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Caballipedia:Acerca de

108 bytes eliminados, 12:16 3 ago 2018
sin resumen de edición
Con diez años mi abuelo Cándido ya me había introducido en el amor por la lectura regalándome cada semana un tebeo con puntualidad británica. Estaba convencido de que cuando me hiciera mayor leería libros con la misma avidez, y no se equivocó. Cada día compiten por el espacio unos dos mil volúmenes en mi biblioteca personal y otros tantos libros digitalizados en mi ordenador.
Con veinte años ingresé en la Academia de Caballería gracias al apoyo de mis padres. Dos años después cagalbaba alternativamente en mi caballo "Indio" y en mi carro "Cerveró", el 126 126º del Regimiento Lusitania.
Con treinta años, y en un Regimiento Sagunto en trance de disolución, mi mujer Mari Ángeles me sugirió aprovechar mi tiempo libre matriculándome en la UNED donde, cinco años más tarde y ya destinado en la Unidad de Inteligencia de Melilla, me licencié ''cum laude'' en Geografía e Historia. No podía hacer menos para no defraudarla.
Con cuarenta años, mientras revisaba el teniente coronel D. Manuel Fernández Huertas historial del Regimiento Montesa me introdujo en el apasionante mundo de la historia militar, al prestarme ''Los regimientos de caballería en tuve la guerra suerte de Sucesión''. Desde entonces su autor, conocer a D. Juan Luis Sánchez Martín, máxima autoridad mundial en la genealogía de los tercios. Desde entonces, guía pacientemente mis investigaciones sobre los siglos más brillantes de nuestro Ejército y más oscuros de nuestra historiografía.
Con cincuenta años, y tras mi paso por la Brigada Acorazada y la Legión, tuve la fortuna de conocer coincidí en el MADOC al con el teniente D. Alejandro Ruiz Carrasco, un genio informático que me enseñó ayudó a transformar mi aburrido proyecto volcar el fruto de tesis doctoral mis investigaciones en esta ''Enciclopedia multimedia de la caballería española'': la '''Caballipedia'''.
A todos ellos les expreso públicamente mi más sincero agradecimiento por ayudarme a consumar este sueño. Pero a lo largo de este proceso hay otras dos personas que han sufrido en silencio esas horas que el Ejército, la historia y la informática les han robado:<br /><br />