanzas y 500 jinetes. Alcanzan a los franceses y les arrebatan otros 30 cañones, tras lo cual los supervivientes cruzan a Francia por Aosta.

El duque de Urbino y los venecianos regresan a Lodi, donde rinden a los 2.000 franceses que allí habían quedado. Simultáneamente, Pescara rinde Alessandria, regresando ambas guarniciones a Francia.

Llegan cartas del emperador y del rey de Inglaterra, ordenando una incursión en Francia para la que proveen 200.000 ducados que lleva Hugo de Moncada. El virrey envía a este por mar con 18 galeras y a Borbón, Pescara y Vasto por tierra, con 5.000 infantes españoles, 3.000 italianos, 8.000 alemanes, 500 lanzas y 500 jinetes. El duque de Milán, Alarcón y Leyva quedan en el Piamonte. El capitán Gayoso y su compañía española transportan 14 cañones hasta Savona para embarcarlas.

Borbón entrega el condado de Tende al capitán Juan de Vargas en recompensa por sus servicios. De allí llegan a Niza, donde cruzan la frontera con Francia, con el escuadrón español en vanguardia, el alemán en batalla, el italiano en retaguardia y la caballería a los flancos.

En Antibes, Hugo de Moncada es atacado por la flota francesa, que años antes había capturado varias galeras napolitanas incluida la del virrey Ramón de Cardona.

Cuando llegan a Grasse, Pescara deja a la compañía italiana de Juan de la Piedra como guarnición, pero todos son asesinados. Un español es capturado mientras saqueaba una aldea y ahorcado a la vista de todos como escarmiento. El día de Santiago llegan a San Maximino, donde visitan un monasterio que decía albergar el cuerpo de Magdalena y otras reliquias. De allí a Aix, donde descansa el ejército hasta el día de la Virgen. Allí queda como gobernador el señor de la Mota y como guarnición la compañía española de Juan del Pescón.

El 16 de agosto alcanzan Marsella, que les recibe con mucha artillería tanto desde la fortaleza como desde la flota anclada en las islas Pomégues. Guarnecen la plaza Renzo da Ceri y Fadrico de Bozzoli con 9.000 italianos.

En una escaramuza hieren al alférez de Urbina, Rodrigo de Cuero, y a muchos soldados. Como Moncada no puede fondear en Marsella, lo hace en Tolón, adonde es enviado el capitán Biurre con sus caballos ligeros y 7 compañías de infantería a recoger la artillería. Allí queda de guardia la compañía de Villaturriel con Cerezeda, quien describe a la perfección la fortaleza porque los medí muchas veces haciendo guardia en lo más alto della.

Con la artillería de Moncada y la capturada en Tolón se derriba un lienzo de Marsella, pero Borbón no se decide a dar batalla por considerar que le costaría muchas vidas. Además, los espías en la corte francesa le avisan de que Francisco I está preparando la invasión de Lombardía al saberla desguarnecida. En varias escaramuzas mueren los capitanes Guzmán y Cantelano. Los capitanes Pedro y Juan de Mercado regresan a Tolón con la artillería para reembarcarla hacia Génova el 28 de septiembre.

El ejército comienza el repliegue, hostigado por Renzo da Ceri. Este consigue arrebatar una pieza a los alemanes, pero Pescara la recupera y desde entonces los españoles siempre forman a retaguardia. En Fréjus se les unen los Mercado y Villaturriel con sus compañías, que Pescara manda en vanguardia para que vayan haciendo acopio de vituallas.

Tras pasar por Mónaco, San Remo y Finale, se internan en Saboya y cruzan el Po por Stradella. Allí se reúne la plana mayor y se decide enviar a Leyva a Pavía con 4.000 alemanes (Festtefriz), 1.200 españoles (Aponte, Pedro de Bracamonte, García de Manrique), 200 lanzas y 200 jinetes (comendador Urrías). El virrey y los duques de Borbón y Milán se van a Lodi con la caballería pesada, los italianos a Cremona, y Pescara y Vasto a Milán.

Leyva llega a Pavía el 22 de octubre y allí encuentra a Alarcón con algunos caballos ligeros que, inmediatamente, salen hacia Milán. Villaturriel y los Mercado intentan destruir un puente de barcas en el Tesino para que no lo tomasen los franceses, pero su vanguardia se les adelanta.

En Milán, Alarcón y Pescara intentan salir a capturar informantes, pero el capitán Rodrigo de Ripalda se lo impide por miedo a lo que pudiera acontecerles y envía a su sargento Cristóbal Arias con 30 arcabuceros. Capturan a dos franceses que les informan que el rey estaba a tres millas con 1.000 lanzas y 20.000 infantes, siendo una vanguardia de 5.000 italianos la que rondaba por la campiña. A la vista de su inferioridad numérica, Pescara decide salir de Milán al mando de la arcabucería española, delante los alemanes y a los flancos la caballería con Alarcón.

Cuando se percatan de que les persigue el almirante con 600 lanzas y 10.000 infantes, el propio Pescara les traba una emboscada junto a los capitanes Quesada, Ripalda y Alonso de Córdoba. Mueren tantos nobles franceses que el resto decide retirarse para evitar nuevas celadas. De esta forma, la columna puede entrar en Lodi sin mayores problemas el 23 de octubre. La guardia del virrey estaba al cargo de la compañía española del capitán Figueroa.

Allí tienen nuevo consejo y deciden dejar la ciudad guarnecida por 5 banderas españolas. Francisco toma Milán sin resistencia y la entrega a Teodoro Tribulzi junto a 6.000 infantes y 500 caballos. De allí parte hacia Pavía con 1.500 lanzas, 2.000 jinetes, 12.000 suizos, 5.000 alemanes, 5.000 grisones, 7.000 aventureros y 7.000 italianos, estos al mando de Médici que había vuelto a cambiar de bando. Además, les acompaña una coronelía de 1.000 españoles al mando de Pedro de Guevara, a quien Pescara había ofendido quitándole su bandera en Milán. Por su parte, el papa envía contra Nápoles al duque de Albania con 8.000 infantes, 600 lanzas y 500 jinetes.

De Pavía llegan noticias de que los alemanes están a punto del motín por falta de pagas, por lo que el virrey envía al alférez Asueros de la compañía de Ripalda con 5.000 florines de oro. Aquel reparte el dinero con un soldado de su confianza llamado Romero, y consiguen engañar a Guevara, quien guarda los accesos a Pavía con su gente. Una vez en la plaza, entregan el dinero a Leyva, quien consigue así calmar a los alemanes.

Mientras tanto, el duque de Borbón regresa de la corte del archiduque Fernando con 6.000 alemanes al mando del coronel Frundsberg y 200 caballeros alemanes y borgoñones.

En Pavía, Leya apresta una salida con los capitanes Aponte, Pedro Bracamonte, Cristóbal de Torralba y el alemán Coradin junto a 1.000 hombres de todas las naciones para que destruyan un bastión del cerco defendido por cinco compañías de Médici. Les matan 800 hombres y les arrebatan cuatro banderas, a costa de solo seis heridos. Una nueva encamisada consigue matar otros 600 grisones y arrebatarles tres cañones.

Francisco, enfurecido, ordena a un coronel alemán a su servicio que convenza a Festtefritz para que les abra las puertas de la ciudad cuando le toque guardia. El engaño es descubierto por una prostituta alemana, y Leyva envía al puente a Bracamonte con 200 arcabuceros españoles. Cuando llegan los franceses, son recibidos a tiros y los alemanes ajusticiados, siendo nombrado nuevo coronel Juan Bautista Lodron. Francisco vuelve a dar varias baterías y batallas, pero todas son ineficaces ante la férrea defensa de Leyva y sus hombres por lo que, finalmente, decide levantar el campo y retornar a Bereguardo.

Al conocer lo sucedido, en Lodi se reúne el consejo y se decide, finalmente, plantear cara a los franceses.

1525

Este añó Cerezeda menciona a un maestre de campo llamado Francisco Guastaldo, si bien le atribuye el mando de una compañía de caballos ligeros y solo cita a dos capitanes de infantería: Luis de Viacampo y Juan de Vargas.

El 24 de enero Hugo de Moncada desembarca en Varazze, ciudad situada entre Génova y Savona. Mientras está en tierra, las flotas de Andrea Doria y fray Juanas atacan a la suya que tiene que hacerse a la mar. Moncada es capturado y muchos de sus capitanes muertos. El 29, el ejército imperial pone cerco a Sant Angiolo, donde entran los primeros Pescara y el capitán Quesada tras matar 800 infantes y 200 jinetes, entre ellos sus caudillos Juan de Virago y Pirro de Gonzaga.

A continuación se pone contracerco a Pavía. El capitán Santa Cruz entra con su compañía de arcabuceros por un portillo, haciendo muchas bajas a los franceses. En otra encamisada se captura a un centinela francés durmiente, del que se obtiene el santo y seña. Pescara, Alonso de Córdoba y 1.000 infantes españoles entran por ese hueco desprotegido, matando 500 franceses en busca de su rey, que andaba por Mirabel.

El 14 de febrero, conocida la necesidad de pólvora que tenía Leyva, se envían dos compañías de jinetes al mando de Salamanca y Francisco del Arco con varios sacos. La primera es capturada, pero la segunda consigue burlar el cerco francés y entrar en la plaza. Francisco enfurecido envía a un alemán al campo español con la consigna de convencer a sus compatriotas para que deserten, pero es descubierto y descuartizado.

El 24 de febrero tiene lugar la batalla de Pavía. A medianoche una encamisada de españoles rompe el muro del Parco y se lanza sobre el palacio de Mirabel. Se forma un escuadrón por cada nacionalidad, pero el italiano, que va a retaguardia, sufre el ataque de la caballería francesa y es deshecho, perdiéndose toda la artillería. Manda la caballería pesada el propio virrey, a la izquierda de los tudescos. La ligera del coronel Enzor despliega a la derecha de los españoles. Los alemanes dudan y se echan al suelo, por el gran daño que les provoca la artillería francesa, pero Jorge de Frundsberg les convence de dar la talla como los españoles.

Pescara manda toda la infantería y ordena a los capitanes Alonso de Córdoba y Rodrigo de Ripalda que tomen 200 arcabuceros (entre ellos, Cerezeda) y protejan a los hombres de armas. Él mismo carga con 600 infantes contra Mirabel. El cuadro español acomete de costado contra uno suizo que se encontraba trabado contra el alemán y lo deshace. Luego 300 arcabuceros españoles se apoderan de la artillería francesa desjarretando a sus caballos, que utilizan como parapetos frente a los lanceros franceses.

El duque de Alençon ordena retirada, que una carga española convierte en fuga hacia Milán. Como el hueco en el portillo era muy estrecho, los propios franceses se pisotean unos a otros en el frenesí de la huida. El rey Francisco carga con sus hombres de armas, perdiendo tres caballos. Viéndose acorralado intenta escapar, pero es detenido por el capitán Quesada. A él se unen luego Diego de Ávila, Juanes, Sandoval y Córdoba, quien le arrebata el collar de la orden de San Miguel. Una vez identificado, es puesto bajo la custodia del comisario Alarcón. También caen presos el príncipe de Navarra y lo más granado de la nobleza francesa, falleciendo el resto, incluido el almirante. Además mueren 17.000 franceses y solo 2.000 españoles. Entre los heridos se encuentra el marqués de Pescara, que recibió tres arcabuzazos.

El 28 de febrero, el duque de Albania, Juan Stuart, ataca Nápoles con 600 lanzas, 500 jinetes, 5.000 italianos y 3.000 gascones, pero es derrotado por Stefano Colonna con solo 5.000 hombres. Los escasos supervivientes embarcaron en Civita Vechia en la flota de Andrea Doria.

Enterado el emperador de la victoria, ordena que en toda España se organicen procesiones de acción de gracias. El virrey convence al rey de Francia para que escriba a su madre y les facilite el traslado a España. Embarcan en el puerto del Fanal, cercano a Génova y llegan a Barcelona con su cautivo, vigilado por la compañía de Figueroa. En Guadalajara son agasajados por el duque del Infantazgo, que ordena lidiar once toros y un león.

A su regreso a España, el emperador promulgó el 6 de abril la ordenanza de 1525, en la que intentó racionalizar el gasto que suponía mantener sobre las armas cuatro ejércitos simultáneamente. En adelante, la defensa de la península Ibérica seguiría recayendo en las Guardas de Castilla, auxiliadas por pequeños destacamentos de infantería en la Alhambra de Granada, el alcazaba de Almería, la fortaleza de Fuenterrabía y la frontera de Galicia, además de los 50 alabarderos que servían de escolta a la reina Juana. Las empresas exteriores, en cambio, se encomendaban a la caballería ligera y a una única coronelía de 1.000 infantes distribuidos entre 3 compañías que, desde entonces, serían mixtas de piqueros y arcabuceros. Cada una de ellas contaba con capitán, teniente, alférez, sargento, pífano, tambor y 12 cabos de escuadra. Dos de los capitanes cobraban ventaja por actuar, respectivamente, como coronel y como maestre de campo (sic), auxiliados por 1 alcalde, 2 contadores, y 3 alguaciles. Este es el primer documento oficial en el que aparece la infantería como una parte más del ejército permanente pero, como muestra de la diferente consideración que aún existía entre las distintas especialidades, baste citar que un hombre de armas cobraba 30.000 maravedíes al año, frente a los 12.144 de un infante. El coronel percibía 200.000 maravedíes al año y los dos capitanes 50.000. Curiosamente, el maestre de campo solo cobraba 30.000, lo que no tenía mucho sentido salvo que esta cantidad fuese una mejora sobre su propio sueldo como capitán de una cuarta compañía.

Temeroso el papa de que el emperador quiera extender su dominio a toda Italia, convoca a los nobles de las principales señorías y crea una liga a la que invitan a unirse a Pescara, que informa al emperador. Carlos ofrece a Francisco su libertad a cambio de que renuncie a Flandes y Borgoña, entregándole además la mano de su hermana Leonor, viuda del rey de Portugal.

Entretanto, Pescara traslada el ejército a Saboya y envía al maestre de campo Francisco Guastaldo con 11 banderas españolas (incluidas las de Luis de Viacampo y Juan de Vargas) y algunos caballos ligeros tomen el Carpio, donde resiste una guarnición francesa. El conde de Carpio pacta su rendición pero luego trama una emboscada. Esta fue descubierta por una moza que tenía amores con Francisco de Prosley, teniente de Guastaldo.

A finales de septiembre regresan de Francia once capitanes italianos a los que Pescara conmina a atravesar las líneas españolas con las banderas plegadas y en grupos de a veinte. Los italianos se niegan y se hacen fuertes en el castillo de Rebel. Cuando intentan desalojarlos, el maestre Urbina es herido de un arcabuzazo. A medianoche los italianos intentan salir del castillo sin ser vistos, mas son detectados y masacrados por los españoles.

Alertados por Jerónimo Morón de las intrigas de la Liga, Pescara y Leyva envían a la compañía de Villaturriel a Villana, un paso fronterizo entre Francia e Italia donde se hacían postas y allí capturan una estafeta. Por ella conocen un complot para degollar a todas las guarniciones españolas el día de Santiago. Para evitarlo, Pescara ordena reunir a todas las fuerzas en Pavía, Lodi y otras plazas fuertes.

El 2 de diciembre fallece el marqués de Pescara. El emperador entrega el mando del ejército de Italia al duque de Borbón. El 14 de diciembre se escapan del castillo de Pavía el príncipe de Navarra y el señor de Sant Paul, descolgándose por unas cuerdas.

Notas

  1. Esta es la primera mención de un maestre de campo en el tratado de Cerezeda
  2. En el apéndice, este contingente no llega desde Roma hasta agosto y tampoco menciona a su maestre de campo.
  3. Cerezeda no incluye este aporte en su apéndice